Toxoplasmosis congénita

Toxoplasmosis congénita
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Es una enfermedad infecciosa ocasionada por un parásito, el Toxoplasma gondii, protozoario intracelular obligado.

Toxoplasmosis congénita. Es la infección fetal por trasmisión tras placentaria del parásito Toxoplasma gondii en el transcurso del embarazo. La transmisión congénita se produce cuando la infección aguda se adquiere por primera vez durante la gestación, excepto en pacientes con infección crónica activa. En la mayoría de los casos, el contagio se efectúa por vía transplacentaria.

Transmisión materna

La infección aguda por toxoplasma en la embarazada se presenta en forma asintomática en 90% de los casos.

Los signos clínicos más frecuentes son:

Causas

El feto puede quedar infectado con toxoplasmosis si la madre resulta infectada con esta enfermedad durante el embarazo. La infección se le puede propagar al feto durante el embarazo mismo o durante el período de dilatación o el parto.

Para la madre, la infección por toxoplasmosis suele ser leve y ella puede no ser consciente de padecerla. Sin embargo, la infección en el feto puede ocasionar problemas graves. La infección en las primeras etapas del embarazo provoca problemas más graves que la infección tardía.

Síntomas

Hasta la mitad de los fetos que resultan infectados con toxoplasmosis durante el embarazo nacen antes de tiempo (prematuramente). La toxoplasmosis congénita puede causar daño a los ojos, el sistema nervioso, la piel y los oído del bebé.

Con frecuencia, no hay signos de infección en el bebé al nacer. Sin embargo, el recién nacido con infecciones más leves puede no tener síntomas o problemas durante meses o incluso años. Si no reciben tratamiento, casi todos desarrollan problemas (sobre todo en los ojos) cuando llegan a la adolescencia.

Los síntomas pueden abarcar:

  • Esplenomegalia y hepatomegalia.
  • Diarreas o vómitos.
  • Daño ocular a raíz de la inflamación de la retina u otras partes del ojo.
  • Problemas de alimentación.
  • Hipoacusia.
  • Ictericia (piel amarilla).
  • Bajo peso al nacer (restricción del crecimiento intrauterino).
  • Erupción cutánea (puntos rojos diminutos o hematomas) en el nacimiento.
  • Problemas de visión.

El daño al cerebro y al sistema nervioso puede ser serio o muy leve e incluir:

  • Convulsiones.
  • Retardo mental.

Pruebas y exámenes

El médico examinará al bebé, éste puede tener:

  • Hepatomegalia o esplenomegalia.
  • Piel amarilla (ictericia).
  • Inflamación de los ojos.
  • Líquido en el cerebro (hidrocefalia).
  • Inflamación de los ganglios linfáticos (linfadenopatía).
  • Tamaño grande de la cabeza (macrocefalia) o tamaño más pequeño de lo normal (microcefalia).

Los exámenes que se pueden hacer durante el embarazo abarcan:

Después del nacimiento, al bebé se le pueden hacer los siguientes exámenes:

Tratamiento

  • La infección en la madre embarazada se puede tratar con espiramicina.
  • La infección fetal (diagnosticada durante el embarazo) se puede tratar con pirimetamina y sulfadiazina.

El tratamiento de los niños con toxoplasmosis congénita incluye clásicamente pirimetamina, sulfadiazina y leucovorina durante un año. En algunas ocasiones, a los bebes también se les suministran esteroides si su visión está amenazada o si el nivel de proteínas en el líquido cefalorraquídeo es alto.

Pronóstico

El pronóstico depende de la gravedad de la toxoplasmosis congénita.

Posibles complicaciones

  • Hidrocefalia.
  • Ceguera o incapacidad visual severa.
  • Retardo mental severo u otros problemas neurológicos.

Cuándo contactar a un profesional médico

Consultar con el médico si se está embarazada y cree que está en riesgo de desarrollar toxoplasmosis (por ejemplo, si tiene un gato y es la persona que limpia la caja de desechos).

Igualmente, solicitar una cita médica si se está embarazada y no ha recibido ningún tipo de cuidados prenatales.

Importancia en los seropositivos

La toxoplasmosis es una enfermedad infecciosa ocasionada por un parásito, el Toxoplasma gondii, que se transmite por vía oral, a través de la ingesta, o por vía transplacentaria.

Tiene una distribución mundial y el hombre, que es un huésped intermediario, es relativamente resistente; raramente produce infecciones generalizadas graves en los adultos inmunocompetentes pero la afectación del feto en el embarazo, más frecuente y grave, ocasiona la toxoplasmosis neonatal.

El sistema inmunológico controla la infección por Toxoplasma produciendo quistes, que persisten de por vida en los tejidos del sujeto infectado, con especial predilección por el cerebro, corazón y músculos.

Cuando se ha tenido una infección previa por el T. gondii el sujeto tiene anticuerpo específico, en mayor o menor cuantía, y se dice que son seropositivos para T. gondii .

Diferentes estudios señalan que entre un 30-50% de estos pacientes y que tienen infección por VIH desarrollarán un toxoplasmosis cerebral durante su evolución, con un riesgo alto cuando sus cifras de CD4 estén por debajo de 100/mm3.

  • En las personas infectadas por el VIH la toxoplasmosis ocasiona con frecuencia afectación del sistema nervioso central (toxoplasmosis cerebral).
  • Existen medidas para prevenir la toxoplasmosis en el paciente VIH+.

Otras variantes de la enfermedad

Toxoplasmosis ocular. La infección por Toxoplasma es una causa frecuente de coriorretinitis, generalmente como consecuencia de una toxoplasmosis congénita que se manifiesta en la tercera o cuarta década de la vida.

Puede producir síntomas como visión borrosa, dolor, fotofobia y epífora. Cuando esta implicada la mácula hay perdida de visión central.

Toxoplasmosis en el inmunocompetente. La infección por Toxoplasma en el adulto inmunocompetente suele ser asintomática. Habitualmente se encuentra afectación ganglionar (linfoadenopatía cervical) y es posible la fiebre, malestar general, mialgias, hepatoesplenomegalia y erupción maculopapulosa simulando un síndrome mononucleósico. Por lo general los síntomas remiten en pocos meses y rara vez persisten más de un año. La enfermedad grave con encefalitis, neumonitis o miocarditis es muy rara.

Profilaxis

En niños. El cotrimoxazol administrado como profilaxis anti-NPC también protege contra la toxoplasmosis.

A los niños mayores de 12 meses de edad que reciben profilaxis anti-NPC con agentes distintos al cotrimoxazol o al atovacuone deberá realizárseles serología a toxoplasma, dado que otros fármacos anti-NPC pueden no ser efectivos contra la toxoplasma.

En caso de dar serología positiva, los niños deberán recibir profilaxis tanto anti-NPC como para la toxoplasmosis (es decir, dapsona + PMT) o atovacuone.

En embarazadas. Puede administrarse cotrimoxazol como terapia profiláctica para la toxoplasmosis cerebral del mismo modo que en el caso de la profilaxis anti-NPC.

Sin embargo, dada la reducida incidencia de la toxoplasmosis cerebral durante el embarazo y los posibles riesgos asociados al tratamiento con PMT, la quimioprofilaxis con regímenes que contengan PMT pueden ser diferidos hasta después de la gestación.

En el caso de la profilaxis secundaria, deberán considerarse los beneficios de la terapia crónica de mantenimiento de por vida pero también la posible teratogenicidad de la PMT (la mayoría de especialistas prefieren no suspender el tratamiento, dada la alta probabilidad de una rápida recurrencia en caso de suspenderlo).

Prevención

A las futuras madres o madres gestantes se les puede hacer un examen para determinar si corren el riesgo de sufrir toxoplasmosis.

Las mujeres embarazadas que tienen gatos como mascota pueden estar en mayor riesgo de contraer toxoplasmosis. Deben evitar el contacto con cualquier material que pueda estar infectado con heces de gatos o que pudieran estar contaminados por insectos expuestos a las heces de gatos (cucarachas, moscas, etc.).

La carne debe estar bien cocida y se deben lavar las manos después de manipular carne cruda.

Véase además

Fuentes