Trombosis hemorroidal

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Trombosis hemorroidal
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Son aquellas hemorroides externas que no pueden reintroducirse de nuevo al ano de forma manual o por si solas, estas quedan atrapadas en el exterior del ano debido a la fuerza del músculo esfínter que no permite que estas hemorroides retorne hacia el interior de forma espontánea. Es una complicación de las hemorroides simples, algo que puede llegar a causar un intenso dolor. El color que queda en la zona del ano por una trombosis hemorroidal externa es violáceo y negruzco.

Trombosis hemorroidal: Es una complicación de las hemorroides simples, lo que provoca un cuadro agudo de intenso dolor. En el caso de la trombosis hemorroidal externa, se observa como una zona violácea, negruzca e indurada (endurecida) en el margen del ano, siendo muy doloroso al tacto. Uno de los principales problemas de las hemorroides que salen al exterior es cuando, debido a la contracción del esfínter, queda atrapada en el exterior, volviéndose dura, dolorosa y no pudiéndose reducir.

¿Cómo se produce la trombosis hemorroidal?

El dolor no suele ser un síntoma habitual en las hemorroides, aunque existe la posibilidad de que se forme un coágulo de sangre en ellas, lo cual sí puede causar episodios de mucho dolor. Uno de los principales problemas de las hemorroides que salen al exterior es cuando, debido a la contracción del esfínter, queda atrapada en el exterior, volviéndose dura, dolorosa y no pudiéndose reducir.

Síntomas

El principal síntoma de la trombosis hemorroidal externa es el dolor, seguido de su endurecimiento como hemos comentado. Surge como un abultamiento en la zona anal, que además del dolor que produce, implica un levantamiento de la piel y la aparición de un color azul violáceo o negruzco, tal y como comentábamos. En ocasiones es posible que la presión que ejerce en la piel provoque una úlcera y salga sangre. La aparición del dolor se produce principalmente durante la defecación, al sentarse, caminar o simplemente al tocar la zona. Esta situación puede llegar a impedir al paciente sentarse, dificultar la defecación debido al intenso dolor y suele conocerse de forma habitual como un “ataque de almorranas”.

Diagnóstico

El diagnóstico de la trombosis hemorroidal la consulta con el médico es muy sencillo y puede realizarse con una inspección directa de la zona por parte del especialista. Es relativamente sencillo practicar el diagnostico, siempre se aconseja visitar a tu médico de cabecera para que pueda inspeccionar directamente la zona y el diagnóstico sea 100% fiable. En muchos casos esta dolencia se cura por si sola en unos cuantos días, menguando los síntomas de dolor y malestar poco a poco, disminuyendo de tamaño la hemorroide trombosada e introduciéndose de nuevo en el interior del ano. Lo más habitual es que la trombosis hemorroidal se solucione de forma espontánea al cabo de unos días, disminuyendo todos los síntomas de forma paulatina, reintroduciéndose al interior del canal anal y disminuyendo su tamaño.

Tratamiento

Cuando el paciente desarrolla de forma repentina un nódulo, bulto, en el ano, es posible que tenga una trombosis hemorroidal externa. En este caso el dolor es contínuo y muy intenso, intensificándose todavía más durante la defecación y al permanecer sentado. En la mayoría de los casos, el cuadro se resuelve espontáneamente, por lo que una actitud adecuada puede ser optar por el tratamiento conservador. Éste consiste en:

  • Uso de hielo o compresas fías que pueden ayudar a minimizar las molestias.
  • Baños de asiento
  • Analgésicos, para controlar el dolor.
  • Suavizantes de heces, para facilitar la defecación.

En estos casos, el trombo se reabsorbe poco a poco durante las siguientes semanas, aunque el dolor se alivia al cabo de 2 ó 3 días y el bulto en los siguientes 7-10 días. También es posible la reducción de la hemorroide trombosada manualmente. Para su realización es habitual el uso de analgesia debido al dolor que sufre el paciente durante la reintroducción, realizándose habitualmente en la consulta del médico. Tras esta reintroducción, se minimiza la presión ejercida por el esfínter anal y se restablece la circulación venosa normal en las venas hemorroidales.

¿Cuándo se recomienda cirugía para una trombosis hemorroidal?

En el caso de que el dolor sea muy grave, es recomendable la evacuación del coágulo mediante una cirugía. Se trata de un procedimiento de carácter ambulatorio, con anestesia local o general breve. Es importante apuntar que antes de proceder a la cirugía es necesario evaluar la gravedad del problema, por si hubiera otros problemas en la zona anal, especialmente una trombosis hemorroidal interna. La cirugía para la evacuación del coágulo realizada dentro de las 48 a 72 horas siguientes a la aparición de la trombosis hemorroidal externa suele resultar en un alivio rápido de los síntomas. Esto es recomendable en pacientes que sufren dolor muy intenso o que sufran ulceración o ruptura a lo largo de las primeras 72 horas. Por lo general, se realiza una incisión elíptica en la piel de la trombosis hemorroidal, de preferencia radial hasta el esfínter. El sangrado a menudo acompaña a la incisión y puede ser controlada con la presión o electrocoagulación. La herida puede dejarse abierta o cerrada en primera instancia. En los pacientes con enfermedad hemorroidal severa, con dolor es intenso y acompañada de ansiedad, el procedimiento puede realizarse bajo anestesia general.

Complicaciones

Las complicaciones son generalmente poco habituales y leves. El sangrado aparece con el paso de heces fecales duras. Las infecciones locales son poco frecuentes, probablemente debido a la rica red vascular en la zona anal. Marcas en la piel y cicatrices también pueden ocurrir aunque no son habituales. En la mayoría de los pacientes que son tratados de forma conservadora la resolución de los síntomas es más rápida, pero el período de recuperación final es más prolongado, con mayores tasas de recurrencia en comparación con los pacientes que fueron tratados mediante intervención quirúrgica. Es cierto que existen casos donde la trombosis hemorroidal ha derivado en ciertas complicaciones médicas como una úlcera o necrosis en la zona que se encuentra en el exterior del ano, es decir en la hemorroide prolapsada. A veces esta necrosis abarca toda la almorrana incluyendo las paredes del recto produciendo graves infecciones y complicaciones varias. Los baños de asiento permiten practicar una higiene anal más completa, y el agua tibia aliviará la hemorroide inflamada y reducirá algunos de los síntomas de dolor e hinchazón. En los casos de estrangulación y trombosis pronunciada (lo que dificulta la postura sentada), se recomienda tratar varias veces al día en cuclillas en agua tibia durante 20 minutos.

Fuentes