Tuberculosis intestinal

Tuberculosis intestinal
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Definición, epidemiología y fisiopatogenia

La TBC intestinal es una enfermedad causada por Mycobacterium tuberculosisu ocasionalmente por Mycobacterium boris. Durante los últimos 20 años se ha reconocido una incidencia creciente de nuevos casos no sólo en naciones subdesarrolladas, sino también en países centrales donde la inmigración, el sida y el fenómeno de resistencia a fármacos tuberculostáticas parecen ser los factores determinantes del fuerte resurgimiento de esta patología. Esta enfermedad tiene un mayor riesgo de propagación en ciertos grupos: pacientes en tratamiento con fármacos inmunosupresores (quimioterapia, esteroides, etc.), trabajadores de instituciones sanitarias, habitantes de comunidades cerradas (cárceles, orfanatos, instituciones geriátricas) y drogadictos. Se reconoce que la enterocolitis tuberculosa se produce por alguno de los siguientes mecanismos:

a) diseminación hematógena o linfática de lesiones pulmonares o miliares, sean o no sintomáticas;

b) ingestión de esputos infectados en pacientes con TBC pulmonar activa;

c) ingesta de leche o alimentos contaminados,

d) por contigüidad, a partir de lesiones de órganos adyacentes. Más del 75 % de los casos de TBC intestinal se localizan en el área ileocecal y en el yeyunoíleon.

Diagnóstico

El diagnóstico de TBC intestinal exige un alto grado de sospecha, particularmente si la [enfermedad`]] pulmonar no es evidente. Las dificultades diagnósticas, aun en áreas endémicas, están dadas por su presentación proteiforme e insidiosa y por la falta de especificidad de parámetros bioquímicos, radiológicos, endoscópicos y anatomopatologicos. La sintomatología más frecuente incluye dolor abdominal, cambios en el ritmo evacuatorio, fiebre y sudoración nocturna, deterioro del estado general, hiporexia y pérdida de peso. En el examen físico suele encontrarse dolor a la palpación abdominal o masa palpable en fosailíaca derecha. Entre las determinaciones de laboratorio suele destacarse una velocidad de sedimentación eritrocitaria acelerada, anemia variable y prueba de tuberculina positiva (70-86 % de los casos). Debe destacarse que esta prueba puede también ser positiva en pacientes sensibilizados por contacto o vacunación y es frecuentemente negativa en pacientes inmunodeprimidos.

Diagnóstico diferencial

Debe ser establecido con entidades infecciosas (parasitosis como amebiasis, giardiasis, o estrongiloidiasis, CMV, histoplasmosis, yersiniasis, etc.), inflamatorias (enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa) o neoplásicas (linfoma, adenocarcinoma).

Tratamiento

El esquema terapéutico para la enfermedad intestinal es semejante al utilizado en la TBC pulmonar. Consiste en la administración de 4 fármacos: isoniacida (INH), rifampicina (RMP), piracinamida (PZA) y etambutol (EMB) o estreptomicina (SM) en dosis apropiadas al peso corporal. Al inicio se debe incluir EMB o SM hasta contar con los resultados de susceptibilidad a fármacos, a menos que se considere que existe una baja posibilidad de resistencias. respectivamente. Se debe tener en cuenta solicitar exámenes de laboratorio (hemograma completo y funcionalidad hepática y renal) antes de iniciar el tratamiento, así como una prueba de agudeza visual y discriinación de colores en pacientes que recibirán EMB. Diferentes estudios han demostrado que el tratamiento bajo observación directa es más efectivo que el autoadministrado, lo que determina tasas más bajas de recaídas y resistencia a fármacos, así como una adecuada relación coste-efectividad de los diferentes regímenes.

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