Un día de noviembre

Un día de noviembre
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Drama | Bandera de Cuba Cuba
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NombreUn día de noviembre
Estreno1972
GuiónHumberto Solás
Nelson Rodríguez
DirectorHumberto Solás
Producción GeneralRaúl Canosa
Dirección de FotografíaPablo Martínez
Productores EjecutivosRaúl Canosa
RepartoGildo Torres
Eslinda Núñez
Raquel Revuelta
Silvia Planas
Alicia Bustamante
Miguel Benavides
ProductoraICAIC
PaisBandera de Cuba Cuba

Un día de noviembre. Largometraje producido por el ICAIC, en 1972. Dirigido por Humberto Solás.

Sinopsis

Una dolencia aparentemente fatal conduce a Esteban a revisar su vida y sus relaciones humanas. El reencuentro con amigos y compañeros del clandestinaje no lo satisface, como tampoco la relación amorosa que tiene. Dialogar con un combatiente herido le resulta revelador..

Intérpretes

Ficha técnica

Año 1972
Duración 110 min
Formato 35 mm
Guión Nelson Rodríguez, con la colaboración de Humberto Solás.
Dirección Humberto Solás
Producción general Raúl Canosa
Dirección de fotografía Pablo Martínez
Montaje o Edición Nelson Rodríguez
Música Original Leo Brouwer
Sonido Jerónimo Labrada
Ricardo Istueta

Reseña filmográfica del director

Uno de los principales cineastas cubanos, latinoamericanos y del Tercer Mundo es Humberto Solás, gracias sobre todo a la etapa de su obra que se enmarca en los años sesenta: el mediometraje Manuela (1966) y el largometraje Lucía (1968) realmente tres filmes en uno, que se convirtieron en clásicos instantáneos y cimentaron algunos de los principales temas en su obra: el interés por la figura femenina protagónica y por el pasado histórico.

Lucía fue considerada por la crítica mundial como una de las diez películas más importantes de la historia del cine Iberoamericano, así como también una de las diez películas antológicas del cine del Tercer Mundo.

Su filmografía se caracteriza por la plasmación de un humanismo que se ocupa en la búsqueda de la identidad nacional y latinoamericana en función de los ideales de paz, armonía y justicia social, como se hace patente en Cecilia (1982), Amada (1984), Un hombre de éxito (1986) y El siglo de las luces (1991), todas caracterizadas por su procedencia literaria o por el empeño en poner en escena el pretérito.

El cineasta Humberto Solás junto al actor cubano Gildo Torres, protagonista de Un día de noviembre

Desde la tribuna del Festival Internacional del Cine Pobre, que Humberto Solás preside, exhorta a la democratización y la libertad de un cine realizado con pocos recursos que posibilite la inserción tanto de nuevos cineastas así como de comunidades enteras en el patrimonio audiovisual mundial y cuyas premisas son las búsquedas narrativas, un compromiso con el bienestar del hombre y su entorno y una ética de libertad de expresión.

Sus filmes han participado en selecciones oficiales de los Festivales de Cannes, Venecia, Moscú, Toronto, Montreal, La Habana, Sundance y San Sebastián, entre muchos otros. Ha obtenido premios en numerosos festivales internacionales (San Sebastián, Huelva, Cartagena, Moscú, Karlovy Vary, Milán, Tokio, L.A. Latino Film Festival, Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, Barcelona y Cádiz).

Confesiones del cineasta

En Un día… voy a ciegas por el laberinto de la contemporaneidad, donde la vibración cotidiana va conformando el espíritu de la trama (…) Abordaba temáticas con la incitación del hallazgo, no tenía ningún referente para apoyarme. Y de verdad, quisiera volver a esa experiencia, convertirla en el modo consecuente para lo que me queda por hacer. Porque son los caminos más insospechados y peligrosos. Es mi película más personal.
Hago Un día de noviembre cuando realmente hay un espíritu de desilusión… como que las cosas no van por donde debieran ir… Acudo al referente de la enfermedad como un elemento alegórico para provocar en el personaje y los que lo rodean determinadas reflexiones sobre el valor del recorrido, de la existencia, de la gestión social de cada uno de ellos. Es una película que está medianamente lograda desde el punto de vista del guión y de puesta en escena. Si un mérito excepcional tiene es que testimonia la tristeza que imperó en aquel momento.

Valoración crítica

A Humberto nunca le gustó Un día de noviembre. O tal vez pesara demasiado en sus recuerdos, y en las opiniones que vertiera a posteriori, las tristes circunstancias que rodearon la realización y exhibición del que fuera su segundo largometraje de ficción. Venía de realizar Lucía, opus mayor, consagratorio, en la cinematografía nacional, y decidió explorar la realidad contemporánea a partir de un personaje masculino distanciado por completo de la línea heroico/épica imperante en el ICAIC de los años 70: El hombre de Maisinicú, Mella, El brigadista, Elpidio Valdés… Pero ninguna de estas películas existía cuando se rodó Un día de noviembre, cuyo protagonista se encuentra abatido por la enfermedad, precisa la introspección dubitativa, y cuestiona a fondo, tal vez sin proponérselo conscientemente, el sentido de la vida de quienes lo rodean, empezando por él.

Por muchos defectos que reconociera Humberto en Un día de noviembre —y fueron muchos los problemas de guión y de puesta en escena que le atribuyó a su película— al borde del siglo XXI el cineasta concebía la continuidad de su filmografía solo mediante la vuelta al riesgo y al hallazgo, a través de la mirada hacia la cotidianidad y los conflictos contemporáneos, un giro que derivó, como ya sabemos, en Miel para Oshún y Barrio Cuba.

El dialéctico enlace de estos filmes con su contexto sicosocial es muy similar al que patentizaran el tercer cuento de Lucía y Un día de noviembre. Esta última continuaba las reflexiones sobre la clase media citadina (que inauguraba Memorias del subdesarrollo) en las circunstancias pos Primavera de Praga, pos Mayo francés, en el momento de la zafra de los Diez Millones y del Primer Congreso de Educación y Cultura, justo en el momento previo a la parametración, las prohibiciones y la instauración del realismo socialista en casi todos los niveles de la cultura.

Aparte de su retrato fidedigno de un período incierto y frustrante, Un día de noviembre reabría, en segunda instancia, la interrogación respecto a la incorporación femenina al núcleo más activo de la sociedad, sin obviar las desgarraduras que puede conllevar tal integración, pues implica renuncias, empachos con la “nueva” moral, e incluso soledad y frustración (personajes de Alicia Bustamante, Eslinda Núñez y Raquel Revuelta).

Gildo Torres en Un día de noviembre

En primera instancia, lo que durante años originó la postergación del estreno, quedaba la incapacidad del protagonista para sumarse al optimismo de la zafra, la “emulación socialista” y al aquelarre de la rumba. Su negativa se veía avalada por una razón tan sólida e irrebatible como saberse herido por una enfermedad mortal.

Pero era la época de subordinarlo todo, la salud, la familia o la vida privada, a la épica del trabajo colectivo y al esfuerzo nacional por incrementar la productividad. Concentrarse en un personaje enfermo, que se aísla, que se pregunta a dónde va todo, y que se permite sobre todo la dolorosa iluminación de verificar que algunas cosas a su alrededor ni progresan ni esplenden, como reza a todas horas la propaganda oficial, deriva en una película pesimista, apesadumbrada, profundamente melancólica, todo lo cual es reforzado por la preciosa música de Leo Brouwer, los escorzos de una fotografía excepcionalmente reveladora, y el modo en que se desenvuelve el guión, que discurre entre encuentros del protagonistas con una serie de personajes más o menos integrados, familiares decididos a emigrar, compañeros de la clandestinidad, su actual pareja, amigos y coetáneos. Esteban busca en otros la verificación de un ideal que le permita asirse a la vida.

Así, se va revelando insatisfecho con el cierto mecanicismo, con la vulgaridad cotidiana, con las contingencias y la inmediatez propuestas por una cotidianidad diseñada en términos de pobreza espiritual y escasa perspectiva hacia el futuro.(Joel del Río)

Tercera Muestra Temática de Cine pobre

Como homenaje a Humberto Solás, se volvió a exhibir en proyección especial esta significativa película durante la Tercera Muestra Temática de Cine pobre, celebrada en La Habana del 13 al 16 de octubre de 2010

Fuentes