Unidad Didáctica Interactiva

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Unidad Didáctica Interactiva
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Unidad Didáctica Interactiva

Para la realización de una Unidad Didáctica Interactiva se debe comenzar por el título de la unidad, justificación de su elección, descripción de la misma y, en su caso, prueba de evaluación inicial con finalidad de diagnóstico.

El título de la Unidad Didáctica Interactiva debe recoger, con toda claridad, el contenido de la misma; y resultar lo suficientemente atractivo como para motivar, en la medida de lo posible, a los estudiantes. Por esta vía pueden encontrarse justificaciones para la elección de una determinada unidad que, en cualquier caso, deben ser compatibles con los elementos de carácter descriptivo de los currículos.

En la descripción de la unidad han de quedar explicitados los logros educativos que se pretenden alcanzar y que en su momento se constatarán a través de la evaluación correspondiente; y también puede resultar de interés "contextualizar" la Unidad Didáctica Interactiva, haciendo referencias al momento del curso en que se realiza, a su conexión con otras asignaturas del currículo, así como a cuantos factores pudieran condicionar su desarrollo. La conveniencia de incluir una prueba de evaluación inicial previa al desarrollo de la Unidad Didáctica Interactiva se justifica por la necesidad de determinar los conocimientos previos que los estudiantes poseen y en los que se van a asentar los nuevos aprendizajes, así como el grado de dominio de ciertas habilidades que deben garantizar la mejor adquisición de esos nuevos contenidos.

Formulación de los objetivos (Para qué enseñar)

Los objetivos didácticos que son los específicos de la unidad son los primeros que hay que formular; y siempre en un lenguaje directo lo suficientemente descriptivo y concreto. Estos objetivos de conocimiento, comprensión, aplicación, análisis y síntesis y, en su caso, de valoración cognitiva, interés y satisfacción habrán de interrelacionarse con los objetivos generales de la asignatura.

Determinación de los contenidos (Qué enseñar)

Los contenidos deberán servir para reflejar los aspectos básicos que se vayan a afrontar en el desarrollo de la unidad; que están vinculadas con los diferentes contenidos de la asignatura y, cuando resulte oportuno, se incluirán aquellos contenidos relacionados con las "estrategias curriculares" que sirvan para desarrollar en los estudiantes determinadas actitudes y valores antropológicos y sociológicos que incidan en su formación integral.

Determinación de métodos y estrategias de aprendizaje, y diseño de actividades (Cómo enseñar)

Con respecto a las actividades, se procurará que sean claras es decir, fáciles de entender, lo que implica que los estudiantes, antes de abordar la realización de cualquier actividad, deben saber qué tienen que hacer y cómo tienen que hacerlo (y esta claridad ha de venir garantizada por el empleo de un lenguaje sencillo y preciso en su formulación; con instrucciones breves y, a la vez detalladas, y "secuenciadas" paso a paso, para facilitar, así, su comprensión). También habrán de adecuarse tanto a las características psicológicas del estudiantado al que van destinadas como a los contenidos curriculares que con ellas se trabajan; y, asimismo, presentarán diferentes grados de dificultad, con el fin de ajustarse a los distintos ritmos de aprendizaje de los estudiantes (carácter progresivo de las actividades que ha de afectar tanto a la complejidad de los contenidos como a las estrategias para la resolución de las mismas). Por otra parte, la variedad de las actividades ayudará a evitar que sobrevenga en los estudiantes la sensación de cansancio que se derivaría de la monotonía de aquéllas (por lo que la alternancia de las actividades puede convertirse en un buen estímulo para aumentar los niveles de motivación); una variedad que se extenderá incluso a la forma de expresión de las mismas oral, escrita, plástica, dinámica, simbólica y que será en cada caso la que mejor convenga a su contenido. Y, en cuanto a su número, las actividades han de ser suficientes para alcanzar los aprendizajes previstos, lo cual supone, además, que deberán ser proporcionalmente equilibradas en relación con los contenidos propuestos y, también, que habrán de seleccionarse por su mayor o menor idoneidad en función de los ritmos de aprendizaje de los estudiantes, de manera que quede, así, garantizada la atención a sus diferencias individuales. Finalmente, las actividades han de resultar lo suficientemente gratificantes para los estudiantes, pero teniendo presente que el carácter lúdico de ciertas actividades ha de hacer compatible eficacia didáctica y rigor científico y que, por lo tanto, el elemento lúdico incorporado a las actividades está reñido con cualquier intento de trocar en triviales los contenidos curriculares o las estrategias de aprendizaje.

Planificación de las estrategias didácticas (Cómo enseñar)

La metodología puede inscribirse en la psicopedagogía del constructivismo. Pero, en cualquier caso, favorecerá la capacidad del estudiante para aprender por sí mismo (lo que implica el manejo de ciertos métodos y estrategias de aprendizaje); para trabajar en equipo (Aprendizaje colaborativo|aprendizaje colaborativo); la potenciación de técnicas de indagación e investigación; las aplicaciones y transferencias de lo aprendido a la vida real; y la presencia, cuando ello sea posible, de contenidos educativos imprescindibles en la educación antropológica y sociológica de los estudiantes.

Las estrategias didácticas implican, asimismo, el establecimiento de la duración de la Unidad Didáctica Interactiva, sugerimos un tiempo mínimo de una semana y máximo de una quincena por unidad, temporalización que puede permitir abarcar un número "suficiente" de unidades didácticas a lo largo del curso escolar; la determinación de los espacios materiales en los que la unidad se va a desarrollar y los distintos tipos de recursos bibliográficos y técnicos que se requieren, tanto para uso del profesor como de los estudiantes: libros de texto, monografías, material informático, etc

Evaluación (Qué, cómo y cuándo evaluar)

En la Unidad Didáctica Interactiva deben explicitarse unos criterios de evaluación que se refieran a los objetivos didácticos y a unos contenidos mínimos que será preciso determinar de entre los propuestos; los procedimientos e instrumentos de evaluación que se emplearán en razón de los diferentes tipos de evaluación que se van a llevar a cabo; las actividades específicas de evaluación en aplicación de los citados instrumentos de evaluación; y los criterios de calificación que permitan establecer con la mayor objetividad posible el rendimiento alcanzado por los estudiantes.

Puesto que el profesor ha de atender al estudiante en el entorno de aprendizaje en el que se encuentra, partirá siempre de los conocimientos previos que tiene mediante una evaluación inicial, que como ya señalamos en su momento se realizará antes de abordar cualquier Unidad Didáctica Interactiva. La información que suministra esta evaluación deberá servir como punto de referencia para la actuación pedagógica, si realmente se entiende la evaluación como un proceso que debe llevarse a cabo de forma continua y personalizada que aporta al alumno y también al docente- información sobre lo que realmente ha progresado respecto de sus posibilidades.

En consecuencia, por medio de las actividades específicas de evaluación no solo ha de evaluarse al estudiante, sino también la actividad educativa que se desarrolla en el aula, así como todos los elementos que integran el proceso de enseñanza-aprendizaje. De esta forma, las actividades de evaluación servirán para conocer la adecuación del proceso educativo a las características del estudiante (evaluación continua), y ajustar la ayuda pedagógica a sus necesidades reales (evaluación formativa); seguir la evolución de sus aprendizajes y conocer el grado de consecución de los objetivos y de los contenidos mínimos recogidos en los correspondientes criterios de evaluación (evaluación criterial); conocer el tipo y grado de aprendizaje que ha alcanzado al final de cada proceso didáctico y conocer, el nivel de desarrollo intelectual y personal alcanzado por el alumno, en todos sus aspectos.

Con respecto a las técnicas y procedimientos e instrumentos de evaluación, en el ámbito de la observación se destacan las listas de control, así como los diferentes tipos de escalas de valoración (descriptiva, gráfica y numérica). Y en cuanto a los trabajos del estudiante, se deben contemplar los distintos tipos de pruebas acerca de los contenidos y las actividades que se desarrollan en el aula; y, especialmente, la prueba no estructurada (desarrollo libre de un tema), la prueba semiestructurada (preguntas sobre contenidos muy específicos que hay que responder con brevedad y precisión), y la prueba multi-ítem de base común (sobre un texto, se construyen varios ítemes para ser respondidos). Y, asimismo, conviene emplear como procedimiento de evaluación la elaboración de trabajos monográficos ajustados a una estructura prefijada.

Fuentes

  1. CNICE.: Banco de imágenes y sonidos, http://www.cnice.mec.es/
  2. DECRETO 40/2007, de 3 de mayo, por el que se establece el Currículo de la Educación Primaria en la Comunidad de Castilla y León
  3. Stephen Downes.: E-learning 2.0, Consejo de Investigación Nacional de Canadá, http://www.elearnmag.org/subpage.cfm?section=articles&article=29-1
  4. Vogeleer, David.: La biblia de Flash 8. Anaya. Madrid (2006)
  5. Wempen, Faithe.: HTML y XHTML. Anaya Multimedia. Madrid (2006)