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Monarquía Constitucional. Es una forma suavizada de monarquía que limita el poder del rey a través de la ley suprema o constitución de la nación que se gobierna, en muchos casos es un poder de carácter simbólico. Desde el punto de vista de la democracia occidental la monarquía constitucional es mucho más moderna que la monarquía absoluta ya que la primera surge como respuesta al abuso de poder que la segunda representó en muchas partes del mundo, especialmente en algunos países de Europa. La monarquía constitucional es un tipo de gobierno en el cual sigue existiendo el monarca pero el mismo posee un poder que se considera otorgado por el pueblo (no ya por Dios) y por lo tanto no es un poder absoluto. Además, la idea de constitución sienta las bases para que el ejercicio de ese poder pueda ser mucho más controlado y dirigido que en casos en los que no existe una ley que respetar.También, se caracteriza porque el rey o la reina tienen un papel de moderador o árbitro en los conflictos políticos del Gobierno, habitualmente, elegido democráticamente.[1]

Por oposición a la monarquía absoluta, la ciencia política distingue entre monarquía constitucional y monarquía parlamentaria. En las monarquías constitucionales, el rey conserva el poder soberano o bien lo comparte con el pueblo al que concede una serie de derechos mediante una carta otorgada o constitución. En cambio, en las monarquías parlamentarias la soberanía reside, en su práctica totalidad, en la voluntad popular, siendo el monarca una figura esencialmente simbólica. Aunque las actuales monarquías constitucionales son en su mayoría representativas de sistemas democráticos (monarquías constitucionales democráticas), históricamente no siempre ha sido así. Muchas de las monarquías han coexistido con constituciones fascistas (o en la práctica fascistas) como en Italia (desde 1861, una monarquía constitucional regida por el Estatuto albertino de 1848, pero que a partir de 1922 convivió con el régimen dictatorial de Benito Mussolini) o Japón (la Constitución japonesa de 1889 atribuía amplios poderes militares y políticos al emperador), o con dictaduras de Gobierno militar como en Tailandia, en 2007.

La monarquía constitucional fue un paso intermedio o evolucionado ante la aparición de las primeras repúblicas modernas como Estados Unidos y Francia especialmente en el siglo XIX. Se pretendía pasar de monarquías absolutas, máximas representantes del Antiguo Régimen, a monarquías parlamentarias con un poder limitado.