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Súcubo
Información sobre la plantilla
Sucubo.jpg
Características
Dios asociado:Lucifer
Raza a la que pertenece:Demonio

Súcubo: Los súcubos son demonios que, con un atractivo aspecto femenino, se presentan a los hombres. Algunas teorías dicen que pueden cambiar de forma, acoplándose así al gusto de cada hombre y hasta haciéndose pasar por mujeres conocidas que un hombre desea. En todo caso, mediante el sexo con su víctima el súcubo drena energía e implanta pervertidas inclinaciones que conducen a la perdición.

Etimología

La palabra súcubo proviene de una alteración de succuba, término latino que significa “prostituta”. Así mismo, la palabra súcubo deriva del prefijo sub (“debajo de”) y del verbo cubo (que se traduciría como “yo quedo”), comportando así la idea de alguien que queda por debajo de otra persona.

Apariencia

La mayoría de testimonios sobre la apariencia de los súcubos provienen de la Edad Media, época en la que estos demonios tuvieron su apogeo en el imaginario social y en el ámbito teológico. De aquellos testimonios se colige que en gran medida la apariencia del súcubo varía dependiendo del gusto sexual de la supuesta víctima masculina, hecho aquel que sugiere la posibilidad del fenómeno como algo posiblemente originado total o parcialmente a partir de la psique del individuo.

Pese a lo anterior, los especialistas medievales concuerdan entre sí cuando dicen que los súcubos suelen aparecer como mujeres de irresistible voluptuosidad y sobrenatural belleza; aunque, junto a esos agradables rasgos, siempre aparecen detalles que delatan su filiación demoníaca: colmillos muy filudos, orejas puntudas, pies embarrados, etc.

Historia

A partir del siglo XIII, el asunto de los íncubos y súcubos empezó a tener una gran relevancia en gran parte gracias al poder dominante y represivo de la Santa Inquisición, institución ésta que jugó un rol clave en el fuerte reforzamiento que en el Medioevo se dio entre el mal, el sexo y los demonios.

Es en este marco de fanatismo y superstición donde surge el siniestro Malleus Maleficarum (publicado en 1489) de las plumas de Kramer y Sprenger. En él, entre tantas otras cosas dichas sobre los demonios, se afirma que los súcubos y los íncubos no tienen sexo fijo, siendo que un mismo demonio actúa como súcubo ante un hombre y como íncubo ante una mujer, tomando el semen del primero (puesto que él no puede producir semen) para embarazar a la mujer que victimice cuando asuma su estado de íncubo. Ahora, y esto no es del todo aclarado por Kramer y Sprenger, de esas terribles uniones nacerían seres deformes, monstruosos, débiles, enfermizos, propensos al mal o, en ciertos casos, dotados con poderes especiales como Merlín, mago legendario que supuestamente habría nacido de la unión de una mujer con un íncubo. Tal propuesta teológica no fue para nada inocua en el plano social, ya que contribuyó a reforzar la tendencia popular a creer que las criaturas que nacían con deformidades o discapacidades severas eran obra del Diablo en el sentido de que algún demonio (íncubo/súcubo) había participado en su creación.

Curiosidad

En la edad media solían emplearse imágenes de súcubos en los burdeles y prostíbulos.