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[[Image:Villa Hortensia (36).jpg|right|150x150px]]Ha multiplicado [[Plantas ornamentales|plantas ornamentales]], árboles de marañón, guanábana, cerezos y otros frutales hasta lograr 25 000 ejemplares en solo 2,14 hectáreas. Por eso, y por su trabajo de educación ambiental, fue postulado al Premio Nacional de Medio Ambiente que confiere el CITMA. <br> <br>Un pulmón de[[Oxígeno|oxígeno]] recibe a quienes llegan a Artemisa por la entrada noreste del municipio habanero. Tal vez pase desapercibido a la vista, a causa del cercado de arecas; sin embargo, en el aire se nota la diferencia. Villa Hortensia exhala aire puro desde sus casi 25 000 plantas. A esta finca repleta de marañones, guanábanas, cerezas y mameyes, van a parar las aves en busca de un refugio natural.<br>Sin más combustible, energía eléctrica o regadío que el imprescindible, ni más [[Fertilizante|fertilizante ]]que el humus de lombriz y abonos orgánicos, un ex profesor de [[Geografía|geografía]] llamado Idalio Jesús Mederos ha multiplicado variedades casi extintas de la campiña cubana y promovido la educación ambiental de niños y jóvenes en las escuelas del territorio.<br>El joven agricultor artemiseño ha implementado 17 proyectos agroecológicos, por lo cual se convirtió en candidato para el Premio Nacional de Medio Ambiente que entrega el CITMA. <br>  
  
 
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[[Image:Villa Hortensia (91).jpg|right|150x150px]]Lo descrito anteriormente merece reconocimiento per se. No obstante, el mérito crece al comprobar que todo ha sido posible sin derroche alguno de recursos, pues estos han sido economizados al máximo.<br>Uno de los grandes aciertos que exhibe la finca consiste en recurrir al riego subterráneo por goteo: este sistema asegura que cada planta reciba el agua directo a la raíz, y solo la cantidad precisa. <br>Asimismo, emplear el humus de lombriz en lugar de productos químicos no solo evita importar estos últimos y elude sus elementos tóxicos, sino que también mejora los suelos y propicia frutos de mayor calidad. <br>Entretanto, los vertederos orgánicos constituyen una solución a esa basura, la cual degradan y reutilizan como compost o la aplican directamente al suelo, de acuerdo con el grado de descomposición. Disponen, además, de dos burros de abonos orgánicos con capacidad para 125 metros cúbicos.<br>Ni siquiera hacen falta muchos brazos para multiplicar si cuentan con la ayuda de ciertos insectos. Cultivar las abejas Meliponas facilita la polinización de plantas, además de contribuir al rescate de las llamadas abejas de la tierra. Un sistema de guaridas confeccionadas con piedras y tejas criollas protege las 45 colmenas en explotación.<br>  
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[[Image:Villa Hortensia (91).jpg|right|150x150px]]El mérito del trabajo crece al comprobar que todo ha sido posible sin derroche alguno de recursos, pues estos han sido economizados al máximo.<br>Uno de los grandes aciertos que exhibe la finca consiste en recurrir al riego subterráneo por goteo: este sistema asegura que cada planta reciba el agua directo a la raíz, y solo la cantidad precisa. <br>Asimismo, emplear el humus de lombriz en lugar de productos químicos no solo evita importar estos últimos y elude sus elementos tóxicos, sino que también mejora los suelos y propicia frutos de mayor calidad. <br>Entretanto, los vertederos orgánicos constituyen una solución a esa basura, la cual degradan y reutilizan como compost o la aplican directamente al suelo, de acuerdo con el grado de descomposición. Disponen, además, de dos burros de abonos orgánicos con capacidad para 125 metros cúbicos.<br>Ni siquiera hacen falta muchos brazos para multiplicar si cuentan con la ayuda de ciertos insectos. Cultivar las abejas Meliponas facilita la [[Polinización|polinización]] de plantas, además de contribuir al rescate de las llamadas abejas de la tierra. Un sistema de guaridas confeccionadas con piedras y tejas criollas protege las 45 [[De_colmenas_y_de_abejas_en_Cuba|colmenas]] en explotación.<br>  
  
 
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Revisión del 08:47 21 abr 2011

Villa Hortensia
Información sobre la plantilla
Villa Hortensia.jpg
Concepto:En Villa Hortensia coexisten armónicamente frutales y plantas ornamentales en una densidad rayana en lo inverosímil, aunque bien palpable


Villa Hortensia: Finca agroecológica ubicada en el municipio Artemisa de donde se han multiplicado plantas ornamentales, árboles de marañón, guanábana, cerezos y otros frutales en sólo 2,14 hectáreas de tierra.


Un profesor de geografía devenido agricultor

Villa Hortensia (36).jpg

Ha multiplicado plantas ornamentales, árboles de marañón, guanábana, cerezos y otros frutales hasta lograr 25 000 ejemplares en solo 2,14 hectáreas. Por eso, y por su trabajo de educación ambiental, fue postulado al Premio Nacional de Medio Ambiente que confiere el CITMA.

Un pulmón deoxígeno recibe a quienes llegan a Artemisa por la entrada noreste del municipio habanero. Tal vez pase desapercibido a la vista, a causa del cercado de arecas; sin embargo, en el aire se nota la diferencia. Villa Hortensia exhala aire puro desde sus casi 25 000 plantas. A esta finca repleta de marañones, guanábanas, cerezas y mameyes, van a parar las aves en busca de un refugio natural.
Sin más combustible, energía eléctrica o regadío que el imprescindible, ni más fertilizante que el humus de lombriz y abonos orgánicos, un ex profesor de geografía llamado Idalio Jesús Mederos ha multiplicado variedades casi extintas de la campiña cubana y promovido la educación ambiental de niños y jóvenes en las escuelas del territorio.
El joven agricultor artemiseño ha implementado 17 proyectos agroecológicos, por lo cual se convirtió en candidato para el Premio Nacional de Medio Ambiente que entrega el CITMA.


Armonía en Villa Hortensia

Idalio asegura que su formación como profesor de geografía influyó notablemente en cuanto hace ahora. Cuando murió su padre no le quedó más remedio que atender la finca; luego no le bastó. “Era vital el compromiso con el medio ambiente, no solo de palabra sino de acción. Los maestros que he tenido y la realidad actual del planeta me llevaron a mantener una conducta lo más ecológica posible.”
A ese empeño se dedica con tenacidad desde hace casi una década. Auxiliado por otros tres trabajadores, logró una población forestal mixta de 24 595 ejemplares en apenas 2,14 hectáreas. En Villa Hortensia coexisten armónicamente frutales y plantas ornamentales en una densidad rayana en lo inverosímil, aunque bien palpable.
Con los nutrientes necesarios ninguna resulta hostil a la otra: 134 árboles de marañón, seis de canistel, dos de mamey Santo Domingo, 13 de anón, 10 de guanábana y 33 cerezos; a la par, 266 de aguacate, 245 de guayaba, 111 de cítricos y 26 de mango, 13 de melocotón, 16 de mamey colorado, uno de chirimoya y cinco de pera, entre otros.

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Por si no bastara, en los pasillos de la casa y otras áreas cuelgan más de 2 000 orquídeas de una decena de variedades. Abundan igualmente el Laurel nevado, los ficus y crotos, las Dracenas rojas…
Rodeados de tanto verde colocaron 14 nidales enmascarados de manera natural en áreas escogidas. Con el propósito de proteger la avifauna silvestre, dispusieron cuatro comederos que permiten atraer y multiplicar sinsontes, gorriones, tomeguines.


Con recursos de natura

Villa Hortensia (91).jpg

El mérito del trabajo crece al comprobar que todo ha sido posible sin derroche alguno de recursos, pues estos han sido economizados al máximo.
Uno de los grandes aciertos que exhibe la finca consiste en recurrir al riego subterráneo por goteo: este sistema asegura que cada planta reciba el agua directo a la raíz, y solo la cantidad precisa.
Asimismo, emplear el humus de lombriz en lugar de productos químicos no solo evita importar estos últimos y elude sus elementos tóxicos, sino que también mejora los suelos y propicia frutos de mayor calidad.
Entretanto, los vertederos orgánicos constituyen una solución a esa basura, la cual degradan y reutilizan como compost o la aplican directamente al suelo, de acuerdo con el grado de descomposición. Disponen, además, de dos burros de abonos orgánicos con capacidad para 125 metros cúbicos.
Ni siquiera hacen falta muchos brazos para multiplicar si cuentan con la ayuda de ciertos insectos. Cultivar las abejas Meliponas facilita la polinización de plantas, además de contribuir al rescate de las llamadas abejas de la tierra. Un sistema de guaridas confeccionadas con piedras y tejas criollas protege las 45 colmenas en explotación.


Plantar ideas

Desde luego, impregnar este tesón a muchos más amplía los resultados. Por eso, Idalio organizó un movimiento agroecológico en la cooperativa Julito Díaz y la comunidad El Porvenir, con tal de enseñar sobre manejo agroecológico en las fincas de la comunidad.
Con la vehemencia de una obra considerable sobre la tierra, el profesor de antaño insiste en una conciencia ecológica de acción. “No pongamos cuotas. Nuestra desmedida forma de relacionarnos con el entorno no entiende de números. Pongamos corazón y voluntad.
“Más allá de producir alimentos, se trata de mantener vivo al hombre del tercer milenio. Es hora de bajar la manga de la camisa y apretar la hebilla del cinto, de esparcir árboles y plantas. Seamos mejores para que nuestros sucesores tengan menos que reclamarnos”.
Idalio concibió, además, establecer la misión ambiental Club Los Verdes en la escuela primaria rural Adolfo Delgado, con el objetivo de transmitir esas ideas a las nuevas generaciones. “La propuesta ha despertado tal interés en los estudiantes que constituye tarea de primer orden en su quehacer diario, sin ser orientada por profesor alguno.
“Realizan excursiones a la finca, que les familiarizan directamente con las actividades agrícolas y les educan en una cultura agraria. Pueden ver las aves volando, la abeja en su colmena o en la flor, aquello que quizás suena frío en un libro, pero aquí tiene sabor a vida.
“Han comenzado a plantar en sus patios. Ya meriendan guayabas que sembraron y abonaron. La cereza y el marañón crecen en la escuela y en la comunidad, junto con plantas de guanábana y de mamey. Ahora los niños emprenden acciones concretas en su pedacito de planeta”.
Y la misión se extiende al resto de las escuelas del municipio mediante sociedades científicas y círculos de interés, entre otras iniciativas.
Los proyectos se suceden uno tras otro. “Es respuesta y deuda con la naturaleza cubana, con sus bosques, aguas cristalinas, su aire puro y descontaminado. Paguemos lo que nunca debimos consumir”.


Fuente


Artículo “Paguemos lo que nunca debimos consumir” Periodista Yoel Mayor Lorán, Periódico Granma
(fotodepo/nacional/Villa Hortensia/Villa Hortensia 001, 92, 91, 35, 75, 82 y 88)