Virgen del canónigo Van der Paele

La Virgen del canónigo Van der Paele
Información sobre la plantilla
La virgen del canonigo van d.jpg
Datos Generales
Autor(es):Jan van Eyck
Año:1436
País:Bandera de Bélgica Bélgica
Datos de la Pintura o dibujo
Estilo pictórico:Pintura Flamenca
Técnica:Óleo sobre tabla
Dimensiones:122,1 X 157,8 cm
Localización:Museo Groeninge en Brujas

La Virgen del canónigo Van der Paele. Pintura religiosa realizada en óleo sobre tabla por Jan van Eyck en 1436.

La obra

Corresponde a un género muy usado en el Renacimiento, llamado sacra conversazione (conversación sagrada), en el cual la Virgen sostiene una conversación con los santos en un ambiente íntimo. En este caso se incluye al donante, el canónigo Van der Paele, presentado por San Jorge. Este pisa la casulla del canónigo, recordando que está subordinado al poder espiritual. Sin embargo, su presencia en la escena reivindica su rol social en el poder temporal.

El lienzo destaca el tratamiento de los ropajes y la profusión de los detalles. El brillo de la armadura de San Jorge ofrece una excusa a Jan van Eyck para usar reflejos. Se puede ver el reflejo del artista y de la Virgen, concebida como espejo inmaculado de la gracia divina.

El cliente es un canónigo de edad avanzada, muy rico y poderoso, que quiere retratarse de igual a igual con la Virgen y sus santos protectores, pero que ha de ceder a las normas de etiqueta: está presentado por un santo, arrodillado ante María y con un gesto de sumisión del que carece el violentamente soberbio Canciller Rolin. Van Eyck hace gala de su extremado realismo que causó furor entre su clientela: sus retratados eran fielmente ellos mismos, sin elegancias ni idealizaciones. El canónigo está a punto de morir, tras diez años de grave enfermedad. Las trazas de la enfermedad se advierten en su rostro colapsado, que trasluce una poderosa personalidad. El religioso se llama Jorio van der Paele; Jorio significa Jorge, por lo que es su patrono quien le presenta a la Virgen. San Jorge viste su reluciente armadura. Se comporta como un caballero en un salón de recepciones reales. Se quita con galantería el casco y nada en su actitud refleja un sentimiento religioso. Su presencia parece intimidar al Niño Jesús, sorprendentemente avejentado. Su mirada y su gesto grave indican el destino superior al que el bebé está orientado. Al otro lado tenemos un arzobispo, solemnemente vestido. Lleva una rueda de carro con cinco velas encendidas: es el símbolo de su martirio, pues le arrojaron a un río para ahogarlo pero se salvó milagrosamente por la aparición de esta rueda, a la que se agarró. Así pues, se trata del arzobispo Donaciano, patrón de la iglesia para la que el canónigo van der Paele encargó el cuadro junto con otras obras.

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