Guerras por la independencia en Varadero

Las guerras por la independencia en Varadero
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Cronología
1884 hasta 1958

Las guerras por la independencia en Varadero Las arenas de Varadero fueron testigos, desde 1884 hasta 1958, de las luchas por la independencia y la liberación nacionales.

Historia

En 1884, Carlos Agüero desembarcó con quince hombres para adentrarse en el territorio matancero, donde se sostuvo once meses hasta caer muerto el 7 de marzo de 1885. Otro desembarco se produce el 17 de marzo de 1896. Esta vez es el patriota cubano general Enrique Collazo. Con cincuenta hombres y un cargamento de armas, arriba en el vapor “Three Friends”, y aun en la oscuridad de la noche reconoce el paisaje amado: “Estas son las arenas de Varadero”, exclamó. Después de un nutrido tiroteo con los fuertes y las tropas españolas, y de sufrir algunas bajas, los cubanos penetraron en los bosques para unirse a otras fuerzas mambisas. Y sólo tres meses después, el 20 de junio, el comandante Trujillo, al mando de “El Comodore”, llega a Varadero con armas para el General en Jefe Máximo Gómez. Ya derrotada España, el 11 de mayo de 1898, la ciudad de Cárdenas fue bombardeada por la Armada de Estados Unidos, al mando del almirante Sampson. El brigadier Carlos Rojas, del Ejercito Libertador Cubano, ordenó que todas sus fuerzas se dirigieran a Varadero. Allí estableció su cuartel general, y preparó su entrada triunfal en Cárdenas, donde hizo tremolar la Bandera de la Estrella Solitaria, casi medio siglo después que lo hiciera el anexionista Narciso López. Es Alejandro Neyra quien nos dice:

“Viva Cuba Libre! – Gritó la multitud-. Éramos independientes y nos hicimos cargo del mando, de la Aduana, del Puerto, del orden. Quince días después comenzó la Intervención Americana con las estipulaciones del Protocolo anterior al Tratado de París, y entregamos honradamente hasta el último centavo de la recaudación del Puerto, del Municipio y de los impuestos. Quince días fuimos independientes.”

El brigadier Carlos Rojas, como todos los cubanos dignos de su época, sufrió la afrenta de la ocupación militar yanqui y con tristeza e indignación vio alzarse en el mástil la bandera de las barras y las estrellas. La mayor parte de las familias burguesas de Cuba habían perdido sus fortunas. El país ofrecía un aspecto dantesco: los campos arrasados, la industria azucarera destruida, cerca de cien mil hijos del pueblo habían desaparecido entre 1895 y 1898, más los doscientos mil muertos en la Guerra de los Diez Años. En esas condiciones y bajo la ocupación militar estadounidense, numerosos capitalistas yanquis comenzaron a adquirir tierras y otras propiedades a precios misérrimos. Varadero no fue una excepción.

Fuentes

  • Tomado del libro: Varadero y su entorno maravilloso, de Antonio Núñez Jiménez, del Instituto de Geografía de la Academia de Ciencias de Cuba. Editado por el Instituto Nacional de Turismo de Cuba. La Habana, 1985.