Miguel Enríquez

Miguel Enríquez Espinosa
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NombreMiguel Enríquez Espinosa
Nacimiento27 de marzo de 1944
Talcahuano, Bandera de Chile Chile
Fallecimiento5 de octubre de 1974
Bandera de Chile Chile
PadresDr. Edgardo Enríquez Frodden

Miguel Enríquez Espinosa. Medico chileno. A los 23 a�os de edad, el IV Congreso del MIR lo eligi� su secretario general, responsabilidad que asumi� hasta su heroica muerte, siete a�os m�s tarde.
Secretario General del Movimiento de Izquierda Revolucionario MIR.

Síntesis biográfica

Los padres y hermanos

Padre de Enríquez. Edgardo Enríquez Frodden (1912-1997), descendiente de familias de clase media acomodada con fuerte arraigo a la zona de Concepción, médico especialista en anatomía, director de hospital, profesor universitario, destacado miembro de la Masoner�a, Rector de la Universidad de Concepción (1969-1972), Ministro de Educaci�n en 1973, durante el gobierno del presidente Allende.

Su madre Raquel Espinosa Towsend (1915), oriunda de Temuco, egresada de la Escuela de Leyes de la Universidad de Concepción, mujer cariñosa y de gran sensibilidad humana.

Nacieron 4 hijos: Marco Antonio (noviembre 1939), Edgardo (diciembre 1941), In�s (1942), y Miguel. La familia vivi� en un comienzo en la calle Caupolic�n 112 de Concepción. En mayo de 1943 se mudan a la casa n�mero 120 en la zona militar del Apostadero Naval de Talcahuano.

Estudiante

Desde que Miguel inicia sus estudios secundarios, se manifiestan o afianzan en �l, características que le acompa�ar�n durante su breve vida. Contrario y tenaz en el enfrentamiento a las injusticias, interesado en los problemas sociales, inteligente y estudioso, r�pido en sus razonamientos y hablar, facilidad para expresar sus ideas, disposici�n a enfrentar dificultades y buscarle soluci�n, abierto a diversas manifestaciones culturales, estudiante destacado, franco, directo, h�bil, alegre, lector multifac�tico y constante, gran simpat�a, solidario y buen amigo, autodidacta, responsable, jugaba ajedrez, practica gimnasia, disfrutaba de la m�sica cl�sica, gusta del excursionismo, etc. Sus inquietudes sociales y pol�ticas se manifiestan ya a los 11 a�os.

Querido por los buenos educadores, detestado por los mediocres. Muchas fueron las oportunidades en que supo enfrentar con vehemencia y claros argumentos el actuar injusto de algunos profesores contra sus compa�eros o �l mismo; actitud que le acarre� dificultades, como en segundo a�o cuando un inspector superado en una discusi�n le peg� y �l le respondi� cuanto pudo con su fuerza f�sica, o un injusto intento de expulsi�n en cuarto que la anul� con sus argumentos. En el transcurso de sus estudios de ense�anza media, adem�s de sus hermanos Marco Antonio y Edgardo conoce compa�eros de su propio curso, y de otros que m�s adelante le acompa�aran en su camino pol�tico.

En el tercer curso y cuando solo contaba con 13 a�os de edad tiene su bautismo inicial en la lucha callejera con ocasi�n de las movilizaciones populares del 2 de abril de 1957, estudiantes junto a obreros y pobladores salen a la calle en protestas contra la cesant�a, la pol�tica de alzas del segundo gobierno de Carlos Iba�ez y sus medidas represivas.

Durante la campa�a presidencial de 1958, se interesa y participa con sus hermanos en algunas actividades pol�ticos de la alternativa popular, asiste a masivas y combativas concentraciones, y comparte la frustraci�n que produjo la estrecha derrota de Salvador Allende candidato del Frente de Acci�n Popular, FRAP, y el triunfo de Jorge Alessandri candidato de los patrones; le surgen all� las primeras interrogantes e intentos de respuestas iniciales para el cuestionamiento futuro a la pol�tica de los partidos de izquierda tradicional.

El 1 de enero de 1959 se produce el triunfo de la [[Revoluci�n Cubana]] dirigida por el Movimiento 26 de julio encabezado por Fidel. Esta victoria remece y despierta a los explotados de Latinoam�rica, crea una nueva situaci�n que potencia el actuar revolucionario en sectores populares y en la juventud audaz e inquieta, que buscaba descubrir y trazar nuevos caminos para que junto a las masas oprimidas luchar por una revoluci�n verdadera.

Vocaci�n a la lectura

Miguel como todos sus hermanos desde muy niño le gustó estar informado de todo. Leía periódicos, incluso las editoriales, revistas, etc. Le encantaba escuchar conversaciones de personas mayores.

Para que dispusieran de libros y revistas su padre les abrió una cuenta en una de las mejores librerías de Concepción. Quien en general dirigía las lecturas de sus hermanos, especialmente cuando estos eran pequeños, era su hermano mayor, Marco Antonio, de esta forma fue formando su propia biblioteca con obras realmente selectas, tenía desde la Biblia hasta El Capital de Carlos Marx. Textos de historia, filosofía, economía, sociología, biografías, libros de arte, de literatura, etc.

Muchos de estos libros le fueron robados cuando la policía allanó su domicilio. Para fomenta el interés de Miguel por la ciencia, las artes, la cultura en general y aún la política, su padre siempre se preocupó de llevar a la casa profesores, artistas, investigadores, conferencistas, profesionales, parlamentarios y hasta sacerdotes. En estas reuniones familiares, desde 1959, siempre estaba presente la conversación, él no sólo escuchaba sino que también intervenía, fuera para hacer preguntas, fuera para dar su opinión con el correspondiente respeto y mesura.

Su vida Universitaria

En marzo de 1961 Miguel es seleccionado e ingresa a estudiar Medicina en la Universidad de Concepci�n, all� estrecha sus lazos de amistad y coincidencia pol�tico ideol�gica temporal o permanente con compa�eros de la carrera y otras facultades, Bauchi, Tranq�ilo Romero, Beatriz (Tati) Allende, J. Guti�rrez, Luciano, Edgardo Condeza, Juan Saavedra, Ariel Ulloa, y muchos otros.

El a�o anterior hab�a ingresado a la Federaci�n Juvenil Socialista de la cual ya su hermano Edgardo era miembro. El 17 de abril de 1961 y d�as siguientes es uno de los organizadores y conductores de las movilizaciones solidarias de los estudiantes y sectores del pueblo de Concepci�n contra la invasi�n mercenaria y de Estados Unidos a Cuba en [[Playa Gir�n]]. A fines de 1961 participa junto a otros dirigiendo los estudiantes en apoyo a la larga huelga del magisterio.

Antes de finalizar el a�o escolar enfrenta en asamblea de alumnos de primer a�o al rector de la Universidad, David Stitchkin, rechazando la forma en que trata a sus alumnos. En los a�os siguientes, adem�s de sus estudios de medicina, la militancia pol�tica, el estudio te�rico, asiste a clases o estudia por su cuenta materias que le interesan: econom�a, sociolog�a, filosof�a, historia. Gran impulsor del trabajo estudiantil voluntario en poblaciones de Concepci�n donde adem�s de la agitaci�n pol�tica se organizan cursos de alfabetizaci�n y se atiende a pobladores en policl�nicos de salud.

Su participaci�n creciente en la pr�ctica de la lucha de clases, le fueron mostrando muy pronto el aut�ntico car�cter del Partido Socialista donde militaba.


Miguel y el presidente Allende

Miguel en varias oportunidades trata de contactar al presidente Allende. "Tati" entrega el mensaje a su padre: se le insta y propone un plan y los medios para salir del Palacio de la Moneda y pasar a dirigir la lucha de resistencia clandestina desde las poblaciones populares. Allende no acepta: "Yo no me muevo de aqu�, cumplir� hasta mi muerte la responsabilidad de presidente que el pueblo me ha entregado. Ahora es tu turno Miguel�".

Un par de horas despu�s Salvador Allende presidente de Chile, gran patriota revolucionario pagaba con su vida, su lealtad a la causa de los trabajadores, levantando una eterna bandera de lucha, y ofrendando en el testimonio de su sangre, que el movimiento popular no se rinde ante los aparatos armados del estado burgu�s.

Actividad política

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En el centro Universitario de concepción, inició sus pasos como dirigente político estudiantil, inspirado en el ejemplo de la triunfante Revolución Cubana.

Militó en el Partido Socialista hasta 1963, posteriormente formó la Vanguardia Marxista (VRM), donde se agruparon jóvenes que en 1965 dieron vida al Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR).

Era un gran estudioso de cuestiones militares, económico, político y psicológico.

Su actividad política y sus responsabilidades como Secretario General del movimiento lo llevaron a abandonar la especialidad y asumir por completo las tareas de dirigente.

En 1967, en el Tercer Congreso del MIR presenta su tesis político militar de convertir el Movimiento en un partido revolucionario.

En 1969, el MIR es objeto de una intensa represión por parte del gobierno de Eduardo Frey y pasa a la clandestinidad, hasta que termina con el advenimiento de Allende como Presidente de la República.

El MIR apoyó la candidatura, chequeaba los actos de masa y se dedicó fundamentalmente a las tareas revolucionarias, a la información de las actividades del enemigo y a la protección de Salvador Allende.

Allí se formó el primer aparato de seguridad integrado por el MIR y el Partido Socialista, en donde el MIR capacitó y traslado sus experiencias a los últimos. Miguel chequeaba este trabajo y vigilaba directamente estas actividades.

El 5 de octubre de 1974, en la calle de Santa Fe 725, en la comuna de San Miguel, la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), principal aparato represivo del régimen militar, detectó el paradero de Miguel Enríquez y otros combatientes.

El último documento

El último documento conocido es una declaración pública. Fue redactada por el secretario general del MIR 25 días antes de su heroica muerte. No sólo tiene valor histórico por ese motivo, sino también porque da a conocer uno de los episodios más importantes de ese período: el intento de negociación con el MIR del jefe del SIFA, comandante Edgar Ceballos Jones, procesado por su responsabilidad en la desaparición de prisioneros políticos. La declaración fue publicada en número 101 de El Rebelde, órgano del MIR en la clandestinidad, y en el Correo de La Resistencia, números 3-4 de septiembre-octubre de 1974.

Carta

En los últimos años Miguel tuvo la certeza de que su vida sería corta. Por tal motivo no se permitió el lujo de perder el tiempo. Después de su muerte en combate con las fuerzas represivas de la dictadura le dedicó una carta a una persona especial a quien distinguía y apreciaba mucho.

En ella le decía que tenía que apresurarse en hacer las cosas porque cualquier día iba a caer y sus huesos probablemente quedarían esparcidos por ahí, blanqueándose al sol. En esa misma carta daba a algunas indicaciones sobre lo que quería que hiciera con su mujer y su hija.

Daba algunas instrucciones hacia el futuro.
En tiempo de la Unidad Popular, cuando ya había dejado la clandestinidad a que lo había llevado la persecución política e ideológica de Frei, fue un día a casa de sus padres y en esa conversación explicó a su madre cómo quería que fuera educada su hija Javiera, que entonces tenía unos dos años de edad.

Que nadie me la vaya a presionar, le dijo, que nadie pretenda orientarla hacia la política porque su padre dedicó prácticamente toda su vida. Quiero que sea una niña feliz, que crezca y se forme como todos los niños, despreocupada y libre, que ojalá practique una actividad artística. Si cuando más grande ella decide participar en política, que sea su decisión, que nadie la utilice para ningún fin que ella no desee o la motive. Si lucho por la libertad y felicidad de hombres y mujeres, cómo no voy a querer que mi hija sea feliz.


Muerte

El cerco represivo se estrechaba en torno a la direcci�n. Hab�a que tomar decisiones r�pidas y extremas, m�s ..� 5 de octubre 1974. Un "grupo de tarea" de la DINA, continua sus reconocimientos en un "sector posible y sospechoso" en San Miguel. Llegan a la calle Santa Fe esquina Chilo�. Sin saberlo inicialmente, hacen contacto con el objetivo perseguido y buscado largo tiempo. La decisi�n de Miguel es combatir. Resiste s�lo los momentos m�s intensos del combate, al ser abandonado por otros que le acompa�aban al creer que estaba herido de muerte. Enfrenta cerca de dos horas a centenas de efectivos de fuerzas militares combinadas que, al final logran darle muerte.

Diez balas acabaron con su vida, la cual hab�a entregado completamente a los intereses del proletariado y las masas populares y, a la lucha por construir una sociedad distinta. Su sue�o, ideario y aspiraciones camina en los senderos del porvenir hist�rico de su pueblo. Esa consecuencia y grito libertario irrumpir� con fuerza en eternos combates populares, vestido de obrero, de campesino, de mapuche, de poblador, de estudiante, de miliciano, de mujer, de hombre y de joven en su lucha irrenunciable por la dignidad, la libertad, la justicia, la democracia y un sistema social justo en nuestra patria.

Entierro

Miguel fue enterrado el 7 de octubre de 1974, a las 07:30 de la ma�ana, en un nicho del Cementerio General de Santiago. Autorizaron acompa�arle diez miembros de su familia, vigilados por cientos de hombres y armas de enemigos temerosos. Aunque el pueblo no pudo estar presente, una mujer represent� el sentir de miles de ausentes, cuando su madre Raquel, en medio del silencio con voz fuerte y entera dijo:

" Tú no has muerto.
Tú sigues vivo,
y seguirás viviendo
para esperanza y felicidad
de todos los pobres del mundo."


Fue sepultado con una simple cruz de cemento sin más inscripción que el número 2360 y la fecha que marcan en el folio 5 la tumba del luchador revolucionario.

Fuente

Parte de una entrevista inédita al Dr. Edgardo Enríquez Frodden, padre de Miguel y Edgardo Enríquez, ambos caídos en la lucha contra la dictadura Edición de1 al 14 de octubre de 1999 número 455.

[http://www.lashistoriasquepodemoscontar.cl/miguelceme.htm Biograf�a de Miguel Enrique]