Profilaxis antibiótica en neurocirugía
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Profilaxis antibiótica en neurocirugía
Resumen
La infección como complicación postoperatoria tanto en neurocirugía como en el resto de las especialidades quirúrgica, aumenta considerablemente la morbimortalidad. Esta era prohibitivamente alta antes de la introducción de los principios generales de la antisepsia, aunque con ellos se redujo drásticamente.
Materiales y métodos
La aparición de una serie de infecciones bastante próximas en tiempo llevo a la decisión de iniciar una profilaxis antibiótica para analizar si ésta podría tener alguna eficacia en la reducción de la tasa de tales infecciones. Para ello se tomaron al azar 235 pacientes que fueron distribuidos en dos grupos.
- Grupo A: Sin profilaxis antibiótica. Constituido por 105 pacientes, 65 varones y 40 mujeres, con edades comprendida entre los seis y ochenta y dos años.
- Grupo B: Con profilaxis, formado por 130 pacientes, 80 varones y 50 mujeres, cuya edad oscilaba entre diez y setenta y dos años.
Se consideraron como posible factores de riego que podían faciliar la instauración de una infección postoperatoria: la obesidad, la existencia de cirugía previa sobre la zona, la diabetes mellitus, una infección concomitante de vecindad, la inmunosupresión de cualquier tipo (incluida la que pudiera derivarse del tratamiento con corticoides); el material de sutura y la existencia de un traumatismo craneoencefálico abierto o con apertura de un seno óseo craneal. Se consideraron como signos de infección lo establecido por Malis; enrojecimiento y supuración de la herida quirúrgica, aparición de una meningitis bacteriana y la instauración de un síndrome meníngeo con aspectos inflamatorio de la herida, polimornucleares en el LCR, pero sin aislamientos de germen alguno. El antibiótico utilizado como profilaxis ha sido el cefamandol, según el siguiente protocolo: 2g intravenosos una hora antes de la intervención, continuando con la misma dosis y por la misma vía de administración cada seis horas durante la siguiente cuarenta y ocho horas.
Resultados
En el grupo A se objetivaron 13 infecciones (12,38%), correspondiendo 12 a infección de la herida quirúrgica y meningitis (11,42 y o,96%), respectivamente). Siete de las infecciones ocurrieron tras laminectomía y las seis restante tras craniectomía. En el grupo B las infecciones fueron cinco (2,3 y 1,54%, respectivamente). Dos se produjeron tras laminectomía y tres tras craniectomía. Solamente se aislaron género en 5 casos, correspondiendo todo ellos a estafilococo dorado. Esto fue en el grupo A, ya que no se consiguió aislar gérmenes en la infección del grupo B. No se han observados ninguna influencia de los factores considerados como de riegos, salvo en algún caso aislado, en que el material de sutura provocó una evolución más tórpida de la herida quirúrgica, facilitando incluso su infección, que no cedió hasta que no fue extraído dicho material de sutura. Lo que sí se ha apreciado ha sido una sustancial reducción en la incidencia postoperatoria de infección de la herida quirúrgica en el grupo en el que se ha utilizado el cefamandol como profilaxis , reducción que es estadísticamente significativa (p < 0,001)
Discusión
Para que la profilaxis antibiótica sea eficaz hay que considerar una serie de parámetros, según se desprende de los diversos trabajo que en torno a ellos de ha realizado. En primer lugar hay que escoger el antibiótico adecuado, cuyo espectro debe incluir fundamentalmente los gérmenes habituales en el medio donde se va a utilizar dicho fármaco. En segundo lugar hay que considerar la vía de administración. Alexander y Alexander señalan que es preferible la administración antibiótico diluido en un corto período de tiempo y la administración de dosis equivocada por infusión intravenosa continua o por vía intramuscular. En el primer caso se obtendríamos rápidamente concertaciones más elevadas del antibiótico a nivel de la herida, mientras que en el segundo caso los niveles alcanzados son más bajo y se retrasa la llegada a la herida quirúrgica. Por últimos debemos, debe considerarse la duración de la profilaxis. Esta debe de oscilar entre veinticuatro y setenta y dos horas. No debe sobrepasarse ese tiempo para evitar el riegos de superinfección o de efectos tóxicos del fármaco.
Conclusiones
En nuestro estudio profilaxis antibiótico, concretamente el uso del cefamandol, se ha mostrado eficaz en la reducción de la tasa de infección de la herida quirúrgica, reducción que es estadísticamente significativa. Los antibióticos pueden ser eficaces , pero no deben utilizarse en neurocirugía de una manera indiscriminada. En circunstancias ideales deben seleccionarse los casos.
Fuente
- Artículo: Profilaxis antibiótica en neurocirugía En: Revista Cirugía Española. Órgano oficial de la Asociación Española de Cirujanos. 1987; XLII (4):