Jean Michel Basquiat
| ||||||||||
Jean-Michel Basquiat (1960 - 1988) fue un pintor estadounidense que nació en Brooklyn, Nueva York, el 22 de diciembre de 1960.
Sumario
Biografía, Graffiti y Gueto
Nacido en 22 de diciembre de 1960 en Brooklyn, Nueva York, Jean-Michel Basquiat se crió en las calles de dicho barrio, donde comenzó a crear feroces graffitis en las estaciones del metro de Lower Manhattan, firmando los mismos con el anagrama SAMO©, que significa "SAMe Old shit" (la misma vieja mierda).
Su padre, Gerard Basquiat, era un contable haitiano de respetable solvencia económica, y su madre, Matilde, era una diseñadora gráfica puertorriqueña de gran prestigio profesional. Jean-Michel creció en un entorno familiar desgarrado, sus padres se divorciaron y por esta situación tuvo que cambiar muchas veces de escuela. Ya a los cuatro años, asoma su interés por el diseño inspirado por los dibujos animados de la televisión y el amor al arte transmitido por su madre que hace de las visitas al Museo de Brooklyn, al Metropolitan y al museo de Arte Moderno de Nueva York, parte del programa de diversiones del niño, al tiempo que completaba esta enseñanza-aprendizaje (que un biógrafo llamó "educación informal"), con sesiones de lectura en la que la poesía tenía un lugar preponderantem de modo que, cuando comenzó a elaborar su propia poética, lo alentó dejando una huella que Jean-Michel conservaría por el resto de su corta vida.
Estudió en una escuela católica privada, posteriormente en una escuela pública y finalmente, a los 16 años, ingresó en la City-As-School, centro escolar para adolescentes superdotados, de donde lo expulsaron, por rebeldía, un año antes de graduarse.
Su pasión por el diseño le permite escapar de un entorno familiar desgarrado por el divorcio de sus padres, cuando J.M. cuenta con 7 años, desarraigo que se traduce en continuas mudanzas con los consiguientes cambios de escuela, desde un plantel católico privado, hasta un colegio público que lo puso en contacto con la subcultura de la gran ciudad, el consumo de drogas y las bandas callejeras. Finalmente, a los 16 años, ingresa en la City-As-School, centro destinado a la formación de adolescentes superdotados que no pueden adaptarse al sistema escolar tradicional, de donde es expulsado por rebeldía cuando le faltaba solo un año para graduarse.
Cuando abandona el City-As-School, deja definitivamente el hogar paterno para vagar durante dos años, y por propia decisión, por las calles, vivir en edificios abandonados o con amigos más marginales que él. Tiene 17 años. Sitio favorito de sus correrías: el Bajo Manhatan, donde sobrevive con la venta de postales y de camisetas que él mismo decoraba. Sus pintadas y escritos tenían una enorme carga poética y filosófica que hablaban de su sensibilidad e inteligencia, pero sobre todo, de su visión de la vida plagada de desencanto, amargura y soledad, vicisitudes que traducía en sátira (por ej.: los legendarios "J" con la efigie de Edgar J. Hoover, el tenebroso dueño del FBI). No por casualidad el pseudónimo de su álter ego, compartido con el célebre integrante de la llamada "escena de Nueva York" de los 70', Al Díaz, "SAMO", corresponde a las siglas de SAMe Old shit, es decir, "la misma vieja mierda", con el que ambos firmaban sus mensajes crípticos, expresados en tags y graffitis y que terminó por convertirse en el símbolo reconocido de una manera de pensar estampada en los muros de la ciudad. Estos murales llevaban inscripciones como "SAMO salva imbéciles" o "SAMO pone fin al lavado de cerebro religioso, la política de la nada y la falsa filosofía".
Un artículo sobre la escritura callejera de SAMO publicado en el influyente The Village Voice fue el primer indicio de que el mundo del arte se interesaba por él.
Comenzaba el mito, mito que se fue afianzando por la calidad y personalidad de sus protagonistas, Basquiat principalmente, por su juventud, recia y a la vez vulnerable personalidad y esos comentarios que, dichos en el lugar justo y en el momento oportuno, agregan realidad a la leyenda, como la vez que afirmara, sin pensarlo mucho, que el SAMO, que comenzaba a volverse familiar en las paredes neoyorquinas, estaba inspirado en el autor de un libro sobre anatomía que había acompañado su convalecencia tras sufrir un accidente. El propio Basquiat repetiría varias veces que ese libro fue un referente precoz de su trabajo.
El graffiti.
Desde finales de los años sesenta, grupos de jóvenes de los barrios marginales de Brooklyn y del Bronx empezaron a cubrir las paredes de los espacios públicos (tapias, vallas publicitarias, andenes, túneles y vagones del ferrocarril metropolitano) de garabatos y pintadas. Los más próximos a la love generation se valían de esos espacios públicos para dar rienda suelta a su desencanto, a sus protestas, a sus desacuerdos con las estructuras sociales, políticas y económicas de un sistema que les era absolutamente adverso. Otros, huyendo de sus guetos, dejaban sus huellas o sus marcas anónimas en los muros urbanos con actitudes despolitizadas e indiferentes al establishment, con la única voluntad de afirmar su identidad y dar testimonio de su existencia en el seno de un sistema que los tenía apartados.
En 1979 escribió en los muros del SoHo: SAMO is dead. Entonces, colgó el graffiti, y fundó el Gray, un grupo musical en el que tocaba el clarinete y el sintetizador y con el que frecuentaba pub como CBGB y el Mudd Club, lugares de moda donde se reunían otros artistas, pero pronto abandonó su incipiente carrera musical. En el East Village, músicos y artistas elaboraron su propia subcultura (hip hop), compartieron su afición por la música rock, por el break y el rap, y llevaron a cabo performances, filmes underground y graffitis.
Sus inicios en la pintura.
Pero fue a partir de 1980, siendo aún un vagabundo, cuando comenzó a dedicarse principalmente a la pintura. J.M. Basquiat poseía una cierta curiosidad intelectual y sentía una verdadera fascinación por el expresionismo abstracto, por los trazos gestuales de Franz Kline, por los primeros trabajos de Jackson Pollock, por las pinturas con figuras de De Kooning y por las caligrafías de Cy Twombly, todo lo cual, junto a sus raíces haitianas y portorriqueñas, le llevó a tener un gran dominio del grafismo expresivamente gestual. Interesado también por las combine paintings de Robert Rauschenberg y por el Art Brut, de Jean Dubuffet, así como por la cultura popular, sus graffitis adquirieron una cualidad plástica y expresiva cada vez más próxima a la de la reciente pintura norteamericana, hasta el punto de que, unos años más tarde, Jeffrey Deitch definió su trabajo como una “chocante combinación del arte de De Kooning y de los garabatos pintados con aerosol en el metro neoyorquino”.
Desde pequeño había recibido una apreciable educación artística informal; su madre lo llevó a visitar museos (fue miembro júnior del Museo de Brooklyn a los seis años), también lo inició en la lectura de literatura poética, y más tarde lo impulsó a escribir la propia. El nombre de su grupo se convirtió en un capítulo más del mito cuando Basquiat afirmó que estaba inspirado en el autor de un libro sobre anatomía que había acompañado su convalecencia tras ser atropellado, a los seis años, por un automóvil. El propio Basquiat repetiría varias veces que ese libro fue un referente precoz de su trabajo. Completó su formación autodidacta como oyente en la Escuela de Artes Visuales, donde entró en contacto con el pintor y autor de graffiti Keith Haring.
El año de 1983, prolífico y en la plenitud de su creación, la exposición Post-Graffiti, presentada en la galería Sidney Janis Gallery, confrontó el trabajo de aquellos artistas que ya se habían integrado plenamente en el system con el de los "artistas de gueto". Jean-Michel Basquiat apareció junto a los primeros como artista principal, destacado sobre otros no menos célebres como Haring o Scharf. También presenta sus primeras exposiciones individuales en galerías de prestigio de la Gran Manzana. Y fueron los europeos los que en sus comienzos apreciaron el arte de J.M.B. al punto de ofrecer la que sería su primera muestra individual en la galería de Emilio Mazzoli, en Modena, Italia, a mediados de 1981, seguida por su debut neoyorquino en la primavera de 1982. En 1984, su obra, junto a la de una selección de ciento setenta artistas, logra acceder al Museum of Modern Art, hasta esa exposición, reacio a ese movimiento "sin bases teóricas sólidas", según algunos críticos que no creían precisamente en el neoexpresionismo, inauguró la importante exposición An International Survey of Recent Painting and Sculpture, dónde, Andy Warhol le presenta al galerista suizo Bruno Bischofberger, quien dio a conocer su obra en Europa y con quien colaboró estrechamente hasta su muerte.
"El 10 de febrero de 1985 J.M.B. aparece en la portada de la revista dominical New York Times, convirtiéndose en el primer artista plástico negro que aparece en la primera plana. Cosa curiosa, pues en esa época el estereotipo racista blanco consideraba a los negros buenos deportistas, buenos bailarines o buenos músicos, pero no en campos como las artes plásticas". Quien escribió esta reseña, olvida figuras como John Wesley Hardrick, Aaron Douglas, Archibald Motley, Romare Bearden, Charles Alston y el pintor de Harlem, el gran Jacob Lawrence.
La razón de tal "descubrimiento" pareciera ser la suma de una serie de factores que pasan por el movimiento pacifista, la cultura pop, el impulso dado por su relación con el gran gurú de la vida artística y social, Andy Warhol, los motivos inspirados en la música, el deporte, la política que, derrota de Viet Nam mediante, pareciera tocar por primera vez a la gran masa, lo que se traduce en críticas mordaces sobre la sociedad, la injusticia social y una particular sensibilidad por todo lo relacionado con el racismo.
Su obra.
Estilísticamente, la obra artística de Basquiat ofrece múltiples lecturas que van más allá de lo que un análisis superficial puede hacer pensar, con innumerables referencias, que, en su caso, parecieran más un hecho casual y olvidado que el uso consciente de influencias de artistas contemporáneos como Picasso o Pollock, sin olvidar el jazz (y los pintores afrodescendientes que lo precedieran, como el ya nombrado Jacob Lawrence), la cultura del África primitiva. "Pintó dibujos infantiles monumentales que recuerdan los frescos de Lascaux" señala el galerista Bruno Bischofberger.
Multilingüe (el pintor hablaba con fluidez inglés, español y francés), bisexual, graffitero, adicto a la poesía simbolista, la mitología, la historia y las drogas, "decía que quería pintar como un niño", según su amigo Fab Five Freddy, y agrega: "Veníamos los dos de Brooklyn, y Jean-Michel era el único que conocía a Caravaggio, Warhol, a la vez que sabía lo que pasaba en la calle"
Exposiciones personasles.
En 1982 se inicia para Basquiat un verdadero camino hacia el éxito: se multiplican sus exposiciones individuales y colectivas. En 1982 es incluido en la exposición Transvanguardia: Italia/América con artistas neoexpresionistas de la talla de S. Chia, F. Clemente, E. Cucchi, D. Deutsch, D. Salle y Julian Schnabel. Ese mismo año participa en la exposición organizada por Diego Cortez, presentada en la Galería Marlborough de Nueva York, titulada The Pressure to Paint, junto con otros artistas como G. Baselitz, S. Chia, F. Clemente, E. Cucchi, M. Disler, R. Fetting, K. Haring, y J. Schnabel, entre otros. Al año siguiente (1983) participa en la Bienal del Museo Whitney de Nueva York junto a los emergentes representantes del arte apropiacionista, los nuevos expresionistas, y otros graffitistas como K. Haring.
Ese mismo año (1983) la exposición Post-Graffiti, preparada por el prestigioso galerista Sidney Janis y presentada en la galería que lleva su nombre -la Galería Sidney Janis- confrontó el trabajo de aquellos artistas que ya se habían integrado plenamente en el sistema con el de los “artistas de gueto”. Por supuesto, Jean-Michel Basquiat apareció junto a los primeros como principal destacado entre otros como Haring o Scharf. En 1983, participó en exposiciones individuales en galerías de prestigio de Nueva York como Gagosian y Annina Nosei. En 1984, el Museum of Modern Art de la misma ciudad (Nueva York), que en principio se había mostrado reacio al neoexpresionismo, presentó la importante exposición An International Survey of Recent Painting and Sculpture, dónde, junto a una selección de ciento setenta artistas, Basquiat también participó.
En 1984 Warhol le presentó al galerista suizo Bruno Bischofberger, quien dio a conocer su obra en Europa y con quien colaboró estrechamente hasta su muerte. Desde este año, los amigos de Basquiat empiezan a preocuparse por sus adicciones. A menudo lo encontraban casi en coma y muy paranoico con ideas de persecución. La paranoia de Basquiat, con todo, tenía motivos por las amenazas muy reales de gente que le robaba cuadros de su estudio o de galeristas que se llevaban obras sin terminar para exhibirlas o venderlas.
En esta época Basquiat, entre otros pocos, llegó a utilizar las páginas de papel couché de las revistas de información general y de moda, como Time, Newsweek, Vanity Fair y Vogue no por su pintura, sino por su vida de “alta sociedad” y por su presencia en fiestas y en clubes de moda, como el neoyorquino Palladium. Frecuenta por entonces a Madonna y a otras estrellas del espectáculo y la música. El 10 de febrero de 1985 Basquiat aparece en la portada de la revista dominical New York Times, convirtiéndose en el primer artista plástico negro que aparece en la primera plana. Cosa curiosa, pues en esa época el estereotipo racista blanco consideraba a los negros buenos deportistas, buenos bailarines o buenos músicos, pero no en campos como las artes plásticas. El artículo que acompaña la foto, redactado por Cathleen McGuigan, se intitula “New art, new money: The marketing of American artist” ("Nuevo arte, nuevo dinero: La mercadotecnia de un artista norteamericano").
En marzo de ese año, 1984, una nueva exposición individual en la galería Mary Boone, otra de las más importantes del momento. Robert Farris Thomson, en el catálogo de esa exposición, define el arte de Basquiat como parte de una “tradición afroatlántica” y en ese contexto queda catalogada. En 1985 Basquiat colabora con Francesco Clemente y Andy Warhol, aunque las obras producidas no despiertan una respuesta positiva en la crítica. De esta colaboración el resultado son varios lienzos de gran tamaño con sugerentes combinaciones de color, collages que aúnan pintura, serigrafía, el graffiti y el lenguaje publicitario.
Entre 1984 y 1985 los lienzos viajaron de un estudio a otro; normalmente los empezaba Warhol, Clemente los perfeccionaba y Basquiat los remataba. Sin embargo, Warhol y Basquiat se entendieron particularmente bien. Warhol dejó escrito en su diario: “Jean-Michel Basquiat ha conseguido que pinte de una forma muy diferente, y eso está muy bien”. La idea de pintar juntos fue considerada enriquecedora para ambos porque Warhol, que en aquel momento sólo empleaba técnicas como la serigrafía, volvió a coger el pincel, y Basquiat comenzó a conocer las técnicas mecánicas aplicadas a la pintura. El establishment cultural negro criticaría el patronazgo de Warhol a un artista negro.
Muerte.
Ya en el año 1984, los amigos del pintor empezaban a preocuparse por sus excesos en el uso de drogas. A menudo lo encontraban casi en coma y muy paranoico con ideas de persecución. La paranoia de Basquiat, con todo, tenía motivos por las amenazas muy reales de gente que le robaba cuadros de su estudio o de galeristas que se llevaban obras sin terminar para exhibirlas o venderlas. Ejemplo de esto es el caso de la galerista Annina Nossei, uno de sus primeros marchands, quien explotó vergonzosamente uno de los momentos cuando la creatividad de Basquiat estallaba pródiga y desenfrenada, "Le tuvo encerrado en el sótano de su galería pintando cuadros (ahora calificados como "primeros Basquiat", para distinguirlos de los menos apreciados "últimos Basquiat", pintados tres años más tarde), que ella vendía antes de que estuvieran secos y, algunas veces antes de que estuvieran acabados. "El system devorando los huevos de oro hasta que se agoten.
En 1986 Basquiat viaja a África y expone en Abidján (Costa de Marfil). En noviembre de ese mismo año realiza una gran exposición (más de 80 obras) en el Museo Kestner-Gesellschaft de Hannover, convirtiéndose, con 25 años, en el artista más joven que exhibe en ese museo. En 1988 se instalan exposiciones en París y Nueva York, y en abril de ese mismo año trata de abandonar sus adicciones y se retira a su casa de Hawai'i. Vuelve a Nueva York en junio, anunciando que se ha liberado de las adicciones, pero el 12 de agosto de 1988, a los 27 años, muere por sobredosis de heroína, siendo el artista visual negro más exitoso en la historia del arte afroamericano. Miembro del "Club de los 27", junto a Cobain, Jones, Hendrix, Joplin, Morrison, Winehouse, entre otros.
A lo largo de su breve pero intensa carrera artística realizaría más de 40 exposiciones personales y participaría en alrededor de 100 colectivas. La autopromoción y el reclamo publicitario fueron para Basquiat factores prioritarios, como con anterioridad lo habían sido para Andy Warhol o para Julian Schnabel.
Connotación de su obra en la historia del arte.
Su preocupación por transmitir en su pintura la problemática de doble pertenencia a minorías étnicas, la afroamericana y la latina, si bien es elemento recurrente de su narración pictórica, nunca se sometió a intencionalidades mensajísticas condicionadoras. El crítico británico Edward Lucie Smith sostiene: “El más celebrado artista negro de los ochenta, Jean-Michel Basquiat, utiliza con frecuencia la imaginería 'negra', pero al mismo tiempo siempre demuestra su ansiedad por someterla a claros acentos de universalidad.” También precisa que “su intención no era tanto construir una capillita más para la cultura afroamericana, sino competir en igualdad de condiciones con su mentor Andy Warhol.” Por su parte, el teórico alemán Klaus Honnef afirma: “Sea casualidad o no, si se pasan por alto las significativas alusiones a la existencia social de los negros en los Estados Unidos y la furia considerable de sus cuadros, se podría llegar a la conclusión de que las pinturas y los dibujos de Basquiat están enraizados en la estética francesa, y no en los graffiti de Nueva York”.
Por su parte, Irving Sandler sostiene que Basquiat, quien desde 1980 hasta su muerte alcanzó un éxito y notoriedad nada comunes, al igual que unos años antes había hecho su “padrino” Andy Warhol, se convirtió en prototipo del genio romántico, atractivo, rebelde, hip y salvaje y, a la vez, en el profesional ansioso de celebridad y dinero, en la última de las estrellas del universo rutilante de Andy Warhol.
La leyenda del niño salvaje, tras su muerte, será tocada y retocada hasta hacer casi imposible la distinción entre realidad y fabulación. Por ejemplo, el afán de ser el primero en descubrir, quizás inventar, al nuevo genio pictórico de la década, transforma a Diego Cortez en improvisado e inspirado promotor de la mítica historia de Jean-Michel Basquiat. Cortez alaba su primitivismo, la pureza casi arcaica, el vigor expresivo y otros varios clichés del repertorio previsible cuando de artistas afroamericanos se trata, especialmente con el graffiti.
El mánager, crítico de arte y poeta Rene Ricard le vaticina: “Haré de ti una estrella.” Y profetiza: “Nadie querrá ser parte de una generación que ignora a otro Van Gogh”. El artista posee algunos rasgos, que ya hemos comentado, que constituyen una plataforma excelente a la hora de dejar despegar imaginaciones exuberantes: joven, pobre (por lo menos durante algunos años y por propia decisión), negro y de ascendencia latina, presuntamente vinculado al mundo de las bandas, con un pasado reciente de frenético y contestatario graffitero, proveniente de una innominada y patética zona de Brooklyn.
El mercado levantará su nombre como contraposición orgullosamente antiintelectual a Keith Haring, artista post-pop de raíces grafiteras, aunque con una sólida formación artística. Basquiat solo atravesó fugazmente algunas escuelas de arte, conducta varias veces ponderada como virtud.
Su temprana muerte marcará la definitiva consagración del mito. De alguna manera Basquiat decidió la brevedad de su vida. “Yo sé que algún día voy a dar vuelta a la esquina y voy a estar preparado para eso”, dijo alguna de las pocas veces que habló sobre sí mismo, sobre su existencia. “Eso” era una muerte buscada desde la adolescencia, idea que de alguna manera nunca abandonó, a través de un carácter obsesivamente autodestructivo. “Nunca sé demasiado bien si estoy vivo. De todos modos no me preocupa demasiado: creo que soy inmortal” dijo a una de sus parejas, Jennifer Goode. La idea de su inmortalidad reaparecía como pretexto cada vez que un Warhol paternal le recriminaba el abuso de las drogas: “No te preocupes, soy inmortal”.
El artista chicano Benny Dalmau y el transvanguardista italiano Francesco Clemente coinciden en afirmar que sólo cuando pintaba Basquiat parecía animado por una vitalidad tan incontenible como inesperada.
La leyenda.
Al menos Basquiat disfrutó de sus quince minutos de gloria (al decir de Warhol), en una sociedad como la norteamericana que no admite segundos puestos, que mediatiza religión, amistad y afectos en función del profit, única garantía de poder y fama, sociedad globalizada gobernada por un self made man con el poder suficiente para ordenar la destrucción de países enteros, si así lo estima conveniente "para los intereses de los Estados Unidos", pero que no puede impedir que una camarilla de banqueros especulen con "activos tóxicos", manejen capitales apalancados, inflen burbujas que al estallar provocan la ruina de millones de personas a lo largo y ancho de este mundo globalizado y que se patinan olímpicamente las ayudas sacadas de los bolsillos de los contribuyentes para seguir manteniendo su training de vida como si nada hubiera pasado y, de paso, seguir especulando.
Pero el system no suelta la presa. La leyenda del niño salvaje sigue produciendo dividendos, y, tras su muerte, será contada, manipulada y retocada hasta hacer casi imposible la distinción entre realidad y fabulación. Quienquiera que desee tener una "reproducción original" (SIC), puede buscar en la web y conseguirla por 170 dólares, firma en la parte superior incluida.
La leyenda seguía creciendo, ahora apuntalada por la vigilancia de un mercado que encontraba un excelente y fructífero producto. Ricard, otra vez, retoma una profecía de 1981 y proclama: “Hemos encontrado el niño radiante del siglo”. Se lo compara, tras la aceptación europea, con Rimbaud.
Sus seguidores afirman que en sus obras brilla una sensibilidad intuitiva que seguramente hubiese cuajado en formidable talento, brillan los inicios primarios de un don tremendamente escaso: la genialidad. La fuerza, el lirismo, la melancolía, la violencia, la gracia lúdica, el desenfado cromático, las fusiones imprevisibles están allí, como testimonios que siempre comunican la sensación de fermentalidad inconclusa. También está la apropiación singularizada y sutil de Rauschenberg, de Jasper Johns. Sobre todo, la “salvajización” de los grafismos-textos utilizados por su admirado Cy Twombly. Lo que en Twombly es levedad y refinamiento en Basquiat se vuelve gestualidad exasperada, cartografías de una afectividad en perpetuo e inconforme desconcierto.
En 1996 la vida de Jean-Michel Basquiat fue llevada a la gran pantalla, después de 6 años de rodaje, de la mano de su amigo y colega Julian Schnabel. El cantante David Bowie interpretó a Andy Warhol.
Obras.
- Cráneo, 1981. Acrílico y crayón de óleo sobre tela.
- Hombre rojo, 1981. Acrílico, pastel y pintura en aerosol sobre tela.
- Aguas peligrosas, 1981.
- Arroz con pollo, 1981. Acrílico y crayón de óleo sobre tela.
- Cenizas, 1981. Acrílico, crayón de óleo y pintura en aerosol sobre madera.
- Pescando, 1981. Acrílico y crayón sobre tela.
- Ángel caído, 1981, Acrílico y crayón de óleo sobre tela.
- Beneficio I, 1982. Acrílico sobre tela.
- Santo, 1982. Acrílico y óleo sobre tela.
- Mecca, 1982. Acrílico y crayón de óleo.
- En la cifra, 1982. Acrílico, óleo, crayón de óleo, marcador y collage sobre tela.
- Cabezas empolvadas, 1982. Acrílico y crayón de óleo sobre tela.
- Autorretrato como un talón, parte II, 1982. Acrílico y crayón de óleo sobre tela.
- Autorretrato, 1982. Acrílico, crayón de óleo y pintura en aerosol sobre tela.
- Los colonos holandeses (parte I), 1982. Acrílico sobre tela.
- Los colonos holandeses (parte II), 1982. Acrílico sobre tela.
- Los colonos holandeses (parte III), 1982. Acrílico sobre tela.
- Alquitrán y plumas, 1982. Acrílico, crayón de óleo, pintura en aerosol, alquitrán y plumas sobre masonite.
- Africanos de Hollywood, 1983. Acrílico y crayón de óleo sobre tela.
- Moisés joven, 1983. Acrílico y crayón de óleo sobre tela.
- Tabaco, 1984. Acrílico y crayón de óleo sobre tela.
- PZ, 1984. Acrílico y collage sobre tela.
- Ahora es el momento, 1985. Acrílico y crayón de óleo sobre tela.
- Sienna, 1984. Acrílico, crayón de óleo y serigrafía sobre tela.
- Tierra, 1984. Acrílico sobre tela.
- Vino de Babilonia, 1984 Óleo, acrílico y crayón de óleo sobre tela.
- Brazo y martillo, 1985 (elaborado en conjunto con Andy Warhol), Acrílico sobre tela.
- Ahora es el tiempo, 1985. Acrílico sobre madera.
- King Zulú, 1986. Acrílico, cera y rotulador sobre tela.
Fuentes.
http://www.hst1066.com/comm/2008_09/185/Matilde.pdf
http://www.artchive.com/artchive/B/basquiat.html
http://www.brooklynmuseum.org/exhibitions/basquiat/street-to-studio/
http://www.nytimes.com/books/98/08/09/reviews/980809.09boswort.html
http://www.repubblica.it/.../basquiat/basquiat/basquiat.html
http://www.postersvip.com/pintura-abstracta-jeanmichel-basquiat-
http://www.triennale.it/triennale/sito.../basquiat/.../index.html