Ignacia Allamad

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María Ignacia Allamand Lyon
Información sobre la plantilla
Ignacia.jpg
ResidenciaChile
NacionalidadChilena
OcupaciónActriz
CónyugeTiago Correa
PadresAndrés Allamand y Bárbara Lyon

Maria Ignacia Allamand Lyon Es fanática de los perros, callejera, empeñosa y corajuda. Convertida en “actriz revelación”, Ignacia Allamand sabe que tiene que enfrentar muchos prejuicios por ser hija del senador de RN y saca a relucir su potente artillería.

Biografía

Ignacia Allamand, no es pesada ni malcriada, ni rebelde ni enojona. Ese fue el primer papel que hizo en una teleserie en Chilevisión, y como actúa tan bien, ahora haga lo que haga, siguen creyendo que es un poco mala. “Soy cero mal genio, tampoco ando peleando con todo el mundo, lo que pasa es que digo lo que pienso, soy súper clara y en general la gente está acostumbrada a que les maquillen un poco las cosas, pero eso no más, igual soy muy relajada”. Es verdad, la entrevista la hicimos en su pieza, mientras el resto del equipo sacaba y guardaba cosas de su clóset. Nos recibió de cara lavada y antes de sacarle la foto nos pidió un minuto para arreglarse, pero llegó de vuelta al segundo con puro rimmel. Es bonita, no necesita nada más. Hija de Andrés Allamand y la Bárbara Lyon, la Ignacia heredó de su mamá el gusto por las cosas bonitas, por las antigüedades, es una coleccionista innata, sobre todo de ropa, zapatos, accesorios; y de su papá el interés por los libros, “soy lectora compulsiva”, se lee tres diarios completos en las mañanas y sabe todo lo que está pasando.

Esta actriz de 25 años ya ha hecho varias teleseries, además de cine y obras de teatro. Ahora está de vacaciones y con su marido, el actor Tiago Correa, van a partir a Nueva York y a Maui, para recuperar energías antes de empezar a grabar la próxima teleserie nocturna de Chilevisión. Lleva tres meses de matrimonio y fue una de las primeras de su grupo de amigas en casarse, "¡para que vean que no soy una rebelde!", dice riéndose, porque le da lo mismo lo que digan de ella.

Vida y Obra

La segunda hija de Andrés Allamand tiene 25 años, se ha teñido el pelo de todos los colores, ha vivido tres veces fuera de Chile,defiende a brazo partido las libertades personales, no está inscrita en los registros electorales y odia la sacarina tanto como ama a sus padres.

Se crió junto a tres hermanos más: Olivia, de 27, que es diseñadora y pintora; Juan Andrés, quien falleció en 2003 y tenía una parálisis cerebral; y Raimundo, que tiene 17 y estudia en el Newland. Ignacia también estuvo en ese colegio, “católico, pero no tanto”, dice ella, aunque admite que siempre fue “anti” y que no participó mucho de las actividades escolares. Viajera empedernida, su mamá cuenta que cuando era chica y le preguntaban qué quería ser cuando grande, contestaba: “Turista”. En segundo medio partió por seis meses a Australia, donde aprendió que nadie le lavaría los calzones ni le haría la cama. Volvió más despabilada y, al poco tiempo, se trasladó a Estados Unidos por dos años, junto a su familia.

A su regreso de Washington entró a estudiar Teatro en la Católica, pero en tercer año se retiró porque quería ampliar el enfoque y tomar cursos sobre puesta en escena, guión y diseño teatral. Su crisis vocacional se sumó a la muerte de su hermano, Juan Andrés, quien, tras el accidente que tuvo al caer a una piscina, quedó con una parálisis cerebral y por mucho tiempo fue el centro de la atención familiar. Al morir tenía 15 años. “Él era increíble”, recuerda Ignacia. “Siempre fue una fuente de energía positiva, que nos mantenía en contacto con las cosas simples. Su muerte fue una tristeza muy profunda, pero también significó un descanso, porque su vida no era fácil”.

Tras la pérdida de su hermano, la familia cerró un ciclo. Su hermana Olivia se fue a vivir sola, Ignacia partió a Buenos Aires con un pololo argentino del que se enamoró perdidamente y, al poco tiempo, sus papás se separaron.

En Buenos Aires, donde vivió tres años, tomó cursos teatrales con maestros de primer nivel y realizó algunos trabajos. Cuando aún no cumplía un año fuera, la llamó Alberto Fuguet para realizar un papel importante en la película Se arrienda, donde personificó a la pareja de Luciano Cruz-Coke. El escritor y cineasta quedó flechado con su energía tras conocerla en Washington, donde había viajado para entrevistar a su padre, de quien se hizo muy amigo.

Los actores del elenco de Se arrienda quedaron impresionados con lo parada en la hilacha que era esta chica.Felipe Braun, quien compartió escenas con ella, comentó una vez: “Llamaba mucho la atención lo bien que se desenvolvía. Nunca se sintió una pendeja y eso que estaba actuando con gallos que tenían años de circo”.

En 2006 decidió que era tiempo de volver a Chile. Dejó a su novio tras la cordillera y se quedó aquí con su papá, con quien todavía vive. También entró a estudiar con Alfredo Castro, mientras evaluaba la generosa oferta de trabajo que le llegó de distintos canales nacionales.Eligió Chilevisión, que recién iniciaba su área dramática, porque le gustó que fuera un proyecto más chico y experimental. Quedó en el casting y asumió brillantemente el papel de una escolar rebelde en la teleserie Vivir con 10, lo que le valió de inmediato el reconocimiento de sus pares. Todos reconocen que es talentosa, profesional y matea, y que aportó muchos elementos atinados a su personaje, como el look y la gestualidad. Desde ahí no ha parado de trabajar y ahora, además de prepararse para otra teleserie del canal, actúa en Cinco mujeres con un mismo vestido, la obra que dirige Willy Semler en el Teatro San Ginés.

Fuentes