Álvaro Morales Hernández

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Álvaro Morales Hernández
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Mártir revolucionario cubano
NombreÁlvaro Morales Hernández
Nacimiento7 de abril de 1936
Arroyo Blanco de Guisa, Granma, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento22 de abril de 1961
Playa Girón, Matanzas, Bandera de Cuba Cuba
Causa de la muerteHeridas en combates de Playa Girón
NacionalidadCubana
PadresVenerado Morales Valdés y María Hernández Corrales

Álvaro Morales Hernández. Mártir revolucionario cubano natural de Arroyo Blanco, en el municipio de Guisa.

Síntesis biográfica

Nace el 7 de abril de 1936 en una humilde y pequeña casa en una finca en San José en Arroyo Blanco de Guisa, propiedad de su abuelo materno, Álvaro Morales Hernández. Del matrimonio formado por Venerado Morales Valdés y María Hernández Corrales nacieron 9 hijos: 5 varones y 4 hembras, ellos son; Roger Morales Hernández, Anselmo Morales Hernández, Venerado Morales Hernández, Álvaro Morales Hernández, Ángel Morales Hernández, Elisa Morales Hernández, Deisy Morales Hernández, Ada Morales Hernández y Santa Morales Hernández.

Su padre Venerado Morales Valdés, era de origen humilde, nació en Santa Rita el 14 de noviembre de 1910, vivió en el lugar llamado el Faldón perteneciente a la localidad antes mencionada. En un modesto taller de carpintería buscaba el sustento para mantener a su familia durante varios años, labor que continuó cuando se mudaron para la ciudad de Bayamo.

Al triunfar la Revolución por sus conocimientos de carpintería trabajó en la fábrica de coches llamada “La Calesa” de la cual fue fundador, en ella estuvo laborando hasta su jubilación, perteneció a las Milicias Revolucionarias, a los CDR, CTC. Fue simpatizante del Partido Ortodoxo, amó incondicionalmente a la Patria y a la Revolución.

Era de carácter fuerte, respetuoso, firme en sus decisiones, combativo con las cosas mal hechas, bastante exigente en la educación de los hijos, inculcando principios y convicciones de buen revolucionario, fue ejemplo para su familia. Fallece el 20 de abril de 1997 a la edad de 87 años, sus restos descansan en la necrópolis de Bayamo. Su madre María Hernández Corrales nació el 13 de agosto de 1913 en Arroyo Blanco de Guisa en una pequeña finca propiedad de sus padres, allí transcurre su infancia y parte de su juventud. En este lugar es donde conoce al padre de sus hijos y contraen matrimonio.

Después de formada la familia por sus 9 hijos se trasladaron a la ciudad de Bayamo en el año 1950, residiendo en la barriada conocida como la Malaria. Una persona de modales finos, le inculcó a sus hijos una buena educación; actualmente tiene 96 años de edad y reside en calle 26 entre 13 y 15 Reparto Camilo Cienfuegos, Bayamo.

La familia Morales Hernández colaboró en alimentos y otros recursos con las tropas del Ejército Rebelde; Roger Morales Hernández sirvió de práctico cuando Raúl Castro iba para el segundo Frente Oriental, lo buscó para que lo acompañara en la travesía pues conocía la zona y no debían ser descubiertos por las tropas enemigas.

Infancia

La infancia de Álvaro Morales Hernández transcurrió hasta los 14 años en Arroyo Blanco donde cuentan sus hermanos y conocidos que tenia buenas relaciones con sus amigos, le gustaba compartir con ellos, fue muy amoroso con su madre y sus hermanas prefiriendo lo mas bello y hermoso para ellas; siempre las halagaba con mucho cariño, ternura y delicadeza.

Las primeras letras las aprendió en una escuelita particular de ese lugar en la que tenían que pagar un peso mensual por alumno; por presentar problemas económicos y no tener recomendaciones políticas pudo llegar hasta el tercer grado, alcanzando el sexto grado al triunfar la Revolución.

Después de sus jornadas de estudio pasaba gran cantidad de tiempo ayudando a su padre, junto al resto de sus hermanos en todo lo que podía; era aficionado a la lectura, le gustaba cantar, su deporte preferido era la pelota, era muy susceptible ante los regaños y llamadas de atención por lo que trataba siempre de hacer las cosas correctas para evitar ser requerido.

Fue noble, sano, muy callado, sencillo, disciplinado, respetuoso con sus compañeros, vecinos y familiares, le gustaba el color azul, como buen cubano le gustaba nuestro plato tradicional el congrí, el cerdo y la yuca hervida. Era un joven alegre y muy celoso con sus hermanas, le gustaba sacarlas a pasear así como bailar con ellas, se molestaba con facilidad cuando eran enamoradas o elogiadas en su presencia por otros jóvenes.

Fue estibador en el molino arrocero de Bayamo, propiedad en esa época de Julio Borda, actualmente lleva el nombre de Álvaro Morales Hernández. Perteneció a la logia Perucho Figueredo número 29 “Caballeros de la Luz” cita en calle Perucho Figueredo número 404 en la ciudad de Bayamo; pudo pertenecer a ella por sus cualidades morales, era una organización muy selectiva, a la misma ingresaban aquellas personas que tras largas y fuertes pruebas demostraban su incondicionalidad como miembros.

Inicio de su lucha

En el año 1950 la familia se traslada a la ciudad de Bayamo donde se vincula con simpatizantes del Partido Ortodoxo. Al producirse el zarpazo del 10 de marzo de 1952 comenzó a reunirse con miembros de la juventud Ortodoxa, al poco tiempo formó parte de un grupo conspirador organizado en la barriada donde vivía, en la calle actualmente nombrada Perucho Figueredo donde realizó numerosas actividades políticas.

Después de los ataques a los cuarteles Moncada en Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo, se incorpora al movimiento 26 de Julio realizando diferentes actividades clandestinas en la zona de Bayamo, Las Tunas, Jiguaní y Holguín.

Participó en la huelga del 9 de abril de 1958, encargándose de avisarle a los comerciantes y dueños de establecimientos, a que no prestaran el servicio y se sumaran a la huelga, pasó varias jornadas virando las grapas que se utilizaban para hacer las cercas con el propósito de luego tirarlas en la calle para que los carros de la tiranía se poncharan y no pudieran transitar.
Después de los ataques a los cuarteles de la tiranía en el oriente cubano decidió su suerte junto a los que escogieron el camino de la insurrección, se vinculó al grupo del capitán Orlando Lara Batista y junto a él trabajó de forma discreta, silenciosa y muy dispuesto en cada una de las actividades revolucionarias a desarrollar.

Durante la lucha en la Sierra Maestra se dedicaba a transportar víveres y otros artículos para los rebeldes, para lo cual utilizaba una bicicleta con un cajón justificando que los productos que adquiría eran vendidos para buscar ingresos para el sustento de la familia.

Cuando el capitán Orlando Lara Batista fundó el campamento rebelde en Cauto del Paso, él, meses después se incorporó a la tropa que operaba en el triángulo en Las Tunas, Holguín y Bayamo. Fue uno de los soldados más disciplinados de la columna 14 Juan Manuel Márquez. Operó en las llanuras de Cauto y Alto Cedro, participó en el combate del puente de Cauto Cristo, por su actuación se ganó un lugar destacado en la contienda libertadora que se extendió hasta el 1ro de enero de 1959.

Al terminar la guerra revolucionaria y alcanzar el triunfo rebelde fue seleccionado para formar parte del DIER (Departamento de Investigaciones Revolucionarias) siendo uno de sus fundadores. Las actividades las realizó en la capital habanera en el reparto Marianao, después ocupó la plaza de telefonista en la dirección de la Policía Nacional Revolucionaria. Era de la sección de la Patrulla Motorizada.

Durante este tiempo en la capital conoció a una joven pinareña de la cual se enamoró llamada Carmelina. Tenían planificado contraer matrimonio, todo lo tenían preparado, habían comprado artículos necesarios para el hogar, pero esto no pudo realizarse pues la muerte lo sorprende. Ella mantuvo comunicación con la familia de Álvaro Morales Hernández durante 5 años después de su muerte.

Cuando las bandas contrarrevolucionarias operaban en la zona del Escambray fue incluido en el contingente que partiría en la limpia contra los mercenarios. Perteneció el tercer pelotón de la tercera compañía y tras largos meses de trajín incesante regresó a La Habana, el 2 de abril de 1961. Su actitud ganó méritos sonados pues tomó parte en la captura de 120 bandidos muy bien armados y protegidos.

Como estímulo de su accionar revolucionario recibe 5 días de descanso los cuales decide disfrutarlos junto a su familia en Bayamo, es la última vez que se reúnen en familia, nunca le comentó a su mamá la actividad secreta que realizaba, solamente lo sabia su hermano Roger. El 15 de abril de 1961 recibió la orden de incorporarse al batallón de la policía, interrumpiendo así sus 5 días de descanso, rápidamente se incorpora al llamado de la patria junto a su hermano Ángel Morales Hernández pero él fue el seleccionado a participar en la acción de Playa Girón.

Anécdota de su muerte

El 17 de abril el batallón de la Policía Nacional se incorpora al resto de los que allí se encontraban defendiendo nuestro suelo patrio, uno de ellos fue Álvaro Morales Hernández quien tuvo la oportunidad una vez más de defender nuestro cielo, lamentablemente es herido el 19 de abril de 1961 rápidamente fue trasladado para el hospital de Matanzas donde fallece el 22 de abril de ese mismo año.

Es enterrado en Jagüey Grande y a los 9 días fue exhumado su cadáver para trasladarlo a Bayamo por petición de la familia y de la Logia Perucho Figueredo, fue velado en la casa de sus padres alrededor de 10 a 20 minutos por encontrarse en estado de descomposición, luego fue llevado para el panteón de la Logia y finalmente hoy descansan sus restos en el panteón de los Mártires de Girón en la ciudad de Bayamo, contaba al morir con 25 años de edad. El gobierno y personalidades encargadas de registrar la historia de nuestra Patria, hoy valoran la posibilidad de convertir el hogar que vio crecer a Álvaro Morales en un museo.

Fuentes