Actividad revolucionaria contra la dictadura en el municipio Venezuela

Desarrollo del movimiento obrero en el territorio
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Ubicación Geográfica:Se encuentra al sur de provincia Ciego de Ávila en el Km 15 y medio
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Movimiento obrero en el territorio Venezuela (Ciego de Ávila). Durante el largo período neocolonial los trabajadores azucareros del territorio fueron abanderados no sólo de sus conquistas específicas de clase, sino también, de las más sentidas necesidades y aspiraciones de todo el pueblo. Sin embargo, no siempre estuvieron en condiciones de desempeñar ese papel histórico.

El movimiento obrero en el territorio

Las falsas concepciones que dominaban al movimiento obrero en los centrales Stewart y Jagüeyal hasta avanzada la década del 30, lo incapacitaban para adoptar una posición correcta ante el fenómeno nacional, la lucha antimperialista y la liberación nacional. El economismo, denominador común de reformistas y nihilistas, sumió al movimiento obrero en una total indiferencia ante la lucha por la independencia nacional. La mayoría de los dirigentes anarquistas del incipiente proletariado, no obstante, contribuyeron, en cierta medida, al desarrollo de una limitada conciencia, pero por su apoliticismo frenaron la labor histórica de la clase obrera, es decir, su papel de vanguardia en la lucha política.

Las mismas características, pero adaptadas a las condiciones específicas del lugar y las actividades económicas, estaban presentes en el puerto de Júcaro, donde desde 1903 existía la primera organización obrera constituida en toda la historia del actual municipio de Venezuela (Ciego de Ávila): el Gremio de Braceros y Estibadores inscripta con el nombre de José Martí, en el que imperó el reformismo.

Existe un elemento que no se puede obviar al analizar el tema que nos ocupa: la influencia de los obreros ferroviarios y sus líderes gremiales. Eran ellos los encargados de transportar el azúcar y las mieles desde el central hasta los puertos y en los casos específicos del Stewart y Jagüeyal fueron los empleados del ferrocarril de Júcaro a Morón. Las actividades propias del trabajo permitían el vínculo entre portuarios, ferroviarios y azucareros.

La Huelga y La ley Arteaga

En más de una década republicana la lucha obrera sólo había logrado tres leyes sociales, dentro de ellas la llamada Ley Arteaga, que prohibía pagar salarios en vales y fichas. Con el nacimiento de la producción azucarera y la actividad portuaria, comenzó la explotación más despiadada y cruel contra la clase obrera y también las primeras muestras de rebeldía. Así es como antes de empezar su primera zafra y por el adeudo de tres meses de jornales, los trabajadores que levantaban la plantación azucarera Silveira se lanzan a la huelga en 1907, convirtiéndose, de hecho, en el primer movimiento huelguístico de los trabajadores azucareros en la actual provincia de Ciego de Ávila, donde participaron más de 500 trabajadores, cuyas familias pasaban hambre y desnudez y vivían en infrahumanas condiciones.

La huelga se extendió y el propio Gobernador Militar yanqui intervino en la misma. La firme actitud de los obreros de no terminar el paro hasta que se les pagaran los adeudos obligó a los representantes de la compañía norteamericana dueña del Stewart, a cursar el dinero. Una vez realizado el pago, la situación volvió momentáneamente a la calma. La protesta no fue reprimida con violencia debido a que los trabajadores reclamaban el pago en dólares que tenían un mayor poder de cambio que las monedas que circulaban entonces (francesas y españolas). Ello favorecía los intereses yanquis que veían afianzar su dinero en la economía nacional utilizando a los obreros nativos.

Otro gran movimiento huelguístico azucarero de trascendencia nacional fue el que llevaron a cabo los obreros del Jagüeyal, el 12 de agosto de 1908, con el reclamo del pago de jornales adeudados. Participaron más de 300 trabajadores, en su mayoría españoles a los que la prensa de la época calificó como a ácratas y terroristas. Los huelguistas llevaban 7 meses sin cobrar. Les daban vales y fichas que tenían poder de cambio sólo en la bodega del batey, donde la mayoría de las veces faltaban los productos de primera necesidad y cuando existían eran de pésima calidad y a altos precios.

Por los distintos actos y protestas efectuados en el batey del central y en la propia ciudad de Ciego de Ávila, la Guardia Rural detuvo a los trabajadores José Rivero Martínez, Julio Rodríguez, Juan Álvarez, José Manuel Vázquez, Julio González, Severino Rey Soto y Manuel Rey, instruyéndoles de cargo en la causa 489 de 1908, imputándoles los delitos de infracción de la ley de ferrocarriles, arengas condicionales, violación de la Ley de explosivos y desorden público. Durante el juicio, celebrado en la Audiencia de Camagüey en 1909, el fiscal solicitó para los acusados cadena perpetua, pero el tribunal dictó fallo absolutorio, al no encontrar pruebas contundentes.

En ese propio año el gremio José Martí de Júcaro se declaró en huelga al no aceptar el patrón las bases para las tarifas salariales a regir en el puerto y la aplicación de la jornada laboral de 8 horas. Más tarde, el 16 de enero de 1912, hubo otro intento de huelga entre los jornaleros de tierra del puerto, que exigían también las 8 horas de trabajo, pero la actitud vacilante del presidente del gremio la impidió. Desde esos tiempos el reformismo predominó entre sus principales dirigentes.

Fuertes movimientos huelguísticos sacudieron el territorio en el período contra la despiadada explotación a que eran sometidos los obreros por las empresas norteamericanas, Stewart Sugar Company, la The Júcaro and San Fernando Land Company, y la Musson Line que operaba el comercio de exportación en Júcaro.

En 1912 concluye la construcción del muelle en el subpuerto de Palo Alto y ante esta situación el gremio de Júcaro extiende su jurisdicción amparado por los límites marítimos del puerto. Como Palo Alto se encontraba en esos límites, el gremio en uso de los derechos que tenía, se adueña de los trabajos del mencionado subpuerto, perteneciente a la Stewart Sugar Company.

El 4 de marzo de 1913 los portuarios jucareños se declaraban en huelga al no querer el patrón Federico Casteleiro, aceptar las bases de las tarifas salariales por el trabajo del embarque de azúcar proveniente del central Jagüeyal.

Después de múltiples gestiones interviene la Guardia Rural como mediadora, pero todo fracasa. Cuatro días más tarde y a propuesta del Gobernador provincial se le presenta a Casteleiro y a los huelguistas una tarifa que es aprobada por ambas partes, dando fin a la huelga. En el acta levantada durante el proceso se registró en el libro correspondiente la siguiente declaración:

No ha habido vencedores ni vencidos y sí unión, la que debe existir entre el capital y el obrero por el servicio que mutuamente se hacen ambos (2)

En 1913 el gremio estaba integrado por 102 trabajadores, existiendo una junta directiva integrada por un presidente, secretario y varios vocales. Así mismo, estaba constituida una Comisión de Inteligencia a nivel de puerto.

En el ámbito azucarero

En los centrales Stewart y Jagüeyal surgió un proletariado heterogéneo a causa del factor migratorio, imperando en los primeros años los españoles e isleños que fueron los que sembraron las ideas anarquistas y anarcosindicalistas e inyectaron combatividad a la incipiente clase obrera, a pesar de sus tesis carentes de bases científicas.

Al estallar la Primera Guerra Mundial la situación de los centrales del territorio era cada vez más inquietante en razón de que los trabajadores reclamaban las 8 horas de trabajo y la elevación de los salarios, debido al aumento de los artículos de primera necesidad. Las jornadas eran de 12 horas diarias, las que se dividían en cuartos de 6 horas cada una. Los salarios eran pagados en vales vinculados a la Comercial.

Los colonos y la Compañía podían en sus propiedades despedir libremente a los trabajadores sin formarles siquiera expedientes, ya que no existía el derecho de permanencia o de inmovilidad. Tampoco había cajas de retiro, ni legislación sobre accidentes del trabajo favorables al obrero. En fin, no había garantías para el trabajo y mucho menos oportunidad para el estudio, ni escuelas para el obrero y sus hijos.

Otro abuso fue la exclusión de muchos obreros cubanos en empleos controlados por extranjeros cuya fuerza de trabajo se vendía más barata y era la que codiciaban las empresas. Tal era el caso de la inmigración antillana que cubrió estas tierras durante años en cruel y dolorosa competencia con el obrero cubano. En 1916 comenzaba una nueva etapa de explotación más refinada y aguda, al pasar los centrales Stewart y Jagüeyal a manos del gran monopolio de la Cuban Cane Co. En la segunda quincena de octubre de 1917 se inició en los ingenios de Cruces una potente huelga que fue apoyada en los centrales Stewart, Jagüeyal, Morón, Ciego de Ávila y otros. En las proclamas se reclamaba un aumento del 25 por ciento de los salarios y la jornada de 8 horas. Desde Camagüey es enviado un escuadrón de la Guardia Rural que reprime violentamente a los obreros de la localidad.

En noviembre de 1917 triunfa la gran Revolución Socialista de Octubre, hecho de extraordinaria significación para toda la humanidad y que influyó notablemente en el proletariado cubano.

Como consecuencia del Congreso obrero de 1920 comienzan a fundarse importantes organizaciones obreras como la Hermandad Ferroviaria y la de Trabajadores Azucareros de Camagüey, con delegaciones en los centrales Morón y Ciego de Ávila.


La constitución de estas organizaciones era un paso muy importante si se compara con años anteriores, ya que a partir de ese momento los movimientos huelguísticos no fueron espontáneos, sino respondían a una organización sindical. A la experiencia histórica de casi 15 años de batallar del proletariado de estos centrales, se unía el triunfo de la Revolución de Octubre y el surgimiento en la zona de La Trocha de un líder obrero de la talla de Enrique Varona González, quien pide a sus hermanos el agrupamiento, la unión de los azucareros, independientemente de que fueran agrícolas o industriales. Comienzan a destacarse en la lucha numerosos obreros. Bajo las orientaciones de Varona se organiza un gremio en el Stewart que agrupa, entre otros, a Aurelio Guillot, Luis Mayo, Pepe Tanquero y José Pririango. Los mismos levantan como bandera el reconocimiento al derecho de organización sindical, la jornada de 8 horas de trabajo y mejores condiciones de vida y laborales.

Los Azucareros

A partir de 1924 los azucareros comienzan a brindar grandes batallas saliendo a luchar en forma masiva. La más potente huelga de la industria azucarera comenzaba el 9 de septiembre de 1924, dirigida por Enrique Varona, Presidente de la Unión de Obreros y Empleados del Ferrocarril Norte de Cuba. Se iniciaba por el central Morón (Ciro Redondo), extendiéndose días más tarde al Stewart (Venezuela), Jagüeyal, Falla (Enrique Varona), Agramonte (Ignacio Agramonte), Jaronú (Brasil), Cunagua (Bolivia), Florida (Argentina), Punta Alegre (Máximo Gómez), Céspedes (Carlos Manuel de Céspedes) y otros. (3). El gobierno de Zayas designa supervisores militares y lanza los soldados contra los obreros de los centrales.

La Cuban Cane dicta “leyes” y disposiciones para reducir a la impotencia a los huelguistas, como la de no admitir en los establecimientos de la compañía otros vales a cambio de mercancías que los tickets que la misma expedía. Los Trabajadores Ferroviarios del Norte de Cuba brindan su apoyo material y moral a los azucareros y por último también paralizan sus actividades. El 21 de octubre de 1924 visita el central Stewart el Gobernador Provincial Rogerio Zayas Bazán, con el objetivo de intervenir en la solución del movimiento de protestas. De aquí parte a visitar otros centrales de la zona que se mantenían en huelga. Le acompaña el jefe de la policía especial, Angel Riverón.

Varona es detenido y más tarde liberado por la presión popular. Visita a los centrales. Se entrevista con los administradores y les habla a los trabajadores, tanto a los del propio central Jagüeyal, como a los de Stewart en la estación ferroviaria del Quince y Medio. (4).

La poderosa huelga se extiende a otras provincias, recibe la solidaridad de Julio A. Mella quien denuncia los atropellos de la Guardia Rural y de las compañías azucareras yanquis. La huelga arriba a los tres meses de iniciada y amenaza el comienzo de la zafra. Los hacendados y grandes colonos piden la intervención del gobierno. En los Estados Unidos la reacción no se hace esperar y llegan a enviar una nota conminatoria en la que amenazan con intervenir nuevamente en la Isla. A finales de noviembre comienzan a llegar rompehuelgas a los centrales. Arriban polacos y de otras regiones del país, custodiados fuertemente por la Guardia Rural. Inmediatamente los obreros crean las comisiones de estaca y se enfrentan violentamente a los “recién llegados”, a pesar de la custodia amarilla. Muchos de los esquirlones tienen que abandonar el lugar. (5).

Con la llegada de diciembre se acerca el inicio de la zafra y el gobierno ensaya el método de tratar con los dirigentes obreros con el propósito de lograr que estos dieran por terminado el movimiento. Las compañías azucareras tratan de ganar tiempo con la proximidad de la zafra y esperaban que los trabajadores agotados y sin recursos volvieran al trabajo. El 13 de diciembre de 1924 después de más de tres meses de combativo movimiento huelguístico, los dirigentes obreros acuerdan terminar el paro. Esta había sido la mayor y más tensa huelga. Dirigida por Varona se convirtió en una resistencia heroica de miles de trabajadores ante sus justas demandas a las compañías norteamericanas, al gobierno de turno y a la Guardia Rural.

Pero los movimientos de protesta no se ceñían sólo a los centrales. Ese propio año el Gremio José Martí declaraba públicamente que la Cuban Cane Company no quería dar trabajo a los obreros cubanos de Júcaro que laboraban en Palo Alto y que si no existía una rápida solución el puerto iría a la huelga. La compañía azucarera pretendía eliminar a los obreros jucareños y contrató a otros portuarios que habían arribado al central Stewart, sobre la base de menos salarios de los que devengaban los de Júcaro, de acuerdo a las tarifas que ellos habían logrado.

En abril de 1925 los azucareros del Stewart vuelven a la huelga por la organización sindical. Aunque el gobierno había reconocido el derecho a la sindicalización de los azucareros, la compañía yanqui no lo aceptaba. Se solidarizaron con los azucareros los ferroviarios del gremio La Unión de Morón. En agosto se celebra en Camagüey el Tercer Congreso Nacional Obrero en el mismo queda constituida la Confederación Nacional Obrera de Cuba. A esta reunión llegó un telegrama procedente del central Stewart anunciando la declaración de huelga ante la negativa del administrador de no reconocer al Delegado sindical. El Congreso se solidariza de inmediato con los huelguistas. (6).

Días después el paro se extiende a los demás centrales de la Cuban Cane y recibe apoyo de la Federación Obrera de La Habana, de los trabajadores ferroviarios de Guantánamo y del propio Alfredo López. Rogerio Zayas Bazán ordena a la Policía Secreta una investigación en el central Stewart con el fin de redactar un informe que había sido solicitado por el gobierno de los Estados Unidos. En esa huelga de agosto, las fuerzas reaccionarias se ensañan contra los obreros, son expulsados 44 de ellos con sus familiares, desalojados violentamente de sus viviendas por la Guardia Rural, expresándoles que jamás podían volver a trabajar en el central y menos vivir en el batey. Además, fueron circulados por todos los centrales propiedad de la compañía en el país para que no se le diera trabajo (7). Tampoco esa huelga alcanzó el objetivo propuesto.

El 28 de noviembre son expulsados del país otros trabajadores. Esta vez eran los españoles Francisco Juárez Juda, Antonio Cano Arias, Germán Tolobera Palomo y Antonio Aparicio Domínguez acusados de poner bombas en el central y ejercer propagandas subversivas. Pese la bestial represión del régimen y las compañías yanquis ya existen las bases del trabajo gremial realizado por Enrique Varona, los anarquistas y algunos activistas españoles de tendencias socialistas.

Una pérdida irreparable para la clase obrera avileña en particular y para el `proletariado cubano en general, significó el vil asesinato en Morón de Enrique José Varona, el 19 de septiembre 1925, ordenado por el Presidente Machado, la Empresa de los Ferrocarriles y la Cuban Cane Co. Perdían los obreros de La Trocha al dirigente honesto que les enseñó el difícil camino del movimiento obrero frente a la explotación capitalista

Fuentes

  • Libro de actas del gremio José Martí de Júcaro: año 12, folio 14, en archivo del autor.
  • Colectivo de autores: Índice histórico de la provincia de Ciego de Ávila. Siglo XV-1989, Poligráfico Evelio Rodríguez Curbelo, Ciego de Ávila, 1989, p.33.
  • Manuel Caballero, sexagenario de la industria azucarera, fundador del central Stewart, testimonio brindado al autor en 1985.
  • Colectivo de autores: Historia local de la provincia de Ciego de Ávila, Poligráfico Evelio Rodríguez Curbelo, Ciego de Ávila, 1989, pp.34-35.
  • Copia de Carta Circular emitida por la Cuban Cane Co. Y listado de los 44 obreros expulsados del central Stewart en 1925, en archivo del autor.