Agua bendita

Agua bendita
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Concepto:Agua bendecida por un sacerdote cuyo destino está relacionado con la liturgia para persignarse, asperjar, bautizar, así como para dar bendiciones en general.

Agua bendita. Se conoce como aquella propia de ciertos ritos religiosos, asociados sobre todo a la tradición cristiana, que ha sido bendecida por un sacerdote, y cuyo uso se destina, más que nada, a asuntos relacionados con la liturgia, para persignarse, asperjar, bautizar, así como para dar bendiciones en general.

Historia

Por lo que se refiere al primero de los aspectos, su uso para la limpieza y purificación del cuerpo antes de entrar en contacto con las cosas sagradas, es una práctica que nada debería tener de extraña en el cristianismo, en cuanto estrechamente vinculada con su herencia judía. Una obligación que es extensiva, por lo menos, a todo el servicio del templo, el que conforman todos los miembros de una de las doce tribus, la de los levitas.

Del judaísmo la práctica pasa directamente al islam, donde se recoge varias veces en el Corán, que incluso distingue entre diferentes tipo de ablución. Lo cierto, sin embargo, volviendo al cristianismo, es que ni los documentos canónicos ni otros documentos tempranos del cristianismo como notablemente la Didaché, -breve texto del siglo II que se centra justamente en las prácticas litúrgicas de los primeros cristianos-, se detienen en este uso “ablucional” del agua entre los cristianos. Bien significativo resulta al respecto, el tratamiento que el evangelista Marcos da al tema como algo ajeno y extraño a los primeros cristianos, y posiblemente hasta uno de los campos (como también lo fue el sabbat) en los que Jesús más duramente se empleará contra sus contemporáneos fariseos.

Lo cierto es que entre los cristianos el uso ablucional del agua parece restringirse al ministro del sacramento eucarístico, esto es, el sacerdote, lo cual retrotrae su aparición a la del orden sacerdotal tal cual lo conocemos hoy día. Entre los primeros cristianos, el oficio de la eucaristía no lo desarrolla un sacerdote, sino cualquier cristiano en su casa.

Por lo que hace al segundo uso del agua bendecida, su utilización en la curación de enfermedades, el Pontifical o Scrapion de Tumis, un obispo del siglo IV, recoge ya una bendición del aceite y agua durante la misa destinada a tal efecto.

Texto que tiene de interesante que en él aparecen vinculados por un lado la bendición del aceite, estrechamente relacionado con lo que luego constituirá el sacramento de la unción de enfermos, y por otro la bendición del agua, que terminará vinculada al sacramental del agua bendita.

San Gregorio de Tours (538-594) en De gloria confessorurii, habla del ermitaño Eusitio que curaba las fiebres cuartanas con agua que él mismo bendecía, cosa parecida a lo que según sostenía, hacían San Martín o San Julián.

Lo cierto es que no parece surgir sino hacia finales del siglo IV o principios del siglo V. Las importantes Constituciones Apostólicas, una colección de ocho libros compuestos de tratados independientes sobre disciplina, culto y doctrina cristianos, redactadas hacia el año 400 y destinadas a servir como manual de orientación para el clero y hasta para los laicos, atribuye el uso del agua bendita al apóstol San Mateo.

En su Historia de la Iglesia escrita en el primer cuarto del siglo V, Teodoreto (393-h.460) afirma que Marcelo I, Obispo de Apamea, santificó el agua por la señal de la cruz (op. cit. 5, 21). Una carta de Sinesio (370-414) alude específicamente al agua lustral colocada en el vestíbulo del templo. Balsamon cuenta que en la Iglesia griega se bendecía agua al comienzo de cada mes lunar, en una costumbre que nos pone una vez más en contacto con esa recurso evangelizador tan propio del cristianismo como es el sincretismo, por el que se cristianizaban fiestas, lugares y prácticas paganas precristianas.

El Papa San León IV (847-855) ordena que cada sacerdote bendiga agua cada domingo. Hincmar de Reims en su Capitula synodalia da las siguientes instrucciones:

Cada domingo, antes de la celebración de la Misa, el sacerdote bendecirá agua en su iglesia […]. Cuando la gente entre a la iglesia será rociada con esta agua, y los que deseen se pueden llevar alguna en vasijas limpias para que rocíen sus casas, campos, viñedos y ganado.

Santa Teresa (1515-1582), por su parte, utiliza el agua bendita con una finalidad muy personal:

Sé por propia experiencia que no hay nada que eche a volar al diablo como el agua bendita.

Por lo que se refiere a la generalización de la práctica y su anexión al templo cristiano, y aunque determinados receptáculos presentes en cementerios (Chiusi, cementerio de Calixto) y catacumbas San Saturnino pudieron servir como pilas de agua bendita, la práctica no se consolida en occidente hasta el siglo XI. Por cierto que vino muy unido al fenómeno de pilas reservadas para grupos determinados, sobre todo clérigos, o como es comprensible, leprosos, cosa patente en Saint Savin en los Pirineos, o Milhac de Coutron en la Dordoña. Y es que, de hecho, uno de los debates a los que el agua bendita viene irremisiblemente unida es el de la expansión y contagio de enfermedades, y todos recuerdan aún como durante la alarma que produjo la aparición de la gripe A durante el año 2009, muchas iglesias retiraron el agua de sus jofainas.

Ha sido también frecuente que el agua bendita no se tomara directamente de la pila, sino por medio de un aspersorio o rociador, sujeto a ella con una cadenita al modo en que se hace con los bolígrafos en las ventanillas de los bancos. A tal propósito se utilizaban ramas de laurel, hisopo, palmera o boj, o mangos terminados en mechones, incluso el rabo de un zorro.

El arzobispo de Milán San Carlos Borromeo (1538-1584) da las siguientes instrucciones:

La pila de agua bendita será de mármol o de piedra sólida, ni porosa ni con grietas. Se apoyará sobre una columna espléndidamente labrada y no deberá colocarse fuera de la iglesia sino dentro y, en la medida de lo posible, a la derecha de los que entren. Habrá una en la puerta por donde entran los hombres y otra en la puerta de las mujeres. No estarán pegadas a la pared sino separadas de ella tanto como sea conveniente. Una columna o base las sostendrá y no debe representar algo profano. Un aspersorio estará unido por una cadena a la vasija, la cual será de latón, marfil o algún otro material artísticamente trabajado.

Bendición del agua

Agua bendita
  • La verdadera naturaleza del agua es que está destinada al la salvación del hombre y del mundo.
  • La bendición del agua, no “vuelve el agua mala, buena” Restaura el agua a su estado original.
  • La oración cuando se bendice el agua es la revelación de la verdadera naturaleza y destino del agua, y así mismo el del mundo. Siendo restaurada a través de la bendición el agua vuelve de nuevo a ser la comunión con Dios. Cristo en su bautismo purificó la naturaleza de las aguas. El vino a redimir no solamente a los seres humanos, pero a través de ellos a todo lo material creado en el mundo.

Aquí hay agua de fuentes diferentes, generalmente usada por las personas. Miremos de cerca el agua en su estructura. Durante la bendición del Agua Bendita ocurre un milagro. El Espíritu Santo, viene sobre el agua, y cambia sus propiedades naturales. Se vuelve incorrupta, no se pudre, se mantiene transparente y fresca por mucho tiempo. Esta Agua Bendita recibe la gracia de sanar enfermedades, expulsar los demonios, y cualquier poder demoníaco, preserva a la gente de peligros existentes en el medio ambiente. Santifica objetos que se usan en la iglesia o en la casa. Sin embargo los cristianos ortodoxos con reverencia toman Agua Bendita. La palabra griega Agiasma es para designar una cosa santa. La presencia del Espíritu Santo invocado a través de una lectura especial de oraciones cambia totalmente la estructura del agua. Aquí están los cristales de agua, los mismos que mostramos arriba, después de ser el Agua Bendecida.

Los Ortodoxos Cristianos, usan el agua bendita frecuentemente en ritos de bendición y exorcismo y el agua para el bautismo es siempre santificada con una bendición especial.

A través de los siglos hay muchas Fuentes de agua que los miembros creyentes de la Iglesia Ortodoxa dicen que son milagrosas. Algunas siguen corriendo hasta el día de hoy, como la de Pochaev Lavra en Ucrania, y Dando Vida, fuente de Theotokos en Constantinopla (conmemorada anualmente con la bendición de Agua Bendita en el Viernes Brillante) (Viernes Santo).

También los ortodoxos del Este, normalmente ellos no se santiaguan con Agua Bendita al entrar a la iglesia como los católicos, El Agua Bendita se mantiene en una pila en la iglesia y es para que cualquier persona que quiera se la lleve a su casa. Es costumbre de los ortodoxos tomar Agua Bendita, y usarla para cocinar o bendecir sus casas.

A menudo cuando los objetos son benditos en la iglesia se hace con una triple aspersión del Agua Bendita con las siguientes palabras: “Esto (nombre del objeto) es bendecido con el Agua Bendita, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”

Con el Agua Bendita se bendicen los objetos o la gente, cuando son bendecidos fuera de la iglesia o en el edificio como parte de las oraciones de bendición. En Alaska, los botes de pesca son bendecidos con Agua Bendita al comienzo de la estación de pesca, el sacerdote ora por la tripulación, por su seguridad y una buena pesca. También los automóviles y las casas son bendecidos con Agua Bendita, y es una manera de invocar la bendición y protección de Dios.

Los cristianos ortodoxos ellos mismos se bendicen tomando Agua Bendita, es tradicional mantenerla en casa y tomar una pequeña cantidad diariamente al decir sus oraciones matinales. También se usa para bendiciones informales, cuando no hay un clérigo presente. Por ejemplo los padres deberían bendecir a sus hijos con Agua Bendita antes de salir de casa para la escuela o a jugar. No es inusual que los cristianos ortodoxos píos pongan un poquito de Agua Bendita en sus comidas cuando las están cocinando. También a menudo la usan con oración en tiempo de sufrimiento o tentaciones. El uso del Agua Bendita se basa en el Bautismo de Jesús por Juan Bautista en el río Jordán, es la interpretación ortodoxa de éste evento. En su visión Juan Bautista, hacía bautismo de arrepentimiento y la gente venía a ser bautizada para lavar sus pecados por el agua. Así como Jesús no tenía pecados, pero era Dios encarnado, su bautismo tuvo el efecto no de lavar los pecados de Jesús, porque él no los tenía, pero bendijo el agua haciéndola santa y con esto a toda la creación, por eso debe usarse totalmente como originalmente fue creada con el propósito de ser un instrumento de vida.

El bautismo de Jesús es conmemorado en la Iglesia Ortodoxa Oriental, como la fiesta de la Teofanía (literalmente= manifestación de Dios). En enero 6 (para los ortodoxos cristianos) que usan el calendario Juliano, enero 6 cae con el calendario Gregoriano enero 19) En la víspera de ésta fiesta, una pila de Agua Bendita es bendecida en la iglesia, para proveer de agua bendita para uso de la parroquia.

En las semanas siguientes, el sacerdote visita las casas de los parroquianos y guía la oraciones de las familias, casas y aún los animales domésticos, rociándolos con Agua Bendita. De nuevo ésta práctica quiere decir: que es el signo visible de lo invisible o sea representa a Dios santificando el trabajo y todas las actividades de la vida de las personas.

Momentos importantes

En la liturgia

el agua es un símbolo exterior de la pureza interior. El agua es esencial para la celebración del bautismo. Significa la limpieza del pecado. "Este sacramento recibe el nombre de Bautismo en razón del carácter del rito central mediante el que se celebra: bautizar (baptizein en griego) significa "sumergir", "introducir dentro del agua"; la "inmersión" en el agua simboliza el acto de sepultar al catecúmeno en la muerte de Cristo de donde sale por la resurrección con El (cf Rm 6,3-4; Col 2,12) como "nueva criatura" (2 Co 5,17; Ga 6,15)." -Catecismo #1214.

En la Santa Misa

Unas gotas de agua se mezclan con el vino para indicar la unión de Cristo y los fieles y la sangre y el agua que brotaron del corazón de Cristo en la cruz. La bendición con agua se utiliza como signo que nos recuerda el bautismo. Se utiliza en la misa en ocasiones especiales, como la Vigilia Pascual, bodas y funerales. El agua bendita se utiliza también como sacramental para bendecir personas o artículos.

Agua Bendita durante la cuaresma

El agua bendita no se debe quitar ni en adviento ni en cuaresma. La Congregación para el Culto Divino, Marzo 14, 2000: No está permitido quitar el Agua Bendita de las fuentes durante la temporada de la cuaresma. Según la congregación, los fieles deben servirse frecuentemente de los sacramentos y sacramentales también en el tiempo de cuaresma. Añadió que la práctica de la Iglesia es vaciar las fuentes de agua bendita para los días del Santo Triduum (Viernes, Sábado) en los que no se celebra la Santa Misa, en preparación para la Vigilia Pascual.

Características

El agua bendita es un sacramental que usa la Iglesia en muchas de sus ceremonias y pone a nuestra disposición como una ayuda para nuestra santificación y protección. El agua es uno de los cuatro elementos primordiales de los Antiguos y a ella está ligada naturalmente la idea de purificación. El agua, además, refresca y da vida. Sin ella ésta no sería posible sobre la Tierra. En el santo bautismo se nos recuerda la doble función del agua, hecha materia de este sacramento: lava el pecado original y da la nueva vida sobrenatural al alma. Por eso se la bendice solemnemente en la Vigilia de Pascua, que recuerda el paso de los hebreos por el Mar Rojo a pie enjuto, librándose de la esclavitud de Egipto y entrando en el camino hacia vida nueva en la tierra prometida.

Uso

El agua bendita, la que se usa como sacramental (que trae su origen del agua lustral de la Ley Mosaica, presente asimismo en otros ritos purificatorios de la Antigüedad), también es bendecida, aunque no con la solemnidad del agua destinada a la pila bautismal. Se exorciza primero para quitar de ella todo influjo maligno y se la sala un poco para significar la incorrupción. La sal que para ello se utiliza también es exorcizada y se la bendice. Las oraciones que trae el Rituale Romanum para bendecir el sacramental del agua (Ordo ad faciendam aquam benedictam) son bellas y dignas de ser meditadas.

La Iglesia usa el agua bendita para santificar las cosas creadas. No hay bendición en la que no se asperja con ella la persona, el ser o la cosa objeto de la misma. Con ella acompaña a los difuntos en su último viaje. También es una eficaz arma contra las insidias diabólicas. Cada domingo, antes de la misa mayor, se lleva a cabo la aspersión solemne del agua bendita, que comienza por la hermosa antífona Asperges me (en tiempo pascual Vidi aquam). El celebrante comienza tomándola él para sí y después recorre la nave de la iglesia rociando con el hisopo a los fieles congregados. Es una costumbre que, desgraciadamente, se ha enrarecido en nuestros templos.

También en cada iglesia, santuario u oratorio suele haber una pila de agua bendita a la entrada. El fiel que entra en el sagrado recinto, lo primero que debe hacer es acercarse a tomarla con las yemas de los dedos y signarse. Existe un díptico latino que sirve para acompañar este gesto y es muy significativo.

Fuentes