Alba Calderón Zatizábal

Alba Calderón de Gil
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AlbitaCalderon.jpg
NombreAlba Calderón de Gil
Nacimiento27 de julio de 1908
Ecuador
Fallecimiento1992
Nacionalidadecuatoriana
OcupaciónPintora

Alba Calderón Zatizábal era nativa de Esmeraldas, nació el 27 de julio de 1908 y era hija de Manuel Felipe Calderón Lemos y de Ermelinda Zatizábal.

Síntesis biográfica

Muy niña quedó huérfana cuando su padre falleció de gangrena después de ser herido en la pierna, en el combate de Las Piedras de 1914, durante la revolución de Carlos Concha, que se reveló contra el gobierno de Leonidas Plaza, luego del magnicidio de Eloy Alfaro. A fines de ese año, Alba ingresó a la escuela pública en la que su madre era profesora. En 1920, el Municipio de Esmeraldas la becó para que estudiara en Quito, en el colegio mixto Juan Montalvo y luego en el colegio femenino Manuela Cañizares. Después ingresó a la escuela de Bellas Artes, donde estudió hasta 1927. Sin terminar los estudios, se trasladó a Guayaquil y allí impartió cursos de artes pictóricas.

Demetrio Aguilera Malta, el autor de Don Goyo, le presentó a Enrique Gil Gilbert, quien se enamoró de Alba, con la que contrajo matrimonio el 23 de agosto de 1934. Desde entonces, se unieron para siempre en las buenas y en las malas. Su padrino boda fue Joaquín Gallegos Lara, escritor comunista que inmortalizó en Las cruces sobre el agua la huelga general y la posterior masacre del 15 de noviembre de 1922.

A partir de su matrimonio, Alba se vinculó a la vida de Enrique, con el que formaron una de las parejas más pareja que ha existido. Ambos eran intransigentes con las injusticias sociales y militaron en el PCE.

Las obras de Enrique Gil Gilbert, Los que se van, Yunga, Relatos de Emmanuel, Nuestro pan, La cabeza de un niño en el tacho de basura, Historia de una inmensa piel de cocodrilo, algunas de las cuales anticiparon el realismo mágico, en lugar de que le importen fama le causaron persecuciones, ridículas en ocasiones. Fue llevado a la cárcel en 1935 por Federico Páez, en 1946 por José María Velasco Ibarra, en 1959 por Camilo Ponce Enríquez, en 1961 por José María Velasco Ibarra, en 1963 por la Junta Militar y en 1970 por José María Velasco Ibarra.

La prisión de 1961 fue ordenada por su primo, Pedro Menéndez Gilbert, principal sostén de Velasco Ibarra y Alcalde de Guayaquil, al que llamaban “Burro” por su enorme estatura y las cualidades intelectuales de las que hacía gala, en nada semejantes a las de su pariente, a quien acusó de llevar a cabo un atentado criminal contra su vida colocando una bomba casera, un candil relleno de torpedos, cuyo estallido afectó un sector del servicio higiénico municipal. La detención de 1970 se dio luego del secuestro del General Rhon Sandoval, durante la “Operación peineta.” Fue vendado con esparadrapos y atado con una soga de nylon. Lo tuvieron en esas condiciones tres días, tenía 58 años. Y como siempre, Alba organizaba la defensa de los perseguidos políticos, también las de su esposo.

Albita tenía en el centro de Guayaquil lo que llamaba su cuchitril, un diminuto local donde realizaba trabajos manuales que, según ella, daban para los porotos. Allí, con sus manos habilidosas bordaba pañuelos, blusas y faldas, muy primorosas, por lo que clientes nunca le faltaron.

Bajo la dictadura militar de 1963, Alba fue apresada y desterrada a Chile, sus obras de arte, documentos, libros y escritos inéditos de su esposo fueron quemados en una especie de festín de la inquisición. Así se perdieron para la posteridad los cuentos Las casas que guardan los secretos, la novela Historia de una inmensa piel de cocodrilo, capítulos de las novelas Sangre de Tortuga y La ciudad sobre el pantano, también fue saqueada su casa, que luego el Banco de Descuento remató mediante un juicio hipotecario; se perdió todo el fruto del arduo trabajo de Alba y Enrique.

La pareja fue reprimida sin que sirva de salvaguarda sus méritos intelectuales o el estado de salud de sus familiares más cercanos. Antonio, único hermano de Enrique, falleció cuando el escritor estaba preso, sin poder enterarse de su enfermedad, debido a su total incomunicación. Conoció la triste novedad y asistió al sepelio gracias a la intervención de personalidades públicas. Únicamente, la Universidad de Guayaquil reconoció sus valías cuando lo designó Profesor de Literatura, materia que dictó un par de años y a la que renunció por sus dolencias físicas. Alba enviudó el 21 de febrero de 1972. Enrique fue invitado a Ambato en el programa “Por la paz del mundo”, que exaltaba la lucha del pueblo de Viet Nam. En esta ceremonia sufrió un infarto, que tres meses después causó su fallecimiento. Ambos sufrían del mejor de los vicios, la buena y fecunda quijotería humanística, y trabajaron para que Ecuador sea libre de la explotación de los sectores más necesitados; su enorme sacrificio no fue inútil y la pérdida de gran parte de sus producciones artísticas agiganta lo poco que de ellas se salvó.

Alba murió en 1992 y sus obras se encuentran en el Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo. Fue una gran pintora que luchó por la paz y abanderó el combate por las conquistas de los derechos de la mujer, que ahora existen en el país. Como pintora, aportó al desarrollo del realismo en función social, para que cambiaran las condiciones de vida de las mayorías desposeídas.


Fuentes