Alfredo Maneiro

Alfredo Maneiro
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Político venezolano
NombreAlfredo Maneiro González
Nacimiento30 de enero de 1937
Caracas, Bandera de la República Bolivariana de Venezuela Venezuela
Fallecimiento24 de octubre de 1982
Caracas, Bandera de la República Bolivariana de Venezuela Venezuela
NacionalidadVenezolano
CiudadaníaVenezolana
EducaciónLicenciado en filosofía
Alma materUniversidad Central de Venezuela
OcupaciónPolítico, escritor y profesor universitario.
Conocido porComandante Tomás
CónyugeAna Brumlik
PadresManuel Plácido Maneiro y Ana Leticia González
FamiliaresManuel y José Joaquín Maneiro

Alfredo Maneiro. Miembro fundador del partido "Causa R" y profesor universitario venezolano.

Biografía

Infancia y juventud

Nació el 30 de enero de 1937 en la ciudad de Caracas, capital de Venezuela. Fueron sus padres Manuel Plácido Maneiro y Ana Leticia González y era descendiente de los próceres de la Independencia Manuel y José Joaquín Maneiro.

Estudió la primaria en la Escuela Experimental Venezuela y la secundaria en el liceo Andrés Bello de Caracas. Durante la época adolescente ingresó en la juventud comunista, incorporándose a la lucha política contra el gobierno de Marcos Pérez Jiménez. Entre 1955 y 1959 estudió 2 años de derecho en la Universidad del Zulia, regresando a Caracas para continuar con el activismo político, logrando ascender hasta el Comité Central del Partido Comunista.

Muerte

Aquejado de un colapso cardíaco se internó en el Hospital Clínico Universitario donde le sobrevino la muerte el 24 de octubre de 1982 en su ciudad natal.

Logros, contribuciones o aportes importantes

Dentro de las acciones ejecutadas por grupos estudiantiles liderados por él en la década de 1960, destaca por la trascendencia internacional el asalto al automóvil del embajador de Estados Unidos Teodoro Moscoso, y el secuestro con fines propagandísticos del agregado militar norteamericano. Iniciada la lucha guerrillera en el país, tuvo su primera experiencia en La Azulita, estado Mérida, pero la escasa vocación para el combate militar y la negativa de los campesinos de la región a incorporarse a la guerrilla, hizo fracasar el intento.

En 1962 se creó el Frente Guerrillero Manuel Ponte Rodríguez en el oriente del país y asumió la jefatura del frente con el nombre de Comandante Tomás; la acción guerrillera se mantuvo por parte del Partido Comunista hasta mediados de 1966. Luego vendrían años de definiciones ideológicas dentro de la izquierda venezolana; participó entonces activamente como uno de los dirigentes que lideraron la disidencia dentro del comunismo venezolano que culminó con la división del partido en 1970, pero no se incorporó a la dirección del partido Movimiento al Socialismo (MAS), permaneciendo al margen de la euforia que levantó el nacimiento de ese nuevo partido político.

Fue un conversador vehemente, un orador inteligente y memorioso jamás alardeaba de nada de nada aunque había hecho pasantía por la lucha armada, era profesor universitario y se había graduado con altas calificaciones en filosofía. Te envolvía con gran lucidez en su oratoria, nunca sus interlocutores se enteraban si esta mintiendo o diciendo la verdad. Cuando hablaba seducía sin remedio. Era bajo regordete y ágil con su verbo.

Aunque no fue un escritor sistemático dejó muchos escritos políticos sueltos, entrevistas, artículos de opinión y discursos políticos recopilados en un libro póstumo titulado “Notas políticas “. Un fragmento importante de su tesis se publicó en libro, “Maquiavelo, Política y filosofía”. Estos dos libros son testimonios fehacientes de su agudeza mental, de su compleja y penetrante genialidad política.

Fue en realidad un pragmático vitalista y entusiasta. Más que teorizar parece que disfrutó vivir la política desde la piel y la entraña. Para corroborar esto hay una anécdota que vale pena mencionar. Cuando Alfredo estuvo de vuelta en la vida mundana y silvestre continuaba conspirando. En ese trance consiguió dinero para adquirir armas. Viajó al exterior y realizó los contactos pertinentes. Durante el viaje conoció a un viejo impresor europeo que estaba rematando una maquinaria de impresión Heidelberg. Sin pensarlo mucho cerró el trato con el impresor. Compró una arma poderosa: una imprenta. Cuando los bisoños camaradas le reclamaban su falta de visión, Alfredo sólo exclamaba:
“Ustedes no podrían diferenciar una K-40 de una lavadora automática”
Las salidas retóricas y los malabarismos dialécticos siempre fueron brillantes. Siempre le preguntaban: ¿Cuál era la ideología de la Causa R?. Él respondía sin ambages:
"Democrática en el sentido que le daba Marx: cuando el movimiento revolucionario conquista el poder, conquista la democracia."

Luego de salir de la clandestinidad, la cárcel y la montaña no se retira tampoco a escribir su librito testimonial sobre su experiencia como guerrillero, no se deja ganar ni por la frustración, o nostalgia, sino que teoriza para preparar una nueva trinchera de lucha más acorde con los nuevos tiempos.

Fue un filósofo a su modo. Un Maquiavelo exquisito. Un inspirado del marxismo. Como intelectual estuvo siempre tratando de cambiar la realidad. Era un político culto. Un pequeño burgués que fumaba puros y que leía a los clásicos. Fue un maestro del arte político. Sus alumnos y deudos políticos son una mierda.

Le sobró inteligencia, claridad y visión. Entre tanta chatarra y hojalata retórica de los brutazos de hoy, habría que rescatar el metal reluciente de sus ideas y opiniones. Sus seguidores le deben una lectura más política que luctuosa. Una de sus frases es:
“Tenemos que desconfiar de esos cruzados que van a Tierra Santa montados en la grupa del caballo saladino, de esa gente que abotona el florete y hace digerible su reforma, de esos tardíos alumnos de Lampedusa”.

Luego vendrían años de definiciones ideológicas dentro de la izquierda venezolana; participó entonces activamente como uno de los dirigentes que lideraron la disidencia dentro del comunismo venezolano que culminó con la división del partido en 1970, pero no se incorporó a la dirección del partido Movimiento al Socialismo (MAS), permaneciendo al margen de la euforia que levantó el nacimiento de ese nuevo partido político.

En 1972 se incorporó a la Universidad Central de Venezuela donde inició estudios de filosofía, obteniendo la licenciatura en 1977 con una tesis sobre Maquiavelo; paralelamente a sus estudios, y después de un receso dedicado a la “reflexión”, emprendió un trabajo político que dio como resultado la creación de la "Causa R", dirigida en sus primeros momentos a 2 experiencias fundamentales en su trabajo de ideólogo de las luchas populares; el sindicato SUTISS de los trabajadores de la Siderúrgica del Orinoco (SIDOR), en Ciudad Guayana, que le confirió una nueva dimensión al sindicalismo en el país y el movimiento Pro-Catia en el oeste de Caracas; demostrando que un movimiento político podía crecer por la sola fuerza de sus ideales, por la capacidad para motivar y encender la expectativa de las masas.

Su trabajo lo enriqueció con la docencia en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela. En 1982 propuso a su partido el apoyo a la candidatura presidencial de Jorge Olavaria.

Fuentes