Alimentación del bebé en el vientre

Alimentación del bebé en el vientre
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Concepto:proceso de circulación o paso de alimentos entre la gestante y el bebé a través del cordón umbilical.

Alimentación del bebé en el vientre. Proceso de circulación o paso de alimentos (nutrientes, proteínas, etc.) entre la gestante y el bebé a través del cordón umbilical.

Introducción

La mujer embarazada incrementa sus necesidades energéticas por lo que debe aumentar la ingestión de proteínas, vitaminas, minerales, hidratos de carbono y grasas, debido a las crecientes exigencias que tiene para alimentar al bebé que lleva formándose en su vientre, por lo que el sano crecimiento del feto depende de la dieta alimenticia que tenga la madre, y debe ser más de calidad que de cantidad. El feto se alimenta y recibe oxigeno de la placenta que se encuentra unida a la pared del útero y se conecta con el feto a través del cordón umbilical.

Si la madre no llevara una alimentación adecuada, la placenta igualmente absorberá los nutrientes y el oxígeno de la sangre de la madre, con lo cual la madre se debilitará, generando problemas posteriores para la madre, durante el parto y en casos extremos podría afectar al bebé que lleva dentro.

La placenta es un órgano muy complejo que alimenta al feto, libera hormonas y enzimas, cuenta con un espacio con vellosidades donde se realiza funciones metabólicas endocrinas y depende casi por completo de la sangre de la madre. La placenta transporta el alimento y oxígeno del sistema circulatorio de la madre hacia el feto y el feto envía productos de eliminación hacia la placenta. De esta forma se produce un intercambio entre la madre y el feto, la circulación sanguínea de la madre y el feto son completamente independientes.

Los espacios sanguíneos circundan a las vellosidades de la placenta, se encuentran llenos de sangre proveniente de sangre de las arterias de la madre, sangre que contiene alimentos y pasan a través de las paredes de las vellosidades.

El cordón umbilical es el medio por el cual se intercambia la sangre, tiene dos arterias enlazadas en espiral en torno a una única vena, estos tres componentes están unidos al ombligo del feto, y el otro extremo unido a la placenta.

Las arterias de la madre proporcionan oxígeno y nutrientes, éstos son recogidos por medio de las vellosidades de la placenta, absorbiendo la sangre de las arterias de la madre, de allí pasa a la circulación del feto utilizando las dos arterias del cordón umbilical.

El feto elimina el dióxido de carbono y los desechos a través de una vena del cordón umbilical, llevándola hacia las vellosidades de la placenta y de allí a la circulación de la madre.

Vida Fetal

Vida inicial

Una vez ocurrida la fecundación del óvulo el embrión unicelular comenzará a dividirse frenéticamente hasta formar un elemento multicelular llamado Blastocisto que se implantará en la cavidad uterina aproximadamente el día 6 después de la ovulación. Esta formación celular es la primera evidencia de diferenciación celular que conducirá a la formación de la placenta y el bebé.

Este embrión precoz se nutre inicialmente de los líquidos que le rodean y de los que obtiene nutrientes y oxígeno para su desarrollo. Una vez implantado en el útero comenzará a obtener tales nutrientes de los tejidos circundantes. Aún no hay nada que se parezca a una placenta pero en la sección gruesa del Blastocisto se están generando los cambios que conducirán a su formación. Este es el blastocisto al momento de implantarse en el útero.

Circulación placentaria

Durante la semana 7 se hace evidente el cordón umbilical y se aprecian las primeras indicaciones ecográficas de la placenta y se puede apreciar, mediante el estudio Doppler, cómo la circulación embrionaria se dirige hacia la placenta. A partir de este momento, y durante el resto del embarazo, el bebé obtendrá todos sus nutrientes y oxígeno a través de esta vía.

El bebé no necesita comer ni esperar a que mamá coma para obtener sus nutrientes ya que en la placenta, magnífica pero horrenda fábrica, se da todo el intercambio necesario para que el bebé obtenga todo lo que requiere para crecer.

  • Intercambio: en la placenta se acercan la circulación materna y la fetal sin ponerse nunca en contacto, esto es, en la placenta existen unos pequeños bolsillos donde la sangre materna, oxigenada y llena de nutrientes, se introduce para bañar a los ovillos capilares (vellosidades coriales) que se encuentran en su interior y que son las estructuras terminales del cordón umbilical capaces de intercambiar sustancias de uno u otro lado. El bebé obtiene agua, minerales, oxigeno, precursores bioquímicos variados, glucosa, aminoácidos y ácidos grasos que permitirán el crecimiento de los órganos de su cuerpo; la madre recibirá, a cambio, productos de desecho que pasando a su sangre serán eliminados.
  • Alimentación del bebé: tal como se desprende del párrafo anterior toda la nutrición del bebé le llega a través del cordón umbilical en forma de sustancias disueltas en la sangre materna. Estos nutrientes pasan al bebé de manera continua haya o no comido la madre; el bebé esta parasitando continuamente a su madre para garantizar su desarrollo. Cuando la madre se alimenta adecuadamente durante el embarazo el bebé siempre tendrá fuentes maternas satisfactorias para su desarrollo sin afectar la salud de su madre. Si la madre está desnutrida el bebé acelerará la desnutrición materna hasta llegar a un punto donde el bebé no podrá obtener nutrientes adecuados y ambos se verán severamente comprometidos.

Cuando la placenta no funciona bien la superficie de intercambio está reducida y por ende la difusión de oxígeno y nutrientes desde la madre al feto estará limitada aun cuando la madre esté bien nutrida, esto es lo que se denomina insuficiencia placentaria y es la causa del llamado sufrimiento fetal crónico que conduce a bebés de bajo peso o con retardo del crecimiento fetal intrauterino -RCIU-.

El bebé continuamente traga líquido amniótico pero no obtiene prácticamente nada de él para nutrirse, por ecografía el estómago se aprecia "lleno" de líquido y eso significa que las vías digestivas superiores está correctamente desarrolladas y que el sistema nervioso funciona correctamente en lo que a reflejos de deglución se refiere; no quiere decir que el bebé haya comido recientemente. El estómago siempre debe ser visible, de lo contrario, puede sugerir problemas fetales graves de índole estructural o funcional.

El líquido amniótico (LA)

Este líquido inicialmente se forma de la acumulación de líquido producto de la actividad celular circundante al embrión temprano. Después de la semana 11 del embarazo comienza a notarse la función renal del feto (la vejiga comienza a acumular orina) y el bebé comienza a orinar aportando el componente principal del líquido amniótico: la orina fetal.

Sí, el Líquido Amniótico es orina fetal en más de un 90%, otros componentes menores son las secreciones pulmonares, funiculares (del cordón umbilical), cutáneas, oculares, etc. El bebé controla el volumen del líquido compensando la velocidad de producción (orinando) con la velocidad de eliminación (tragándolo). Cuando el bebé traga, la mayor parte del líquido pasa a la madre en forma de agua.

Movimientos del Bebé

El bebé se comienza a mover cuando tan sólo tiene unas 8 semanas de embarazo (6 semanas de gestación) y sólo mide unos 10 milímetros. A partir de ese momento nunca más dejaremos de movernos. Los movimientos y cambios de posición indican normalidad y son absolutamente necesarios para evitar que se presenten deformaciones en el cuerpo del bebé: cuando un bebé no se mueve las presiones del útero hacen que los órganos fetales se amolden a las superficies que le rodean ocasionando deformaciones congénitas. El bebé se comienza a sentir entre las semanas 16 y 20 del embarazo, la razón: ha adquirido el tamaño y la fuerza muscular suficientes para ocasionar estímulos en los nervios maternos que detectan la presencia del bebé. Antes de los 4 meses no se siente nada pero las contracciones uterinas o movimientos intestinales engañan a la madre.

Respiración

El bebé obtiene su oxígeno a través del cordón umbilical, del intercambio de la circulación feto-placentaria. Sin embargo, tiene movimientos de respiración mediante los que ingresa y expulsa líquido de sus pulmones sin estar, técnicamente, respirando nada. Estos movimientos de práctica permiten el desarrollo pulmonar, su ausencia implica problemas de salud fetal.

Evacuaciones

El bebé normal no evacua el contenido de sus intestinos. Sólo al final del embarazo los intestinos son funcionales y verdaderos "tubos" digestivos que contienen las heces fecales de la vida fetal: el meconio. Los bebés comprometidos por sufrimiento fetal crónico o agudo al final del embarazo pueden manifestar sus problemas de salud evacuando dentro del líquido amniótico dando origen al llamado líquido meconial. El meconio se puede ver en el líquido amniótico durante el trabajo de parto sin tener implicaciones anormales.

El bebé orina cíclicamente para dar origen al líquido amniótico. Un bebé que orina adecuadamente es un bebé sano y bien oxigenado y correctamente rodeado por una cantidad suficiente de líquido amniótico de protección.

Sensoriales

  • Tacto: Las respuestas fetales a los estímulos mecánicos antes de las 22 semanas se deben a reflejos ya que el tacto y el dolor aparecen después de ese período por maduración y conexiones del sistema nervioso central y periférico. Los investigadores sugieren que el feto siente dolor después de la semana 22.
  • Visión: Los bebés no ven nada dentro del útero pero si artificialmente se coloca una fuente de luz cercana están en capacidad de detectar la luz. No ven formas, de hecho, eso lo hacen después de nacer. No se recomienda "pegar" linternas al abdomen materno ya que la hiperestimulación retinal y nerviosa podría tener efectos indeseados sobre el feto.
  • Audición: Este sentido sí está mejor desarrollado en vida fetal, el bebé detecta sonidos maternos de origen vascular (latidos aórticos) e intestinales; así mismo, el bebé detecta y disfruta de la música externa. ´´´Recomendación´´´: no le torture con música estridente ya que el cerebro se estimula mucho y es inmaduro, no es una cuestión de gustos musicales. La mejor es la música clásica suave con cadencia rítmica ondulante y no en espigas. El feto parece capaz de reconocer la voz materna y en cierta forma reconocer sonidos familiares.
  • Consciencia de sí mismo: es evidente que el feto no tiene consciencia de su propio ser ni ejecuta respuestas con propósitos voluntarios a los estímulos externos, y no lo hará hasta tener unos cuantos meses de nacido. Claro, a los padres les gusta pensar que el bebé les oye o les hace caso, y aunque sabemos que esto es muy improbable, en cierta forma es mejor que esto se mantenga así para afianzar los lazos filiales con el bebé en camino.

Fuentes