Andrónico I Comneno

Para otros usos de este término, véase Andrónico I (desambiguación).
Andrónico I
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Emperador de Bizancio
Andronik 1.jpg
Reinado 1183-1185
Nombre real Andrónico I
Nacimiento 1120
Constantinopla
Fallecimiento 1185
Constantinopla
Predecesor Alejo II
Sucesor Isaac II
Dinastía Comneno

Andrónico I. Emperador bizantino de 11831185. Último Emperador de Bizancio de la Dinastía Comneno.

Andrónico, sobrino de Juan II y primo de Manuel I, pertenecía a la rama segundona de los Comnenos, rama apartada del trono y que se caracterizaba por una energía extraordinaria, aunque a menudo mal dirigida.(1) Esa línea de Comnenos, en su tercera generación, dio al Imperio de Trebisonda soberanos conocidos por el nombre de "Los Grandes Comnenos." Andrónico, aquel "futuro Ricardo III de la historia de Bizancio," que tenía en él "algo del alma de un César Borgia," aquel "Alcibíades del Imperio Medio bizantino," fue "el tipo acabado del bizantino del siglo XII, con todas sus cualidades y sus vicios." (2) "Era lo que Nietzsche llamaba un superhombre, un hombre sin duda extraordinario en quien aparecía un continuo contraste entre una inteligencia de primer orden y un carácter a menudo discutible. (3)

Personalidad

Hermoso y arrogante; atleta y soldado; instruido y seductor en sus maneras, sobre todo con las mujeres, que le adoraban; frívolo y apasionado; escéptico, embustero y perjuro si era necesario de acuerdo a las circunstancias; conspirador, ambicioso e intrigante, terrible en su vejez por su crueldad, Andrónico con expresión de Diehl, fue una naturaleza genial. Hubiera podido ser el salvador y regenerador del agotado Imperio bizantino: para ello faltóle sólo "acaso un poco de sentido moral." (4)

Su contemporáneo Nicetas Choniates, escribió sobre él: "¿Quién está hecho de tan dura piedra que no ceda a las lágrimas de Andrónico y no se deje encantar por sus palabras insinuantes, que él derrama como una fuente turbia?" El mismo historiador compara a Andrónico con "Proteo multiforme," (5) el profético viejo, célebre por sus metamorfosis, de la mitología antigua.

Otros datos de su vida

A pesar de su aparente amistad hacia Manuel, Andrónico siempre fue objeto de las sospechas del emperador. No hallando dónde ejercer su actividad en Bizancio, pasó la mayor parte del reinado de su primo viajando por diversos países de Europa y de Asia. Enviado por el emperador primero a Cilicia y luego a las fronteras húngaras, Andrónico fué acusado de traición y de conjura contra la vida de Manuel, siendo encerrado en una prisión de Constantinopla, donde pasó varios años. Tras una serie de extraordinarias aventuras, pudo evadirse por una antigua cloaca abandonada; apresado de nuevo, se le encerró en un calabozo varios años más. Habiendo vuelto a fugarse, Andrónico huyó hacía el norte y halló refugio en Rusia, junto a Laroslav, príncipe de Galitz. Una crónica rusa mencionaba en el año 1165: "El hermano del emperador, el señor (Kyr) Andrónico, acudió desde Zarigrad a Iaroslav, príncipe de Galitz habiéndole recibido con gran amor y le dio varias ciudades para que se consolase." (6) Según el testimonio de las fuentes, bizantinas, Andrónico encontró en Iaroslav una excelente recibimiento, vivió en su casa, comió y cazó con él y participó en consejo con sus boyardos. (7) Pero la estancia de Andrónico en Rusia pareció peligrosa a Manuel, porque su pariente había entrado ya en relaciones con Hungría, contra la que Bizancio había abierto las hostilidades. Manuel decidió entonces perdonar a Andrónico, el cual recibió de Iaroslav, al partir, las mayores "muestras de honor." (8)

Andrónico, nombrado Duque de Cilicia, no pasó en esta región mucho tiempo. Fue por Antioquía, a Palestina, región que constituyó el escenario de su amor hacia Teodora, pariente de Manuel y viuda del rey de Jerusalén. El emperador, irritado, mandó sacar los ojos a Andrónico, pero éste, advertido a tiempo del peligro que le amenazaba, huyó al extranjero con Teodora. Durante varios años estuvo recorriendo Siria, Mesopotamia y Armenia, e incluso pasó algunos meses en la lejana Iberia (Georgia o Rusia, en el Cáucaso).

Al fin los enviados de Manuel lograron apoderarse de Teodora, a la que Andrónico seguía amando con pasión, y de los hijos que ambos habían tenido. Andrónico, no pudiendo soportar esta pérdida, solicitó el perdón del emperador. Al obtenerlo declaró a Manuel que se arrepentía de su borrascosa vida pasada. Fué nombrado Gobernador del Ponto, en el Asia Menor, lo que venía ser una especie de destierro honorífico para tan peligroso pariente. En 1180, al morir Manuel y subir al trono el joven emperador Alejo II, Andrónico contaba sesenta años.

Llegada al trono

Tal es, a pinceladas generales, la biografía del personaje en quien la población de la capital, irritada por la política latinófila de la emperatriz María de Antioquía y de su favorito Alejo Comneno, puso todas sus esperanzas(6). Andrónico, haciéndose pasar hábilmente por defensor de los derechos del joven Alejo II, caído en manos de malos ayos, y presentándose como amigo de los romanos," supo obtener la simpatía y hasta la adoración de los bizantinos, hartos de la Regente. Según expresión de un contemporáneo de Andrónico, Eustacio de Tesalónica, Andrónico "era para la mayoría más querido que Dios mismo," o al menos se le situaba "inmediatamente después de Dios." (9) Ya preparados los ánimos en la capital, Andrónico marchó hacia ella.

Asaltos a casas particulares, iglesias e instituciones latinas

Al conocerse la aproximación de Andrónico, la masa popular enardecida de la capital dieron rienda suelta a su odio contra los latinos, sobre cuyas casas se lanzó la gente con furia, asesinándolos sin distinción de edad ni sexo. El populacho, desenfrenado, no sólo asaltó las casas particulares, sino también las iglesias e instituciones latinas de caridad. En un hospital fueron muertos todos los enfermos que se encontraban en cama. El nuncio del Papa acabó decapitado después de sufrir las mayores humillaciones, y muchos latinos fueron vendidos como esclavos en los mercados turcos. De aquella matanza de latinos en 1182, dice F. I. Uspenski, que, "si no sembró el germen del odio fanático que dividió a Occidente y Oriente, contribuyó a hacerlo crecer." (6) El todopoderoso favorito fue aprisionado y se le sacaron los ojos. Tras esto, Andrónico entró triunfalmente en la capital. Para consolidar su situación hizo desaparecer sucesivamente a los parientes de Manuel y estrangular a la propia emperatriz María. Después proclamóse coemperador y, tras haber prometido solemnemente al jubiloso pueblo proteger la vida del emperador Alejo, dió, días más tarde, órdenes secretas de hacer estrangular al muchacho. Y en 1183, Andrónico, a los 63 años, se convirtió en emperador absoluto.

Muerte

Andrónico, llegado al trono sólo pudo mantenerse en el poder por un sistema de inaudito terror y crueldad. En los asuntos externos no mostró iniciativa ni energía. La población, se volvió contra él. En 1185 estalló una revolución que elevó al trono a Isaac Ángel. Andrónico no pudo huir y preso y depuesto, hubo de soportar suplicios y humillaciones terribles, que resistió con notable estoicismo. En el curso de los tremendos sufrimientos que le infligieron, sólo repitió varias veces: "¡Señor, ten piedad de mí! ¿Por qué te encarnizas con una caña quebrada?" (7) El nuevo emperador no permitió que se sepultase el cadáver mutilado de Andrónico.

Tal fue el trágico fin de la dinastía de los Comnenos, la última realmente gloriosa que ocupó el trono de Bizancio.

Fuentes

  • (1) Diehl, Figures byzantines, t. II, p. 112.
  • (2) Vasilievski, La alianza de los dos imperios, en Slavianski Sbornik (San Petersburgo, 1877), t. II, p. 277 (en ruso). Diehl, Figures byzantines, t. II, p. 90-93. Scala, Das Griechentum seit Alexander dem Grossen, en Helmholt, Weltgeschichte (Leipzig, y Viena, 1904), t. V, p. 95.
  • (3) Diehl, en la Revue historique du Sud-Est européen, t. VI (1929), p. 213
  • (4) Diehl, ob. cit., t. II, p. 93. L. Bréhier, Andronic {Comnéne) (Dictionnaire d'histoire et de géographie ecclésiastiques, public. bajo la direc. de A. Baudrillart, y. II {París, 1914-1920), col. 1782.
  • (5) Nic. Con., 317-319.
  • (6) Ipatievskaia Lietopis (Crónica de Ipatiev, año 1673), p. 359. Voskresenskaia Lietopis (Crónica de Voskrcsiensk), para igual año, en la colección completa de Crónicas rusas, tomo VII, p. 78 (en ruso antiguo).
  • (7) Iannis Onnami, Hist., 232, Nic. Con. 172.
  • (8) Ipatievskaia Lietopis, Voskresenskaia Liet.
  • (9) Eustacio, De Thessalonica a Latinis capta, ed. Bonn, 388.