Anexo:Evolución de la Aduana Holguín

Anexo:Evolución de la Aduana Holguín
Información sobre la plantilla
Institución con sede en Bandera de Cuba Cuba
Machetemusic.jpg
Después de transcurridos seis años de la apertura oficial del puerto de Gibara al comercio de la Jurisdicción de Holguín, comenzó a funcionar por primera vez la Administración de Rentas del territorio.
Fundación:1 de junio de 1827
País:Bandera de Cuba Cuba
Sede:Gibara

Anexo:Evolución de la Aduana Holguín. Etapas por las que transito la Aduana Holguín en su creación como institución durante la etapa colonial, neocolonial y etapa socialista.

Inicios

La bahía de Gibara, la más próxima a la ciudad de Holguín, empezó a cobrar su verdadera importancia a partir de tres grandes momentos: 1752 cuando formó parte de esa jurisdicción, pues anteriormente pertenecía a la costa norte de la Villa de Bayamo. En 1778 al habilitarse temporalmente su puerto para el respaldo de las embarcaciones y buques que en su seno comparecían, reafirmándose con la construcción de la batería Fernando VII en Punta de Yarey y un año más tarde con la fundación de la población gibareña. En 1821 al abrirse al comercio local el 23 de diciembre, paso definitivo para que Gibara se convirtiera en la cuna del primer puerto habilitado temporalmente dentro de la jurisdicción holguinera. A partir de entonces la bahía de Gibara fue ejemplo del intercambio mercantil y su desarrollo.

Años más tarde, sobre todo entre 1844 y 1847, ese desarrollo marítimo se manifiesta ampliamente al desatracar del puerto gibareño 37 buques anuales, como promedio con destino a España, Inglaterra y los EE.UU, cargados todos con cajas de azúcar, bocoyes de miel y tabaco en rama. Además las navieras cubanas de cabotaje, poseían dentro de su itinerario el puerto de Gibara, tal fue el caso de la Compañía General Cubana de Navegación por Motor, que con el vapor Pelayo cubría la travesía La HabanaSantiago de Cuba y hacía escala en su segundo día procedente de Nuevitas en el puerto de Gibara, continuando el viaje hasta Baracoa al día siguiente.

Y de retorno al segundo día, atracaba de nuevo en el mismo, antes de partir hacia Nuevitas al siguiente. El aumento del comercio marítimo en la zona llevó aparejado la necesidad de habilitarse oficialmente el puerto de Gibara, algo que fue logrado a través de la Real Orden el 25 de enero de 1882 cuando se declaró puerto de tercera clase. Durante el período comprendido entre la habilitación temporal y oficial del puerto, nació la Aduana de Gibara, la cual, dentro de su proceso evolutivo contó también con diferentes momentos históricos.

Surgimiento y desarrollo de la Aduana en Gibara como cabecera de provincia

El 1 de junio de 1827, después de transcurridos seis años de la apertura oficial del puerto de Gibara al comercio de la Jurisdicción de Holguín, comenzó a funcionar por primera vez la Administración de Rentas del territorio, en una casa de tabla y teja en el lugar conocido como Ronda de la Marina, propiedad de Ambrosia De La Cruz, viuda de San Germán, quien la alquiló por catorce pesos al mes; morada que en aquéllos momentos constituía una de las mejores de la población.

Para la ejecución del trabajo en esa época, la oficina de Aduana recibía cuatro pliegos de papel del sello 2do, 500 pliegos papel del sello 4to y una rema de papel común de inferior calidad, para un total de gastos de $61.20. Quedando subordinada, en cuanto a la recaudación se refiere a la institución civil denominada como Hacienda Pública, mientras que a la vez formaba parte del Departamento de Mar y Tierra, institución netamente militar.

En sus inicios la Administración de Rentas contó con dos trabajadores como aduaneros, un administrador y un oficial Interventor (interino), el primer cargo con un haber de $42.00 mensuales ocupado por Don Antonio Casaco y Medrano, emigrado de Santo Domingo y subdelegado de la Real Hacienda de Holguín, el segundo cargo, cubierto por Don Martín Sánchez Griñán quien devengaría un salario de $25.00.

Meses más tarde se incorpora un tercero de escribiente (interino), Don Vicente Requiferos con el salario mensual de $20.00. A consecuencia del aumento del tráfico mercantil en la comarca, para 1838 fue necesario reforzar el personal de la Administración de Rentas con un 2do Oficial y un Interprete, quedando entonces integrada la plantilla por cinco trabajadores: un Administrador, un Oficial 1er Contador, un 2do Oficial, un Escribiente y un Interprete, hasta que en 1855, con la implantación del sistema del General Concha, la Administración de Rentas de Gibara, se elevó a la categoría de Administración Depositaria de Rentas Reales de Cuarta Clase, con el consiguiente grupo de once empleados y el pago de los siguientes sueldos anuales: el Administrador con $1.500, un contador y dos oficiales (1ro y 2do) con $1.400, cuatro escribientes con $1.500, un Interprete y un Vista con $800 cada uno y un Portero con $300.

Así continuó, sin variación administrativa hasta 1865, año en que comenzó la remoción constante de empleados, particularmente por la variabilidad en el régimen organizativo imperante. El trabajador de Aduana para entonces no era especialista, poseía tan solo una formación empírica.

Régimen organizativo imperante con el que funcionó la Aduana

  • 1865 a 1873- Colecturía de Rentas y Aduanas.
  • 1873 a mayo de 1876- Colecturía de Aduanas.
  • 1876 a febrero de 1880- Colecturía de Rentas y Aduanas.
  • 1880 de febrero a junio de 1884- Colecturía de Aduanas, al separarse nuevamente las Rentas. de Técnde Técnicas Aduaneras y Lucha Contra el Fraude icas Aduaneras y Lucha Contra el Fraude
  • 1884 de julio- Administración Subalterna de Hacienda.

Esas transformaciones en el régimen organizativo de la institución fueron las causas del cambio incesante de los administradores, muestra de ello es que desde el año en que se fundó la Aduana de Gibara, 1827 hasta 1855, o sea, por un periodo de veintiocho años, contó con cuatro Administradores, mientras que entre 1855 y 1894 la cifra se elevó a veinticuatro.

Otro aspecto negativo que incidió mucho sobre la Aduana de Gibara, desde su fundación fue la característica de soportar sobre sus hombros, una serie de gastos anexados, consistente en el pago a los trabajadores de los servicios siguientes:

  • Resguardo Marítimo, grupo integrado por el Guarda Mayor Interino representado por Don Pablo Aularte, quien junto a otros dos guardas más que se le subordinaban, devengaban un salario de $25.00 mensuales.
  • Patrón de la Falúa, plaza cubierta por Don Pedro Sarda por un haber mensual de $25.00 y que contaba con cuatro remeros que devengaban un salario de $11.00 cada uno.
  • Resguardo Terrestre Montado, grupo integrado por siete trabajadores, seis Guardas que devengaban un salario de $6.00 cada uno y que se subordinaban al Cabo Don Manuel Aguilera González quien los dirigía, cobrando $23.00 al mes.

Incluso una serie de empleados que eran renumerados por la Administración de Holguín, formaron parte de la nómina o sueldos a pagar por las cajas de Gibara, entre ellos:

  • El Fiel de Sal, cargo representado por Miguel López Corella quien devengaba $25 mensuales. de Técnicas Aduaneras y Lucha Contra el Fraude
  • Un 2do Oficial, Don José Romero, del Ministerio Político de Artillería.
  • Un destacamento de Artillería y otro Presidencial compuesto de dos confinados, el Teniente Coronel 2do Comandante de la Tercera Sección Don Francisco Uribarri con un sueldo de $120 y el Teniente de Artillería, Capitán de Infantería Don Alejandro Olavaria quien devengaba $272, a cuenta de su haber y de los demás individuos del cuerpo, descontando $272 por inválidos y montepío.
  • Además del socorro diario a los presidentes Manuel Silvestre y Valentín Urrutia, para lo cual a Don Francisco Uribarri, Comandante de Gibara, se le entregaba $7.00 con 4 reales.

Liquidación de derechos devengados por La Real Hacienda

El primer buque que entró en la bahía de Gibara después de establecida la Aduana, fue la goleta americana Bruce procedente de Gibraltar y San Thomas, a la consignación de Don Benjamín Driggs y bajo el mando del Capitán Mr. William Broun, cuya liquidación de derechos devengados por La Real Hacienda ascendió a $582.00 con seis reales fuertes. La segunda liquidación se hizo a la lancha española Veloz, bajo el mando del patrón Don Mateo Rodríguez, quien condujo efectos del bergantín francés Felicidad varado en Covarrubias, depósito realizado en la casa de Don José Romero a disposición de la Ayudantía de Marina y cuyo cargamento obtuvo por derechos de almojarifazgo $66.00.

Antes de establecerse la Aduana y de crearse el arbitrio del dos por ciento, al no estar habilitado el puerto de Gibara para ninguna clase de comercio, ni tener el fisco representación legal dentro del mismo, sino en Holguín, el tráfico mercantil existente era ilegal o de contrabando, es por ello que el Ayuntamiento de Holguín en 1818 decidió que el único derecho que pagarían las embarcaciones que entraban por casualidad, frase usada para definirlas, sería de 100 reales por buques, arbitrio impuesto por el beneficio que recibían al guarecerse en el puerto contra los corsarios y a la sombra de la batería Fernando VII, que acababa de construirse.

Ya establecida la Aduana de Gibara, aún en 1830, al no haber población suficiente, ni comercio sólido en el puerto que pudiera recibir las mercancías para abastecer a la jurisdicción de Holguín, los capitanes de los buques que entraban en la bahía a vender sus mercancías en la plaza, tenían que entenderse para su despacho con el Subdelegado de la Real Hacienda de Holguín. En el transcurso del período de ocupación norteamericana en Cuba (1899-1902), Gibara continuó como Aduana cabecera, llegando incluso a proponerse, fuera ella la que costeara los gastos que ocasionara la conversión de Holguín en provincia, una vez que este territorio se separara de Santiago de Cuba, idea no aceptada inicialmente, por lo que en esa ocasión no se llevó a vías de hecho.

Bajo la intervención norteamericana en Cuba, el 22 de junio de 1901 por la orden No. 173 del Presidente de los Estados Unidos, fue proclamada con carácter provisorio y en inglés, las Ordenanzas de Aduanas para los Puertos de la Isla de Cuba, dadas a conocer oficialmente en la Gaceta Oficial del 19 de agosto y que por la Orden No. 142 del 10 de mayo de 1902 se le modificó el título por el de Ordenanzas de Aduanas de la República de Cuba para Régimen y Guía de los Empleados de Aduanas. A través de la misma se declararon 20 puertos de Interés General de Primer Orden y únicos habilitados para realizar por ellos el comercio de Importación y exportación, quedando establecida en cada uno, una oficina de Aduana, entre esos puertos encontramos el de Gibara y el de Antilla en la Bahía de Nipe.

Ocho meses más tarde, el 18 de abril de 1902, Don Tomas Estrada Palma, recientemente investido como Presidente de Cuba en el Congreso de los Estados Unidos, visitó a Gibara y fue precisamente un funcionario de la Aduana, el señor Joaquín Cruzado y Bado, natural de Pinar del Río, el que le da las palabras de bienvenida, de la siguiente manera:

“Señor. El Pueblo Cubano desea conservar en su mejor museo como recuerdo histórico, la primera piedra de la República Cubana que piso su primer Presidente”.

En 1906 la Aduana cabecera de Holguín dejó de estar ubicada en Gibara y a pesar de que su puerto continuaba siendo de primer orden, fue trasladada hacia otro territorio, a partir de los grandes asentamientos norteamericanos al norte de la antigua Región Oriental.

Traslado de la Aduana

Nipe

Al compás del montaje de los ingenios y las industrias de procesar materiales al norte de la antigua Región Oriental, marchó aparejada la habilitación de los puertos y con ellos, la necesidad histórica del establecimiento de nuevas Aduanas.

La zona norte de la antigua Región Oriental, una de las más penetradas por el capital monopolista yanqui, fue el lugar idóneo para llevar a cabo por las compañías norteamericanas la instalación de una infraestructura portuaria que formó parte de la ramificación integral de los asentamientos azucareros y mineros, además de permitirles, controlar los embarques de azúcar y minerales sustraídos de la región sin la mediación fiscal de las municipalidades, valiéndose de la construcción de los espigones y embarcaderos en las bahías más cercanas a sus propiedades. De esa forma y en un lapso de tiempo relativamente breve, las zonas costeras más estratégicas cayeron bajo las compañías que operaban en el territorio construyendo muelles, almacenes y otras edificaciones.

En los primeros diez años del siglo xx por la acción conjunta del capital industrial y financiero de Boston y Nueva York, quedó montada prácticamente y extendida la red portuaria más importante del norte de Oriente, por donde se sustraían los recursos naturales del área hacia los Estados Unidos. En 1903, en el puerto de Banes, ubicado dentro la bahía del mismo nombre y en el lugar en que antaño la familia Dumois había construido el embarcadero de la plantación bananera, una vez reconstruidas las instalaciones, la United Fruit Co. dejó listo un excelente puerto con su Aduana, y un muelle para el embarque de azúcar del central Boston, en Cayo Macabí.

En 1906 el puerto de Antilla fundado por The Cuba Railroad Co, en la bahía de Nipe, se convirtió en el principal del área nororiental, al concluirse el ramal ferroviario Alto Cedro-Antilla.

Al construirse el ramal ferroviario en Alto Cedro-Antilla, se tuvo la idea inicial de montarlo sobre tierra hasta la punta del espigón, por eso, según el proyecto de la obra marítima, el espacio intermedio ocupado por el mar, iba a ser rellenado con piedras, pero sucedió que, algunos inconvenientes presentados durante la construcción no permitieron consolidar la idea inicial que fue sustituida por la construcción de dos puentes. Otros ramales fueron edificados también en la misma época, por lo que el puerto de Antilla contaría con Aduanas en diferentes subpuertos, tales como:

  • El Preston, construido en el espigón de la bahía en 1907 por The Nipe Bay Co., ramal de la United Fruit Co. por el que se sacaba el azúcar del central, propiedad de la misma compañía.
  • En Felton dentro de la ensenada de Cajimaya montado por la Spanish American Iron Co. al concluirse en 1909 la planta de procesamiento de hierro procedente de las minas de Mayarí.
  • En Cayo Juan Claro, hasta 1901 había tan solo un pequeño embarcadero llamado Cascarero, en la bahía de Puerto Padre, por lo que fue terminado el ramal en 1911 por The Cuban American Sugar Co. Para ello se hizo necesario construir un pedraplén a través del mar desde la costa firme hasta el cayo con el fin de que pudieran llegar hasta allí los trenes cargados de azúcar de los centrales Chaparra y Delicias.
  • En Manatí, en la bahía de igual nombre de la antigua Victoria de las Tunas, habilitado 1912 por la Sugar Co. para el embarque de azúcar de su único central. Allí en la colonia solo existía un pequeño muelle situado en segundo lugar, primero estaba el de Gibara.
  • Tánamo dentro de Cayo Mambí, en Sagua de Tánamo, última instalación portuaria construida por el capital norteamericano en este período. Erigido por la Atlantic Fruti Co. en 1921, para exportar el azúcar del central Tánamo perteneciente a la misma entidad. Anteriormente tan solo existía un espigón de madera por donde se exportaba el plátano fruta.

La construcción de grandes plantas de níquel en la décadas del cuarenta y cincuenta en las localidades de Nicaro y Moa también obligó a abrir nuevos subpuertos, para completar el panorama de los asentamientos portuarios inaugurados por este capital, pero, de todos ellos, las condiciones naturales y una buena ubicación geográfica posibilitaron que Antilla se convirtiera en el puerto más sobresaliente del norte de Oriente. Y la misma existencia del puerto sería lo que fomentaría a su núcleo urbano.

Antilla

Antes que la Aduana cabecera estuviera en Antilla existió, en agosto de 1906, una Aduana que atendía Nipe-Antilla conocida con el nombre de Aduana de Nipe, por encontrarse ubicada en el barrio de Punta Tabaco (central Preston, hoy Guatemala), del entonces término municipal de Mayarí, lugar donde permaneció hasta el 10 de julio de 1911, que por Decreto Presidencial del General José Miguel Gómez se trasladó para Antilla, en un edificio donado al Estado por la Empresa de los Ferrocarriles de Cuba. En el poblado de Antilla permanecería la Aduana cabecera de Holguín hasta 1991.

Con el traslado de la Aduana cabecera de Holguín para Antilla y hasta el año 1915 se logró recolectar aproximadamente, de 70 mil a 100 mil pesos anuales, cifra muy superior a cualquiera de las recaudaciones que realizó la Aduana cuando tuvo su residencia en Gibara, esto se debió, fundamentalmente, a que los ingenios cubanos y de otras nacionalidades de la comarca oriental que carecían de instalaciones portuarias, encontraron en Antilla la vía más cercana para situar el azúcar en los almacenes y refinerías del Norte, al extremo que durante la zafra de 1918 a 1919 un total de dieciséis centrales azucareros utilizaron este puerto.

A partir de entonces, desde 1915 y hasta 1920 recolectó unos 300 mil pesos al año; bajando a la mitad entre 1921 y 1922, producto de la crisis económica mundial. Entre 1924 y 1927 ingresó de 200 mil a 300 mil pesos, mientras que, de 1927 hasta 1940, aproximadamente, fue decreciendo sus ingresos hasta quedar entre 175 mil y 225 mil, por todos los conceptos, de un año a otro.

Por otra parte, en el puerto de Antilla durante los años 1910 a 1914 existió un servicio quincenal de pasajeros y cargas entre América Central y América del Sur en los lujosos vapores trasatlánticos de la Royal May S.S Company como el denominado Mala Real Inglesa, en el que venían de cien a doscientos pasajeros para toda la República. Compañía que suspende sus travesías a consecuencia de la Primera Guerra Mundial quedando entonces el servicio quincenal de la Munson S.S Line, con el vapor Munamar de pasajeros y cargas, además de los vapores de cargas. Ulteriormente el Munamar fue sustituido por el Munargo, vapor que traía de 2 000 a 3 000 toneladas de mercancías y se llevaban 26 000 sacos de azúcar.

Los trabajadores del puerto laboraban día y noche sin parar de miércoles a sábado, devengando por turno corrido, $40.00 pesos, como mínimo, en cuatro días. Para entonces la entrada de vapores en el puerto de Antilla no bajaba de 30 mensuales, dándose muchas veces el caso de haber siete atracados y tres ó cuatro esperando para atracar. En la década del treinta, aproximadamente, se designó a la Aduana de Antilla para atender al puerto de Nicaro, misión que fue cumplida hasta 1973, año en que este pasó a tener su Aduana independiente, subordinada a la de Santiago de Cuba.

Periodo revolucionario 1959 a 1976

Para 1960 Miguel Ángel Matos y el Teniente del Ejército Rebelde Jaime Santana como 2do jefe, eran los dirigentes principales de la Aduana de Antilla y del grupo de trabajadores integrados por dos bachiller: Rafael Cruz y Argeo Salgado y cuatro aduaneros que solo poseían el sexto grado, Lorenzo Fernández, Manuel Rodríguez, Serafín Sánchez y Rafael Zaldívar.

Con el cambio de estructura dentro del sistema aduanero en 1963, las condiciones de trabajo y de atención al trabajador mejoraron considerablemente, se recibió un aumento salarial y se otorgaron $3.00 pesos por concepto de dietas, además, se comenzó el uso de un nuevo uniforme consistente en el pantalón azul y la camisa blanca.

La Aduana en los puertos, desde entonces y hasta 1991, tuvo la misión de controlar a los tripulantes en puerta y la escala en los buques, o sea, a todos los trabajadores que subían y bajaban del buque, así como las pertenencias que traían, además del control por escotilla, o control de la mercancía de importación y exportación. Para entonces el comercio se había incrementado con los países del Campo Socialista y comienzan a entrar a la Bahía de Nipe los barcos con petróleo y amoníaco procedentes de la antigua URSS. Según el número de subpuertos de la provincia funcionaban las dos Aduanas bases, a partir de 1973 la de Nicaro y la de Antilla, ambas ubicadas al noroeste del territorio Oriental y que para su mejor trabajo tenían distribuidas entre sí las terminales marítimas.

Dirección Aduanas de Antilla 1976-1988

En 1976 la Aduana de Antilla pasó a denominarse Dirección Aduanas de Antilla, radicando en la calle René Ramos Latour, bajo el mando de su primer Jefe interino Osvaldo García hasta el 19 de mayo de este año, en que lo sustituyó oficialmente Enzo Guerrero Betancourt.

En 1959 por el Puerto de Antilla prácticamente solo se realizaban operaciones de exportaciones de azúcar y mieles, pues las importaciones eran mínimas, pero con el triunfo de la Revolución comenzó un nuevo despegue de las exportaciones y algunas importaciones más, además de las que ya se hacían. Y es que antes de la actual División Política Administrativa, el puerto de Antilla perteneció a la Empresa de Terminales Mambisas de Oriente que radicaba en Santiago de Cuba, la que siempre se preocupó que en el puerto hubieran buques con importaciones o de cabotaje, con el fin de cumplir el plan técnico económico asignado, independientemente de las exportaciones que por el mismo se realizaban.

Desde el Puerto de Antilla, se enviaban mercancías recibidas de los buques a todos y cada uno de los municipios de la antigua provincia de Oriente, incluyendo al de Santiago de Cuba. Podría decirse que existía una flota de cabotaje con goletas entre el Puerto de Antilla y el de Baracoa. Con esos medios se hacían llegar los distintos productos alimenticios importados, así como, los que llegaban por ferrocarril procedentes de otros lugares del país y con destino a Baracoa.

Cuando se descargaban los buques de mercancías, que el partido provincial radicado en Santiago de Cuba apoyaba con una pequeña flotilla de camiones KP3 la carga por carretera y después de ocurrida la División Política Administrativa, radicó en la provincia una flota de camiones dirigida por Ramón Castro Ruz, que también apoyó la descarga de los buques, excepto los embarques de níquel por los puertos de Antilla, Punta Gorda de Tánamo, Felton y Preston, dirigidos por la empresa desde Antilla y más adelante también por Nicaro.

La Empresa de Antilla controlaba y dirigía las descargas que se hacían por el subpuerto de Vita y los puertos de Puerto Padre y Manatí, lo que demuestra una vez más su importancia y con ella su puerto principal, del que no debemos olvidar estuvo catalogado como el segundo de la provincia de Oriente, sobresaliendo a los de Puerto Padre y Manatí en la costa norte y Guantánamo y Manzanillo por la costa sur.

Por los puertos de Holguín para 1973 se exportaban al mercado internacional las producciones azucareras de sus diez centrales, la niquelífera de sus dos plantas, así como las mieles finales de esas empresas, recibiendo a cambio las materias primas para los fertilizantes, combustibles para la actividad industrial y poblacional de sus municipios y otras mercancías. Toda esta actividad portuaria, indudablemente, fue la que determinó que de 1959 a 1990, la Aduana cabecera de la provincia holguinera continuara residiendo en Antilla, lugar con una situación geográfica privilegiada entre los puertos de Holguín, pues está prácticamente situada en el centro de la costa norte y tenía comunicación por carretera y por ferrocarril con todos los municipios de la provincia.

A la Dirección de Aduanas de Antilla en 1976 se le subordinaban los subpuertos del antiguo central Preston, denominado Guatemala, el de Cayo Mambí y los fondeaderos de la bahía de Nipe, en donde existía una base de supertanqueros soviéticos que operaba al año hasta con 300 buques de travesía y 250 buques de cabotajes. Se le subordinó Vita a partir de 1982, atendido anteriormente por Las Tunas y los vuelos Internacionales a partir de 1984. También atendía un Punto Postal. El nivel de actividades era grande en las exportaciones e importaciones, trabajo ejecutado ya con una plantilla de 63 trabajadores en total.

Los inspectores de Antilla, además, controlaban tres almacenes portuarios en donde se concentraba el azúcar de exportación, atendían la terminal que acopiaba la miel que iba a ser exportada para los diferentes países de Europa y era abastecida por los centrales Nicaragua, Fernando de Dios y López Peña, inspeccionaban la importación de combustible Diesel, Kerosina, Gasolina y otros productos procedentes de la Unión Soviética, así como, las cuatro áreas de almacenamiento de cargas a la intemperie y el área de descargas para la Terminal de Asfalto que residía en el muelle Bacaladera del municipio Antilla y en ocasiones, al barco Anaclilla de nacionalidad soviética que operaba descargando combustible para el central Nicaragua (antiguo Macabí).

Durante esta etapa de trabajo como parte de la superación profesional del aduanero, los inspectores Josué Danger Vila y Esmaidel Ricardo pasaron en 1980 el curso de Técnico Medio en Aduanas, de un año de duración, estudios realizados en el tecnológico Jacinto García Espinosa en la provincia de La Habana.

Antigua caseta de control Aduanero en Antilla, foto tomada el 19 de junio de 2012

.

En el año 1983 la Dirección de Aduanas de Antilla resultó la más destacada de las provincias orientales, a pesar de que la misma prestaba servicios con solo 44 aduaneros, de los cuáles, el mayor grupo radicaba en Antilla pues el resto estaba distribuido en los diferentes lugares anteriormente mencionados, es por eso que en el marco del XXX Aniversario de la Aduana General de la República, por los resultados alcanzados, los mejores trabajadores del año fueron felicitados por el Partido Provincial y por la Dirección General de Aduanas del país, entre ellos: Esteban Sánchez, Roberto Bermúdez, Ramón Ramírez (quien resultó el joven más destacado) e Idalia Ochoa, mejor trabajadora aduanera durante tres años consecutivos. En este período histórico se hizo acreedora la institución, del primer lugar por cuatro años consecutivos, dentro de la emulación fraternal nacional, motivo por el cual su Jefe Enzo Guerrero Betancourt fue estimulado con un viaje turístico al extranjero.

Delegación Territorial Oriente 4, 1988-1990

El 6 de febrero de 1988 comienza un cambio estructural en la Aduana Socialista Cubana. Producto del dictamen realizado por el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, fueron creadas cinco Delegaciones Territoriales en el Sistema de Órganos Aduaneros del país, dentro de las que se encontraba la Delegación Territorial Oriente 4 que incluía cuatro provincias, entre ellas a Holguín. Cinco días más tarde, ese comité certificó, entre otras cosas, la nueva estructura que tendrían dichas delegaciones.

Para entonces la Aduana principal de la provincia de Holguín continúa en Antilla con Enzo Guerrero Betancourt al frente, teniendo como misión la de controlar y supervisar todos los servicios aduaneros del territorio, entre ellos, el distrito de Vita, el central Guatemala, el Aeropuerto Nacional con aproximadamente 12 vuelos internacionales a la semana y el puerto de Cayo Mambí, del cual se exportaba el azúcar blanca, así como, los fondeaderos y la Base de supertanqueros en la bahía de Nipe, los que a su vez eran controlados todos técnicamente desde Santiago de Cuba, por los especialistas de la Delegación Territorial Oriente 4. Por el objeto social que tenía la Delegación Territorial Oriente 4 en Holguín, la Aduana de Antilla fue visitada, en este período, por todos los directores de la Aduana General de la República.

Josué Fernando Danger Vila, profesor del primer curso de Técnico Medio en Aduana que se dio en Antilla

.

El 15 de julio de 1988 culminó el primer curso de Técnico Medio en Aduana comenzado cuatro años antes. Curso que se impartió en Antilla por varios profesores, dentro de los cuáles, el inspector Josué Danger Vila impartió las asignaturas correspondientes al contenido de Aduana. Las clases se realizaron en un aula habilitada dentro de la oficina del Jefe Turno de la Dirección de Aduanas en Antilla, en su planta alta, ubicada al lado izquierdo a la entrada del puerto.

Como resultado de los cuatro años de estudios se graduaron los ocho alumnos que matricularon, entre ellos los inspectores Dario Rueda Chacón, Romilio Ramírez Gutiérrez, Nidia Silva Amaya, Martín Núñez Jomarrón, el Jefe de la Aduana de Antilla Enzo Guerrero Betancourt y la encargada de las actividades administrativa Juana Yolanda Ramírez Ochoa.

Delegación Territorial Aduana Holguín 1991-1995

Con la desaparición del Campo Socialista y el inicio en nuestro país del popularmente denominado Periodo Especial, la Aduana Socialista Cubana vuelve a sufrir cambios en su sistema estructural y organizativo, como parte del mismo, en 1990 al Jefe de la Aduana de Antilla Enzo Guerrero, se le orientó preparar las condiciones materiales y de vida necesarias, para que la Aduana principal de la provincia, con sede en Antilla, comenzara a residir en Holguín.

Esto ocurre como antecedente directo de la división que sufrieron más adelante, las Delegaciones Territoriales Centro Este y Oriente 4 y que permitió a la institución holguinera independizarse de la de Santiago de Cuba bajo el nombre de Delegación Territorial Aduana (DTA) Holguín. Como residencia a la Aduana cabecera de la provincia le fue entregada, a través de Enzo Guerrero, la edificación del Reparto Pedro Díaz Coello, situado en la calle 6 No. 15 entre 13 y 14, en la provincia de Holguín, lugar donde en el mes de junio de 1991 comenzó a funcionar la Delegación Territorial.

Edificación donde residió la Jefatura de la Delegación Territorial Aduanas Holguín, reparto Pedro Díaz Coello, con modificaciones tales como el enrejado y la pintura que les fuera realizada posteriormente por sus inquilinos, 2011.

La biplanta asignada a la Jefatura de la Delegación Territorial, en su parte alta, estaba ocupada por un oficial del MININT Juan Gualberto Corona Pérez, quien años más tarde fuera jefe de la Aduana. La planta baja del inmueble perteneciente a Inmigración Provincial, contaba con un portal, sala, cinco cuartos y un baño, habilitados todos como oficinas del centro laboral y en donde residieron el Puesto Mando, el Asesor Jurídico, Técnicas Aduaneras, Lucha Contra el Fraude y la Jefatura.

El baño de la casa fue transformado en la oficina de la Secretaria. También existía un local, al parecer garaje de la vivienda, que se habilitó como comedor, abastecido por la comida traída de la Primera Unidad de la Policía y de la Delegación del MININT, hasta que fue construida una pequeña cocina en el fondo del patio. Bajo el tanque del agua, en un pequeño local que hacía las funciones de dormitorio, se alojaba el personal que desde Antilla venía a reforzar el trabajo del aeropuerto y en donde también convivió, unos meses, un compañero de Nicaro que comenzó a trabajar en la Jefatura ante la necesidad de aumentar su personal, habitación pequeña convertida más adelante en un almacén.

Posteriormente, el 12 de diciembre de 1994 debido al hacinamiento de las personas dentro del inmueble, al lado del comedor fue levantada otra edificación biplanta, allí se colocaron oficinas, el dormitorio y un salón de reuniones que funcionó además como aulas. Los últimos meses del año 1991 fueron aprovechados por la Delegación para crear los mecanismos de dirección y control de la actividad y lograr el asentamiento del personal en sus funciones.

El año en que la Delegación Territorial Aduana Holguín comienza a funcionar con una nueva estructura lo constituye verdaderamente 1993, bajo el mandato de Amado Martínez Peña, quien había asumido el cargo de Delegado, el 1 de diciembre del año anterior. El cambio estructural llevó aparejado la implantación de una nueva política de trabajo con el consiguiente aumento de plantilla, es por ello que en dos ocasiones, el 14 de abril y el 14 de julio de 1993 fue visitada la Delegación por el Jefe de la Aduana General de La República Orlando Bello García, quien aprovechando una reunión con el personal profundizó sobre el tema. Durante este nuevo período de trabajo, además del Aeropuerto Internacional, también quedaron subordinadas a la DTA Holguín, la Aduana de Moa y las oficinas de la Aduana de Nicaro, Antilla y Vita.

Un avance científico técnico alcanzado en esta época fue el empleo del Sistema Informático de Declaración Única de Aduana donado en 1993 por la Conferencia de Naciones Unidas para el comercio y el desarrollo y que fue sustituido cuatro años más tarde, debido a sus limitaciones, por otro referente al sistema automatizado del despacho mercantil diseñado y programado por los especialistas de la Aduana cubana y que respondía no solo a las exigencias más modernas, sino que también, se ajustaba a las condiciones concretas del país.

Respecto a la superación profesional del personal los años 1994 y 1995 rindieron sus frutos, pues los cursos de inglés impartidos por la profesora contratada Lic. Ana Meneces G. preparó en el idioma al cuerpo de inspectores de la jefatura y el aeropuerto. También hubo resultados satisfactorios del Inspector Superior de la Delegación en el curso Internacional de Valoración. Mientras que en la Escuela Nacional de Formación Aduanera (ENFA) con sede en la provincia de La Habana, los dos Inspectores que asistieron, el Superior Alberto Cabreras Zayas y el de Aduana César Herrera López, cursaron y aprobaron el 1er Seminario Nacional de Tratamiento Automatizado del Banco de Datos del Personal y el curso Análisis de la Información Avanzada de Viajeros. Otro grupo del personal seleccionado formó parte del 1er y 2do viaje con la naviera MELFI, para tomar experiencias.

El 1 de agosto de 1995, como parte de la nueva estructura a la que se encaminaba la unidad, se implantó la plantilla estandarizada, aprobándose un total de 130 plazas, tres pertenecientes a la categoría de cuadros, tres a dirigentes y 81 al cuerpo de inspectores, de ellas trece como Superiores y el resto, para las actividades no fundamentales. También fue creada en igual fecha que la mencionada anteriormente, una Aduana en Nicaro que atendería el punto de control de Antilla, quedando la Dirección Territorial de Aduanas de Holguín catalogada de segunda categoría, al igual que las Aduanas de Moa y Las Tunas. El primer semestre del año 1995 cargado en transformaciones y lleno de nuevas expectativas de trabajo, culminó exitosamente cuando la Delegación resultó vanguardia de la Emulación Socialista y Moa quedó en la categoría de destacada. Los nuevos cambios trajeron aparejados la visita del nuevo Jefe de la Aduana el General de Brigada Pedro Ramón Pupo Pérez el 5 de septiembre de 1995.

Dirección Territorial de Aduanas de Holguín, 1995-2004

El 12 de diciembre de 1995 se creó la Unidad Presupuestada Dirección Territorial de Aduanas de Holguín integrada por la Aduanas Puerto de Moa, las oficinas de los puertos de Antilla, Vita y Nicaro, el Aeropuerto Internacional Frank País y el Punto Postal Holguín, más adelante se le anexarán la Aduana de Puerto Carúpano y las oficinas de los puertos de Manatí y Guayabal, situadas en la provincia de Las Tunas, causa principal que motivó a que la Aduana holguinera comenzara oficialmente a denominarse Delegación Territorial Aduanas Holguín-Las Tunas, sobre todo, a partir de que la Aduana General de la República reconoció oficialmente cuatro Delegaciones Territoriales y entre ellas, a la de Holguín. De hecho y dentro de este período, se realizó el cambio de edificación de la unidad desde el reparto Pedro Díaz Coello hacia el inmueble ocupado actualmente.

Vista panorámica del inmueble de la Aduana antes de su ampliación en 1999.

En 1999 se produce el proyecto para la ampliación de las instalaciones donde se encontraba ubicada, en estos momentos, la entonces denominada Gerencia de la Delegación Territorial de Aduanas de Holguín, inmueble que aún pertenecía al Ministerio del Interior. Instalada la llamada Delegación Territorial de Aduanas de Holguín-Las Tunas en la nueva edificación, comienza un árduo trabajo aduanero, reflejado en los resultados alcanzados entrado ya el nuevo milenio, al producirse a partir del año 2000, de forma gradual, un mejoramiento en su efectividad.

También se realizó un curso de adiestramiento de canes y sus técnicos, completándose seis equipos, del total en existencia dos canes fueron especializados en explosivos. Por otra parte, a través del curso de reciclaje impartido a la técnica canina del territorio, los canes obtuvieron el certificado operativo, alcanzando el segundo y tercer lugar en la especialidad de drogas y segundo en el de explosivos, durante la competencia de técnica canina del Ministerio del Interior realizada en la provincia.

Primer curso Guías Caninos, 22 de enero del 2000.

Otros logros alcanzados fueron, el completamiento de instrumental mínimo para la ejecución de actividades en las Aduanas de mayores incidencias, el enfrentamiento intensificado y con una mayor efectividad en las aerolíneas procedentes de los Estados Unidos y el logro del tiempo menor de permanencia de los turistas en los salones. La preparación del personal en el 2000 logró el cumplimiento de los programas de capacitación con la realización de encuentros de intercambio de experiencias entre los especialistas de todas las unidades que arrojaron criterios muy válidos sobre las nuevas normativas. Con estos fines fue ampliada la base material de estudio.

Además, se cumplió la política de COMEX para la protección de la economía nacional a través del aumento de la calidad de las estadísticas a tributar en las informaciones oficiales al estado. La actividad mercantil, por su parte, tuvo un incremento en las operaciones de un 73% en comparación con el año precedente.

El 9 de septiembre del 2002 quedó facultado el Jefe de la Aduana General de la República para eliminar las Delegaciones Territoriales conforme al estudio de perfeccionamiento organizativo de la Institución, no obstante, no fue hasta dos años más tarde que comienza oficialmente la práctica de esa determinación en Holguín. Para esta época la provincia ya constituía el tercer polo turístico del país donde predominaba el turismo de playa, con una ínfima parte del turismo de ciudad, proviniendo el mayor por ciento de los turistas de Canadá, Italia, Alemania, Suiza, Holanda y República de Santo Domingo, entre otros.

Por tales razones, la Aduana tenía entre sus misiones, hacer cumplir las regulaciones emitidas por otros organismos, incluso para las especies protegidas de la flora y la fauna, además de garantizar la seguridad de la sociedad evitando el tráfico de armas, el enfrentamiento al narcotráfico y controlando a la entrada a sus consumidores. Misiones que fue cambiando a través de los años pues a partir de 1995 se incrementan otros renglones como fueron la extracción ilegal de obras del patrimonio cultural de la nación y el contrabando de tabacos, entre otros.

Aduana Holguín

El 30 de octubre de 2004 la Delegación Territorial de Aduanas Holguín-Las Tunas, se convirtió en la Aduana Holguín aunque en el Registro de Empresas y Unidades Presupuestadas de la Oficina Nacional de Estadísticas continuaría inscrita como Dirección Territorial de Aduanas de Holguín, motivo por el cual dos meses más tarde el Ministro de Economía y Planificación José Luís Rodríguez García, emitió una resolución donde a los efectos legales fue cambiado el nombre dentro del Registro de Empresas y Unidades Presupuestadas de la Oficina Nacional de Estadísticas, por el de Unidad Presupuestada Aduana Holguín. Resolución que meses más tarde, el 23 de abril del 2005 es ratificada oficialmente por el Jefe de la Aduana General de La República. Aduana que entonces fue catalogada de segunda categoría y que pasó a ser denominada de primera, el día 1 de marzo de 2013.

Véase también

Fuentes

  • Rubidalia Rivero Durán, Especialista B en Gestión de los Recursos Humanos, Aduana Holguín. Libro de Datos Históricos. [citado 2011 julio, 1]. Consultado el 10 de abril de 2015.