Animals (Cuadro)

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Animals (Cuadro)
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Animal de Rufino.jpg
Cuadro del pintor Mexicano Rufino del Carmen Arellanes Tamayo donde muestra, la pintura representa a este par de perros gruñendo
Datos Generales
Autor(es):Rufino del Carmen Arellanes Tamayo
Año:1941
País:México

Animals, este cuadro fue creada por el pintor mexicano Rufino del Carmen Arellanes Tamayo, la pintura representa a este par de perros gruñendo captura, en palabras del también pintor mexicano Juan Soriano, "ese horror ante un mundo que se estaba convirtiendo en piedra ante nuestro ojos."

Historia

Pintados en vísperas de la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, mientras Tamayo vivía en Nueva York, este par de perros gruñendo captura, en palabras del también pintor mexicano Juan Soriano, "ese horror ante un mundo que se estaba convirtiendo en piedra ante nuestro ojos." Contra un fondo amarillo inquietantemente vacío bañado en un resplandor rojo, los perros, con sus colmillos al descubierto, tocan una nota ansiosa, mientras que los huesos azul pálido cerca de sus patas sugieren muerte o carnicería.

El tema probablemente se inspiró no solo en eventos contemporáneos sino también en esculturas funerarias de terracota precolombinas.

En la mitología azteca y maya, los perros eran considerados guías del inframundo, y sus estatuas a menudo se enterraban con miembros de la clase dominante.

La pintura y sus personajes

Según el MoMA, Animals fue pintado por el artista mexicano Rufino Tamayo la noche en que Estados Unidos se unió a la Segunda Guerra Mundial.

Se cree que la obra está inspirada en estos eventos, así como en las esculturas funerarias aztecas y mayas, que a menudo tenían forma de perro.

En su carrera también se definió, también, su inconfundible lenguaje plástico, caracterizado por el rigor estético, la perfección de la técnica y una imaginación que transfigura los objetos, apoyándose en las formas de la cultura prehispánica y en el simbolismo del arte precolombino para dar libre curso a una poderosa inspiración poética que bebe en las fuentes de una lírica visionaria.

La parte fundamental de su producción, sin embargo, se encauza a través de la pintura de caballete, en la que Tamayo es uno de los pocos artistas latinoamericanos que cultiva la naturaleza muerta (representando objetos, frutos exóticos y también figuras o personajes pintorescos) por medio de una transmutación formal, un elaborado simbolismo de indiscutibles raíces intelectuales y estética experimental que lo alejaron sin duda de la buscada popularidad, pero lo convirtieron en uno de los grandes artistas representativos de la pintura mexicana de la segunda mitad del siglo XX.

Síntesis biográfica

Rufino del Carmen Arellanes Tamayo nació en Oaxaca de Juárez, el 25 de agosto de 1899 - Ciudad de México, 24 de junio de 1991) fue un pintor mexicano. Figura capital en el panorama de la pintura mexicana del siglo XX, Rufino Tamayo fue uno de los primeros artistas latinoamericanos que, junto con los representantes del conocido "grupo de los tres" (Rivera, Siqueiros y Orozco), alcanzó un relieve y una difusión auténticamente internacionales. Como ellos, participó en el importante movimiento muralista que floreció en el período comprendido entre las dos guerras mundiales.

Sus obras, sin embargo, por su voluntad creadora y sus características, tienen una dimensión distinta y se distinguen claramente de las del mencionado grupo y sus epígonos.

Coincidiendo en sus aspiraciones con el quehacer del brasileño Cándido Portinari, el trabajo de Rufino Tamayo se caracteriza por su voluntad de integrar plásticamente, en sus obras, la herencia precolombina autóctona, la experimentación y las innovadoras tendencias plásticas que revolucionaban los ambientes artísticos europeos a comienzos de siglo. Esta actividad sincrética, esa atención a los movimientos y teorías artísticas del otro lado del Atlántico lo distinguen, precisamente, del núcleo fundamental de los "muralistas", cuya preocupación central era mantener una absoluta independencia estética respecto a los parámetros europeos y beber solo en las fuentes de una pretendida herencia pictórica precolombina, resueltamente indigenista. También desde el punto de vista teórico tiene Tamayo una personalidad distinta, pues no suscribió el radical compromiso político que sustentaba las producciones de los muralistas citados y prestó mayor atención a las calidades pictóricas.

Es decir, aunque por la monumentalidad de su trabajo y las dimensiones y función de sus obras podría incorporarse al movimiento mural mexicano, diverge, no obstante, por su independencia de los planteamientos ideológicos y revolucionarios, y por una voluntad estética que desarrolla el tema indio con un estilo más formal y abstracto.

Su obra como muralista, ciclópea y hecha en el más puro «mexicanismo», culmina en el mural El Día y la Noche. Realizado en 1964 para el Museo Nacional de Antropología e Historia de México, simboliza la lucha entre el día (serpiente emplumada) y la noche (tigre). Ese mismo año recibió el Premio Nacional de Artes. Sus últimos trabajos monumentales datan de 1967 y 1968, cuando por encargo gubernamental realizó los frescos para los pabellones de México en la Exposición de Montreal y en la Feria Internacional de San Antonio (Texas). A partir de entonces, retirado casi, se dedicó de lleno a transmitir el saber acumulado en su larga e intensa vida artística.

Su interés por el arte precolombino cristalizó al inaugurarse en 1974, en la ciudad de Oaxaca, el Museo de Arte Prehispánico Rufino Tamayo, con 1300 piezas arqueológicas coleccionadas, catalogadas y donadas por el artista.

Fuentes