Antonio Quintana Simonetti

Revisión del 14:41 16 jul 2019 de Josefina (discusión | contribuciones) (Texto reemplazado: «<div align="justify">» por «»)
(dif) ← Revisión anterior | Revisión actual (dif) | Revisión siguiente → (dif)
Antonio Quintana Simonetti
Información sobre la plantilla
Antonio Quintana Simonetti.jpeg
Destacado arquitecto cubano.
Nacimiento1919
Fallecimiento21 de septiembre de 1993
Ciudad de La Habana, Bandera de Cuba Cuba
Obras destacadasEdificio sede del Ministerio de Salud Pública y la Agencia Prensa Latina en Ciudad de La Habana, entre otras.
PremiosMedalla de Oro del Colegio Nacional de Arquitectos, entre otros

Antonio Quintana Simonetti (1919-1993). Arquitecto y paisajista cubano, precursor del modernismo en la arquitectura del país. Autor de múltiples obras en Cuba y en el extranjero.

Síntesis biográfica

Sus inicios antes de 1959

Inconforme desde sus inicios de estudiante con los cánones clásicos, Antonio Quintana participó en 1944 en la llamada Quema de los Vignola, en el patio de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de La Habana. A partir de este suceso comenzó a estudiar los preceptos de la arquitectura contemporánea. Se graduó como arquitecto en 1944.

Desde esa fecha laboró, conjuntamente con los arquitectos Pedro Martínez Inclán y Mario Romañach, en el Barrio Residencial Obrero de Luyanó, al sur de la bahía de La Habana. El proyecto, que se realizó según los cánones de la arquitectura moderna, contaba con 1 500 viviendas, ocho complejos de apartamentos en edificios de cuatro pisos y todos los servicios complementarios de las viviendas: mercados, centros escolares, campos deportivos y parques.

Entre 1952 y 1958 participó en varios concursos. Mediante uno de ellos proyectó el edificio de apartamentos de las esquinas de las calles 23 y 26, en la Ciudad de La Habana (1955), el cual constituye una de las primeras experiencias en Cuba en la construcción de apartamentos de dos niveles (dúplex). Por su ligereza estructural, este edificio causó un gran impacto en la época.

Producto de estos concursos fue también el Edificio del Retiro Odontológico, -hoy edificio Julio Antonio Mella de la Universidad de La Habana-, construido en 1953. Ese proyecto de Quintana resultó ganador entre doce concursantes, pues en opinión del jurado, reunía condiciones de originalidad, belleza y utilidad práctica. El edificio cuenta con un parqueo de dos niveles en el sótano, un basamento destinado a comercios y una torre de oficinas para alquiler, además de una pequeña sala teatral (Sala Talía). En el vestíbulo exhibe un mural del reconocido pintor Mariano Rodríguez, El dolor humano. La volumetría compacta del edificio y su tratamiento unitario a partir del sistema de quiebrasoles (brise-soleil) de Le Corbusier, expresa hacia el exterior la unidad espacial interior en la búsqueda de una solución adecuada a las condiciones climáticas cubanas, pues interpone, entre el exterior y el interior, un elemento tamizador de la luz que permite al mismo tiempo el paso de la brisa. Por este edificio Quintana recibió, en 1956, el premio Medalla de Oro del Colegio Nacional de Arquitectos.

Obtuvo otro primer premio por el proyecto del Edificio de la Sede del Seguro Médico -actualmente sede del Ministerio de Salud Pública y la Agencia Prensa Latina- en Ciudad de La Habana, presentado en 1955, el cual se considera la mejor obra arquitectónica comercial de la década del 50. La obra contrasta con la arquitectura especulativa anónima de ese período, y logra una clara diferenciación de las funciones: oficinas, comercio y apartamentos, a todos los que otorga un valor expresivo y plástico en las circulaciones verticales y horizontales, el sistema de balcones y las galerías exteriores. Este edificio evidencia la investigación de Quintana sobre problemas funcionales y ecológicos, su parentesco con las diversas corrientes de la vanguardia latinoamericana —sobre todo del movimiento de vanguardia brasileño— y la búsqueda de una expresión local, vinculada a la tradición de la arquitectura cubana, a través del uso del color, las celosías, las tramas de las ventanas y la continuidad espacial, tanto en los ambientes sociales como en el interior de los apartamentos. El vestíbulo cuenta con un mural de Wilfredo Lam.

En el ámbito nacional, Quintana recibió el reconocimiento de las principales publicaciones especializadas de entonces: Arquitectura, Espacio, Álbum de Cuba; a la vez se dio a conocer su obra internacionalmente a través del libro Latin American Architecture since 1945, publicado por el Museo de Arte Moderno de Nueva York, y de la Exposición de Arquitectura Moderna Cubana realizada en la misma ciudad por la Architectural League. En 1959 recibió el premio Medalla de Oro del Colegio Nacional de Arquitectos y la condición de Mejor diseñador de obras comerciales.

Después del 1ro de Enero

Después del triunfo de la Revolución Cubana, Quintana renunció al ejercicio privado de la profesión, trabajó como profesor en la Universidad de La Habana, y se hizo cargo de la Dirección de Proyectos del Ministerio de la Construcción (MICONS), en la que dirigió todos los que se hacían en el país, entre 1961 y 1969.

En esa etapa diseñó y dirigió, junto con Alberto Rodríguez, la construcción de un edificio experimental de diecisiete plantas en Malecón y F, en la ciudad de La Habana (1967), en el cual empleó su experiencia de la década anterior en el tema de la vivienda y aplicó tecnologías de avanzada (sistema de moldes deslizantes combinado con postensado de la estructura horizontal). En este bloque, el sistema de torres y galerías de circulación horizontal y vertical, con estructura independiente, permite el acoplamiento de diversos bloques de viviendas colocados en direcciones diferentes.

En la misma década realizó un proyecto para el Centro Wifredo Lam, en La Habana Vieja, que contemplaba una fachada de cristales que reflejaran la Bodeguita del Medio y el Centro Alejo Carpentier. En 1969 trabajó en la República de Viet Nam, donde proyectó el Hotel Tan-Loi, a orillas del lago Ho-Tay, en el cual dejó su huella como paisajista adaptándose a la tradición de estructuras ligeras en las construcciones vietnamitas y al paisaje del país. La obra, cuyo énfasis estuvo en la relación entre el edifico y el paisaje particular de Hanoi, su lago, su vegetación y sus colinas, se terminó en 1975.

Una de las mayores atracciones del Parque Lenin

En los años 70, entre otras obras para dotar a la ciudad de áreas verdes, el equipo de Quintana proyectó el Parque Lenin, en el cual manifestó su concepto de la arquitectura como disciplina integradora de la relación forma-función-tecnología y de la economía. Como proyectista general del Parque Lenin, diseñó la totalidad del paisaje natural, diferenciando los ambientes funcionales por su carácter plástico, aromático y espacial. Con un cuidadoso trabajo de la naturaleza, integró la totalidad de las obras de arquitectura y dos monumentos: el dedicado a Celia Sánchez y el dedicado a Lenin, en el cual trabajó con el escultor Lev Kerbel y el tallador Pavel Nosov.

La Casa de los Cosmonautas (1975), concebida en la playa de Varadero para el descanso de los cosmonautas soviéticos, posee un sistema constructivo innovador, para el cual realizó un aporte en Cuba -y posiblemente en el mundo-, que consistió en levantar una viga-cajón de 1 100 toneladas de peso a siete metros de altura para colgar en ella una casa entera, en el que se lograron voladizos de diecinueve metros en el aire, desde el último apoyo hasta el extremo del edificio. Para obtener esta solución se utilizó una novedosa tecnología, consistente en una plancha llamada fabreca, con un pulimento que le da textura especular. Cuando los cientos de toneladas de la viga-cajón se calientan y se dilatan, la casa rueda, se desliza sobre este apoyo y vuelve hacia atrás.

La casa de visitas del Plan Genético del Valle de Picadura, construida en el borde mismo de la segunda elevación en altura de la provincia de Matanzas, tiene también enormes voladizos, y desde su terraza la vista alcanza hasta la Ciudad de La Habana. Las vigas de hormigón de los voladizos se contraen y dilatan con los cambios de temperatura entre el día y la noche. En estas dos últimas obras se pone de manifiesto la idea de Quintana de que la arquitectura es una cosa viva, algo que puede moverse y respirar, y para lograrlo hay que contar con la tecnología.

En 1975 realizó el proyecto del Palacio de los Congresos que se pensaba edificar en la Plaza de la Revolución, el cual preveía una sala plenaria con capacidad para 4 500 personas, salones menores, espacios expositivos y oficinas; el conjunto estaba concebido como una torre y un bloque horizontal, tratado con una estéreo-celosía a la vista, y con revestimiento de cristales. La torre, ubicada sobre un espejo de agua, debía poseer un núcleo central y un sistema estructural metálico de pisos colgados, recubiertos exteriormente por cristal reflectante.

El Palacio de las Convenciones, en Cubanacán, Ciudad de La Habana (1979), terminado para la celebración de la VI Cumbre de Países No Alineados, constituye la obra más compleja elaborada bajo la dirección de Quintana. El equipo se trazó propósitos tales como la integración de la obra al paisaje circundante, la inclusión de la naturaleza en su interior y la posibilidad de contemplar el paisaje exterior desde la sala de reuniones -como forma de aliviar la fatiga de quienes participan en largas jornadas de trabajo-; la introducción de elementos inspirados en la arquitectura colonial cubana como zaguanes, celosías, fuentes, maderas, losas de cerámica roja y tejas, elemento este último que lo integra al paisaje.

En la década del 90 realizó el proyecto del Teatro Heredia, en Santiago de Cuba, en el cual trabajó junto a un gran equipo de arquitectos, ingenieros y técnicos. Esa fue su última obra.

Deceso

Antonio Quintana murió en Ciudad de La Habana el 21 de septiembre de 1993.

Enlaces externos

Fuente