Anáfora

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Anáfora
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Concepto:Del griego anaphora, ‘repetición’, figura retórica consistente en una repetición de palabras al principio del verso o frase en la prosa, bien de forma continua bien de forma discontinua.


Anáfora. Se inscribe entre los procedimientos lingüísticos que otorgan cohesión a un texto, como la progresión temática y la conexión. El estudio de las relaciones anafóricas constituye uno de los grandes objetivos de la gramática del texto y su desarrollo en la lingüística textual.

Anáfora y referencia catafórica

La anáfora recubre un tipo de relación simétrica a la de la catáfora o referencia catafórica. Algunos autores denominan diáfora al fenómeno que incluye ambos mecanismos, la referencia anafórica y la catafórica, pero el uso ha hecho que en muchos trabajos se emplee anáfora como término único que incluye también la catáfora. É. Benveniste (1966 y 1974) opone el empleo anafórico de una expresión a su empleo deíctico, como ocurre con los pronombres demostrativos.

En la prosa es una forma de insistencia machacona que ha sido muy explotada por los autores clásicos de sermones religiosos, como el más que hábil Fray Luis de Granada, persuade utilizando al mismo tiempo la reiteración y la pregunta retórica, consiguiendo con lo segundo la ilusión de que el oyente reflexiona sobre lo mismo.

Clasificaciones de los tipos de referencia anafórica

  • Según se tenga en cuenta la categoría gramatical del elemento referencial: anáfora pronominal, anáfora léxica, anáfora adverbial.
  • Según si las expresiones relacionadas remiten al mismo referente:

Anáfora correferencial o de referencia: los elementos relacionados tienen el mismo referente, es decir, remiten al mismo ente (animal, cosa, persona), de la realidad extralingüística, [He hablado con María, pero no le he dicho que venga], [María] y [le] son elementos correferenciales.

Anáfora de sentido: los elementos relacionados presentan el mismo sentido, aunque no son correferenciales, [Coge tú este libro, yo me llevaré otro.], los elementos relacionados, aunque pertenecen a la misma clase, tienen distintos referentes.

Anáfora cero o anáfora elíptica: un elemento presente y un elemento ausente en el discurso establecen una relación anafórica a causa de una identidad de referencia o de sentido, [Tus amigos han venido.__ Me han dicho que __ volverán pronto].

Ejemplos

Hora de ocaso y de discreto beso;

hora crepuscular y de retiro;

hora de madrigal y de embeleso…

Rubén Darío.


Dejé por ti mis bosques...

Dejé un temblor, dejé una sacudida.

Dejé mi sombra...

Dejé palomas tristes junto a un río.

Dejé de oler el mar, dejé de verte

Pero la muerte, desde dentro, ve

pero la muerte, desde dentro, vela

pero la muerte, desde dentro, mata

Blas de Otero.


Sueña el rico en su riqueza,

que más cuidados le ofrece;

sueña el pobre que padece

su miseria y su pobreza;

sueña en que a medrar empieza;

sueña el que afana y pretende

Calderón de la Barca

La anáfora y la catáfora

La anáfora, como la catáfora, puede estar desempeñada por distintas clases de palabras, ya sea por formas gramaticales (él, aquel, lo, etc.), palabras o sintagmas con significado léxico ([equipo] en el enunciado [Ganó España. Fue el mejor equipo del campeonato]). Los elementos anafóricos por excelencia son las denominadas proformas, formas en lugar de otras o morfemas especializados en la función de sustitutos, estos pueden ser pronombres (este, ese, aquel, mío, tuyo, etc.), proverbos del tipo hacer, proadverbios (allí, entonces) o proformas léxicas (cosa, persona).

Todas estas formas permiten enlazar los distintos elementos que se mencionan en un texto y formar un todo unitario. Se presenta, así, como una unidad cohesionada, de todos modos, la cohesión no es una condición necesaria ni suficiente para crear un texto coherente, pues depende de las relaciones semánticas y pragmáticas que se establezcan a través de estos mecanismos de referencia.

En la práctica didáctica, el fenómeno de la anáfora ha llevado a agrupar de forma distinta a la tradicional, elementos de la gramática que comparten una misma función en el discurso, la función anafórica. Ello ha permitido trabajar con unidades supraoracionales y abordar problemas de comprensión y producción, tanto a nivel macro como microtextual, derivados de la dependencia que unas unidades en el texto presentan respecto a otras.

Fuentes