Arbovirosis

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Arbovirosis
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Arbovirosis es el término con el que se conoce a un grupo de enfermedades debidas a los arbovirus.
Clasificación:Enfermedad trasmisible
Agente transmisor:Animales vertebrados, hombre.
Vacuna:Cepa 17D,vacunas inactivadas,vacunas experimentales.

Arbovirosis es el término con el que se conoce a un grupo de enfermedades debidas a los arbovirus. Algunas de ellas son particulares de los animales vertebrados; otras son comunes a éstos y al hombre (antropozoonosis). Según los virus presentan aspecto muy diverso: afecciones febriles con rash, artralgias y adenopatías (por ejemplo: dengue, fiebre papatasi, fiebre del valle del Rift), fiebres hemorrágicas (fiebre amarilla, fiebre de Corea, fiebre del bosque de Kyasanur) o encefalitis (encefalitis de St. Louis, encefalitis japonesa, encefalitis verno-estival rusa, louping ill). Las arbovirosis son enfermedades tropicales: raras en Europa (encefalitis de la Europa central, encefalitis escocesa).

Etiología y Fisiopatología de las Arbovirosis

Los virus que se clasifican como arbovirus tienen, en su mayoría, envoltura lipídica y poseen únicamente RNA de cadena simple como material genético. No poseen sistema generador de energía, ni ribosomas y, por lo tanto, como los demás virus, constituyen parásitos obligados intracelulares que dependen del huésped celular para su replicación y síntesis de proteínas. Poseen un estadio infectivo (virión) y un estadio no infectivo de replicación intracelular (fase de eclipse). A pesar de poseer un genoma relativamente pequeño (~12.000 bases), son capaces de infectar y replicarse en dos sistemas distantes filogenéticamente: vectores invertebrados y huéspedes vertebrados; se distinguen infecciones productivas cuando el virus infecta a una célula permisiva (células diana, órganos blanco de las infecciones) o infecciones abortivas o no productivas cuando la infección se produce en células no permisivas, resistentes o refractarias. Usualmente los arbovirus ejercen efecto escaso o nulo sobre el artrópodo vector, mientras que la infección de los huéspedes vertebrados puede resultar en una morbi/mortalidad significativa, sobre todo cuando enferman a huéspedes accidentales, que no se comportan como los reservorios virales habituales. Se han reconocido más de 500 arbovirus pertenecientes a 5 familias virales en su mayor proporción: Flaviviridae, Togaviridae, Bunyaviridae, Reoviridae y Rhabdoviridae. Otras familias virales implicadas minoritariamente son las Herpesviridae, Coronaviridae, Iridoviridae, Nodaviridae, Orthomyxoviridae,Paramyxoviridae y Poxviridae.

La infección ocurre probablemente en el músculo u otras células cerca del sitio de la picadura y es subsequentemente transmitida a los nódulos linfáticos regionales. La replicación viral en estos tejidos produce una viremia primaria, que resulta en infección de los tejidos asociados con el sistema vascular. La replicación viral en el sistema vascular produce una viremia secundaria de mayor duración y de altos títulos. Este proceso lleva a la infección secundaria de los órganos blanco, tales como el hígado en la fiebre amarilla o el SNC en las encefalitis. El período requerido desde la infección a la enfermedad en el huésped vertebrado es denominado “período de incubación intrínseco” (en contraposición al período extrínseco en los vectores).

Ciclos de Transmisión

Las enfermedades transmitidas por vectores involucran una dinámica interacción de éstos con los agentes patógenos, huéspedes vertebrados y el ambiente. Los vectores pueden infectarse mediante la ingesta sanguínea a partir de un huésped virémico; por transmisión transovárica; por transmisión venérea y por transmisión vertical a los embriones durante la oviposición. El riesgo de transmisión a los vertebrados estará en relación a la densidad de población de los vectores, su tipo de alimentación y la eficiencia con la que puedan transmitir el virus (competencia vectorial), entre otros múltiples factores. Los huéspedes vertebrados pueden desarrollar niveles de viremias suficientes para infectar a otro artrópodo sano durante una comida sanguínea (reservorio viral) o pueden ser huéspedes terminales al no permitir la continuación de la transmisión. Los ciclos de los arbovirus pueden clasificarse en ciclos de mantenimiento y ciclos de amplificación. Los ciclos de mantenimiento son los que permiten la permanencia del virus en la naturaleza. En general, se producen en ambientes selváticos o rurales y suelen ser los responsables de niveles bajos de endemicidad en ciertas regiones. En determinadas circunstancias puede producirse la introducción de un huésped accidental dentro de ese ciclo silvestre, permitiendo que el virus ingrese, por ejemplo, a un ambiente urbano, lo que genera ciclos de transmisión con diferentes vectores y reservorios. También pueden producirse alteraciones ecológicas o modificaciones humanas en el ambiente que posibilitan un aumento de las poblaciones vectoriales, un aumento de los vertebrados infectados y/o un aumento del nivel de circulación viral, generando los denominados ciclos de amplificación que, en general, desencadenan brotes epidémicos.

Cuadro Clínico

Las arbovirosis son zoonosis, ya que dependen de especies animales para su mantenimiento en la naturaleza. Los huéspedes tangenciales son los que tienen más probabilidad de experimentar enfermedades severas, presumiblemente por una falta de co-adaptación entre huésped-patógeno. Los individuos pueden responder de forma muy diferente a la infección con un mismo virus. Por ejemplo, la infección humana con YF puede producir desde una infección inaparente a una fiebre hemorrágica fatal. Los humanos suelen ser huéspedes accidentales y terminales que no contribuyen al ciclo de transmisión natural. El espectro clínico de la enfermedad asociada con la infección por arbovirus puede variar desde un síndrome febril inespecífico hasta enfermedades graves, eventualmente mortales. Debe tenerse en cuenta que todos los arbovirus pueden causan una gran proporción de enfermedades subclínicas. Las infecciones humanas suelen clasificarse no obstante, en 3 grandes síndromes:

  1. Enfermedades agudas del sistema nervioso central, usualmente con encefalitis; los principales arbovirus causantes de este síndrome incluyen: EEE, WEE, SLE, VEE, California, Encefalitis Japonesa, Murray Valley, Rocío, rusa de la primavera y el verano; de Europa Central, de Powasan, WN, de la Crosse.
  1. hemorrágicas, producidas por los virus YF, DEN, del Valle Rift, de la selva Kyasanur, Crimea-Congo, Chikungunya, Omsk.
  1. Poliartritis y exantema, causadas por DEN, ORO, Ross River, O’nyong-Nyong, WN, Orungo, Chikungunya, del Valle Rift, Mayaro.

Diagnóstico

A menudo no es posible diferenciar clínicamente a las distintas arbovirosis entre sí o hacer el diagnóstico diferencial con enfermedades causadas por otros virus, bacterias e incluso protozoos. Por esta razón, el diagnóstico de las arbovirosis debe basarse en pruebas de laboratorio. Aproximadamente 150 arbovirus diferentes pueden infectar al hombre y el diagnóstico debe orientarse mediante el conocimiento de las historias de viajes, o de la clase de exposición sufrida por el enfermo.

El diagnóstico etiológico, tanto en muestras humanas como animales, se realiza con técnicas directas o indirectas que se aplican de acuerdo a los días de evolución que presenta el cuadro clínico. En muestras de muy pocos días de evolución, en las cuales es probable que el virus se encuentre aún en la circulación, se empleará el aislamiento viral en cultivos celulares o animales de laboratorio; la detección de antígenos por diversos métodos (inmufluorescencia, ELISA), o la detección del genoma viral por técnicas moleculares (RT-PCR, Nasba, PCR en tiempo real). A partir de la semana desde el inicio de la sintomatología, es posible detectar la presencia de anticuerpos IgM (ELISA, Inmunofluorescencia, Inhibición de la Hemoaglutinación) que, dependiendo del agente, tendrán diferentes períodos de persistencia. Los anticuerpos del tipo IgG se pueden detectar generalmente unos pocos días más tarde que los IgM (ELISA, Neutralización en cultivos celulares, Inhibición de la Hemoaglutinación, Inmunofluorescencia), y como pueden permanecer durantes períodos muy largos o toda la vida, se necesita el estudio de un par serológico para confirmar infecciones recientes. Dentro de las distintas familias virales pueden presentarse reacciones serológicas cruzadas que deben tenerse en cuenta al interpretar los resultados de laboratorio. Estas relaciones se intensifican en infecciones secundarias o secuenciales por arbovirus de una misma familia, en las que se genera una respuesta inmune de memoria con altos títulos de anticuerpos. La inmunohistoquímica y los estudios histopatológicos suelen ser de gran utilidad para el estudio de los casos fatales.

Prevención, Tratamiento y Control

El control de las enfermedades por arbovirus se basa en vacunas para algunos de ellos y en el control de los vectores. La vacuna viva atenuada con la cepa 17D para la fiebre amarilla es segura y efectiva y se usa ampliamente en Sud-América y África. Hay vacunas inactivadas para prevenir en las zonas endémicas la encefalitis japonesa y la encefalitis transmitida por garrapatas. Existen otras vacunas experimentales contra los virus WE, VE, Chikungunya y hay varias líneas de investigación para una vacuna contra el dengue.

Otros aspectos del control se basan en la vigilancia de la enfermedad y de la actividad viral en los huéspedes naturales y cuando es necesario, en medidas dirigidas a reducir las poblaciones de mosquitos vectores. Estas medidas incluyen el control de larvas y de adultos. Cuando hay un reservorio animal involucrado, algunas restricciones en los animales o el control de roedores pueden ser de valor. También la vacunación de huéspedes para los que existan vacunas eficaces puede ser de valor.

La falta de terapias específicas y/o vacunas para la mayoría de las arbovirosis y el fracaso de las estrategias habituales para el control de los vectores hace que la sociedad posea un rol muy importante en el control, ya que evitar la exposición a los vectores representa la única forma para prevenirlas. Es importante involucrar a las comunidades en las actividades de ordenamiento del medio y educarlas en el uso de ropas adecuadas y repelentes cuando están expuestas a riesgo. Debe también enfatizarse la importancia del desarrollo de programas de control a nivel municipal.

Fuente

Brès P. Impact of arboviruses on human and animal health. En: Monath TP, editor. The Arboviruses: Epidemiology and Ecology. Fort Collins: Colorado, 1986: 1-18.

Ribeiro JMC. Common problems of arthropod vectors of disease. Beaty BJ, Marquardt WC, editores. The Biology of Disease Vectors. Niwot: Colorado, 1996: 25-33.

Sabattini MS, Avilés G, Monath TP. Historical, Epidemiological and Ecological aspects of Arboviruses in Argentina: Flaviviridae, Bunyaviridae and Rhabdoviridae.

Travassos da Rosa APA, Vasconcelos PFC, Travassos da Rosa JFS, editores. An overview of Arbovirology in Brazil and neighbouring countries. Belém, 1998:113-134.

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