Arco de Triunfo en Cienfuegos

Arco de Triunfo en Cienfuegos
Información sobre la plantilla
Obra Arquitectónica
Arco de Triunfo.jpg
obra erigida en honor a los obreros de la nación
Descripción
Localización:Parque Martí, Cienfuegos, Cuba
Datos de su construcción
Inauguración:20 de mayo de 1902
Otros datos
Arquitecto(s):Antonio Ferrer

Arco de triunfo en Cienfuegos. Ubicado en el Parque Martí en la Ciudad de Cienfuegos, cumple el propósito de honrar a los miles de cubanos que cayeron en los campos redentores por la libertad de la Patria.

A diferencia de los construidos con mano de obra esclava, fue levantado de forma voluntaria por obreros de la Ciudad, la idea surgió en el seno del Club Revolucionario, liderado por Rita Suárez del Villar (La Cubanita), como parte de los festejos por el advenimiento de la supuesta República, que nació frustrada aquel 20 de mayo de 1902.

Proyecto

El proyecto fue propuesto por el maestro de obra Antonio Ferrer muy pronto encontró eco en varios sectores del territorio especialmente en la Asociación de Albañiles y en el Gremio de Estibadores. Los Trabajos comenzaron el propio 1 de mayo y en dos semanas ya estaban concluidos.

En la construcción del monumento se destacó la participación de personalidades tales como:Rafael Rodríguez, Pancho Vives, Manuel Capellá, Diego Clark, Francisco Bozo, Santos Fernández.

Antecedentes

Cienfuegos, posee el único Arco de los Obreros de Cuba, aunque fue concebido y mandado a construir con la influencia clásica de los Arco de Triunfo, ubicados en Francia e Italia.

Los antecedentes del Arco de lo Obreros, en Cienfuegos, se remontan a las reuniones que organizaba el club patriótico Cubanita, que funda y preside Rita Suárez del Villar a partir del 3 de mayo de 1896.

Este grupo de obreros se reunía frecuentemente, desde abril de 1902, con Martina Torralbas, Elvira Reyes viuda de Cárdenas y otros patriotas en la casa de Antoñica Clark, con el fin de cambiar impresiones acerca del programa de festejos que se estaba esperando con el motivo del advenimiento de la República de Cuba, el 20 de mayo de 1902.

En uno de esos encuentros se conoció la proposición de Antonio Ferrer, maestro de obras, de erigir un Arco de Triunfo en el Parque Central y antigua Plaza de Armas, para perpetuar así la memoria de los obreros que se habían ofrecido a construirlo gratuitamente, en homenaje a la República.

Ubicación

El monumento se construyó en la parte central al oeste del Parque Martí, donde se había erigido sobre un alto pedestal uno de los dos leones que están hoy sobre pedestales mucho más bajos frente a la calle Santa Isabel.

Ese era el final del Paseo de Serrano, construido en 1860 por el gobernador local, Coronel José de la Pezuela, el cual consistía en una faja de losas de Bremen, de unos doce metros de ancho, que se extendía por el centro del parque, desde dicha calle Santa Isabel hasta la de Bouyón.

Construcción

En abril de 1902 y con el respaldo de la Asociación de Albañiles y el Gremio de Estibadores, en cuyo seno se debatió originalmente la idea propuesta por Antonio Ferrer a la comisión organizadora de los festejos, inició la preparación de los cimientos para lo que se nombró nombró un grupo de maestros de obras de los más competentes de la ciudad, aunque los trabajos en firme no comenzaron hasta el 1 de mayo.

Intervinieron como maestros carpinteros, desde el principio: Rafael Rodríguez, Pancho Vives y Manuel Capellá, Diego Clark Domínguez, que en 1873 había establecido en Cienfuegos una excelente Fundición, llamada “Damují” quién aportó todos los elementos que fueran necesarios para que el Arco de los Obreros alcanzara el mayor lucimiento.

Estas obras de fundición estuvieron directamente a cargo de los maestros en la materia: Francisco Vazo y Santos Fernández, bajo la supervisión de Clark y de la Comisión Organizadora de los Festejos. Otros simpatizadores de la idea de levantar esta obra dedicada a la posteridad, contribuyeron con los materiales requeridos y los objetos ornamentales, que la harían resaltar como monumento artístico.

Contribuciones Populares

El monumento fue financiado y construido por afiliados a las distintas instituciones mencionadas, sociedades de instrucción y recreo, sociedades de profesionales y las de industrias y el comercio. El Liceo, presidido por el doctor Gabriel Granda y el Casino Español que tenía al frente a Luis Armada, fueron de los que más contribuyeron, así como el pueblo en general, de modo que El Arco de Triunfo cienfueguero que adorna el parque José Martí, es no sólo un símbolo patriótico, sino también el testimonio de la generosidad de todos los pobladores.

El Monumento

En lo alto del Arco fueron colocadas tres astas de banderas y se izaron en ellas, al ser inaugurado: la cubana, como símbolo de la libertad; la de Cienfuegos, expresiva del amor al terruño, y la de los obreros, que era roja con tres 8 al centro, lo que significaba la máxima aspiración de los obreros de entonces: 8 horas de trabajo, 8 horas de descanso, 8 horas encaminadas al acrecentamiento de la Cultura.

En el frontispicio se le grabó un escudo, que en lo fundamental es el mismo que se usa actualmente, con la única diferencia de que está flanqueado por cuatro banderas cubanas plegadas, dos a cada lado, pero que tenía también algo alejados de las banderas hacia el exterior los clásicos ramos de encina y laurel.

Al colocarse la primera piedra de su base, se depositaron en ella, en un estuche, joyas y monedas de oro y plata, entre las primeras un pulso de oro de Anita Fernández Velazco, regalo de su prometido el general de brigada del Ejército Libertador Carlos Roloff, de origen polaco.

El momento fue inaugurado con la solemnidad que el caso requería y con una asistencia excepcional de público, en ese caso el Ayuntamiento volvió a reunirse el siguiente 30 de mayo y acordó conceder un diploma a cada uno de los obreros que lo construyeron.

Los padrinos de la ceremonia de la inauguración del Arco fueron Anita Fernández Velazco y Antoñico Argüelles, ambos patriotas distinguidos por sus sacrificios a favor de la libertad de Cuba y muy estimados en nuestra sociedad por la recta trayectoria de sus vidas.

El 4 de abril de 1954 el Ayuntamiento acordó adjudicar sendos diplomas a los tres trabajadores supervivientes de los que laboraron en la fabricación del Arco de los Obreros, en Cienfuegos, que eran: José Candelario González, Fernando Alvarez "Margallo" y Pablo Capellá.

Tributo

Al caer la tarde y ante el Arco de los Obreros, el concierto de las 1000 voces se desarrolló el 21 de diciembre del 2000 en el parque José Martí, para corroborar que la memoria no cede ante el tiempo huido.

El Centro Provincial de Cultura Comunitaria, propició la participación de los coros infantiles y juveniles de la provincia y ahora se agregó en el Arco de los Obreros la tarja donde se dice: “Siéntate donde se canta, porque la gente mala no tiene canciones”, lo cual acuñó Cuca Rivero, destacada figura de la Cultura Nacional, que ha dedicado su vida a la educación de niños y jóvenes.

Dentro de la tarja, donde afuera además reza: “ábrase el 21 de diciembre del 2100”, están las partituras del repertorio de los coros de nuestra provincia y las firmas de todos los participantes en esta gran cantoría. En su interior, junto con tal documentación, se puso agua de ese día y luego se selló.

Esta vez se une a la disposición de ver a la Patria como altar para el sacrificio, el de no perder jamás la memoria, pues este recuerdo pretende garantizar que las nuevas generaciones no pierdan, puedan cantar y reproducir los repertorios de Marras y que así se mantenga por siempre la Cultura Coral de Cienfuegos.

Se escoge al parque José Martí para el gran concierto o cantoría gigante, por ser ese sitio histórico y escenario de grandes acontecimientos, al tiempo que cuenta en su entorno con la Catedral, donde el padre Urtiaga, fundó la primera coral que existió en la muy bien llamada Perla del Sur.

La ciudad marinera, sus habitantes, y los de la provincia toda, pueden sumar a sus exclusividades sobre otros territorios hermanos: ser siempre fiel a la memoria ante el embate del tiempo huido, ese que generalmente acarrea el olvido.

Fuentes