Asalto a La Palma por Antonio Maceo

Asalto a La Palma por Antonio Maceo
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Huellas de los disparos la noche del asalto en el portal de la Fonda de Don Agustín María, que aún se conserva, pues es la actual vivienda de su nieto Ernesto Tomás Sánchez Galves.
Fecha:29 de Marzo de 1896
Lugar:La Palma
Descripción:
El Asalto a La Palma por las fuerzas insurrectas al mando del Lugarteniente General Antonio Maceo y Grajales. En la noche del 29 de Marzo de 1896, es un hecho importante en la Historia de Cuba, al constituir una de las más graves derrotas sufridas por el Ejército Libertador durante la Guerra de dependencia.
País(es) involucrado(s)
Cuba
Líderes:
Antonio Maceo Grajales

El Asalto a La Palma. Fue una acción realizada por las fuerzas insurrectas al mando del Lugarteniente General Antonio Maceo y Grajales. En la noche del 29 de Marzo de 1896, es un hecho importante en la Historia de Cuba, al constituir una de las más graves derrotas sufridas por el Ejército Libertador durante la Guerra de dependencia.

Análisis de la operación militar

El primer elemento a tener en cuenta para el análisis del combate, es el teatro de operaciones. En lo que respecta a este asunto, se considera incompleto, el croquis del pueblo que aparece en el libro Antonio Maceo y el Asalto a La Palma.

Estudiamos una a una las inscripciones urbanas del Registro de la Propiedad, y fuimos insertándolas hasta el año 1896; y realizamos el proceso inverso, también hasta el año 1896, a partir de un plano levantado por el Agrimensor Augusto Fornaguera. Este plano tiene fecha de 1915, aunque nos consta que los trabajos de Fornaguera en ese sentido en La Palma comienzan como mínimo en el año 1909. Este plano fue ordenado al Agrimensor Augusto Fornaguera por Don Esteban Blanco y Arniella, para el “... nuevo reparto del pueblo de la Palma... “ De esta manera logramos, con la exactitud que este análisis permite, realizar un plano del perímetro urbano del pueblo de La Palma en 1896.

El contar con este plano nos permite dos cosas importantes. La primera es ubicar exactamente el lugar donde fue ubicado el Estado Mayor de las fuerzas mambisas y la segunda es obtener la posibilidad, a partir de la suma de estos y otros elementos, de determinar la ruta de entrada de cada una de las dos columnas mambisas al pueblo la noche del asalto, así como especificar cuál columna entra por el río y cuál por el sur de la población.

Sostenemos que la columna de Vidal Ducasse no llega a la calle de la Merced, y que abandona el curso del río para entrar por los patios de las casas entonces propiedad del Alcalde Don Gerardo Sánchez Mogena y la de su hermano Don Agustín Sánchez Mogena, dueño este último de uno de los principales establecimientos comerciales del pueblo, con fonda, hotel y Billar, establecimiento que fue asaltado por las tropas mambisas, y lugar principalísimo del combate, en cuyo portal cayeron la mayoría de los soldados insurrectos.

Causas del integrismo palmero y la derrota del asalto insurrecto el 29 de Marzo de 1896

Los mambises logran entrar hasta el centro mismo del pueblo porque lo hacen por una ruta que se los permite sin ser vistos. Por la ruta que sostenemos como correcta ellos salen directamente del río al centro urbano, sin necesidad de atravesar la periferia, que es el objetivo propuesto por ellos. No hay que olvidar tampoco aquí aquella frase de Miró cuando narra el combate: “...creíamos tomada la Plaza por medio de la sorpresa...” Esto nos dice a las claras que esa fue la táctica usada por los insurrectos, que contaban con el factor sorpresa; y no nos imaginamos que los defensores estuvieran desprevenidos, sino cómo explicar que a las nueve de la noche todos los moradores estuvieran despiertos, armados, cada uno en su puesto y en disposición al combate, y algunos subidos en los techos con las armas listas.

La aceptación de la tesis de que la táctica usada por los mambises era ocupar el pueblo por medio de la sorpresa, nos hace desechar también la idea de la traición del guía. Esto nos parece una mera justificación, porque el guía hace exactamente eso: llevarlos hasta el centro del pueblo sin ser vistos, y lo hace por la única vía posible. El guía realiza su encomienda estrictamente de acuerdo a la táctica de los insurrectos. No obstante, la duda asalta al Brigadier Vidal Ducasse y lo mata allí mismo. Este acto, a nuestro juicio, se basa en la duda que asalta a Ducasse ante la muy bien organizada defensa que encuentra, y la suma violencia con que es recibido, lo que quizá le haya sugerido haber caído en una encerrona, cosa de lo que, en nuestro criterio, no tuvo el guía un ápice de culpa, como veremos más adelante.

Sale la columna de Ducasse tomando el Callejón de Clavell (hoy cuadra final de la calle Céspedes, la que termina en el río). Este callejón tenía unos 20 metros, hasta el lugar por donde pasaba el río en ese entonces, porque hay que recordar que el río sufre una desviación posterior, precisamente en ese lugar. Ese callejón en 1896 estaba desprovisto de casas, y la columna toma, aproximadamente a la altura de ese callejón, los patios de la casa de Don Gerardo Sánchez Mogena y de la casa y establecimiento de su hermano Don Agustín María Sánchez Mogena, saliendo la tropa por el zaguán que separa ambas construcciones y saliendo a la calle real, y a los portales de la Fonda de Agustín María, como se ha conocido siempre esa edificación, y que aún se conserva, incluso con las huellas de los disparos de la noche del asalto, al igual que la otra casa, la de Don Gerardo. La tropa mambisa sale también de ese modo directamente al frente del comercio de Don Bernardo Rivero, comercio y casa que también fueron saqueados e incendiados.

El punto fundamental de la defensa española radica en la Iglesia y su zona inmediata, zona por supuesto reforzada por los españoles. Las fuerzas mambisas se ven obligadas a moverse siempre de Sur a Norte dentro del pueblo, a partir del punto en que las tropas insurrectas sales a la calle y a partir también de la ubicación de las fuerzas españolas. El asunto radica entonces que la realidad no es que los españoles los dejaran entrar, sino que los mambises entran sin ser vistos hasta el centro del pueblo, porque usan la ruta antes explicada, que los lleva directamente a ese lugar sin atravesar la periferia, teniendo en cuenta la disposición de las construcciones del pueblo, como era la táctica prevista.

Una de las cuestiones principales a tener en cuenta aquí entonces es la pérdida del factor sorpresa. ¿Qué factor sorpresa puede haber en un pueblo atrincherado y expectante, dispuesto a no dar ni pedir cuartel como se demostró en el transcurso de las acciones? ¿Podría la tropa mambisa atravesar el pueblo desde su periferia hasta el centro en semejante escenario sin disparar un solo tiro? En cuanto a la ubicación del Estado Mayor mambí, consideramos que el lugar que fue instalado en una altura cercana y la tradición oral cuenta que esa altura es la que se conoce entre los palmeros como Loma de la Yaya, que es en realidad una elevación compuesta por varias colinas encadenadas entre sí. Sucede que este nombre lo toma, a partir del siglo XX, fundamentalmente a partir de la construcción de la carretera, preferentemente una de esas colinas, que es a lo que actualmente el pueblo le llama La Yaya.

Causas del desastre mambí

Las causas de la derrota de las fuerzas mambisas al mando del Lugarteniente General Antonio Maceo durante el asalto a La Palma la noche del 29 de Marzo de 1896, son varias, y todas se estructuran perfectamente alrededor de ciertos elementos claves.

  • Causas militares.
  • Causas Socio-ideológicas.

Causas Militares

  • La actividad del jefe español de la Plaza, Capitán Don Bernardino del Pozo y

Clemente, que el 12 de Enero de 1896 se adelanta al Ejército mambí, que preparaba el asalto a La Palma en la mañana de ese día. Pozo logra llegar a La Palma con sólo unas horas de adelanto, a marcha forzada, y apresta la defensa del pueblo, comienza inmediatamente el atrincheramiento y la defensa del reducto. Hay que señalar también que logra engañar a Maceo, a través del envío de una emisaria y el acuerdo de pagar una contribución de guerra, cosa que Maceo acepta, y que tenía como objetivo ganar el imprescindible tiempo para la fortificación, lo que frustra la posibilidad real que tenían los mambises de tomar el pueblo el 12 de Enero. El 29 de Marzo, después de haber fortificado el pueblo de La Palma, llega el Capitán Pozo desde el caserío de San Andrés, también a marcha forzada, logrando otra vez adelantarse a las fuerzas mambisas, para defender el pueblo del ataque. En ambas ocasiones se adelanta al General Maceo, esto es algo incuestionable, y realiza sus traslados sin ser detectado ni interceptado en campo descubierto por los mambises, evidenciando que, y este es un elemento a tener muy en cuenta, que en ninguno de los dos momentos críticos el jefe español rehuye el combate, cosa que, necesariamente, influye muy positivamente en la moral combativa de la tropa y de los defensores.

  • Las labores de fortificación llevadas a cabo por orden del Capitán Pozo, que

convirtió al pueblo en un verdadero baluarte defensivo. En un pueblo más o menos igual a los demás desde el punto de vista arquitectónico, bastante reducido en esa fecha, las defensas estaban tan bien dispuestas por este oficial, que los insurrectos se encontraron peleando contra nadie, mientras eran fusilados a mansalva.

  • La red de información creada, en lo que hoy llamaríamos inteligencia o

contrainteligencia militar, que logra el mando español. Esto lleva a que estando Pozo en San Andrés logra conocer el movimiento insurrecto desde el Caimito, zonas bastante distantes, e insertas ambas en medio de una áspera cordillera de mogotes casi intransitables, cubiertos por una tupidísima vegetación, y con la agravante de estar en plena estación de las aguas. A partir de este conocimiento previo que tiene Pozo del movimiento insurrecto (que llevaban una marcha de cinco días por las serranías sin ser detectados por ninguna fuerza española) logra Pozo efectuar su desplazamiento desde San Andrés hacia La Palma, logrando, además de ponerse al frente de las tropas y reforzarlas con los hombres que traía, el fundamental aviso a los defensores, cosa que es determinante en que se frustrara el factor sorpresa para los mambises, y una de las principales causas de la derrota de las fuerzas libertadoras.

  • La acertada organización de las tropas, la disciplina y perfecta combinación de

las fuerzas regulares con las fuerzas de Voluntarios.

  • La correcta distribución de las defensas internas, en correspondencia con el

teatro de operaciones y aprovechando todas las ventajas que ofrecía el lugar para rechazar un asalto. Esto explica la efectividad del fuego español y que los asaltantes se vieran agredidos por todos lados con un fuego mortífero al que apenas podían contestar.

  • El buen apertrechamiento de los defensores.
  • La resistencia sin cuartel ni titubeos que ofrecieron los defensores desde el

inicio mismo del asalto, a pesar de estar combatiendo contra lo mejor del Ejército Mambí, contra hombres avezados, curtidos y probados en mil combates, disciplinados en el arte militar, eran las tropas del Lugarteniente General Antonio Maceo, y no una cuadrilla cualquiera, hombres veteranos y de sobradísimo valor personal.

  • Los insurrectos no esperaban tal organización y tenacidad en la defensa, al

creer tomada la Plaza por medio de la sorpresa. Cusas Socio-ideológicas.

Cusas Socio-ideológicas

  • La conformación ideológica de los palmeros (en su condición general)

conformación ideológica que ha de entenderse en la verdadera connotación de la palabra, y en la totalidad de lo que encierra el aspecto semántico de la expresión, que es un concepto mucho más amplio que el de ideología política, elemento este último que está contenido en el anterior. Esta conformación ideológica hunde sus raíces y hay que buscarla en la evolución histórica y socio-económica del territorio. Un territorio como La Palma, desfasado del ritmo evolutivo económico común para el resto, que lleva también a un desfasaje de tipo ideológico, donde no penetran con facilidad las ideas nuevas, renovadoras, o contrarias a la tradicionalidad, muchísimo menos si estas ideas traen consigo la necesidad de la destrucción de la riqueza material; desfasaje dado, entre otras cosas, por el proceso histórico de enclaustramiento secular, predeterminado y determinado, en primera instancia, por el sistema de relaciones de producción y por la conformación de una estructura ideológica enquistada en los moldes de la costumbre y la tradicionalidad, de la españolidad inconmovible, que prima en un sentido de familia y en un sentimiento de pertenencia. Se enraíza en este territorio el apego a las formas ultraconservadoras. Incapaces estos hombres de ver, con luces amplias, los mecanismos del desarrollo social, tienen como cima la pertenencia o el apego a una pequeña porción de tierra que les da de vivir, a muchos miserablemente, miseria que achacan al destino, a la vida, a cualquier cosa menos a la causa verdadera de la explotación colonial, que no son capaces de ver o de entender, (Miró Argenter dice que sólo pensaban en el tabaco). Un lugar donde nunca existió concentración de mano de obra, o una agricultura extensiva de plantación, fue desarrollándose en estos sitios la mentalidad estrecha, encerrada en marcos fijos y avalada por la ignorancia, el fanatismo religioso y la incapacidad para apreciar, y mucho menos para abrazar, los objetivos de la revolución independentista.

  • El tipo de economía, que hizo formar pequeños y grandes propietarios,

arrendatarios, empleados, vegueros, etc. Nunca concentración de braceros o clases sociales propicias al florecimiento de una ideología de nuevo tipo, o con suficiente desarrollo intelectual para que estas líneas ideológicas tomaran cuerpo.

  • El racismo blanco, propio de la época y de la posición ideológica ultraconservadora y tradicionalista predominante. Los mambises, (conceptos apoyados en la ignorancia, la ceguera y el tremendismo) eran vistos por los palmeros, en su inmensa mayoría y dado como un hecho cierto, como un mazo de negros incendiarios y violadores, asesinos, saqueadores, que pasaban como las hordas de Atila, destruyéndolo todo, matando sin cuartel ni piedad cuanto cayera en sus manos. Los pobladores creían pelear para salvar a sus hijos, y a ellos mismos, de la muerte, la violación y el escarnio, para salvarse de la ruina total y el desastre, la desolación que provocarían la tea y la venganza de los insurrectos, destruyendo su riqueza, sus medios de subsistencia y sus valores más sagrados.

A esto contribuyó también, determinados hechos de violación, sacrilegio y vandalismo realizado por ciertas avanzadas mambisas, creemos con más certeza por Roberto Bermúdez que por Cayito Álvarez, en zonas de este territorio; por uno de los cuales el propio General Maceo mandó ahorcar a cuatro números de la tropa en el poblado de Caiguanabo, el 13 de Enero de 1896, en un proceso que es bastante desconocido hasta el momento y que es mencionado por el propio Miró Argenter en sus Crónicas de la Guerra, hecho que aún conserva la memoria y la tradición popular, como se conserva el nombre de Roberto Bermúdez como sinónimo de la leyenda más negra y cruel).

  • La labor de la Iglesia Católica en La Palma, dirigida por el Presbítero Don

Nicolás González, uno de los Presbíteros más adictos a la causa del integrismo español de todos los que oficiaban en Cuba. Propugnaba el advenimiento de los mambises como la llegada del Anticristo. Es importantísima la labor ideológica llevada a cabo por Don Nicolás González, es vital en la preparación de las ideas y la voluntad de los hombres para resistir y pelear contra los insurrectos, presbítero que, incluso, toma las armas y combate en primera fila la noche del asalto. Bajo estas circunstancias, es entendible entonces que hasta las mujeres combatieran en La Palma contra los mambises, defendiendo cada casa, cada aposento, cada milímetro del suelo, y los enfrentaran abiertamente a tiros.

De forma general, estas son las causas principales que se consideran incidentes de una manera directa en la derrota mambisa en La Palma la noche del 29 de Marzo de 1896. Defendemos entonces la tesis de que la estrategia española no consistió en dejarlos entrar hasta el centro del poblado, sino que los mambises entran hasta ese punto al utilizar la única vía posible para hacerlo sin ser descubiertos, y los españoles atacan de inmediato, desarrollando una estrategia de defensa casa por casa y pulgada a pulgada, basada en la actitud de cada uno de los defensores, sumamente violentos en la defensa, sin dar ni pedir cuartel. No hay que olvidar también que La Palma estuvo activísima durante toda la guerra, a favor de España, y que no fue atacada con posterioridad, ni siquiera se pensó en hacerlo en ningún momento después de esa noche del asalto, aunque las fuerzas mambisas, incluyendo las del General Maceo, pasaron cerca del poblado en otras ocasiones.

Fuente

  • Historiador de La Palma: Armando Abreu Morales
  • Collado Piñeiro, Alejandro: La Guerra Nacional Libertadora de 1895-1898 en Pinar del Río desde la salida definitiva de esta provincia del Mayor General Antonio Maceo, hasta el inicio de la Guerra Hispano-Cubana-Norteamericana. Tesis presentada en opción al Grado Científico de Doctor en Ciencias Históricas.