Aspectos funcionales de la personalidad

Aspectos funcionales de la personalidad
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Concepto:La forma, el cómo un contenido psicológico se manifiesta en las funciones reguladoras y autorreguladoras de la personalidad, es decir, es lo que caracteriza a un contenido psicológico, cuando el mismo se manifiesta a través del ejercicio de su función reguladora.

Aspectos funcionales de la personalidad. Los contenidos de la personalidad no pueden separarse de sus aspectos funcionales, ellos conforman una unidad dialéctica. Es por ello que no es posible explicar el comportamiento de las personas, a partir del estudio de los contenidos psicológicos de su personalidad. Se hace necesario estudiar cómo participan esos contenidos en la regulación comportamental, o sea, cómo funcionan dichos contenidos.

Flexibilidad

Este indicador expresa la capacidad del sujeto para cambiar y reorganizar decisiones, proyectos y adecuarlos a las nuevas exigencias y situaciones que puedan presentarse, así como cambiar alternativas y estrategias de conductas concretas, sin aferrarse a un mismo camino o vía de acción. Su opuesto es la rigidez.

Resulta evidente que cuando el sujeto es flexible, tiene una capacidad superior para enfrentar las contingencias y obstáculos que puedan aparecer en su vida, de una manera más efectiva, ya que cuenta con recursos que le permiten modificar la decisión, proyecto o estrategia inicial, por otro más conveniente, de acuerdo a las circunstancias o situaciones surgidas. El individuo rígido tiende a aferrarse a lo planificado y no variar la decisión o proyecto inicial, lo que repercute en un comportamiento improcedente o ineficiente lo que puede crearle dificultades con los demás, y frustraciones y vivencias negativas al no alcanzar sus propósitos y persistir en una vía inadecuada, donde no logra éxito. Este tipo de sujeto tiende a aferrarse a sus ideas y criterios. Las ideas o criterios que no coinciden con ser poco tolerantes con los demás y rechazar a todo aquel que sea diferente a él. Tiende a hacer valoraciones en blanco y negro, es decir es bueno, o es malo, sin tener en cuenta otros matices en las otras personas.

Utilización de las operaciones cognitivas

Este indicador manifiesta la capacidad para utilizar de forma activa y consciente las operaciones cognitivas (análisis, síntesis, comparación, abstracción y generalización), en la regulación del comportamiento. El sujeto busca activamente la información que necesita, es capaz de reflexionar, valorar, de elaborar de manera personal la información que obtiene y de integrarla a la que ya posee. De la misma manera, utiliza las operaciones intelectuales en la elección de alternativas de comportamiento y en la estructuración de las respuestas a las distintas situaciones y exigencias del medio.

Esto garantiza una elección acertada de modos de actuación y una efectiva toma de decisiones, a partir de una reflexión profunda y un máximo aprovechamiento de las potencialidades intelectuales y los recursos cognoscitivos del sujeto.

Se sabe que si el individuo no es capaz de analizar y generalizar adecuadamente, llega a conclusiones erradas, o simplemente es incapaz de llegar a conclusiones. Si el sujeto no hace un buen uso de la información que recibe, esta información no le aporta o no sabe como hacerlo, no puede resolver los problemas que la vida le plantea.

Este indicador es uno de los más importantes para el logro de una efectiva función reguladora. Muchos de los problemas en las relaciones personales tienen en su base la ausencia de reflexiones profundas sobre los hechos ocurridos o el mal manejo de la información recibida.

Proyección futura

Este indicador se refiere a la existencia de una perspectiva futura que se expresa en un sistema de objetivos mediatos que regulan la conducta actual del sujeto. El sujeto es capaz de proyectar, de plantearse aspiraciones, metas a largo plazo y de regular su comportamiento presente en función de estos objetivos o aspiraciones futuras.

Una de las implicaciones más importantes de este indicador reside en que el sujeto con elevada proyección futura es capaz de asimilar los reveses o fracasos del presente como algo pasajero, a los que debe sobreponerse para alcanzar sus objetivos futuros, trabaja con esfuerzo en pos de estos objetivos y optimiza los logros cotidianos en función de las metas a largo plazo.

Cuando el individuo actúa por objetivos inmediatos y no posee aspiraciones mediatas, los reveses le afectan notablemente, los fracasos le desestimulan de manera significativa y no cuenta por lo general con fuerzas suficientes que lo inciten a avanzar y a superar las dificultades. Además desaprovecha aspectos de la actividad presente que son importantes para su futuro, porque es incapaz de darse cuenta de su valor.

Capacidad de reestructurar el campo de acción

Se refiere a la capacidad del sujeto para reestructurar su vida, su actuación, su futuro, en el caso que las situaciones lo exijan.

El individuo es capaz de utilizar de manera efectiva la información de que dispone, reflexionar sobre los elementos internos y externos del campo de acción (situación en la que se encuentra) y organizar alternativas diversas de comportamiento que varían su conducta o su vida.

Se manifiesta ante situaciones nuevas muy significativas en la vida de las personas, ante las cuales nunca se habían enfrentado.

El individuo que posee esta capacidad cuenta con recursos internos que le ayudan a explicarse lo sucedido, a considerar todos los factores externos e internos que han incidido en el hecho y valorar sus implicaciones con racionalidad y profundidad. No se deja vencer por las vivencias afectivas y trata de encontrar diversas alternativas futuras, elegir la que considere más conveniente y reestructurar su vida presente en función de nuevo objetivos y perspectivas mediatas.

Por el contrario, la ausencia de este indicador es índice de que el sujeto se ha de enfrentar a las contingencias críticas de su vida, con recursos muy limitados. Las vivencias afectivas nublan su entendimiento, la ausencia de reflexión no le permite comprender las causas de lo sucedido y la rigidez le impide encontrar un nuevo camino, nuevas metas y objetivos, nuevas formas de vida en las que realizarse, diferentes a las que había conocido y vivido hasta ese momento. Por lo general este tipo de sujeto sufre mucho, se desequilibra y se recupera de los golpes de la vida con mucha dificultad. A veces, tiene que acudir a un psicólogo o psiquiatra en busca de ayuda, pues es incapaz de resolver por sí mismo sus problemas. Este indicador está muy vinculado a los anteriores.

Esfuerzo consciente por explicar sus interrelaciones con la realidad

Refleja el esfuerzo estable y consciente del sujeto por comprender y explicar sus interrelaciones con el medio, es decir sus vivencias, ideas, criterios, motivos. (condiciones internas) y su interrelación con las situaciones, personas, condiciones exigencias del medio. (condiciones externas). Este estudio de su interrelación con la realidad le permite estructurar y regular mejor su comportamiento.

El individuo que no intenta ser consciente de estas relaciones mutuas, anda a tientas, no puede explicarse con absoluta seguridad lo que ocurre y el por qué ocurre, lo que afectará la decisión a tomar, la que en muchos caso se toma sin una reflexión o análisis profundo, incluso, sin saber por qué se elige. Las consecuencias de todo esto pueden afectar al sujeto, sobre todo si la decisión tomada no es acertada y se relaciona con asuntos relevantes para él.

El individuo en que se manifiesta este indicador tiene la oportunidad de concientizar sus relaciones con los demás y discernir qué parte le corresponde en los hechos ocurridos. A partir de ahí se puede explicar las causas de los hechos y decidir con conocimiento de los mismos.

El esfuerzo por comprenderse a sí mismo, por ser consciente de sus defectos y virtudes, de sus aspiraciones y vivencias, ayuda notablemente a interrelacionarse mejor con la realidad y explicarse su propio comportamiento.

Esfuerzos volitivos en la consecución de los objetivos

Indica los esfuerzos sistemáticos por vencer los obstáculos que puedan aparecer en el camino y entorpecer el logro de los objetivos propuestos.

El individuo lucha de manera estable por alcanzar lo que quiere, y manifiesta un comportamiento dirigido a la consecución de sus propósitos. Este indicador muestra no sólo la voluntad del sujeto para lograr sus objetivos en la vida, sino también la fuerza y significación que esos objetivos tienen para él.

Cuando el individuo no manifiesta una conducta consecuente con sus aspiraciones, esto puede indicar que no está realmente tan interesado en lograrlos, o que no tiene suficiente fuerza de voluntad, o ambas cosas. En todos estos casos esas aspiraciones u objetivos no regulan de manera efectiva el comportamiento del sujeto.

Fuentes

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  • ROLOFF, Gómez G: La Autovaloración: Particularidades de su desarrollo en la infancia, En Investigaciones de la Personalidad en Cuba. Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 1987.
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