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El mayor general Calixto García concentró en una finca cercana a la villa las fuerzas de infantería y caballería bajo el mando de los brigadieres [[Jesús Rabí]], [[Pedro Pérez]], [[Agustín Cebreco]], [[Saturnino Lora]], [[Enrique Collazo]] y Mariano Torres. Contaba, además, con dos piezas de artillería: una de 12 libras, nombrada “Cayo Hueso”, y otra de seis, denominada “Holguín”. El jefe de artillería era el comandante Frederick Funston.  
 
El mayor general Calixto García concentró en una finca cercana a la villa las fuerzas de infantería y caballería bajo el mando de los brigadieres [[Jesús Rabí]], [[Pedro Pérez]], [[Agustín Cebreco]], [[Saturnino Lora]], [[Enrique Collazo]] y Mariano Torres. Contaba, además, con dos piezas de artillería: una de 12 libras, nombrada “Cayo Hueso”, y otra de seis, denominada “Holguín”. El jefe de artillería era el comandante Frederick Funston.  
  
A las 06:00 horas de ese día el cañón “Cayo Hueso”, cuya posición de fuego estaba en El Corujal de Ramos, abrió fuego contra el fuerte La Loma causándole importantes daños y neutralizando la única pieza del enemigo. Al propio tiempo, el “Holguín”, en poder del general Collazo, hacía lo mismo con un fuerte auxiliar. El fuego artillero, mantenido metódicamente durante toda la mañana contra diferentes blancos, provocó grandes daños a las fortificaciones y fuerzas.  
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A las 06:00 horas de ese día el cañón “Cayo Hueso”, cuya posición de fuego estaba en El Corujal de Ramos, abrió fuego contra el fuerte de La Loma causándole importantes daños y neutralizando la única pieza del enemigo. Al propio tiempo, el “Holguín”, en poder del general Collazo, hacía lo mismo con un fuerte auxiliar. El fuego artillero, mantenido metódicamente durante toda la mañana contra diferentes blancos, provocó grandes daños a las fortificaciones y fuerzas.  
  
 
La torre del [[heliógrafo]] fue destruida desde los primeros disparos, quedando cortada así la comunicación de la plaza. Los defensores del fuerte principal tuvieron que ocupar los fosos para protegerse de la artillería cubana. A la caída de la tarde se ordenó el asalto. El fuerte Holguín cayó en manos de los hombres dirigidos por el teniente coronel [[Ángel de la Guardia]], abriendo la brecha necesaria para entrar en el pueblo.  
 
La torre del [[heliógrafo]] fue destruida desde los primeros disparos, quedando cortada así la comunicación de la plaza. Los defensores del fuerte principal tuvieron que ocupar los fosos para protegerse de la artillería cubana. A la caída de la tarde se ordenó el asalto. El fuerte Holguín cayó en manos de los hombres dirigidos por el teniente coronel [[Ángel de la Guardia]], abriendo la brecha necesaria para entrar en el pueblo.  
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* Arcadio Ríos. Hechos y personajes de la Historia de Cuba. Recopilación Bibliográfica. La Habana, 2015. 320 p.
 
* Arcadio Ríos. Hechos y personajes de la Historia de Cuba. Recopilación Bibliográfica. La Habana, 2015. 320 p.
  
* Diccionario enciclopédico de Historia Militar de Cuba. Tomo II. Acciones combativas. Centro de Estudios Militares de las FAR, 2006.
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*[[Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba]]. Primera parte (1510 - 1898). Tomo II Acciones Combativas. [[Ediciones Verde Olivo]], Ciudad de La Habana, 2014. Página 167. Colectivo de autores del [[Centro de Estudios Militares de las FAR]] (CEMI).  
  
 
* Enrique Ubieta. Efemérides de la revolución cubana, 4 t., La Habana, 1920. Tomo II. Págs. 105-176-320.  
 
* Enrique Ubieta. Efemérides de la revolución cubana, 4 t., La Habana, 1920. Tomo II. Págs. 105-176-320.  

última versión al 15:09 25 mar 2020

Ataque a Jiguaní (1897)Bandera de Cuba Cuba
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Combate3.JPG
Ataque de Calixto García al pueblo de Jiguaní.
Fecha:12 de marzo de 1897


Ataque a Jiguaní (1897). Al amanecer del 12 de marzo de 1897, fuerzas del 2 Cuerpo del Ejército Libertador, bajo el mando del jefe del Departamento Oriental y lugarteniente general, Calixto García Iñiguez, atacaron esta importante villa en la entonces provincia de Oriente. La guarnición estaba integrada por unos 300 soldados de infantería regular, una sección de la Guardia Civil y algunos voluntarios.

Localización

Jiguaní es el pueblo cabecera del municipio que actualmente lleva el mismo nombre, perteneciente a la provincia de Granma, antes provincia de Oriente. Se encuentra a 20 km al este de la ciudad de Bayamo, en la llanura del Cauto, a 110 m de altitud, en una zona de relieve ondulado. Su posición era muy estratégica pues se encontraba en el camino y ferrocarril que une con Santiago de Cuba.

Contexto

Calixto García en 1896 era jefe del Departamento Oriental. Después de tomar Guáimaro, en Camagüey, regresó en octubre de ese año a la provincia de Oriente para comenzar una campaña cuya primera etapa consistió en desgastar al enemigo asaltándole los convoyes de suministros a las plazas y ciudades, para culminar con el sitio y toma de estas.

Estableció una región de operaciones que abarcaba Bayamo, Manzanillo, Las Tunas, Palma Soriano, Holguín y Niquero. Tras la caída del mayor general Antonio Maceo (7 de diciembre de 1896), fue nombrado lugarteniente general del Ejército Libertador, manteniendo el cargo de jefe del Departamento Oriental. En 1897, después de combatir en Cambute, atacó Jiguaní (12 de marzo) y tomó Las Tunas (28 al 30 de agosto) y Guisa (28 y 29 de noviembre).

Desarrollo

El sistema defensivo del pueblo de Jiguaní incluía el fuerte de La Loma, el más importante, y otros pequeños fortines cuyo conjunto formaba un cuadrilátero dentro del cual estaba construido el pueblo. También había reductos o tambores en la Plaza de Armas y otros centros fortificados de menor importancia. El mando español tenía comunicación heliográfica con Palma Soriano y Holguín.

El mayor general Calixto García concentró en una finca cercana a la villa las fuerzas de infantería y caballería bajo el mando de los brigadieres Jesús Rabí, Pedro Pérez, Agustín Cebreco, Saturnino Lora, Enrique Collazo y Mariano Torres. Contaba, además, con dos piezas de artillería: una de 12 libras, nombrada “Cayo Hueso”, y otra de seis, denominada “Holguín”. El jefe de artillería era el comandante Frederick Funston.

A las 06:00 horas de ese día el cañón “Cayo Hueso”, cuya posición de fuego estaba en El Corujal de Ramos, abrió fuego contra el fuerte de La Loma causándole importantes daños y neutralizando la única pieza del enemigo. Al propio tiempo, el “Holguín”, en poder del general Collazo, hacía lo mismo con un fuerte auxiliar. El fuego artillero, mantenido metódicamente durante toda la mañana contra diferentes blancos, provocó grandes daños a las fortificaciones y fuerzas.

La torre del heliógrafo fue destruida desde los primeros disparos, quedando cortada así la comunicación de la plaza. Los defensores del fuerte principal tuvieron que ocupar los fosos para protegerse de la artillería cubana. A la caída de la tarde se ordenó el asalto. El fuerte Holguín cayó en manos de los hombres dirigidos por el teniente coronel Ángel de la Guardia, abriendo la brecha necesaria para entrar en el pueblo.

Los cubanos se apoderaron de algunas calles importantes y a la llegada de la noche todo el flanco sur de la plaza estaba en su poder, después de audaces asaltos. No obstante, el fuerte de La Loma seguía resistiendo y su valiente guarnición mantuvo sus posiciones a pesar de los cuatro asaltos consecutivos realizados por los libertadores, en los cuales se generalizó la lucha cuerpo a cuerpo. Hacia la medianoche se produjo un alto en el combate. En esos momentos solo el fuerte principal seguía en manos españolas, pues los insurrectos dominaban el resto de la plaza.

Era de esperar que al día siguiente pudiera ser tomado el importante reducto, pero en la madrugada García recibió informes del brigadier Florencio Salcedo acerca de que una fuerte columna enemiga había salido en auxilio de Jiguaní. Después de apreciar la situación decidió ordenar la retirada hacia el Cuartel General, situado en el punto conocido como El Cañadón. Posteriormente se supo que esta columna no amenazaba de forma inmediata a los insurrectos, por lo que hubiera dado tiempo a completar la toma del pueblo.

En esta importante acción las bajas del enemigo, según informes, fueron 17 muertos, entre ellos un oficial, y 29 heridos, dos de ellos oficiales. Las pérdidas de los cubanos fueron 11 muertos, entre ellos cuatro oficiales, y 27 heridos, de los cuales siete eran oficiales, y ocuparon un pequeño botín consistente en algunas armas, municiones y otros efectos, todo lo cual resultó realmente insignificante comparado con la magnitud de la acción.

Fuentes

  • Arcadio Ríos. Hechos y personajes de la Historia de Cuba. Recopilación Bibliográfica. La Habana, 2015. 320 p.
  • Enrique Ubieta. Efemérides de la revolución cubana, 4 t., La Habana, 1920. Tomo II. Págs. 105-176-320.
  • Aníbal Escalante Beatón. Calixto García. Su campaña en el 95, La Habana, 1978. Págs. 196-217.
  • Juan E. Casasús. Calixto García. El estratega, La Habana, 1962. Págs. 16-217.