Ataque al cuartel de Buenaventura

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Ataque al cuartel de Buenaventura
Información sobre la plantilla
Fecha:31 de diciembre de 1958
Lugar:Buenaventura, Calixto García, Holguín, Cuba
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba

Ataque al cuartel de Buenaventura. Buenaventura, hoy cabecera del municipio Calixto García se encuentra ubicado a 40 Km de la ciudad de Holguín. La estrategia rebelde en Diciembre de 1958, después de tomar Puerto Padre, era paralizar las fuerzas del enemigo en Holguín pues a continuación se planeaba tomar Las Tunas.

Según los cálculos rebeldes, los soldados de la compañía que existía en Buenaventura de inmediato tratarían de entrar a Las Tunas o retirarse hacia Holguín y los guerrilleros que operaban en el territorio tenían la misión de eliminar toda las posibilidades de refuerzo, además, la situación geográfica de Buenaventura que constituía un nudo de comunicación entre estas dos ciudades y entre los poblados del territorio era prioritaria al estar cruzada por la Carretera Central, única vía que con muchos medios podía usar el ejército, y entraba en la estrategia común y prioriza de revolucionarios y batistianos.

Estrategias para el ataque

El ataque a Buenaventura estaba planeado realizarse antes que el de Puerto Padre pero se posponía por diversas razones, unas veces le llegaban de refuerzos al recinto, otras por emprenderse acciones de mayor envergadura en otros puntos. Desde la primera quincena de diciembre, Orlando Lara había proyectado bombardearlo contando con la avioneta capturada días antes en Los Almácigos y usando como bombas granadas de mano dentro de vasos de cristal; la idea era dejar caer varios de estos implementos sobre el objetivo y hacerlos estallar, otra alternativa era usar un recipiente relleno de explosivos y metales de todo tipo, la tarea consistía en sobrevolar el cuartel de tal forma que el ejército creyera que se trataba de una de sus naves y tirarle el cilindro lo más cerca posible de tal forma que este explotara y causara la desmoralización de la tropa, demás se pensaba sitiar al poblado con fuerzas de la Columna 32 y la guerrilla de Arsenio García, pero cuando todo estaba preparado faltó el piloto.

Finalmente, se decidió atacar el 31 de diciembre y para ello se concentró el personal en el Cruce de Mir y se expuso el plan a los diferentes pelotones que participarían. El ataque se efectuó desde el norte y el este considerando que una vez sitiados y sin posibilidad de recibir apoyo los soldados intentarían dirigirse a Las Tunas donde serían emboscados obligándolos a combatir fuera del cuartel.

Manuel Ramírez atacaría por el este, en dirección a Holguín, desde el arroyo que atraviesa la Carretera Central antes de llegar a Buenaventura, mientras la escuadra de Manuel Lorenzo López Reyes se situaría por el mismo arroyo pero hacia el norte por la parte trasera del cuartel, conjuntamente con la escuadra de Carlos Díaz Acosta y hombres enviados por Cristino Naranjo bajo las órdenes de Oscar Fernández. Por ser estos hombres quienes recorrían el mayor trayecto para su ubicación combativa tenían la misión de abrir fuego alrededor de la medianoche.

Los hombres de Arsenio García junto a los de Corcinio Fajardo y un grupo que operaba en la zona de San Agustín se concentraron en el Cruce Ramírez, a la salida de Buenaventura para Las Tunas, en un campo de cañas para impedir una salida de los soldados rumbo a Las Tunas e interrumpir el tránsito. La escuadra de Luís Antonio Álvarez Aguilera tenía la misión de cubrir el camino de Buenaventura a la Microonda, pues se pensaba que aún había soldados en la loma de Las Mantecas.

Acciones del ataque

Cuando la tropa insurrecta llegó al puente de la carretera situado a la salida del poblado rumbo a Holguín, alrededor de las 11 de la noche, el grupo que atacaría por detrás del cuartel fue detectado por el ejército al escapársele un tiro. Los guardias, alertados, descubrieron el ataque y abrieron fuego por las aspilleras desde la casamata del cuartel generalizándose el combate, los rebeldes se desplegaron por toda la costa del arroyo moviéndose constantemente para no caer bajo las balas de francotiradores ubicados en la azotea de la guarnición. La construcción edificada de mampostería de una sola planta estaba protegida por un muro de hormigón con algunas garitas con aspilleras y en el techo de placa los soldados habían improvisado un sistema defensivo con sacos de arena, lo que favoreció la resistencia.

La estrategia rebelde durante el asalto consistió en atacar y hacer un alto al fuego conminando a la rendición, la tropa batistiana acantonada en el lugar era numerosa pues había sido reforzada recientemente y se defendió sin ceder, unido a esto estaba la presión ejercida por el Jefe de la guarnición y otros soldados que temían caer en manos de los revolucionarios y tener que responder por hechos y abusos cometidos.

El combate se prolongó hasta el día 1 de enero de 1959 y el destacamento rebelde previendo que se presentara la aviación y bombardease indiscriminadamente el poblado se retiró hasta una finca cercana pero dejo un grupo para continuar el hostigamiento del cuartel e impedir su evacuación. Durante el ataque la población civil trató de protegerse en la escuela pública que era una de las pocas casas de mampostería existente, a unos mil metros de la guarnición.

Por la mañana la radio comunicó la huida de Batista y Arsenio García trató de lograr la rendición de los soldados sobre ese argumento haciéndoles ver la inutilidad de la resistencia, para ello, envió un hombre con un radio para que conocieran la noticia de la huida de tirano y la arenga de Fidel Castro Ruz a los jefes de columnas de avanzar hacia los cuarteles y tomarlos; pero aún así los soldados se negaban a deponer las armas.

Por la tarde, el mando rebelde, esta vez con Lara al frente, cambió la estrategia de ataque. Los guerrilleros, cruzaron la Carretera Central frente a la bomba de gasolina y se ubicaron sobre los altos de la tienda “La Comercial”. El grupo de Raúl Cartaya Hernández se situó detrás del cuartel, mientras otro lo hacía por el puente y se entabló nuevamente el combate. En el ataque participaron mujeres rebeldes ubicadas en el fondo del recinto desde donde disparaban y arengaban a la rendición.

Finalmente, Lara se presentó en el lugar, y el doctor Nicodemus Regalado León, uno de los médicos del pueblo, le pidió que le permitieran enviar un mensaje a los sitiados solicitándoles detener el derramamiento de sangre y asegurándoles que serían respetados si deponían las armas. Lara, aprovechando la tregua decretada, decidió entrar desarmado al reducto batistiano a conferenciar con los guardias; cinco minutos más tarde, se constataba la rendición incondicional de la última fortificación en el territorio. Inmediatamente, Carlos Días, fue nombrado como jefe del puesto tomado.

Respuesta del pueblo

La alegría en el pueblo de Buenaventura cuando se rindió el cuartel fue indescriptible, toda la población salió a las calles, las campanas de la iglesia repiquetearon anunciando la libertad y José Ajo sacó su órgano e interpretó el Himno Nacional, luego de haberlo tenido oculto en una fábrica de quesos y haberse opuesto a celebrar mientras durara la guerra. Después de considerables sacrificios y, al costo de preciosas vidas, se había llegado al triunfo. A partir de ese momento la Revolución entraba en una segunda etapa.

Fuentes

  • Colectivo de Autores. Misión Especial de Operaciones. ob.cit. p 164.
  • José Pérez Saab, testimoniante, asegura el acta de entrega del cuartel se efectuó en el buró de la consulta de Regalado y la firmaron el Capitán Arsenio García y el jefe de puesto a las tres de la tarde del primero de enero de 1959.
  • Colectivo de Autores. Misión Especial de Operaciones. Ediciones Holguín, 1991.

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