Autenticidad

Autenticidad
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Connotación personal sobresaliendo lo que es propio de la persona, lo que le caracteriza y le hace destacar de entre los demás.

Autenticidad. Connotación personal o subjetiva. Más que el contenido neutro se pone de relieve el pronombre personal αύτóς, sobresaliendo así lo que es propio al hombre, lo que le caracteriza y le hace destacar de entre los demás seres; en este sentido es auténtico aquello que tiene el debido valor

Diferentes acepciones

A través del latín authenticus aparece el radical griego αύθέντης (authentés), que es, a su vez, una contracción de αύτο-έντης (autoentes); etimológicamente, el término designa aquél o aquello que tiene en sí mismo su principio, una acción practicada de propia mano, el que es original; y, por analogía, el que es señor. En los campos histórico y jurídico , la autenticidad adquiere una significación objetiva, designando en los actos y documentos su carácter original o de conformidad con el original, y consecuentemente al que tiene autoridad y puede dar fe o constituir una prueba en estos diferentes sectores. Más que el contenido neutro se pone de relieve el pronombre personal αύτóς, sobresaliendo así lo que es propio al hombre, lo que le caracteriza y le hace destacar de entre los demás seres; en este sentido es auténtico aquello que tiene el debido valor humano.

La Búsqueda de la Autenticidad

En la búsqueda de la verdad y el sentido en la vida,los seres humanos intentan lograr la autenticidad a través de las interacciones sociales y las diversas formas de expresión. Si la vida es un arte,uno de los elementos clave de su valor es la autenticidad. La autenticidad se suele definir como el hecho de ser veraz y honesto con uno mismo y con los otros,como una credibilidad indiscutible,una carencia absoluta de artificio. Ser veraz y honesto con uno mismo y con los otros implica que la autenticidad es relacional y está conectada con la identidad personal y las relaciones con el mundo externo. Obtener la autenticidad personal es un desafío y mantenerla es difícil,a causa de las influencias y exigencias externas, así como de las propias limitaciones y sesgos del individuo.

Necesidades Individuales

Uno de los motivos que llevan a la gente a buscar la autenticidad es la necesidad de ser el arquitecto de la propia vida,no un títere en el teatro de la sociedad. Luchar por la autenticidad personal da un antídoto al condicionamiento externo y, hasta un cierto punto, es una reacción a la falta de autenticidad que prevalece en la política, la cultura, la religión y la vida diaria.

El significado de autenticidad se clarifica al pensar en la falta de ella,ya que uno debe contrastar la autenticidad con su opuesto,como cuando comprueba la luz y la oscuridad. Así pues,está conectada intrínsecamente con ese dualismo de la existencia humana que se manifiesta en la presencia de la tensión entre opuestos.

En el concepto de autenticidad se es un constructo humano y social y, como tal, no tiene una existencia independiente fuera de la mente. Algunos argumentan que es un estado imposible del ser y señalan dilemas asociados a él; el estado de autenticidad es pasajero y no se puede mantener indefinidamente. Ni la autenticidad ni la falta de ella se pueden definir, identificar o medir adecuadamente, ya que muchas características y atributos de los individuos cambian constantemente, sin un punto de referencia fijo, y están fuertemente influidas por sesgos e ideas preconcebidas de cada individuo, así como por factores sociales.

La autenticidad ha sido explorada a lo largo de la historia,desde los filósofos de la Grecia antigua a los autores de la ilustración, a los filósofos existenciales, a los teóricos y pensadores contemporáneos de las ciencias sociales, produciendo así una gran cantidad de escritos y de opiniones. Algunos defienden que la autenticidad personal es descubierta y otros argumentan que es inventada. Pero, sea cual sea la opinión del autor, está claro que la autenticidad personal es una característica de un proceso dinámico de cambio eterno en una sociedad y un mundo variables, no un estado fijo.

Búsqueda de la autenticidad

La búsqueda de la autenticidad se puede considerar como un proceso de análisis del sujeto y del mundo externo. Y, ya que el sujeto surge de la interacción entre él mismo, los otros y el entorno en una sociedad y un mundo complejos, pueden coexistir varias identidades dependiendo del lugar y el contexto. Algunos defienden que el sujeto no es una sola entidad, sino que contiene múltiples capas de percepciones, pensamientos y comportamiento cambiante dependiendo del contexto. Lograr la autenticidad es una misión individual, ya que cada persona tiene su propia forma individual de ser humano. Por consiguiente, el concepto se vuelve bastante arbitrario y puede ser confuso para las relaciones humanas: lo que es auténtico para un individuo puede ser diferente para otro.

Los Elementos Esenciales de la Autenticidad Personal

Máscara

Ser auténtico es ser veraz y honesto con uno mismo y con los otros. Pero eso no tiene por qué ser suficiente: hay ciertos requisitos, sin los que el concepto de autenticidad personal sería una cáscara vacía, definida ambiguamente y mal entendida. Aunque la autenticidad personal es en principio deseable, si faltasen ciertos elementos podría ir de hecho en detrimento de las relaciones interpersonales y el funcionamiento de la sociedad. Esos componentes necesarios de la autenticidad incluyen la conciencia, el análisis imparcial y el conocimiento preciso de uno mismo, el juicio reflexivo, la responsabilidad e integridad personal, el ser genuino y humilde, la empatía por el otro y el conocimiento de éste, así como la utilización óptima de las reacciones de los otros. Esos componentes tienen también que integrar la necesidad de limitar y ajustar la autenticidad de uno, dependiendo de la situación. Cualquier medida de autenticidad real no implica expresar el yo más íntimo, con todo su rango de emociones y cambios, en cualquier situación. En este contexto, ser consciente del momento presente, sin sesgos, tiene gran importancia, ya que mejora la claridad del diálogo interior y disminuye la implicación del ego. Pero, aún con todo ese rango de variables a considerar y con todas las precauciones tomadas, sería casi imposible tener en cuenta todas las incógnitas. Es importante considerar cómo las expresiones auténticas de uno, por muy cautas que sean, serían percibidas e interpretadas por otros. La regla de oro de tratar a los demás como a uno le gustaría ser tratado es esencial y puede ser tomada como guía.

La condición humana es tal que los factores evolutivos y de adaptación empujan a la mente hacia pensamientos más desagradables o negativos. Si todo el mundo se comportara auténticamente, sin limitaciones, la sociedad humana y la civilización estarían en peligro. Las personas revelarían el dolor profundo de sus vidas, la angustia inherente a la frágil existencia humana en la presencia de miedo, guerras, muerte e incertidumbre, así como de lo desconocido o incognoscible. Por otro lado, la lucha para trascender lo desconocido da un cierto sentido a la vida y nos eleva un poco por encima de nuestros orígenes.

En la ausencia de criterios claros para la autenticidad personal, los límites entre la autenticidad y su carencia no están claramente marcados. Esas tierras fronterizas son amorfas e inciertas y a menudo porosas y cambiantes, especialmente cuando se aplican a la política, los negocios o la cultura. El proceso dinámico de cambio constante puede revelar múltiples facetas de la autenticidad personal. La elección más difícil es entre lo que es éticamente correcto y lo que es socialmente apropiado. El esfuerzo de intentar conectar con el mundo externo, mientras se intenta mantener algo de autenticidad, podría de hecho constituir la esencia de la vida.

Lo que hace único a un individuo

Lo que hace único a un individuo no es quién es, sino en quién se convierte. Hacerse auténtico es un proceso, no un suceso. Incluye no sólo conocerse a uno mismo, sino también reconocer a los otros y su influencia en uno mismo, así como la influencia de las propias acciones sobre los demás. Hacerse auténtico es un proyecto individual. Pero la autenticidad personal no debería confundirse con el individualismo radical. Si la búsqueda de la autenticidad personal es solo para lograr la realización personal o para satisfacer deseos personales, entonces es individualista y egocéntrica. Pero si va acompañada de la conciencia de los demás y está integrada con todos los aspectos del mundo externo, entonces es una lucha que vale la pena y no una tendencia superficial. La verdadera autenticidad personal no trata solamente de percepciones y sentimientos individuales, sino también de los que están ligados a aspectos externos de la realidad.

El conocimiento completo de uno mismo es inalcanzable; uno no puede explorar el laberinto entero de la conciencia humana. Pueden surgir obstáculos al no entender bien algunas partes de uno mismo, al haberlas olvidado o simplemente al desconocerlas. Uno tiene que luchar por tener un comportamiento moral, a pesar de la presión de la sociedad y de la masa a través del intercambio económico. Circunstancias difíciles, como la enfermedad, pueden llevar también a una duda e inseguridad excesivas; el verdadero conocimiento de uno mismo debe tener en cuenta estas condiciones.

Para ser auténtico, uno debe ser consciente de la relación compleja entre uno mismo y los otros y entre la autenticidad y la falta de ella. Uno debe ser consciente de su propia falta de autenticidad y de sus imperfecciones, y trascender el condicionamiento del pasado y del conjunto asociado de comportamientos que determinan su interacción con el mundo. Para ser auténtico, uno debe ser consciente de la fragilidad e incertidumbre de la condición humana, incluyendo la conciencia y la aceptación de la mortalidad humana. Uno debe ser consciente del sufrimiento humano y de su lucha por la supervivencia; y uno debe de prestar atención a sus propios estados físicos y emocionales, así como a los de los otros. Ser auténtico es reconocer y aceptar el dolor, el miedo, la soledad y la vulnerabilidad como realidades de la condición humana, convirtiendo a estos en atributos naturales de la humanidad. Ser auténtico es ser consciente de que el estado de uno puede determinar lo que uno piensa, o cómo uno percibe e interpreta las cosas. Uno debería ser capaz de tener un diálogo interno sin inhibiciones, pero al mismo tiempo debería dejar el diálogo personal al entablar un diálogo externo.

Para ser auténtico, uno debe ser consciente de los límites del conocimiento y la comprensión humanas, así como de las limitaciones del lenguaje natural para comunicar los propios pensamientos. Uno debe considerar la posibilidad de que cualquier verdad que crea saber sobre la naturaleza, incluyendo en ésta a la naturaleza humana, puede no ser la verdad definitiva. Ser auténtico es poner en duda las propias percepciones e interpretaciones, así como las de los otros, y estar dispuesto a aceptar la incertidumbre. Ser auténtico es reconocer y aceptar las limitaciones humanas como elementos de la autenticidad humana. Ser auténtico es ser capaz de verse a uno mismo como parte de un todo y como un todo que contiene multitud de partes,y ser consciente de sus interacciones. Uno debe ser capaz de moverse por el laberinto de la propia mente y desplazarse hacia adelante y hacia atrás en el tiempo para conectar sucesos y recuerdos pasados y formar un sujeto coherente. Ser auténtico es modular aspectos del propio yo interno dependiendo de las circunstancias; es la habilidad de reconocer y seleccionar las características auténticas más adecuadas para cada situación.

Ser auténtico es considerar la posibilidad de que el surgimiento de la vida humana y de la inteligencia sea un accidente cósmico sin sentido ni propósito, aparte de los designios humanos. Ser auténtico es designar algún propósito en la vida y, al mismo tiempo, no estar ligado a él como si fuera el único, sino uno entre muchos. Ser auténtico es ser consistente con los principios y atributos señalados arriba,y al mismo tiempo ir con cuidado con esa consistencia, ya que podría inhibir la propia evolución. El descubrimiento de uno mismo es un proceso que dura toda la vida,y en cada etapa de no solo hay cosas que no conocemos, sino cosas que están surgiendo constantemente y mezclándose con las que ya conocemos o no. Los descubrimientos o interpretaciones sobre uno mismo y el mundo deberían considerarse con cuidado para asegurarse de que no inhiben o previenen su posible re-evaluación o evolución hacia una comprensión más profunda. Ser auténtico es considerar la existencia como ni siempre absurda ni siempre con sentido,sino a veces una y a veces la otra, dependiendo de la perspectiva o el contexto. Ser auténtico es reconocer que la naturaleza es lo que es, sin que importe el significado o interpretación que le dé la mente humana; le es indiferente la vida y el sufrimiento humanos, porque no es ni malvada ni bondadosa. Este es el estado fundamental de la naturaleza,independiente de la existencia humana. La naturaleza no es ni moral ni inmoral;no tiene ninguna idea de lo que está bien o mal. Conceptos como la moralidad, el sentido de la justicia, la honestidad y la autenticidad son exclusivos del género humano; esos conceptos han evolucionado en la sociedad como un conjunto de normas para lograr un poco de armonía en su seno.

Ser auténtico es considerar que,desde la perspectiva del universo entero, la mayoría de las cosas, incluyendo uno mismo, no son importantes, y reconocer que todos esos conceptos y valores son constructos humanos y que por tanto tienen sus limitaciones. Nos sentimos inclinados a desarrollar esos conceptos en un esfuerzo para facilitar la comunicación y el entendimiento, para aceptar nuestra existencia en el universo y describir la realidad, siendo plenamente conscientes de que el universo es demasiado complejo para tales conceptos. Pero esos conceptos nos ayudan a generar la esperanza de obtener un cierto sentido en nuestras vidas.

Esta lista de principios y atributos de la autenticidad personal no substituye a una definición precisa de autenticidad personal. Solo nos da un pequeño boceto,con la comprensión implícita de que nunca será completado del todo. Así pues, la autenticidad personal parece estar en los límites de la razón humana. A pesar de todo, como uno de los criterios principales de la autenticidad personal es ser veraz y honesto con uno mismo y con los otros, eso requiere una amplia comprensión de todo lo relacionado con la humanidad y la naturaleza. Uno no será nunca capaz de implementar todos los rasgos y atributos de lo que implica ser auténtico. El nivel de auto-conocimiento y de autenticidad personal depende de una gran variedad de factores individuales,incluyendo diferentes circunstancias personales, habilidades interpretativas, cultura, religión, ideología, visión del mundo,así como de los detalles del carácter del individuo,su experiencia, conocimiento y factores emocionales. Así pues, cada individuo se percibe y se interpreta a sí mismo, a los otros y al mundo a su propia manera. Además, todo lo anterior está cambiando constantemente y su comprensión es siempre parcial y sesgada.

Dilemas, Paradojas y Límites

La autenticidad y la falta de ella no se consideran estados mutuamente exclusivos, sino conceptos mutuamente dependientes. Uno no puede descubrir la autenticidad personal evitando el mundo externo, sino sumergiéndose en él. En ese caso, la autenticidad emerge como resultado de enfrentarse constantemente a las influencias y presiones externas. La paradoja de la autenticidad es que el individuo lucha por lograr mayor autenticidad a través de sumergirse en el mundo externo, donde la adaptación a éste puede erosionar la autenticidad. También hay características específicas a cada cultura o estructura social, y límites al conocimiento de uno mismo. Eso se complica aún más por la presencia de ilusiones cognitivas y sesgos, incluyendo el autoengaño, la tendencia a creer que las cosas saldrán bien y a comportarse de forma diferente al ser observado.

Como nuestras vidas operan a un nivel probabilístico, la autenticidad solo puede ser descubierta en la incertidumbre. Así pues, otra paradoja; la autenticidad solo se puede conseguir a través de la inmersión en la incertidumbre y la duda, pero estas dificultan el descubrimiento del verdadero yo, sin el cual no se puede conseguir la autenticidad humana. Durante la vida, los individuos tienen que luchar con los dilemas de la autenticidad personal. Esa lucha involucra varias identidades, principios e ideales, que se re-evalúan constantemente durante el análisis de uno mismo y a través de la socialización. Uno de los dilemas de la autenticidad personal tiene que ver con el hecho de que, aunque la mayoría de los atributos personales cambian con el tiempo, uno espera que la autenticidad tenga algo de consistencia. La aparente contradicción reside en el requerimiento de que haya a su vez cambio y consistencia. En otras palabras, como la identidad del individuo está cambiando y evolucionando constantemente, ¿cómo puede uno determinar su identidad instantánea, o reconocer la autenticidad a lo largo de una vida, o descubrir el significado de la autenticidad? Tal vez, el valor de la autenticidad no está en su consistencia, sino en su evolución consistente a lo largo de la vida del individuo.

El sentido de la autenticidad puede ser reconocido al pensar en la falta de ella, ya que uno debe contrastar la autenticidad con su opuesto. Así pues,aquí está el dilema: si uno cree que uno es auténtico y no se da cuenta de ninguna falta de autenticidad, uno no puede estar realmente seguro de su autenticidad. Este dilema está relacionado con la presencia universal de los opuestos y la tensión entre ellos. La percepción humana del mundo exterior y de la vida interior, junto con todas las interpretaciones y conocimiento,incluyendo los que están relacionados con el sujeto, están entrelazadas y son inseparables. Coexisten como componentes de un rompecabezas, pero no se pueden separar en elementos simples.

La mente consciente está limitada a solo varios bits de información o ideas para la comparación y el análisis en un determinado instante. Esos bits o ideas pueden surgir de los pensamientos del individuo o del mundo externo. Eso acota la capacidad de la mente humana para examinar cantidades mayores de información o varios aspectos de un tema dado. La mente tiende a llenar los huecos con los detalles que tiene a su disposición y con hechos de la memoria, que contiene solo un conocimiento parcial. Además, la comprensión humana está limitada por los sentidos, que solo perciben una pequeña fracción de lo que está potencialmente disponible en el mundo externo. Así pues, eso nos lleva a un entendimiento incompleto, en el mejor de los casos ,o a una representación errónea, en el peor, de lo que observamos, experimentamos o imaginamos dentro de nuestras limitaciones y categorías. Así pues, el conocimiento humano siempre queda incompleto.

En relación a la lista de principios y atributos de la autenticidad personal, como la mente consciente está limitada a analizar solo varios objetos a la vez, esa limitación de la mente para considerar simultáneamente todos esos principios y atributos pone límites al razonamiento humano sin la plena conciencia de la gran variedad de esos principios y atributos de la autenticidad, no se puede lograr la autenticidad personal completa. En cualquier momento, la autenticidad solo puede ser parcial.

La complejidad de la existencia humana hace que cualquier descubrimiento no ambiguo de la identidad personal sea un desafío monumental. La identidad personal está influida por una gran variedad de factores, incluyendo varios intereses y deseos, que están mezclados de forma compleja y que pueden dar como resultado rasgos y comportamientos impredecibles. Debido a las limitaciones inherentes a la mente humana, el análisis se suele simplificar, y la interdependencia intrincada de varios elementos que juegan un papel esencial en la formación de la identidad personal se suele pasar por alto. Eso puede dar como resultado una investigación fragmentada y la ilusión de comprender la identidad personal. Otro límite en la búsqueda de la autenticidad tiene que ver con el lenguaje. El propósito principal del lenguaje es expresar y comunicar ideas, pensamientos, información y sentimientos. Pero está abierto a las malas interpretaciones y a la distorsión. Los límites del lenguaje y del pensamiento humano son algunas de las barreras a la autenticidad humana. Las palabras y el lenguaje a menudo no son adecuadas para expresar todo el espectro de pensamientos y sentimientos que tiene una persona. Algunas cosas no pueden ser expresadas de ninguna manera. Las palabras y las frases son a menudo ambiguas, porque tienen más de un significado. Además, los pensamientos y percepciones cambiantes sobre uno mismo pueden no ser comprensibles, así que expresarlos usando las palabras y el lenguaje puede no ser siempre consistente. Uno puede también preguntarse si las palabras representan de hecho la realidad o solo un concepto de realidad, o una representación reducida de la realidad, o si las palabras y el lenguaje pueden incluso generar multitud de realidades separadas.

El lenguaje media la experiencia, la comprensión y la comunicación. Así pues, una conciencia de uno mismo completamente auténtica o no mediada es casi inalcanzable. Además, cualquier descubrimiento objetivo del yo es solo posible sin ideas preconcebidas y sesgos. Por lo tanto, ningún tipo de auto-análisis, por muy largo y detallado que sea, puede revelar la identidad real de uno. Un lenguaje completamente transparente,con una correspondencia clara y directa entre pensamientos y palabras, no existe. Las alegorías, onnotaciones, implicaciones y metáforas son las mayores causas de malentendidos e interpretaciones erróneas en la comunicación. En algunos conceptos, como en la ficción y en la poesía, algo de ambigüedad es deseable, porque cada individuo crea nuevos significados a través de sus asociaciones e interpretaciones. Pero en la comunicación auténtica, la habilidad de pensar claramente y comunicar pensamientos de forma precisa es muy importante. Por lo tanto, uno debe siempre ser cuidadoso con las posibles ambigüedades en el lenguaje. Al final, la interpretación por parte del oyente del bit de información pronunciado o escrito determinará si la información fue recibida como se pretendía.

Las Barreras a la Autenticidad

Hay varios factores que pueden dificultar el desarrollo de la autenticidad personal. Estos incluyen el condicionamiento anterior, el miedo al rechazo y al fracaso, presiones sociales para adaptarse y por lo tanto vivir de forma no auténtica, y la falta de comprensión del concepto de autenticidad. Otras razones para no ser auténtico incluyen el deseo de evitar conflictos con los otros, incluyendo hacer daño a los demás o que le hagan daño a uno, así como evitar admitir los propios defectos. En algunas situaciones, la necesidad de colaboración constructiva con los demás puede requerir algo de adaptación y, por lo tanto, dificultar la autenticidad. En esos casos, los individuos intentan mostrar su mejor cara y expresar lo que se espera de ellos, para ser percibidos de forma favorable. En gran medida, todos esos factores impulsan y limitan los pensamientos, percepciones, sentimientos y elecciones diarias de cada uno.

A pesar de las ilimitadas posibilidades que se abren a los humanos durante sus vidas, las opciones prácticas disponibles para cada uno están limitadas por varias circunstancias relacionadas con su ambiente, cultura, educación, capacidades, genética o simplemente el estar en el sitio adecuado en el momento adecuado. Durante toda nuestra vida se nos programa para adaptarnos a nuestro ambiente, sociedad y cultura, así que en gran medida nuestro ambiente de hecho define quiénes somos. Se nos dice que esa adaptación es esencial para la cohesión social y para impulsar un sentimiento de comunidad. Esas presiones sociales inhiben el volverse auténtico, ya que de rechazarlas se puede acabar en el aislamiento social. El proceso de examinarse a uno mismo puede ser también desafiante y agotador, ya que puede poner al descubierto algunas características personales indeseables que requieran cambios.

Durante la mayor parte del tiempo en que es consciente, la mente humana se preocupa de la vida diaria. Está en conflicto perpetuo debido al recuerdo de sucesos dolorosos, al miedo, a la soledad, a la lucha por la comodidad y la seguridad, a los esfuerzos fútiles, las ilusiones y las decepciones. Es difícil ser consciente de la propia autenticidad y perseguirla durante periodos largos de tiempo; siempre hay distracciones y obstáculos. La lucha por la supervivencia suele tener prioridad sobre otras metas para la mayoría de gente durante la mayor parte del tiempo. A lo largo de la vida, muchos sucesos y circunstancias escapan a nuestro control. En la mayoría de casos, lo mejor que uno puede hacer es escoger una respuesta apropiada. Esa elección puede que indique al fin y al cabo hasta dónde llega la propia autenticidad.

Es importante pensar sobre algunos aspectos de la naturaleza humana que pueden dificultar la búsqueda de la autenticidad personal. Los rasgos humanos más preocupantes incluyen el auto-engaño, el asumir que las cosas saldrán bien y varios sesgos cognitivos. Eso se complica aún más a causa de la tendencia de la mente humana a construir su propia realidad ilusoria. Otro concepto relevante a la autenticidad personal es el de racionalidad acotada, que se refiere a las elecciones racionales hechas en la presencia de limitaciones en el tiempo, en el conocimiento y en la capacidad cognitiva. Este concepto señala que las decisiones enteramente racionales no son siempre posibles ,debido a las limitadas habilidades humanas a la hora de analizar problemas complejos.

Los límites de la percepción humana, el pensamiento y el conocimiento de uno mismo son unas de las principales barreras a la autenticidad personal. La realidad humana está basada en percepciones, sistemas de creencias, conocimiento, ideas preconcebidas, experiencias y sentimientos. Los límites impuestos a nuestros sentidos y conocimiento permiten la percepción de solo una pequeña porción de la realidad; y, como todos esos atributos son diferentes para cada uno, la realidad es también diferente para cada persona. Uno puede que nunca llegue al conocimiento completo de uno mismo, que es constantemente definido y refinado a base de nueva comprensión, enmarcada en el mundo exterior e influida por sus requerimientos. En este contexto, ligarse demasiado a una imagen rígida de uno mismo inhibe el continuo refinamiento del conocimiento del yo.

La existencia humana está limitada a un pequeño conjunto de posibilidades. Somos incapaces de saber cuánto abarca nuestra ignorancia o cuánto queda por entender o descubrir. Superpuestos a esto hay diferentes límites a la comprensión del universo y el hecho de que, en términos específicos, no sabemos lo que no sabemos, y que nuestro conocimiento y razonamientos son siempre parciales. Eso implica el dilema de cómo reconciliarnos con la presencia de un problema perpetuo al intentar abarcar el todo con nuestras limitaciones y comprensión parcial que parecen determinar nuestra percepción instantánea del universo y de nosotros mismos. Las percepciones e interpretaciones objetivas son inalcanzables. La comunicación auténtica es contingente a la capacidad del individuo para reconocer lo que es verdadero para él mismo, y en la adecuación del lenguaje para expresar sus verdaderos pensamientos, opiniones y sentimientos. En este contexto, es importante recordar que hay límites inherentes al lenguaje, la interpretación y la expresión, que básicamente constriñen las relaciones auténticas con los otros. Así pues, en muchas comunicaciones personales no está siempre claro si la autenticidad, o la falta de ella, está relacionada con las circunstancias, con el uso adecuado o inadecuado del lenguaje, el tema, o los participantes y sus percepciones e interpretaciones. Eso se complica aún más con la posibilidad de que el lenguaje pueda influir en los pensamientos y afectar a la percepción.

La autenticidad completa no es sostenible en presencia de las varias necesidades y requerimientos de adaptación al mundo externo, así como de necesidades y condiciones internas. Así pues, aunque algunos estados auténticos se pueden alcanzar, los estados típicos estarán en un amplio espectro entre la completa autenticidad y la completa falta de ella. Una forma práctica de acercarse a los estados auténticos es tal vez evitar progresivamente la falta de autenticidad tanto como se pueda. En general, cualquier cosa organizada por humanos, incluyendo religiones, organizaciones políticas y gubernamentales y corporaciones contiene defectos inherentes al género humano y es casi siempre imperfecta y falta de autenticidad. En esas organizaciones, la autenticidad personal y la comunicación auténtica son difíciles de mantener debido a la necesidad de adaptarse y al miedo al rechazo. El problema crucial para la sociedad es la incapacidad de saber cómo encargarse de forma efectiva de las necesidades fundamentales humanas de poder, estatus, jerarquía y competición, así como de la preocupación universal en todos los aspectos de las interacciones humanas a través del análisis de costes y beneficios. Llegar a ser auténtico es difícil a causa de la necesidad de aprobación y reconocimiento por parte de los otros, que anima a la persona a comportarse según las expectaciones de estos. Eso se combina con el condicionamiento pasado, incluyendo opiniones y creencias, ideas equivocadas, auto-engaños, esperanzas y sueños, dolor y decepciones.

La religión organizada es otra barrera a la autenticidad personal. Aunque la doctrina religiosa no incorpora el concepto de autenticidad, la religión organizada y la autenticidad personal se contradicen flagrantemente. Aquellos que creen en algún dogma, sea religioso o empírico, no pueden lograr la autenticidad, porque nuestro conocimiento y comprensión de nosotros mismos, nuestra sociedad y el universo están cambiando y aumentando constantemente, lo que inevitablemente contradice esos dogmas. Las formas de pensar y discursos religiosos, basados en textos llenos de ambigüedades y mitos, limitan la libertad para plantearse preguntas y, por lo tanto, inhiben la autenticidad. La práctica y deliberación religiosas no alientan las elecciones individuales. Al individuo se le dice lo que tiene que hacer; no lo descubre por él mismo desde su interior.

La moralidad, impuesta desde el exterior a través de estrechas doctrinas y creencias religiosas, es recibida pasivamente a través de enseñanzas dogmáticas y recapitulación de viejos textos, y por lo tanto puede no ser suficientemente compatible con nueva comprensión y conocimiento. Como la doctrina religiosa exige constantemente que los humanos se ajusten a una estructura fija y que obedezcan a la autoridad religiosa, impide cualquier planteamiento abierto sobre la moral y la autenticidad personal. La paradoja fundamental de la moralidad y autenticidad religiosa es que ser moral y hacer el bien como actos de obediencia, con una recompensa después de la muerte, no constituyen una auténtica moralidad, sino una respuesta al miedo a la condenación; se trata solo de castigo y recompensa. Así pues, la motivación en este caso es solo el interés propio, lo que en principio debería descalificar a esa persona para recibir el premio de la paz eterna en un paraíso que está preparado para gente auténticamente recta. La moralidad no es auténtica cuando se basa en el miedo al castigo y la obediencia a los mandamientos divinos a la espera de una recompensa, sino cuando surge de la libre elección y del sentido de la responsabilidad.

El futuro de la inteligencia y el auto-conocimiento humanos está ligado a las tecnologías emergentes para mejorar a la especie humana. Estas incluyen mejoras cognitivas y de memoria. Los problemas ligados a esto están relacionados con la naturaleza e identidad humanas, la naturaleza de la sociedad, el sentido de la existencia y los límites y consideraciones éticas asociados a la mejora de los humanos. La unión de los humanos y las máquinas puede que requiera una nueva definición de lo que es un ser humano. La frontera menguante entre humanos y máquinas y la correspondiente formación de una nueva identidad generarán más cuestiones en el contexto de las implicaciones filosóficas, políticas, sociales y culturales, incluyendo las relacionadas con el conocimiento de uno mismo y la autenticidad personal. Más adelante en el futuro podría haber una tecnología lo suficientemente avanzada para permitir el acceso a pensamientos. Eso puede tener como resultado una pérdida de privacidad e individualismo y, por lo tanto, una pérdida de autenticidad.

Fuentes