Autoestima

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La autoestima. Aparenta ser un valor muy personalista, sin embargo, todo aquello que perfecciona a los seres humanos, tarde o temprano se pone al servicio de los demás; una vez que ha recorrido el camino, es más sencillo conducir a otros por una vía más ligera hacia esa mejora personal a la que todos aspiran por lo que es importante conocer el interior de la autoestimas y saber reflexionar sobre ella.

El valor de la autoestima

La autoestima aparenta ser un valor muy personalista, sin embargo, todo aquello que perfecciona a lo seres humanos, tarde o temprano se pone al servicio de los demás; una vez que ha recorrido el camino, es más sencillo conducir a otros por una vía más ligera hacia esa mejora personal a la que todos aspiran.
Hoy en día se habla de la autoestima como una herramienta para generar seguridad en sí mismo, evitando así, que el ser humano se sienta menospreciado y se reafirme como personas capaces de alcanzar metas ambiciosas. Pero existe el riesgo de cerrar los ojos a la realidad de la persona en si, convirtiéndose estos en seres soberbios que piensan únicamente en sobresalir por encima de los demás.
El valor de la autoestima esta fundamentado en un profundo conocimiento que debe tener la persona de ella misma y no solamente en la seguridad de sus capacidades. La vida transcurre entre logros y fracasos, y la autoestima es el valor que hace que la persona sienta la plena seguridad de sus capacidades, además, da la fortaleza necesaria para superar los momentos difíciles de la vida, evitando caer en el pesimismo y el desánimo.
Para que la autoestima sea realmente un valor, se debe tener un fundamento sólido sobre el cual se quiere edificarla. Si solamente se piensa en ella como un producto del éxito; la posición profesional, una elevada capacidad intelectual o la aceptación social, entones se reduce todo a un actuar soberbio y con fines meramente protagonistas.
Aunque todo lo anterior aporta y contribuye, este valor se sustenta en la sencillez con que se aprecian las capacidades, sin considerarnos mejores o peores que los demás. Recordando que una persona vale por lo que es, y no por lo que aparenta ser.

El interior de la autoestima

Este valor se construye y edifica en el interior de la persona, pues existe la tendencia a pensar que el nivel de autoestima únicamente depende del actuar de las personas y de la forma como se presentan los acontecimientos y las circunstancias, surgiendo una evidente confusión entre lo que es la autoestima y los sentimientos.
Una persona puede sentirse mal porque en un determinado momento no pudo concretar un negocio, tener éxito en un proyecto, ingresar a un nivel superior de estudios o llevar a buen fin sus relaciones personales. La autoestima es la que ayuda a superar ese estado de frustración y desánimo porque la persona en si no ha cambiado interiormente, por lo que se conservan todo lo que son, en todo caso, se adquiere una nueva experiencia y conocimiento para poner más empeño, tener más cuidado y ser más previsores en lo sucesivo.
Cuando se tiene conciencia del deber cumplido, el esfuerzo empleado y la rectitud de intención para hacer o realizar algo, se adquiere esa seguridad que brinda la autoestima porque sencillamente las cosas no dependían de nosotros en su totalidad... simplemente no estaba en nosotros la solución.
Hay que estar atentos con las aspiraciones y planes. Casi siempre se juega con la imaginación y la persona se visualiza como triunfador, dueño de la admiración general y el control absoluto de las circunstancias: sea la competencia escolar, la junta de planeación en la oficina, la reunión de amigos o el evento social que todos esperan. Algunas veces las cosas resultarán como se sueña, pero la mayoría de las veces todo tiene un fin totalmente opuesto, por eso es conveniente "tener los pies en la tierra" para no sufrir desilusiones provocadas por la propia persona y que indudablemente afectarán.
Si la autoestima debe estar bien fundamentada en una visión realista y objetiva de la persona, es necesario alcanzar la plena aceptación de los defectos y limitaciones, con el sobrio reconocimiento de las aptitudes y destrezas.
Este equilibrio interior basado en el conocimiento propio, se logra si procuramos rectificar las intenciones haciendo a un lado el afán de ser particularmente especiales, y buscar solamente el desarrollo del valor en si de la autoestima.

Reflexiones a tener en cuenta

Evite ser susceptible, no tiene que tomar seriamente todas las criticas hacia su persona, primero analiza la verdad que encierran, si de ahí se desprende una enseñanza haz lo que sea necesario para mejorar, si no es así olvídalo, no vale la pena menospreciarse por un comentario que seguramente es de Mala fe.
En sentido opuesto existe el riesgo de considerarse un ser superior, incomprendido y poco apreciado, lo cual de ningún modo es un valor... es defecto.
Procure no sentirse culpable y responsable de los fracasos colectivos, tome sólo lo que le corresponda, su esfuerzo y dedicación hablarán por ti. No olvides proporcionar tu ayuda y consejo para que mejoren las personas, lo cual es muy gratificante.
Todo aquello que se proponga lograr, debe estar precedido por un análisis profundo de las posibilidades, reconociendo si está en sus manos alcanzarlo. Evite soñar demasiado.
Pierda el temor a preguntar y a pedir ayuda, ya que son los medios más importantes de Aprendizaje. Causa más pena la persona que prefiere quedarse en la ignorancia, que quien muestra deseos de saber y aprender.
Si tienes gusto por algo (deporte, pasatiempo, Habilidades manuales, etc.), informase, estudie y practique para realizarlo lo mejor posible. Si descubres que té falta habilidad, no lo abandones porque es tu pasatiempo; Es muy distinto a dejar las cosas por falta de perseverancia. Todas las personas tienen una habilidad (nadar, tocar guitarra, pintar, escribir novelas, etc.) y se debe buscar la manera de perfeccionar los mismos.
Si se compara con otras personas, enfoque sus cualidades para aprender de ellas y cultivar su persona; en cuanto a los defectos, primero observe si no los tienes y después piensa como los ayudarías a superarlos, y díselos.

Comportamientos de alta autoestima

• Aprender
• Agradecer
• Reflexionar
• Planificar
• Procurarse salud
• Producir dinero
• Cuidar el cuerpo
• Vivir el presente
• Valorar el tiempo
• Respetar a los demás
• Disfrutar la soledad
• Abrirse a lo nuevo
• Actuar honestamente
• Cumplir los acuerdos
• Perdonarse y perdonar
• Respetar a los demás
• Vivir con moderación
• Actuar con originalidad
• Aceptarnos como somos
• Aceptar los éxitos ajenos
• Halagar y aceptar Halagos
• Disfrutar del trabajo diario
• Actuar para lograr objetivos
• Respetar el espacio físico y psicológico de los demás
• Vivir con alegría y entusiasmo
• Cuidar la imagen personal
• Dar ejemplos positivos a los hijos
• Confiar en las capacidades propias
• Reconocer y expresar los talentos
• Expresar los sentimientos y emociones
• Abrirse a la intimidad económica y física
• Respetar las diferencias de ideas y actitudes
• Pensar y hablar bien de uno y de los demás
• Relacionarse con personas positivas y armónicas
• Disfrutar de las relaciones con las demás personas
• Desarrollar independencia en todos los órdenes posibles.

Creencias limitadoras

• Las cosas van a salir mal
• No creo que pueda lograrlo
• Hoy va ser un día terrible
• No sirvo para nada
• No le agrado a la gente
• Es difícil producir dinero
• Trabajar es aburrido y cansón
• Detesto mi vida
• Soy bruto, soy tonto, soy torpe
• Todo me sale mal
• Tengo mala suerte
• Nunca me alcanza el tiempo
• No soporto que me critiquen
• Es lógico que siempre me sienta mal
• La gente es mala y hay que cuidarse de todos
• No existen hombres (o mujeres) que valgan la pena
• Yo soy así y no puedo cambiar
• Estoy preocupado(a)
• Para qué habré nacido. La vida es terrible
• Tengo muchos defectos
• Los problemas me persiguen
• Lo bueno dura poco
• Yo olvido pero no perdono
• Me odio, no me soporto
• Me las van a pagar
• No merezco que nadie me ame
• Mi familia no me gusta
• Seguro que voy a enfermarme
• No quiero vivir

Fuentes

  • Sánchez, Rodríguez. J. Desarrollo de las funciones psíquicas. Ciudad de la Habana: 1979

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