Baby: El aprendiz del crimen

Baby: El aprendiz del crimen
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Accion | Estados Unidos
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NombreBaby: El aprendiz del crimen
Estreno11 de marzo de 2017 (Estados Unidos)
GuiónEdgar Wright
DirectorEdgar Wright
Producción GeneralTim Bevan,Eric Fellner, Nira Park
Dirección de FotografíaBill Pope
RepartoAnsel Elgort, Kevin Spacey, Lily James, Eiza Gonzalez, Jon Hamm,Jamie Foxx,Jon Bernthal.
ProductoraMedia Rights Capital,
PaisEstados Unidos

Baby Driver es una película de acción de 2017 escrita y dirigida por Edgar Wright. Es protagonizada por Ansel Elgort, Kevin Spacey, Lily James, Eiza González, Jon Hamm, Jamie Foxx, y Jon Bernthal. La trama sigue a Baby, un joven piloto de escapadas, que es forzado a trabajar para un pivote. Baby Driver fue coproducida por Working Title Films y Big Talk Productions, y fue distribuida en todo el mundo por Sony Pictures y por TriStar Pictures en los Estados Unidos, mientras que el estudio independiente Media Rights Capital proporcionó posesión de material de archivo para el lanzamiento de la película en Estados Unidos. Se estrenó en South by Southwest el 11 de marzo de 2017, y se estrenó en cines el 28 de junio de 2017. La película recibió aclamación de la crítica y ha recaudado 121 millones de dólares en todo el mundo.

Sinopsis

Baby es un conductor de escape criminal en Atlanta, Georgia. Él transporta a grupos de ladrones reunidos por Doc, una mente criminal, para pagar una deuda contraída después de robar uno de los coches de Doc. Cuando era un niño, un accidente de coche mató a sus padres y lo dejó con tinnitus, el cual bloquea escuchando música en varios iPods. Entre los trabajos, crea mezclas de fragmentos de conversaciones que registra, mientras cuida de su padre adoptivo, Joseph, que es sordo. Mientras visita un restaurante local, conoce a una camarera llamada Debora, y los dos empiezan a salir. Su siguiente robo va mal después de que un espectador armado los persiga, pero Baby los evade a él y a la policía. Informado por Doc que ahora están "a mano", Baby termina su vida del crimen, y comienza a entregar pizzas. Durante una cita con Debora en un restaurante de lujo, Doc lo chantajea para que realice otro robo en una oficina de correos, haciendo amenazas contra la seguridad de Debora si se niega. El equipo está formada por el amigable Buddy, su esposa experta en armas Darling, y el experto en bombas Bats, que se hace inmediatamente enemigo de Baby. Mientras el equipo intenta comprar armas ilegales para el trabajo, Bats se da cuenta de que los traficantes son policías y abre fuego, matándolos a todos. Después, Bats obliga a Baby a detenerse en el restaurante de Debora, sin saber del romance entre Baby y Debora, y casi le dispara cuando se prepara para un asalto. Doc, furioso con el trato fracasado, trata de cancelar el robo, pero Baby lo convence de que lo haga. Intenta huir más tarde esa noche, con la esperanza de huir con Debora y salir de Atlanta, pero es detenido por Buddy y Bates, que han descubierto sus grabaciones y creen que es un informante de la policía. Cuando ellos y Doc oyen sus mezclas, están convencidos de su inocencia. Durante el robo, Bats mata a un guardia de seguridad. Disgustado, Baby rechaza llevarse al equipo, haciendo que Bats lo golpee. Baby empuja el carro hacia una varilla de metal, que atraviesa a Bats, matándolo. Los tres huyen de la policía a pie. Después de que la policía mate a Darling, Buddy culpa a Baby por su muerte, y promete matarlo. Baby roba otro coche y huye a su apartamento. Después de dejar a Joseph en una casa de vivienda asistida, Baby conduce al restaurante de Debora para recogerla, donde descubre que Buddy lo está esperando. Baby dispara a Buddy y huye con Debora mientras la policía se acerca. Baby busca ayuda de Doc, que inicialmente se niega a ayudar, ya que culpa a Baby por arruinar el robo. Después de ver que él realmente ama a Debora, Doc les proporciona dinero y direcciones para salir del país, afirmando que también estuvo enamorado una vez. Buddy los embosca en el garaje de estacionamiento y golpea y mata a Doc con un coche de policía robado. Un juego de gato y ratón sigue hasta que Buddy tiene a Baby a su merced. Buddy dispara junto a los oídos de Baby, lo que causa daños en sus tímpanos. Pero Debora desarma a Buddy con una palanca y Baby le dispara con la pistola, haciéndolo caer a su muerte. Huyendo de Atlanta, Baby y Debora se encuentran con un puesto de policía. Debora se prepara para acelerar contra ellos, pero Baby la detiene y se entrega, diciéndole que ella no es una criminal. En el juicio de Baby, Joseph, Debora y varias personas que Baby salvó durante los robos testifican en su defensa. Baby es sentenciado a 25 años de prisión con una audiencia de libertad condicional después de cinco años. Recibe postales de Debora, que promete esperarlo. Baby es liberado y encuentra a Debora esperando, y se besan.

Reparto

• Ansel Elgort como Baby / Miles • Kevin Spacey como Doc • Lily James como Deborah • Jon Bernthal como Griff • Eiza González como Darling / Monica Castello • Jon Hamm como Buddy / Jason Van Horn • Jamie Foxx como Bats / Leon Jefferson III • Flea como Eddie No-Nose • CJ Jones como Joseph • Sky Ferreira como la madre de Baby • Paul Williams como 'El Carnicero'

Banda Sonora

Baby Driver (Music from the Motion Picture) es el álbum de la banda sonora de la película. La banda sonora fue lanzado el 23 de junio de 2017 CD, vinilo y música digital a través de Columbia Records imprint, 30th Century Records. El álbum cuenta con una combinación de artistas de varias décadas, incluyendo Blur, Run the Jewels, Sky Ferreira, Jon Spencer Blues Explosion, Queen y Golden Earring. "Holy Calamity (Bear Witness II)"por Handsome Boy Modeling School y "Ready Lets Go" por Boards of Canada are used in the film, but are not included on the soundtrack. La película toma su nombre de "Baby Driver", una canción de Simon & Garfunkel del álbum Bridge over Troubled Water. La canción se reproduce durante los créditos finales. Wright consultó con James Gunn, director de Guardians of the Galaxy Vol. 2, antes del Vol. 2 para garantizar que las dos películas no presentaran las mismas canciones en sus bandas sonoras.

Estreno

En agosto de 2015 Sony Pictures Entertainment programó su estreno para el 17 de marzo de 2017. Más tarde su estreno fue movido al 11 de agosto de 2017. Su estreno mundial tuvo lugar en South by Southwest el 11 de marzo de 2017.

Criticas

A estas alturas, hay que reconocer que Edgar Wright tiene chispa. Algo. Mundo propio, ingenio, talento, personalidad. Lo llamemos como lo llamemos, lo cierto es que su cine es inconfundible. Cada película de este brillante gamberro es distinta a la anterior, y al mismo tiempo conserva la esencia que distingue al producto como marca de la casa. Es desinhibido, valiente, constante. Hace magníficos equilibrios entre la comercialidad revientasalas y la artesana autoría. No hay nadie como Wright en el atestado firmamento de directores estrella. Y, sin embargo, a pesar de todas esas virtudes, es un director imperfecto. Baby Driver, en ese sentido, es buena muestra de su cine. La flamante nueva película de Wright es brillante en las formas. Apabullante en el concepto. Es inteligente en la sabia mezcla de géneros, emocionante en la actitud con la que se presenta al mundo. Hay en Baby Driver una total falta de complejos, contagiosa para el espectador. Invita a ser disfrutada, consigue que olvidemos lo inverosímil de muchas de sus propuestas, que nos traguemos con alegría la fantasmada y compartamos el entusiasmo que derrocha. Si hay algo que se respira a lo largo del metraje es la libertad, la diversión, el tono impreso en una película que transmite en todo momento el espíritu de un equipo pasándoselo en grande durante el rodaje de este desmadre. Y aún así, no salí del cine tan entusiasmado como esperaba. No recibí todas las vibraciones que esperaba, por culpa de detalles que rompieron la magia. Demasiado importantes como para ignorarlos, demasiado perturbadores como para chocar las cinco con el director y pretender que no me importan. Baby Driver es trepidante, luce bestial en los momentos de acción y derrapes. Pero llega un momento en la película en la que renuncia a contar una historia, se revuelca en clichés y, a pesar del envoltorio fastuoso, prefiere ser un espectáculo de acción al uso. Edgar Wright da, a lo largo de toda la película, lecciones de que es un director en estado de gracia. Baby Driver es ejemplo de planificación. A pesar de ese ambiente de locura a toda velocidad que regala al espectador, todo el espectáculo es un ejercicio de meditada puesta en escena. Cada mínimo detalle muestra el cariño del realizador por su producto final, el empeño en sacar adelante una película que dista mucho de la ligereza habitual del género. Con elementos muy parecidos, Baby Driver juega en ligas muy superiores a sagas interminables rápidas y furiosas. Hay un grado de inconformismo digno de aplaudir, un loable intento de ofrecer algo distinto, perpetrado desde el cariño, cómplice con el público. Baby Driver mezcla el género criminal, con un ligero toque de western moderno, aderezado con toneladas de frenéticas persecuciones en coche y ligeros aromas de comedia. La pócima se agita fuerte y se sirve con recuerdos a musical gamberro, porque la música es protagonista. Pocas veces vamos a ver un encaje tan perfecto entre la imagen y su correspondiente adorno musical. Los personajes, en ocasiones, no se mueven por la pantalla. Bailan. La vida en Baby Driver es una coreografía a toda velocidad. Sonoridades añejas que dan color a una propuesta tan loca que funciona a las mil maravillas. El concepto de banda sonora a lo Tarantino llevada al paroxismo, exprimido hasta las últimas consecuencias, convertido el invento en una experiencia única. Algo parecido a lo que ha conseguido James Gunn en las dos entregas de Guardianes de la Galaxia, pero incrustado en la acción de manera mucho más orgánica, eficaz, honesta y resplandeciente. El mayor acierto de la película, y eje vertebrador de la idea de Wright. Llega el momento de las malas noticias. Hasta ahora he resaltado las virtudes de Baby Driver pero, como decía al principio, el resultado global me ha dejado más frío de lo que esperaba. En el fondo, a pesar de ese reluciente y vistoso menú perpetrado por Wright, la cosa se antoja demasiado insípida. Baby Driver cuenta muy poco tras el estruendo, tras la invitación al baile descontrolado en la sala de cine o las ruedas chirriando en plena escapada hacia adelante. Wright se olvida de dar empaque a su trama, contenido a sus personajes, más allá de tres o cuatro pinceladas confusas. Incluso llega a ahogarse en los peligrosos lodos de lo evidente en la construcción de personajes, que no pasan de cuatro tópicos combinados con prisas. La historia de amor que usa Wright como gasolina algo forzada y tópica para su trama es tan edulcorada e increíble que atraganta. Luce anacrónica, exagerada, falta de lógica y llena de fe ingenua en las posibilidades de los protagonistas. Y es que, si los personajes en general parecen el esbozo de algo más serio, los caracteres femeninos son un desastre. Son dos, y dan un poco de vergüenza ajena. La mujer fatal se encuentra con el tópico de latina con problemas de ardores venéreos, y al otro lado del ring, la rubia inocente no especialmente lista. Creo que, en el siglo veintiuno, ya está superado. Aunque se use con intenciones paródicas, no funciona. El resto de los personajes tampoco es que sea un alarde de inventiva. Tipos duros, pirados y mafiosos que se empeñan en complicar la vida al bueno de Baby. Especialmente sangrante es el caso del rol interpretado por Kevin Spacey. El giro final de este implacable jefe mafioso es tan inesperado, incoherente y ridículo que casi me levanto y me voy de la sala. En cierto modo, este truco argumental de trilero es buena muestra del acelerón mortal que da Baby Driver en sus últimos compases, que estropean gran parte de las bondades del filme. En el acto final, Wright se desboca, ignora sus propias reglas, decide que es mejor el ruido. Parece que todo lo anterior no es más que una excusa para la ensalada de tiros del último tramo de película. En lo visual, Baby Driver mantiene el pulso, pero todo es tan efectista que aturde. Desaparecen los toques de comedia y todo se vuelve turbio, excesivamente intenso. Quita el aliento, sí, pero a costa de algo de esa identidad inconfundible de la que goza la propuesta de Wright. No se confundan. Baby Driver no es una mala película. Quizá el problema sea mío, que esperaba algo más de Wright a la hora de cerrar el circo. Aún así, es emocionante. En los momentos de acción, deja hundido en la butaca al espectador de pura velocidad. Es ingeniosa, es divertida y está muy por encima de la mayoría de películas de acción. Merece la pena un visionado, porque si se ignoran los puntos flacos, es toda una experiencia. Si tuviese una historia que contar, sería magnífica. Lo bueno, que es un desmadre. Lo malo… pues lo mismo.



Fuentes

http://www.elespectadorimaginario.com https://es.wikipedia.org http://www.sensacine.com