Basílica San Juan de Letrán (Roma)

Basílica San Juan de Letrán
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Ubicación Geográfica:Roma,Italia

San Juan de Letrán,también conocida como San Giovanni in Laterano, la bella basílica de San Juan de Letrán es la Catedral de Roma. Dedicada a Cristo Salvador, por la labor que desempeño este al pasar del antiguo al nuevo testamento y sirvió de residencia permanente para los papas, cuando gobernaba en Roma Constantino, para posteriormente pasar a vivir ya en la Ciudad del Vaticano.


Orígenes de la Catedral de Roma

Dedicada a Cristo Salvador sin embargo es más conocida con el nombre de San Juan, debido a que tanto Juan Evangelista como Juan Bautista indicaron al Salvador. En los orígenes se levantó varias veces tras sufrir terremotos, incendios y distintas transformaciones o reconstrucciones. Se comenzó a construir por orden del papa Melquíades en el año 311, y después de variados sucesos como los anteriormente mencionados, se reconstruyó finalmente en el 846, tras un fuerte terremoto, en tiempos del papa Sergio III.

La basílica de San Juan de Letrán, sirvió de residencia permanente para los papas, cuando gobernaba en Roma Constantino, para posteriormente pasar a vivir ya en la Ciudad del Vaticano.

San Juan de Letrán es la catedral de Roma. tiene cinco naves que fueron remodeladas por Borromini entre 1646 y 1649. En el crucero hallamos el tabernáculo que cobija el altar, donde sólo puede oficiar misa el papa, como obispo de Roma. En el ábside se encontró la típica decoración de mármoles y piedras preciosas que caracteriza el gótico romano, aunque se trate de una reconstrucción del Siglo XIX. El hermoso claustro fue realizado en el año 1230 por la familia Vassalletto, destacando las columnas en espiral y los mosaicos en mármol de colores.

Fruto de un famoso concurso en el que participaron veintitrés arquitectos, el proyecto de Galilei para la fachada de San Juan de Letrán, contemporáneo de la Fontana de Trevi, constituye otro magnífico ejemplo de clasicismo barroco, o mejor, de arquitectura de la Arcadia, como denominó S. Benedetti a un conjunto de obras que surgen en Roma alrededor del papa Clemente XII y de teóricos como L. Pascoli o G. G. Bottari.

Fachada

Interior de la Basílica de San Juan de Letrán

La fachada de San Juan de Letrán sí constituye una crítica al barroco, pero a la opción de Borromini, autor del espléndido catálogo ornamental, tipológico y formal del interior de la basílica. A su vez, hay una gran estatua representando a Cristo, con San Juan Evangelista a un lado y San Juan Bautista al otro. Al ser la Catedral de Roma, y el papa el Obispo de la ciudad, se la conoce como la "Madre y Cabeza de todas las iglesias de la ciudad y del mundo. Casi como una pantalla que niega la arquitectura del interior se levanta la fachada de Galilei, con un enorme orden gigante que constituye la exaltación de un purismo arquitectónico que no anticipa el neoclasicismo, sino que depura la arquitectura de Miguel Ángel Buonarroti, Bernini y Palladio.En 1715, Galilei estaba en Londres, justo en el momento en el que C. Campbell, G. Leoni y Lord Burlington comenzaban a codificar la nueva estrategia inglesa del neopalladianismo, aunque también es cierto que contaba con un antecedente prestigioso como la fachada de la Basílica de San Pedro del Vaticano, de C. Maderno.Al salir de ella por el baptisterio, nos topamos con el gran Obelisco egipcio, que trajo el emperador Constantino en el Siglo IV de Egipto.

Interior

En el interior, llaman la atención las cabezas de San Pedro y San Pablo cubiertas de plata, que se hallan sobre el altar. También se encuentran preciosas y enormes esculturas de cada apóstol, y distintas bonitas capillas en sus laterales. La decoración y arquitectura son obra del genial arquitecto Borromini. Es de gran importancia el altar papal, que busca el máximo realce de la figura del papa, y se dispone frente a la puerta lateral de la iglesia, que es la más usada.

En el ábside encontramos un llamativo mosaico, copia del original medieval, que simboliza mediante el agua, el acto sacramental del bautismo. Además hay importantes frescos, como el del papa Bonifacio VIII que incluyo Borromini.

Fuentes