Batalla de Custoza

Batalla de Custoza
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Encuentro militar entre el ejército Austriaco y el italiano, en ésta ocasión ocurrido en 1848.
Lugar Custoza
Territorio Italia

Batalla de Custoza es el nombre de dos enfrentamientos ocurridos en Custoza, provincia de Verona en Italia. Ambas batallas se libraron durante el proceso de unificación de Italia, la primera ocurrida en el año 1848 y la segunda en 1866, ambas culminaron en dos derrotas para el Reino de Cerdeña, más tarde Reino deItalia.

Batalla de 1848

En marzo del año 1848, estalla en Venecia y en el estado de Milán un levantamiento contra la ocupación austriaca, que pronto apoya el rey Carlos Alberto de Piamonte por lo que se declara así la guerra a Austria.

En aquel entonces el mariscal austríaco Johann Joseph Wenzel Graf Radetzky toma posición de las fuerza, Venecia también declaró su independencia de Austria, el jefe se ve obligado a retirar sus fuerzas de Milán y tomar posiciones en las cuatro fortalezas conocidas como el "Cuadrilátero": Verona, Mantua, Peschiera y Legnago. Los Piamonteses conquistaron Peschiera después de un breve asedio, pero Radetzky recibió a la vez importantes refuerzos.

La primera batalla de Custoza se libra entre los días 24 y 25 de julio de 1848, durante la Primera Guerra de Independencia de Italia, por la parte austriaca participan 33 000 soldados y por la parte italiana 22 000. En julio, Carlos Alberto y su ejército cruzaron el río Mincio con la intención de ocupar la estratégica colina de la parte superior de la ciudad de Custoza. Radetzky respondió con un decisivo contraataque.

El Alto Mando piamontés reaccionó lenta e inciertamente a las noticias que llegaban del norte, y finalmente se decidió atacar al ejército austríaco por la retaguardia hacia el pueblo de Staffalo]], con el grueso del I Cuerpo encabezado por el general Eusebio Bava el ataque, iniciado en la tarde del 24, tuvo éxito y la única brigada que cubría esta zona se vio obligada a retirarse. Sin embargo, esto adormeció a los comandantes sardos con una falsa sensación de complacencia y animó a Radetzky a detener su avance más allá del río Mincio y marchar sobre estas fuerzas enemigas.

Para el día 25, se ordenó a los Piamonteses que atacaran al enemigo más en el área, mientras que el II Cuerpo recibió instrucciones de apoyar el ataque del Mincio, el general De Sonnaz se niega a obedecer la orden, fundamentando que sus tropas estaban demasiado agotados; pero lo que se suponía que era una ofensiva pronto se convirtió en una batalla desesperada para contener al enemigo que avanzaba. Durante todo el día, los Piamonteses superados en número fueron atacados por dos cuerpos del ejército austríaco y, al final del día, toda la línea se vio obligada a retroceder; sin embargo, la retirada se hizo de forma ordenada y con los hombres luchando.

En el combate que dura dos días, se inflige una dolorosa derrota a los Piamonteses, culminándola con la toma austriaca de Custoza tras una furiosa lucha a bayoneta calada. Ambos bandos sufrieron importantes bajas, pues cada ejército perdió la mitad de sus hombres en la lucha.

Ya para el día 26, las tropas del reino piamontés intentan evitar que las fuerzas austriacas crucen el Mincio en la batalla de Volta Mantovana.

El hecho de que no lo hicieran y la victoria decisiva de [[Austria significó que los Piamonteses primero se vieron obligados a retirarse hacia el oeste a una nueva línea defensiva detrás del río Oglio, y luego más allá de Milán.

Después de una pequeña batalla en las afueras de Milán. La victoria de Radetzky expulsa a los Piamonteses de Lombardía y se fuerza a firmar un tratado de paz originalmente de seis semanas y luego prorrogado. El ejército piamontés se retiró dentro de las fronteras del Reino de Cerdeña. La guerra se reanuda de nuevo en mazo de 1849, las tropas austriacas vuelven a ganar en Novara lo que provoca la abdicación del [[rey Carlos Alberto en favor de su hijo Victor Manuel y en agosto de ese mismo año el mariscal austriaco Radetzky restaura toda la autoridad imperial en las provincias italianas.

Batalla de 1866

El [[24 de junio de [[1866, sucede la segunda batalla de Custoza entre tropas del Imperio austriaco dirigidas por el Archiduque [[Alberto de Habsburgo y soldados del Reino de [[Italia al mando de los generales Alfonso La Marmora y Enrico Cialdini. A principio del mes de junio de 1866 el Reino de Prusia declara la guerra a Austria en su pugna por dominar el proceso de la unificación alemana, dando inicio a la Guerra austro-prusiana o "Guerra de las Siete Semanas".

Ante este panorama, el Reino de Italia decide aliarse con Prusia para así dificultar la situación bélica de Austria y culminar la unificación italiana ocupando con sus tropas la región del Véneto, cuya capital era la ciudad de Venecia, zona de población mayoritariamente italiana pero que aún se hallaba bajo dominio austriaco.

Con el fin de completar rápidamente este proyecto, Italia organizó en pocos meses una fuerza militar de 120.000 hombres que, aunque insuficientemente entrenados y reclutados con demasiada urgencia, duplicaban en número a las tropas austriacas acantonadas en el Véneto con apenas 60.000 soldados. El ataque italiano empezó a mediados del 24 de junio de 1866, después de que Prusia movilizara sus tropas contra Austria. Los italianos dividen sus fuerzas en dos contingentes de idéntico tamaño, uno bajo el mando personal del rey Víctor Manuel II y el otro comandado por los generales Alfonso La Marmora y Enrico Cialdini. Las fuerzas a las órdenes del rey se dirigieron hacia la región del Trentino, mientras el otro contingente, de 65.000 hombres, invadía la región del Véneto cruzando el río Mincio. El Archiduque Alberto de Habsburgo, que mandaba a los soldados austríacos acantonados en la región, envía unas partidas de exploración a caballo para vigilar cuidadosamente el avance italiano que conocía la inferioridad numérica de sus tropas, ante lo cual decidió atacar a los italianos lo antes posible en vez de esperar a que siguiesen avanzando. Ante el doble ataque, las tropas austriacas se movilizaron al oeste de Verona con la intención de cortar la comunicación entre los dos contingentes italianos y así aislarlos de su retaguardia, para luego atacar por sorpresa desde allí al contingente dirigido por La Marmora y Cialdini, antes de que este pudiera unirse a las tropas mandadas por Víctor Manuel II.

Por el contrario, el ejército dirigido por La Marmora y Cialdini no había enviado partidas de caballería para explorar el terreno donde se avanzaba, sino que el contingente italiano se movía en su totalidad al mismo tiempo, ignorando por completo la posible ubicación de su enemigo en un arriesgado exceso de confianza.

La maniobra austriaca envolvente fracasó, y el 24 de junio ambos bandos se sorprendieron mutuamente en sus respectivas estrategias, entablando una feroz lucha en las cercanías del poblado de Custoza, situado al oeste de la ciudad de Verona, entre la localidad de Villafranca y el Lago de Garda, punto que constituía el acceso clave para un ataque militar directo contra el Véneto. En este contexto, las fuerzas austriacas poseían una superioridad efectiva sobre los italianos gracias al mejor funcionamiento de su armamento: mientras que los soldados italianos utilizaban mayormente armas de ánima lisa, sus contrincantes empleaban rifles de ánima rayada, que daban mayor potencia y alcance al disparo, además de aumentar la estabilidad del proyectil disparado. El general La Marmora consideraba que la mayor fuerza bélica austriaca estaba aún en los prados al [[sur de Custoza y no en las colinas al norte de esta población, por lo cual dejó numerosos batallones italianos sin intervenir en el combate hasta cuando fue demasiado tarde. Aun cuando un cuerpo de infantería italiana logró avanzar poco después del mediodía hasta las cercanías de Custoza y abrir brecha en las defensas austriacas, los austriacos realizaron una pequeña carga de caballería que fue detenida por los infantes italianos, pero debilitó grandemente las posiciones de éstos, forzando la retirada.

Al mismo tiempo, la infantería austriaca rechazaba exitosamente otros ataques italianos, masivos pero desordenados, y pronto los soldados austriacos dominaban por completo las colinas sobre el valle, logrando una posición excelente para destruir al resto de la fuerza italiana. Los batallones italianos que habían abierto brecha quedaron aislados y debieron retirarse o rendirse. El general La Marmora no había fortificado los puentes sobre el Mincio, y la retirada se hizo urgente por temor a que el Archiduque Alberto de Habsburgo notara esta situación y avanzara hacia los puentes, lo cual causaría el cerco y aniquilamiento de los miles de soldados italianos que habían cruzado el río hacia el este. Tras un cañoneo masivo de la artillería austriaca desde las alturas de Custozza, La Marmora ordenó la retirada al ser imposible mantener a sus tropas en el valle y estar amenazadas de cerco si la infantería austriaca tomaba los puentes.

Las tropas austriacas estaban bastante agotadas tras sufrir importantes bajas (5.650 bajas entre muertos y heridos, incluyendo cerca de 1000 soldados austriacos apresados por el enemigo al inicio del día), y solo este factor impidió a Alberto de Habsburgo perseguir y capturar a las tropas italianas atrapadas en la orilla oriental del Mincio, quienes finalmente lograron atravesar el río en su retirada. El cruce del Mincio hubiera dado a los austriacos la oportunidad de invadir el territorio del Reino de Italia, pero gran parte de la caballería austriaca se había perdido durante las cargas contra los italianos, y Alberto de Habsburgo consideró temerario arriesgar a su infantería. Al final las tropas italianas sufrieron 8.147 bajas: 720 muertos y 3.112 heridos, siendo capturados por el enemigo 4.315 soldados italianos.

La batalla de Custoza fue un gran éxito para Austria, pues no sólo se había repelido la invasión de los italianos contra Venecia, sino que se habían causado graves bajas a las tropas atacantes, que se retiraron a sus antiguas posiciones con la moral muy decaída. Las fuerzas italianas no retornarían a su avance con energía hasta que se conoció el triunfo prusiano en la batalla de Sadowa del 3 de julio, lo cual exigió que Austria concentrara sus tropas en la frontera septentrional por miedo a una invasión prusiana y descuidara el frente italiano.

A pesar de que semanas después la batalla de Lissa del 20 de julio concluyó con otro triunfo austriaco sobre los italianos, esta vez en el mar, en agosto de 1866, el Imperio austríaco debió capitular ante Prusia el 22 de julio tras sufrir varias derrotas terrestres. Para evitar un nuevo ataque desde su frontera meridional, Austria se vio forzada a ceder Venecia a Francia en la Paz de Praga, quien a su vez la entregó al Reino de Italia.

Fuentes