Baterías de Ni-MH

Baterías de Ni-MH (níquel-hidruro metálico).
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Las baterías de Ni-MH (níquel-hidruro metálico) son baterías recargables de uso doméstico e industrial que no contienen materiales contaminantes, por lo que se consideran amigas del medio ambiente.

Una batería de Ni-MH (níquel-hidruro metálico) es un tipo de batería recargable que utiliza un ánodo de oxidróxido de níquel (NiOOH), y su cátodo es de una aleación de hidruro metálico. Esta batería permite eliminar el costoso cadmio (peligroso para el medio ambiente), a la vez que se beneficia de una mayor capacidad de carga (entre dos y tres veces la de una batería de Ni-Cd del mismo tamaño y peso y un menor efecto memoria). Estas baterías presentan una mayor tasa de autodescarga que las de Ni-Cd (un 30% mensual frente a un 20% las Ni-Cd).

Baterías Ni-MH

Las baterías de níquel metal hídrido (Ni-MH), que usan hidrógeno en su proceso de producción de energía, fueron creadas en 1970 por el químico Standford Ovshinsky, pero solo recientemente comenzaron a usarse en los teléfonos móviles. La inusual tecnología de las Ni-MH permite el almacenamiento de mucho más energía. Típicamente, consigue almacenar alrededor de 30% más energía que una Ni-Cd del mismo tamaño, aunque algunos digan que este número está subestimado.

Estas baterías no usan metales tóxicos, por lo que se consideran amigas del ambiente. Muchas de estas baterías son hechas con metales como el titanio, el zirconio, el vanadio, el níquel y el cromo, y algunas empresas han experimentado, incluso, otros metales como el raro lantano.

En las baterías de Ni-MH no se produce efecto memoria. No obstante, cada fabricante puede tener su propia recomendación sobre si conviene o no dejarlas cargadas, parcialmente cargadas o descargadas tras su uso; una recomendación con carácter general para Ni-MH es almacenarlas con algo de carga.

Exceso de carga

La carga en exceso puede también ser prejudicial. Las baterías Ni-MH deben ser cargadas cuando sea necesario. Una carga de 24 horas cuando apenas algunas horas bastarían, puede perjudicar considerablemente la vida de una batería.

Autodescarga

Las baterías sufren también de un efecto de autodescarga, o sea, pierden alguna energía cuando no son utilizadas.

Por lo general, las baterías no consiguen mantener toda la energía que contienen. Una batería de de Ni-MH tienen una tasa de autodescarga mayor del 10 % en 24 horas, debido a los átomos de hidrógeno en fuga. Si la descarga automática fuera muy alta, la batería podría estar dañada. Uno de los problemas puede ser un separador dañado, lo que es irreparable. Normalmente, una batería con una tasa de autodescarga superior a 30% al día deberá ser reciclada.

Precauciones para asegurar una larga vida útil de una Ni-MH

Todas las baterías de Ni-MH, en cualquiera de sus posibles estados de carga, pueden generar corrientes eléctricas de magnitud suficiente para producir lesiones a las personas y dañar bienes.

Las precauciones que deben adoptarse al manejar las baterías para evitar riesgos y lesiones son:

  • No desechar baterías sometiéndolas a combustión o colocándolas entre residuos normales. Pueden explotar cuando se la acerca al fuego y puede constituir un residuo peligroso, así como contaminar el medio ambiente.
  • Cuando la batería no está instalada en la unidad o en el cargador es necesario guardarla en un recipiente limpio y seco que no sea conductor.
  • En todo momento, los materiales conductores deben mantenerse alejados de los contactos de la batería.
  • Los lados de la batería correspondientes a los contactos deben mantenerse en todo momento separados uno de otro.
  • Se deben cargar las baterías mientras están colocadas en la unidad o cuando se utilice un cargador adecuado, ya que pueden producirse explosiones.
  • Utilizar y almacenar las baterías en lugares cuya temperatura no supere los 50 °C.

Dispositivos que utilizan baterías Ni-MH

  • Ordenadores portátiles.
  • Cámaras de video.
  • Teléfonos móviles.
  • Automóviles eléctricos.
  • Relojes.
  • Radios.

Enlaces Internos

Enlaces externos

Fuentes

  • Marks: Manual del ingeniero mecánico. Estados Unidos: McGraw Hill, segunda edición en español.