Berlanga de Duero

Berlanga de Duero
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Bandera de Berlanga de Duero
Bandera

Escudo de Berlanga de Duero
Escudo

Berlanga de duero.jpg
EntidadPueblo
 • PaísBandera de España España
 • Comunidad AutónomaCastilla y León
 • ProvinciaSoria
 • ComarcaComarca de Berlanga
Superficie 
 • Total238,1 km²
Población (2011) 
 • Total1036 hab.

Berlanga de Duero. Municipio de España, perteneciente a la provincia de Soria en la Comunidad Autónoma de Castilla y León.

El 5 de junio de 1981 la villa de Berlanga de Duero fue declarada Conjunto Histórico Artístico. Conserva aún la elegancia y el esplendor del pasado y muchos de sus edificios se realizaron bajo la influencia de los Tovar y los Frías, señores de Berlanga.

Situación Geográfica

Está situado a 922 metros de altitud sobre un cortado del río Escalote, afluente del Río Duero, a 48 km al suroeste de la ciudad de Soria y a unos 20 Km de El Burgo de Osma. El municipio tiene una extensión de 238,1 km2 y se halla recortado por los Altos de Barahona al sur, el portillo de Andaluz a unos 3 km y el abrazo del Duero. Por su abrigo con el relieve calcáreo surgen diversos microclimas en el discurrir del Escalote, en lo que se conoce como "La huerta de Morales". Su altura más significativa es "El Coborrón", el cual protege el cerro sobre el que se asienta el castillo.

Publos del Municipio

El municipio está conformado por los pueblos: Paones, Morales, Lumias, La Estación, Hortezuelas, Ciruela, Cabreriza, Brias, Andaluz, Alalo y Abanco.

Actividad Socioeconómica

Sus principales sectores económicos son la ganadería ovina y porcina, la agricultura de secano y regadío y el sector turístico, especialmente en los meses de verano.

Historia

La ocupación de la zona se remonta a la época prehistórica, demostrada por los hallazgos arqueológicos documentados correspondientes al Calcolítico y la Edad del Bronce. Las intervenciones arqueológicas también han puesto de manifiesto la existencia de una población en la época romana alto imperial, tiempos en los que Berlanga pudo haber sido conocida con el nombre de Valeránica, como afirma el Arzobispo de Toledo, Jiménez de Rada en su crónica De Rebus Hispaniae.

Los orígenes como población de Berlanga, no son claros, algunos autores hablan de la existencia de una pequeña fortaleza a mediados del siglo X, en los momentos en los que se traslada la frontera Media del Califato de Toledo a Medinaceli. Se trataba de una población, probablemente sin fortificar o con una pequeña fortaleza, situada en plena zona de frontera, en una posición cambiante entre los reinos cristianos y musulmanes. Es en esta época de conflictos donde se situán los orígenes del castillo medieval de Berlanga de Duero.

En 1059 el Rey Fernando I de Castilla toma Gormaz, dirigiéndose luego a Vadorrey y en 1060 a Berlanga. Durante el siglo XI y XII se llevó a cabo una gran política repobladora de la zona de la Extremadura castellana con el fin de consolidar las tierras recientemente conquistadas. Se consiguió atraer a nuevos pobladores gracias a la concesión de una serie de privilegios y unas normas que acabaron dando lugar los fueros locales. Por medio de esta política fueron llegando a Berlanga nuevos pobladores, permitiendo que poco a poco se fuera consolidando una población estable que favoreció que se erigiera como cabeza de una Comunidad de Villa y Tierra conformada por 33 aldeas. Gracias a la llegada de nueva población y el crecimiento de la villa, se fue estructurando en torno a diferentes iglesias que fueron trazando el urbanismo de la misma al configurarse los barrios en torno a ellas.

En los siglos siguientes Berlanga continuó situada en un territorio fronterizo y conflictivo por la convulsa situación de enfrentamientos y disputas que atravesaban los diferentes reinos cristianos, especialmente a partir de finales del siglo XIII, cuando la nobleza intentó aprovecharse de la creciente debilidad monárquica, a lo que se sumó la pretensión al trono de Castilla por parte de Alfonso de la Cerda, apoyado por Aragón y Francia. Fue escenario de diversos acontecimientos, al encontrarse en un territorio cercano a la frontera que servía de corredor y zona de paso al rey de Aragón para entrar en Castilla. A finales del siglo XIII fue tomada por infante de Aragón, Don Enrique, como centro de sus operaciones en las luchas por el trono de Castilla.

En el siglo XIV, la villa formó parte de los dominios del Conde Don Tello de Castilla, hijo natural del rey Alfonso XI. Don Tello tuvo varios hijos e hijas bastardas entre las que destacó Leonor Téllez de Castilla, a quien dejó en su testamento las villas de Berlanga, Peñaranda de Duero y Aranda del Duero. En 1370 la villa que había sido una villa de realengo, pasó a manos de la familia Tovar, debido al matrimonio de Leonor Téllez de Castilla, con Juan Fernández de Tovar, Almirante de Castilla y primer señor de Berlanga de Duero.

A su muerte las posesiones pasan a manos de Fernán Sánchez de Tovar y Castilla, II señor de Berlanga, quien contrae matrimonio con Marina de Castañeda. El matrimonio tuvo cinco hijos Juan, el III señor de Berlanga, Leonor, Iñigo López, Sancho y Diego.

Juan de Tovar, el III señor de Berlanga del linaje Tovar, marcó un punto de inflexión en la historia de la villa. En 1430 fundó un mayorazgo sobre los bienes de la familia, los cuales comprendían la Casa de Tovar y las villas de Berlanga, Gelves y Astudillo. Juan de Tovar falleció en 1468, dejando el mayorazgo en manos de su primogénito Luis de Tovar. A mediados del siglo XV, Luis de Tovar, modificó la fortaleza preexistente, añadiendo a la torre del homenaje las garitas y borjes de la parte superior. Tras su muerte el mayorazgo es heredado por su única hija María de Tovar.

En 1482 María de Tovar, IV señora de Berlanga, se casó con el segundo hijo del Condestable de Castilla, Iñigo Fernández de Velasco. Bajo su dominio Berlanga vivió su periodo de mayor esplendor, ya que promovieron un gran programa de renovación arquitectónica. Este programa de construcción incluía la creación de un nuevo edificio religioso, La Colegiata, un nuevo lugar de residencia, el palacio, una fortaleza artillera y otros elementos decorativos como jardines y fuentes.

En 1527 se construyó alrededor de la obra medieval una fortaleza artillera de planta trapezoidal que está rematada en las esquinas con cuatro cubos artilleros circulares. Esta construcción fue instada por Carlos I, quien pidió a la familia Tovar a fortificar la plaza ante el temor de un ataque francés.

Tras la muerte de María de Tovar, su hijo Juan Sánchez de Velasco y Tovar, heredó los estados maternos y con el beneplácito de su padre adoptó el apellido "Tovar" convirtiéndose así en el V señor de Berlanga. Juan de Tovar prosiguió con el programa de ennoblecimiento de la villa y construyó el palacio a los pies del cerro del castillo; además mandó a edificar el hospital de San Antoniode Padua y la Ermita de la Virgen de las Torres.

Juan de Tovar, I marqués de Berlanga, contrajo matrimonio con Juana Enríquez de Rivera Portocarrero y Cárdenas. En 1547 Juana Enríquez fundó el Convento de las Monjas Franciscanas Concepcionistas. A su muerte en 1540 el señorío fue heredado por su hijo Íñigo Fernández de Velasco y Tovar, II marqués de Berlanga.

El siguiente Marqués de Berlanga, Iñigo Tovar y Velasco, continuó con las obras del palacio, realizando una serie de reformas en el edificio y el embelleciendo de la villa con una serie de jardines y fuentes. También fue promotor de nuevas construcciones como la Puerta del Campo, entrada por la que actualmente se accede al cerro del castillo. A su muerte la villa pasó a manos de su hijo Pedro Sánchez de Tovar y Velasco, III marqués de Berlanga.

El traslado de la residencia de los marqueses de Berlanga a Madrid, a comienzos del siglo XVII, conllevó una etapa de decadencia en algunas de las propiedades de los señores de Berlanga, aun así continuaron vinculados a este lugar. En 1633, Bernardino Fernández de Velasco Pacheco y Téllez-Girón, XIV marqués de Berlanga, fundó el Convento de frailes franciscanos en torno a la antigua Ermita de Paredes Albas, aprovechándose la cabecera de la misma para construir la iglesia. Sin embargo, la escasa inversión de recursos en otros edificios produjo un progresivo empeoramiento del estado de las construcciones. A este abandono se sumó un incendio ocurrido en 1660, además del expolio al que se vio sometida la villa en las décadas siguientes para reutilizar los materiales en nuevas obras y reformas del palacio.

Durante la Guerra de independencia de España (1808-1814), el General Durán establece en Berlanga su cuartel general desde septiembre de 1810 hasta enero de 1811, cuando se retira a Molina de Aragón antes de la llegada de las tropas francesas. Las tropas napoleónicas a saquearon la colegiata y otros edificios, acabaron con una buena parte de las casas nobles de Berlanga, además de incendiaron el palacio de los Marqueses de Berlanga, del que solo se conserva la fachada.

Tras continuos conflictos, ataques y cambios constantes de mano, fueron los Tovar, un pequeño linaje nobiliario, los que acrecentaron su poder sobre la zona a finales del siglo XV; estos se convertirían desde 1380 en los señores de Berlanga, permaneciendo bajo su dominio hasta el siglo XIX.

A comienzos del siglo XXI, el Ayuntamiento de Berlanga de Duero adquirió todo el conjunto monumental del castillo, murallas, palacio y jardines, iniciándose así la consolidación, restauración y puesta en valor de este estos monumentos.

Patrimonio

Castillo de Berlanga de Duero

Es un edificio formado por dos recintos fortificados de diferentes etapas históricas y constructivas, uno de época medieval y el otro de época renacentista. El origen del castillo medieval de Berlanga no está claro, pero excavaciones arqueológicas permiten situarlo en torno a los siglos X-XI, como una fortaleza islámica de la que apenas quedan restos visibles y que jugó un importante papel en la frontera con los reinos cristianos.

En 1059, con la toma de Berlanga por Fernando I de Castilla, se llevaron a cabo las primeras obras para la reparación y reforma del castillo. Juan Fernández de Tovar, I señor de Berlanga de este linaje y Almirante de Castilla fue quien llevó a cabo las modificaciones en el castillo. Avanzado el siglo XV, Luis de Tovar, junto con su esposa María de Guzmán, promovieron las últimas grandes reformas en el castillo medieval. Principalmente afectaron a la zona palaciega y a la torre del homenaje, en la que colocaron ocho escudos de armas correspondientes a los linajes de sus ancestros.

En 1521-1522 María de Tovar e Íñigo Fernández de Velasco iniciaron la construcción de una nueva fortaleza alrededor del antiguo castillo medieval, esta debía de ser capaz de resistir el envite de la artillería de fuego. El nuevo Marqués de Berlanga, Juan de Tovar, decidió paralizar las obras de la nueva fortaleza artillera que sus padres habían comenzado años antes conservándose el antiguo castillo medieval, rodeado ahora por la nueva fortaleza artillera inconclusa.

El Castillo consta de dos recintos, uno interior en el que destaca la Torre del Homenaje y en el exterior la Fortaleza Artillera que fue edificada a principios del siglo XVI. Conserva restos de dos cercas, la primera rodea la falda del castillo y arropaba la villa vieja. De ésta se ven grandes paños muy bien conservados y la puerta del Mercado, junto al Palacio. La segunda cerca rodeaba la villa nueva y de ésta se conserva la Puerta de Aguilera.

Desde finales del siglo XVII comenzó su declive por los continuos saqueos sufridos por las personas de la villa y por el desmantelamiento de sus estructuras llevado a cabo por los propios Marqueses de Berlanga. Este declive fue agravado tras el incendio que se produjo en el castillo el 20 de abril de 1660, hasta el punto que a finales del siglo XVIII el edificio solo conservaba sus muros. A principios del siglo XX se demolieron otras dos puertas: la de La Hoz y las Portonas. A comienzos del siglo XXI el Ayuntamiento de Berlanga de Duero adquirió el conjunto monumental del castillo, murallas, palacio y jardines, iniciándose así la consolidación y restauración de los monumentos.

Las Murallas y La Puerta de Aguilera

Bajo el castillo se encuentran restos de la Muralla que fue mandada levantar por Alfonso I en el siglo XII. En el siglo XIV se realizaría una nueva muralla de tapial en torno a la localidad. Perteneciente a esta segunda muralla se conserva la Puerta de Aguilera.

Rodeando el cerro del castillo encontramos una impresionante muralla, fechada entre los siglos XI y XII, momento en que Berlanga fue creciendo por la llegada de nuevos pobladores y se erigió como cabeza de una Comunidad de Villa y Tierra. Berlanga se convirtió en el lugar de mayor relevancia del entorno y fue dotado de elementos defensivos como esta muralla, denominada la Cerca Vieja, realizada en piedra de mampostería y reforzada con cubos o torrecillas semielípticas. Dentro de esta cerca se encontraba el primitivo asentamiento medieval o villa vieja, que con el paso de los siglos se fue desocupando poco a poco hasta que solo quedaron unos pocos habitantes a mediados del siglo XV, ya que la población se fue estableciendo en la llanura a los pies del cerro.

Una segunda muralla, la Cerca Nueva, de mayor extensión y de la que apenas quedan restos, se encargó de rodear la zona habitada extramuros a la que se había ido desplazando la población. El acceso a la villa fue regulado por cuatro puertas, la Puerta de Aguilera, de la Hoz, de San Gil y de San Pedro, además de un postigo. De las puertas de las murallas solo se conserva la de Aguilera, llamada así por ser el camino que llevaba a esta localidad cercana a Berlanga. Está realizada en piedra de sillería y presenta dos partes bien diferenciadas, la inferior con un arco ojival está fechada en el siglo XIV, y la parte superior, reformada en el siglo XVI, que está almenada y presenta un escudo picado, enmarcado por unas pilastras que sostienen una concha que, según algunas versiones, relacionarían a la villa con el Camino de Santiago.

Palacio de los Marqueses de Berlanga

Del Palacio renacentista de los Marqueses de Berlanga, apenas se conserva la fachada. Patrocinado en el siglo XVI por los primeros Marqueses de Berlanga Juan de Tovar y Juana Enríquez, junto al antiguo palacio que tenían sus padres, Iñigo Fernández de Velasco, el Condestable de Castilla y María de Tovar, señora de Berlanga.

El palacio conserva una monumental y sobria fachada, sin apenas elementos decorativos, realizada en piedra de sillería y distribuida en tres plantas, con un último piso formado por una galería alta. Esta distribución era muy característica de la arquitectura palaciega y de las villas ducales del siglo XVI. Sobre el arco adintelado de la portada principal encontramos un panel con el escudo de armas de los Tovar y de los Enríquez.

El majestuoso palacio que fue posada de reyes y nobles, fue incendiado por las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia. Gracias a diferentes estudios se sabe que contaba con un gran pretil delante de la fachada desde donde se accedía por la puerta principal a un amplio zaguán, antesala de un patio central de columnas. Este patio, eje desde donde se distribuía todo el palacio, contaba con dos alturas con una galería inferior que tenía columnas de piedra con arcos de medio punto y una superior con zapatas y dinteles de piedra. El acceso al piso principal por el patio se hacía a través de una escalera monumental situada en un lateral. El piso principal albergaba las estancias más destacadas del palacio, como los salones o dormitorios. Desde este piso se podía acceder a los magníficos jardines situados a levante del palacio, distribuidos en cinco alturas, adornados con fuentes y estatuas.

En la actualidad se puede acceder a la única torre del palacio que queda en pie, donde se encuentra la oficina de turismo y una exposición sobre la historia del palacio y de la villa.

Rollo gótico

La Picota, bello rollo gótico del siglo XV que indicaba el rango de villa de la localidad, ha sido trasladado desde las eras a un sitio más visible a la entrada del pueblo.

Realizada en piedra caliza, tiene una sección cuadrangular y se asienta sobre unos escalones circulares. La mitad inferior tiene una decoración más sencilla y la más elaborada se concentra en la mitad superior, donde sobresalen cuatro cabezas de león y un pináculo de estilo gótico. En la cima presenta una curiosa figura de un león que sostiene un blasón liso con tres de sus patas, mientras que con la cuarta se tapa el ojo derecho.

Construido probablemente a finales del siglo XV, esta impresionante picota gótica era el elemento que indicaba que la villa tenía su propia jurisdicción, servía para castigo de los reos y exhibición de los objetos o herramientas con los que había cometido un delito.

Colegiata de Santa María del Mercado

La colegiata está consagrada a la Virgen del Mercado, el impulso de su construcción se atribuye a Fray Tomás de Berlanga. Su planta es del tipo de lonja, con tres naves centrales elevadísimas y crucero; posee fuertes columnas cilíndricas que sostienen las bóvedas. El Altar Mayor está presidido por una talla tardorrománica del siglo XII de Nuestra Señora del Mercado. También destacan los retablos y tallas de las capillas de Santa Ana y de los Coria de los siglos XV y XVI respectivamente.

Se encuentra ubicada en la plaza de San Andrés y fue declarada Monumento Nacional en el año 1931. La obra fue construida en cuatro años (1526-1530), bajo el patrocinio de los señores de Berlanga: María de Tovar e Íñigo Fernández de Velasco y dirigida por uno de los arquitectos más importantes de la época, Juan de Rasines. Sin embargo, un siglo después todavía no se había culminado, quedando finalmente inconclusa puesto que no se construyó ni el claustro ni una de las torres.

Lo primero que se puede observar al entrar al entrar en el edificio es el caimán negro que Fray Tomás trajo de las Islas Galápagos. Este animal, tan exótico y raro en tierras castellanas, debió impresionar profundamente a los berlangueses, por eso cuando murió, decidieron disecarlo y colgarlo de una de las paredes de la colegiata.

Cubriendo todo el espacio del ábside de la Capilla mayor se encuentra el monumental retablo barroco de estilo churrigueresco realizado en 1714. Elaborado en madera desnuda sin ningún cubrimiento y compuesto por cuatro columnas salomónicas de gran tamaño. Entre las columnas se encuentran dos grandes estatuas, San Andrés Apóstol y San Bernardino de Sena y en el centro del retablo un gran cuadro de “La Asunción de La Virgen”. En el centro del altar se encuentra un baldaquino dorado barroco, con la Virgen del Mercado, patrona de Berlanga, realizada en madera policromada.

Posee varias capillas:

  • La capilla: fundada en 1516, donde se encuentran enterrados Juan Ortega Bravo de Laguna, obispo de Ciudad, Rodrigo Covadonga y Coria y Gonzalo Bravo de Laguna, alcalde de Atienza. El sepulcro, fechado en la primera mitad del siglo XVI y de estilo gótico tardío, se encuentra situado en el centro de la capilla y está rodeado por una verja de hierro.
  • La capilla de Fray Tomás o de los Cristos: llamada así por su fundador y quien se encuentra enterrado en un sepulcro en el suelo de la capilla. Posee dos figuras de Cristo, uno en la cruz de mediados del siglo XVI y otro en un sepulcro.
  • La capilla de San Andrés: fundada por la familia Brizuela, está presidida por un retablo de estilo barroco, de madera desnuda, con tres lienzos de San Andrés, San Juan Bautista y Santa Lucía.
  • La capilla de Santa Ana: toma su nombre del retablo gótico flamenco del siglo XV, el cual fue trasladado de una de las iglesias medievales que había en la villa. Fue donado por Pedro González de Aguilera, arcipreste de esta villa.

Otro elemento importante de este conjunto es El Órgano, construido por Mateo de Ávila en 1634 y reformado casi en su totalidad en 1774 por Tomás Sánchez y Fermín Userralde.

Ermita de las Torres y Hospital de San Antonio

Se encuentra situado en extramuros de la villa, frente a la puerta de la Aguilera. Formaba parte del Hospital de San Antonio o de los peregrinos. Fue levantado en el siglo XVI; solo se conservan restos del arco de medio punto que servía de entrada con la estatua de San Antonio alojada en una pequeña ornacina, la chimenea de las cocinas de grandes proporciones y realizada íntegramente en ladrillo y la capilla de hospital, ermita de Ntra. Sra. de las Torres.

A su lado se encuentra la ermita de Ntra. Sra. de las Torres, reedificada en 1732 por Domingo de Ylisástegui sobre otra anterior que sirvió como capilla del hospital. Esta ermita barroca custodia en su interior la Virgen de las Torres, una primorosa talla románico-gótica del siglo XIII que procede de la antigua parroquia de Santo Tomé.

Puerta del Mercado

La otra puerta de acceso al municipio se sitúa junto al Palacio de los Marqueses de Berlanga, data de finales del siglo XVI o principio del XVII como reforma de otra anterior medieval. Actualmente es necesario atravesarla para ascender al castillo.

  • Plaza del Mercado

Situada en la parte delantera del palacio, en ella hay una escultura del vecino más ilustre: Fray Tomás de Berlanga (1487-1551). Tercer Obispo de Panamá, descubridor de las Islas Galápagos, Consejero de Carlos V e ideólogo del Canal de Panamá.

La Aljama

Es un antiguo barrio judío considerado uno de los más importantes de la provincia. Destaca el entramado medieval de sus calles.

Convento de las Concepcionistas

Fue fundado en el siglo XVI por la Marquesa Juana Enríquez. En la actualidad conserva en su portada un tímpano románico de gran calidad, representando la segunda venida de Cristo a la Tierra. En convento que tomaron el hábito su hija Bernardina de Tovar y su nieta Juliana de Velasco y Aragón.

Situado en el barrio de las Yuberías, cuenta con una iglesia de planta rectangular, el edificio de clausura con un patio central, un amplio huerto amurallado por una tapia de piedra de mampostería y tapial y algunas dependencias auxiliares como almacenes. Solo se permite el acceso a la iglesia, la cual en el exterior no posee más adorno que el interesante tímpano románico procedente de la antigua iglesia románica de San Miguel derruida en 1526.

La Ermita de la Virgen de la Soledad

Se trata de un edificio del siglo XVI que presenta una planta cuadrangular, con un tosco pórtico de madera que guarnece la doble entrada de arcos de medio punto. Realizada en mampostería, su único adorno exterior es un escudo en el que se puede contemplar una bola del mundo coronada por una cruz.

La entrada se produce a través de dos arcos de medio punto. El Interior está cubierto por una bóveda nevada. Muy cerca de la Soledad se ha instalado recientemente la Picota gótica, realizada a finales del siglo XV o principios del XVI. Se trata de un pilar cuadrado decorado con cuatro cabezas de león, una por cada esquina y rematado con un calado propio del gótico tardío.

La Ermita de la Carrascosa

Se encuentra situada a varios kilómetros de Berlanga, en dirección a Soria, se le conoce popularmente como la 'Carrascosita'. El edificio actual es del siglo XVIII pero se sabe que hubo uno anterior puesto que el culto a la Virgen de la Carrascosa está atestiguado desde el siglo XV gracias a la documentación escrita.

El Convento de Paredes de Albas

Situado a 3 kilómetros de Berlanga de Duero, en dirección a la población de Ciruela, encontramos el antiguo convento de frailes franciscanos de Paredes Albas.

El origen de este convento está en una ermita construida por María de Tovar e Iñigo Fernández de Velasco a comienzos del siglo XVI, la cual fue convertida en un convento bajo el patrocinio de Bernardino Fernández de Velasco, Marqués de Berlanga, quien en 1633 obtuvo autoridad real para construir el convento aprovechando la cabecera de la antigua ermita. Fue un antiguo convento franciscano y posteriormente de agustinos recoletos hasta 1918, momento en el que el convento quedó abandonado. Los aledaños del inmueble están sembrados de restos de lo que fueron la huerta y la fábrica. La huella de su estanque está todavía presente. Su estado actual es de ruina.

Eventos

  • Atalaya Lan: Única cyberparty organizada en la provincia de Soria. Celebrada a mediados de julio, la concentración reúne durante tres días a apasionados por la informática, los videojuegos y las nuevas tecnologías.

Fiestas y tradiciones

  • Fiestas patronales de la Virgen del Mercado: Se celebran a finales de Agosto en honor de " Nuestra Señora del Mercado", patrona de la localidad, donde se disfruta de unos días de Cultura, Festejos, Deporte y Ocio.
  • La Virgen de las Torres: celebrada el 24 de septiembre en honor de "Nuestra Señora de las Torres".
  • San Isidro: celebrada 15 de mayo, esta organiza la cofradía de labradores, con reparto de pan de hogaza y queso.
  • San Cristobal celebrada el 11 de Julio
  • La Cabalgata de Reyes el 5 de enero.
  • Santa Catalina de Alejandría, el 25 de noviembre. Hace décadas que no se celebra, pero era fiesta importante. No en vano esta santa es la patrona de Berlanga y la rueda de cuchillos donde la martirizaron aparece en el moderno escudo de la villa.
  • Mercado medieval: La tercera semana de agosto la localidad entera se transforma en una sociedad del Medievo. Más de 100 puestos ocupan las calles de un pueblo que celebra con la ocasión espectáculos tales como justas entre caballeros.
  • Feria de artesanía el día de la Inmaculada (8 de diciembre). Hasta hace bien poco en estas fechas había feria de ganado, de las más importantes de Castilla, que llegaron a durar semanas.
  • Existía una romería a Carrascosa, en septiembre que se ha perdido. Aparte de los actos religiosos era muy concurrida por la merienda que tenía lugar a la sombra del pinar que creció junto a la fuente. Otros días de merienda campestre, motivo de alborozo festivo entre la chiquillería, eran el Domingo de San Lázaro y el Jueves Lardero, previo al Carnaval.
  • El "Ardacho": En la Colegiata de Berlanga se guarda un pintoresco recuerdo, traído hace casi 500 años por Fray Tomás de Berlanga. Se trata de un caimán disecado, al que habría de llamarse "ardacho". De este gran lagarto se tejieron con el tiempo numerosas leyendas y habladurías, entre otras, se decía que oculto bajo la tierra caminaba durante la noche auyentando los rebaños y que engordó y se agrandó al comer los cadáveres del cementerio. Pero este "ardacho" no es sólo protagonista de leyendas atemorizadoras. Los berlangueses le celebran como buen curandero del mal de corazón y del herpes de los perros, según afirma Ferrer-Vidal. También es frecuente el dicho "eres más viejo que el ardacho de Berlanga".

Artesanía

La artesanía de la comarca se encuentra prácticamente desaparecida, pues estaba muy ligada al trabajo en el campo. Hasta hace algunos años se realizaban obras por encargo en las fraguas de Faustino Gamarra o de Teodoro. Se llegaron a contabilizar hasta seis telares. La fabricación de cuévanos entretejidos es otra de las actividades artesanas fundamentales.


Fuentes