Biblioteca Nacional de Cuba José Martí

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Biblioteca Nacional
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Institución
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Dirección:Ciudad de La Habana, Cuba

Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas Cubanas que con más de 411 bibliotecas cubre todo el territorio nacional para preservar el patrimonio bibliográfico e histórico.


Misión

La Biblioteca Nacional "José Martí" es la encargada de compilar, publicar y difundir la bibliografía nacional cubana, entendiéndose como tal, la recepción y sistematización de las obras publicadas en el país o en el extranjero sobre Cuba y sus naturales, así como las que se publican en el extranjero por autores cubanos.

Objetivos

Ministerio de Cultura. <<<<<

Funciones

La Biblioteca Nacional es la encargada de la adquisición, conservación y divulgación de las obras del patrimonio bibliográfico nacional. Para lograr este objetivo la biblioteca cuenta con la Ley del Depósito Legal (Decreto Ley 265, del 14 de mayo de 1999), en la cual se señala como la única institución adecuada para llevar a la práctica la tarea de compilación y archivo sistemático de todo cuanto se publica en el país.

La biblioteca compila las obras escritas, publicadas o no, y todo tipo de documentos resultantes tanto de la creación artística como de la investigación histórica, científica, la recreación, el deporte, la información general y específica sobre los aspectos de la vida del país, los personajes y hechos que de una forma u otra han contribuido a formar rasgos esenciales de la nacionalidad.

Colecciones

Cuba, o sobre Cuba y sus naturales en cualquier parte, fecha o idioma, así como la obra de autores cubanos editada en el exterior. Esta colección por su exhaustividad constituye la colección más completa para el estudio de la cultura cubana.


Historia

El surgimiento de la Biblioteca Nacional de Cuba, en 1901, fue consecuencia de dos intereses diferentes. Por una parte, estaba la tradición cubana de bibliotecas privadas y públicas. A finales del Siglo XVIII, con el fin de desarrollar los estudios que se impartían, surgió una pequeña biblioteca en el Real y Conciliar Colegio Seminario de San Carlos y San Ambrosio, en la que los profesores estaban obligados a escribir los libros de texto de las asignaturas que impartían. Gracias a ello, nos han llegado los textos de Filosofía electiva de José Agustín Caballero y las Lecciones de Filosofía de Félix Varela, nuestros primeros filósofos y científicos cuyas primeras ediciones atesora la Biblioteca Nacional. Tres años antes de que concluyera el Siglo de las Luces se crea en la recién constituida Sociedad Económica de Amigos del País la biblioteca pública de la institución, la más antigua de Cuba y que, para comienzos del Siglo XX, ya atesoraba 41 487 volúmenes.

Las más destacadas personalidades del mundo científico e intelectual cubano, desarrollaron durante el siglo decimonono, importantes bibliotecas particulares entre las que se destacaron las de Francisco de Arango y Parreño, [[]], Antonio Bachiller y Morales, Domingo del Monte, Vidal Morales y Morales, José Silverio Jorrín, Néstor Ponce de León, Domingo Figuerola Caneda, entre otros. Lo que hace valiosas a estas colecciones es que sus volúmenes fueron editados por prestigiosas casas editoriales europeas, norteamericanas y cubanas en lujosas y artísticas encuadernaciones y cuidadas ediciones; a la vez, constituyen piezas excepcionales de la producción científica e intelectual mundial y cubana.

Durante las tres últimas décadas del Siglo XIX, como consecuencia del surgimiento de sociedades culturales, de recreación y del trabajo de algunas logias masónicas, comenzaron a crearse bibliotecas públicas de muy escasos recursos. La no existencia de una biblioteca nacional tenía como origen, la inexistencia del estado nacional y la condición colonial de Cuba. Desde 1899, ya se observa el interés porque, entre las nuevas instituciones que debían nacer con el estado cubano estuviese la Biblioteca y el Archivo nacionales.

La Biblioteca Nacional de Cuba fue creada el 18 de octubre de 1901, mediante la ley militar no. 234 del Gobierno Interventor norteamericano en el cual se nombraba a su primer director. Su original ubicación estuvo en un salón de 30 x 7.5 metros, en el Castillo de la Real Fuerza, donde radicaba el Archivo General. Sus primeros libros los donó su primer director, Don Domingo Figuerola Caneda, y consistió en su colección personal de 3 000 volúmenes. A partir de ese momento, lo más granado de la intelectualidad cubana, concientes del valor de la nueva institución, comenzó a entregar en donación sus colecciones particulares. Este es el origen de valiosos fondos como los de Antonio Bachiller y Morales, Francisco Sellén y Manuel Pérez Beato. Poco después, en julio de 1902, la institución recién creada es trasladada a los altos de la antigua Maestranza de Artillería.

En 1909, la Sra. Pilar Arazosa de Muller dona una pequeña imprenta que permitirá comenzar a editar los primeros números de la Revista de la Biblioteca Nacional, fundada por Domingo Figuerola Caneda, quién dirigió la institución hasta 1920. Según el testimonio de Francisco de Paula Coronado, segundo director de la Biblioteca Nacional, en 1929 las estanterías de la Biblioteca Nacional fueron trasladadas al Capitolio Nacional, entonces en construcción. Los libros se colocaron en cajas y se trasladaron a una nave del viejo Presidio, en la calle Prado. Un incendio que allí se produjo destruyó importantes documentos y libros. Otras obras que no cupieron en las cajas, quedaron amontonadas en los rincones a expensas de los daños que producen el polvo y la humedad. La situación de la Biblioteca Nacional, llegó a tal grado de deterioro debido a la desidia de los gobiernos de la época. Ello provoca que el destacado historiador de la ciudad de La Habana, Emilio Roig de Leuchsenring, funde en 1936, la Sociedad Amigos de la Biblioteca Nacional. Por medio de la misma denunció el caos educativo y cultural que vivía Cuba y, en especial, su máxima institución bibliotecaria. Este movimiento unió a lo más granado de la intelectualidad cubana por no sólo salvar la Biblioteca Nacional, sino también, por dignificarla y desarrollarla como institución insignia de la cultura nacional.
En 1938, después de una fuerte represión contra el movimiento progresista cubano, el jefe de la Policía Nacional, José Eleuterio Pedraza, traslada otra vez la Biblioteca Nacional hacia el Castillo de la Fuerza. Como consecuencia de la forma precipitada y poco cuidadosa en que se realizó la mudanza, se incrementaron los daños y fueron aún más seriamente afectados los fondos de la institución.

Con el propósito de reorganizar la Biblioteca, se nombró asesor técnico de la institución a una de las figuras más reconocidas de la intelectualidad cubana de la época, José Antonio Ramos. El mismo se responsabilizó con la catalogación y clasificación de los fondos existentes. Ramos es quien suprime la anterior clasificación de la Biblioteca por la llamada decimal, con las modificaciones de Bruselas y otras de su propia creación. Gracias a las gestiones de Ramos, se producen varios acontecimientos que serán trascendentes en la historia de la Biblioteca Nacional: se crea la Junta de Patronos que promueven el desarrollo institucional tanto en la adquisición de libros como de financiamiento para el mejoramiento de la institución. El 21 de marzo de 1941 se promulga la Ley no. 20, mediante la cual el estado cubano determina el destino de lo recaudado en la zafra de 1941. En su artículo 21, la ley establece un impuesto de medio centavo sobre cada saco de azúcar de 325 libras. El importe de esta recaudación sería entregado a la Junta de Patronos para que se encargara de la compra del terreno y la construcción de un edificio destinado a la Biblioteca Nacional y al cual debía dotarse de las estanterías, muebles y talleres necesarios.

Pese a las dificultades que enfrentaba la Institución, lo más destacado de esta época es el desarrollo de sus colecciones con importantes donativos, la presencia de su Revista dentro del marco cultural cubano y, particularmente, el esfuerzo de los más prestigiosos intelectuales de la época para que en todo proyecto cultural relevante estuviese presente la Biblioteca Nacional. Para inicios de la década de los 50 ya la institución era poseedora de uno de los más importantes fondos bibliográficos y documentales del país.

En 1949, por iniciativa de Don Fernando Ortíz, la Junta de Patronos acuerda designar con el nombre de José Martí al edificio que se proyectaba construir. La Junta adquiere por 300 000 pesos el terreno correspondiente. La colocación de su primera piedra tuvo lugar el 28 de enero de 1952. Una vez aprobado el plano de situación, comenzaron los trabajos por el entonces Ministerio de Obras Públicas. El 12 de junio de 1957, mediante el decreto número 1664, se dispone la entrega del edificio a la Junta de Patronos, así como el traslado de la Biblioteca Nacional al nuevo inmueble. Enclavado en la por entonces Plaza Cívica, hoy Plaza de la Revolución, la moderna institución constituyó una de las edificaciones más notables de su época. Una torre de 15 pisos, garantizaba un buen acomodo de los fondos existentes y por adquirir de la Biblioteca Nacional. Amplias e iluminadas salas de lectura y un equipamiento técnico para la preservación y conservación de los libros y documentos, una pequeña imprenta, sala teatro de conferencias y una moderna sala de música, colocaban a la Biblioteca en el lugar físico, espiritual e intelectual que habían soñado científicos, académicos, hombres de la cultura y, sobre todo, los propios bibliotecarios. Finalmente, tenía el espacio que le permitiría aspirar a ser la institución insignia de la Cultura Nacional.

En 1959, el Triunfo de la Revolución Cubana determinó cambios en las estructuras sociales y económicas del país. El 5 de enero de ese año entran en la Biblioteca Nacional las fuerzas revolucionarias. La vida científica e intelectual adquirió una nueva dimensión. La Biblioteca Nacional entraba en una nueva etapa de redefiniciones, crecimiento e inserción en todo el renacimiento que se estaba produciendo en el país.

La reconocida bibliotecóloga y Doctora en Ciencias Sociales y Derecho Público, Dra. María Teresa Freyre de Andrade, asume la dirección de la Biblioteca Nacional y redefine sus objetivos, funcionamiento y normativas. A ella se debe una profunda reorganización, recatalogación y reclasificación de las colecciones existentes en los fondos y las que en el futuro se adquirieran mediante el empleo de las reglas de catalogación de la American Library Association, y para clasificar con el Sistema Dewey. Se ampliaron los departamentos ya existentes y se crearon otros ante las nuevas tareas que la Biblioteca Nacional debía asumir en su doble condición de Biblioteca Nacional y Biblioteca Pública. Además, se establecieron los departamentos de Selección, Consulta y Referencia, Arte, Juvenil, Biblioteca y Mantenimiento (1959). Dos de las más audaces y novedosas creaciones de esta etapa fue la Biblioteca Juvenil y la Biblioteca Circulante de Adultos.

Por el proceso de desarrollo educacional y cultural del país, se crea la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, que cuenta con 411 bibliotecas repartidas por todo el territorio nacional. Entre 1959 y 1967 fueron entregados en las principales ciudades y pueblos del país algunos de los edificios más significativos y patrimoniales para instalar en ellos las bibliotecas provinciales, municipales y sucursales. La Biblioteca Nacional José Martí es la rectora del Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas.

Para formar personal capacitado y especializado se hizo necesaria la creación de la Escuela de Capacitación Bibliotecaria (1962), que posteriormente llevó el nombre de Escuela de Técnicos de Bibliotecas. También crecieron las colecciones cubanas del siglo XIX, cuando se determinó, en 1960, que los títulos publicados en la colonia y hasta 1902, existentes en la Biblioteca de la Sociedad Económica de Amigos del País pasaran a la Biblioteca Nacional.

La impronta de la Biblioteca Nacional en la cultura cubana, constatable a través de las numerosas obras publicadas en los últimos cincuenta años, tiene su hábitat en las salas especializadas, las cuales constituyen uno de los centros de investigación más importantes del país.

En las décadas de los 70 y 80 del siglo pasado el trabajo interno de desarrollo de las colecciones y de servicio al público, tanto de la Biblioteca Nacional como de las del Sistema de Bibliotecas Públicas, les permitió estar presentes en gran parte de las actividades culturales y científicas del país. No obstante, las difíciles condiciones económicas por las que pasó la nación durante los años 90 afectaron sensiblemente su funcionamiento. Pese a ello, las bibliotecas cubanas nunca cerraron sus puertas, los bibliotecarios estuvieron, día a día, cuidando y preservando el patrimonio bibliográfico, documental y sonoro de la nación cubana. En los años finales de esa década, se inicia un período de lenta y difícil recuperación. La Revista de la Biblioteca Nacional, que había estado durante seis años sin ver la luz, reinicia su publicación; se elaboran los primeros planes para la informatización de la Biblioteca Nacional; y surgen, con gran aceptación, los Club Minerva.

Desde la década de los 60, la Biblioteca Nacional ha tenido una presencia importante en el mundo internacional del libro. Ha participado sistemáticamente en los congresos de IFLA llevando a ellos sus experiencias y preocupaciones; es miembro fundadora de ABINIA y tiene numerosos acuerdos bilaterales con otras Bibliotecas Nacionales del mundo.

Servicios

Salas de Consulta

Las fuentes bibliográficas que atesora la Biblioteca Nacional "José Martí" pueden ser consultadas en las Salas que se relacionan a continuación:

1) Sala de Servicios Generales<XXI. <<Leonor Pérez Cabrera<<

2) Salas Especializadas <<<<<

Eliseo Diego

4) Sala Circulante

Canje

Tiene como objetivo beneficiar tanto a las Bibliotecas del Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas (SNBP) como al organismo que se asocie con ella; el intercambio de publicaciones da la posibilidad de enriquecer colecciones permitiendo la adquisición de obras, muchas veces únicas, y que son requeridas para atender necesidades de información e investigación de usuarios. En esta sección Ud. puede conocer los listados de canje de las Bibliotecas del Sistema.

Referencias por email

Le ofrece un servicio de referencias a través de correo electrónico en el cual Ud. puede solicitar que se le realice una búsqueda referativa (localización de la información) en nuestros catálogos, bases de datos, internet, etc. y que le facilitará acceder al contenido de su interés mediante su visita posterior a alguno de los variados centros con que cuenta nuestro sistema y el país en su conjunto.

Bibliotecas digitales

Biblioteca Digital de la BNJM ( http://bdigital.bnjm.cu )

Brinda lo más auténtico de la literatura cubana. Su repertorio, disponible en texto completo, incluye obras desde el Siglo XVII hasta el XX de difícil acceso al formato impreso por la antigüedad y valor que las caracteriza. Desde estas páginas el usuario puede acceder también a las variadas publicaciones electrónicas que nuestra institución ofrece, así como consultar nuestras bases de datos, catálogos, bibliografías, colecciones y listados disponibles de la Biblioteca Nacional "José Martí" y del Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas de Cuba disponibles en la red.

Bases de datos

Igualmente este sitio se encuentra en estos momentos sometido a un rediseño general de su programación e imagen gráfica de modo tal que facilite el acceso a la información al grupo de asiduos usuarios que por sus características físicas se ven impedidos de disfrutar a plenitud de todos los servicios que oferta la red de bibliotecas públicas cubanas (personas discapacitadas).

Biblioteca Digital Infantil-Juvenil ( http://bdigital.bnjm.cu/infantil )

Representa una fuente de conocimiento y cultura destinada a niños y jóvenes. Este espacio cuenta con poesías, cuentos, teatros, fábulas, canciones y didácticos que ayudan a enriquecer y respaldar el trabajo educacional en la enseñanza primaria, secundaria y preuniversitaria.

Biblioteca Digital Braille ( http://binanet.bnjm.cu/braille/ )

Su misión principal facilitar el acceso a la información de asiduos usuarios, con cierta limitación física.

Directores

Eduardo Torres Cuevas (2007)
Marcia Medina Cruzata (2007)
Eliades Acosta Matos (1997-2007)
Marta Terry González (1988-1997)
Julio Le Riverend Brusone (1977-1987)
Olinta Ariosa Morales (1976-1977)
Luis Suardíaz Rivero (1973-1976)
Sidroc Ramos Palacios (1967-1973)
Aurelio Alonso Tejada (1967)
María Teresa Freyre de Andrade (1959-1968)
Lilia Castro de Morales (1948-1959)
Carlos Villanueva Llamas (1946-1948)
Francisco de Paula Coronado (1920-1946)
Domingo Figarola Caneda (1901-1920)

Temáticas priorizadas

Todo lo relacionado con las Ciencias Sociales y Humanísticas, por cuanto los temas científicos y técnicos son de interés para la Biblioteca Nacional de Ciencia y Técnica, y las Biociencias para la Biblioteca Médica del Sistema de Salud Pública del país.

Áreas geográficas

La Biblioteca Nacional da prioridad a diversas regiones del mundo teniendo en cuenta la posición geográfica de Cuba, su historia y relaciones económicas y culturales, intereses estratégicos y políticos con los demás países del mundo.
Estas áreas en orden jerárquico son:

<América Latina y el Caribe <E.U. y Canadá <España <Asia <Africa <Europa <Oceanía

Idiomas principales para la adquisición de documentos

Idiomas        Nivel de selección

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Formatos en que colecciona la biblioteca

Se coleccionan materiales tales como: libros, folletos, publicaciones seriadas (revistas, anuarios, series numeradas), materiales cartográficos, partituras, discos, discos compactos, casetes, carteles, diapositivas de arte, fotografías de carácter histórico y cultural, tarjetas postales, microformas, manuscritos, CD-ROM, bases de datos, videos

Enlace externo

http://www.bnjm.cu/