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'''Bibliotecario'''. Persona que tiene a su cargo la colección, cuidado, ordenación,  conservación, organización, dirección y funcionamiento de una  biblioteca. Desarrolla procedimientos para organizar la información, así  como ofrecer servicios para ayudar e instruir a las personas en las  maneras más eficientes para identificar y acceder a la información que  necesiten, en sus diferentes formatos (artículo, libro, revista, disco  compacto, videograbación, archivo digital, etc).
 
'''Bibliotecario'''. Persona que tiene a su cargo la colección, cuidado, ordenación,  conservación, organización, dirección y funcionamiento de una  biblioteca. Desarrolla procedimientos para organizar la información, así  como ofrecer servicios para ayudar e instruir a las personas en las  maneras más eficientes para identificar y acceder a la información que  necesiten, en sus diferentes formatos (artículo, libro, revista, disco  compacto, videograbación, archivo digital, etc).
  

última versión al 16:49 27 jul 2019

Bibliotecario
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Concepto:Persona que tiene a su cargo la colección, cuidado, ordenación, conservación, organización, dirección y funcionamiento de una biblioteca

Bibliotecario. Persona que tiene a su cargo la colección, cuidado, ordenación, conservación, organización, dirección y funcionamiento de una biblioteca. Desarrolla procedimientos para organizar la información, así como ofrecer servicios para ayudar e instruir a las personas en las maneras más eficientes para identificar y acceder a la información que necesiten, en sus diferentes formatos (artículo, libro, revista, disco compacto, videograbación, archivo digital, etc).

Desarrollo del bibliotecario

El oficio del bibliotecario se encuentra indisolublemente unido al origen del libro como producto cultural que contiene el registro gráfico del conocimiento y como medio de comunicación a largo plazo. En el primer caso encontramos al bibliotecario como guardián de libros y, en el segundo, como su organizador, proveedor y facilitador, por consiguiente, como profundo conocedor de sus contenidos, dando como resultado dos extremos entre los que oscila el oficio: el bibliotecario inquisidor y el erudito.

No obstante, con la invención de la imprenta en el siglo XV unida a las conquistas civiles del siglo XVIII y con los logros técnicos iniciados desde el siglo XIX, para finales de ese mismo siglo y principios del XX, se produce una explosión bibliográfica de gran magnitud que exigió el refinamiento de las técnicas de almacenamiento y recuperación de la información contenida en los libros y de su manejo.

Se ubica ya a los bibliotecarios, en la acepción contemporánea, en las grandes bibliotecas públicas y académicas, principalmente en Estados Unidos y en Europa, como técnicos de la información, proveedores de servicios y administradores de recursos en calidad de profesionales de la información. Con todo, siendo estas actividades altamente sistematizadas, seguían siendo casi totalmente manuales, lo que exigía la utilización de inmensos ficheros para manejar no sólo la información referente a los libros, sino la de los usuarios, el personal y las entidades asociadas. Así como complicados procesos para el manejo de correspondencia con los proveedores, asociaciones, etc.

Estas condiciones profesionales se mantienen más o menos estables a lo largo del siglo XX, aunque la información en muchos casos empieza a sobrepasar cualquier capacidad de manejo manual. Por su parte, la ingeniería militar de la Segunda Guerra Mundial había dado origen a las inmensas calculadoras o computadoras, que al irse refinando, y con la ayuda de otras disciplinas científicas, dieron origen a la cibernética, a la ingeniería de sistemas y a la electrónica, cuyo extraordinario producto ha sido el computador. Sin embargo, hasta los años 60 y 70 los computadores seguían siendo una tecnología demasiado costosa y complicada para ser utilizada en otras áreas diferentes de la industria militar y civil. Así las cosas, hasta la aplicación de los microchips que abrieron la posibilidad a los computadores personales y su consecuente producción masiva, en convergencia con el desarrollo de una infraestructura de las telecomunicaciones basada en la electrónica, en sólo un par de décadas, de forma vertiginosa, se revolucionaron los métodos de almacenar, recuperar, gestionar y transmitir la información.

Hoy, los bibliotecarios siguen allí, en las bibliotecas, que en muchos casos han dado un viraje para convertirse en centros referenciales (sólo intermediarios de la información), de tal manera que, en especialidades como la de referencia, empiezan a desaparecer los libros impresos para dar paso a las obras digitales, principalmente en CD-ROM o en DVD que con la multimedia sobrepasan en mucho a las costosas y complicadas enciclopedias impresas. Por su parte, los ficheros fueron los primeros en sucumbir ante la flexibilidad y capacidad de respuesta de las bases de datos, y la consulta en línea y el correo electrónico modificaron profundamente el préstamo interbibliotecario, la diseminación de información y el manejo de correspondencia.

Los bibliotecarios de formación clásica y su interacción con las nuevas tecnologías

Las nuevas tecnologías están imponiendo nuevos y diferentes roles a los bibliotecarios a medida que se implementan nuevos servicios. El recurso humano es esencial para el éxito de cualquier servicio basado en tecnología, el cual requiere de una formación especialmente entrenada en su uso. Sin embargo, esto no significa necesariamente que los nuevos roles del bibliotecario desplacen a los ya existentes. Lancaster sostiene que aunque actualmente se da una enorme importancia a la tecnología, no hay que olvidar los elementos sustanciales de esta profesión, a ser: la filosofía del servicio público, la ética, la necesidad para un bibliotecario de poseer entendimiento de la realidad del mundo que lo rodea.

Los bibliotecarios de formación clásica, con su conocimiento de la historia organizacional, cumplen una importante función en ubicar a la tecnología en perspectiva dentro de los patrones de servicio tradicionales.

Los bibliotecarios experimentados pueden ser vistos como poco flexibles, pero después de haber pasado extensos periodos de tiempo en una posición, pueden responder positivamente al desafío de asumir las responsabilidades que implican los nuevos roles creados por la tecnología. Los nuevos puestos de trabajo que involucran a las nuevas tecnologías es así que resultan motivadores para los bibliotecarios con una formación clásica y un excelente medio para evitar su estancamiento. Los bibliotecarios "tradicionales" también pueden cumplir una importante función como tutores cuando nuevos bibliotecarios se unen al plantel. Por lo tanto la clave de una buena organización en una unidad de información en nuestra época y hacia el futuro, es la combinación e interacción de los distintos tipos de profesionales; aquellos que poseen una formación clásica y los que tienen una marcada preparación en las nuevas tecnologías de la información.

Nuevos conocimientos y habilidades profesionales

El bibliotecario en la actualidad debe adquirir nuevas habilidades conocimientos, y cualidades personales que le permitan adaptarse a las nuevas tecnologías y hacer frente a la nueva realidad, que se presenta, para una práctica profesional acorde a las necesidades que requiere la sociedad moderna:

  • Tener un profundo conocimiento del contenido de los recursos de información incluyendo la capacidad para evaluarlos y filtrarlos críticamente.
  • Conocer los temas en los que trabaja su organización o sus usuarios o clientes.
  • Desarrollar y gestionar servicios.
  • Facilitar la formación y soporte a los usuarios del servicio de información.
  • Evaluar las necesidades y diseñar y promocionar servicios y productos de información.
  • Utilizar la información tecnológica apropiada.
  • Utilizar los medios y las técnicas de gestión apropiadas para transmitir a la dirección la importancia de los servicios de información.
  • Desarrollar productos de información especializados para el uso interno o externo de la organización o para los usuarios individuales.
  • Evaluar los resultados del uso de la información e investigar para solucionar los problemas de gestión de información.
  • Mejorar continuamente los servicios de información en repuesta a las necesidades cambiantes.
  • Estar comprometido con la formación continuada y el desarrollo de su carrera profesional.

Nuevo perfil del Bibliotecario

En la actualidad el perfil del profesional bibliotecológico ha evolucionado en consonancia con el desarrollo científico-técnico de la sociedad, su "imagen" se ha transformado, ahora es un profesional de la información, y su nombre toma distintas denominaciones: bibliotecólogo, gestor de información, gestor del capital intelectual, infonomista, ingeniero de información y mediador de información entre otras acepciones.

Los perfiles profesionales de los trabajadores de la información tienden a diversificarse cada día más, debido al aumento y variedad de medios tecnológicos y a las nuevas demandas de las organizaciones y la sociedad.

Para estar acorde con estas tendencias el profesional de la información, requiere una mayor y mejor preparación en el manejo de la tecnología, adquirir nuevas habilidades que contribuyan a su desarrollo profesional dentro de las especialidades o sectores científicos o productivos que atienden. Requieren de flexibilidad, creatividad, imaginación, eficiencia y estar dispuestos a asumir actitudes y aptitudes organizativas y gerenciales que les permitan comprender y manejar las nuevas tecnologías. La situación actual obliga al profesional de la información a un desarrollo sostenible en la superación y desarrollar un trabajo acorde con las exigencias, pues la información constituye un recurso productivo y un elemento esencial en la toma de decisiones.


Fuentes