Bibliotecario

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"El bibliotecario" como técnicos de la información, proveedores de servicios y administradores de recursos en calidad de profesionales de la información

Características

El oficio del bibliotecario se encuentra indisolublemente unido al origen del libro como producto cultural que contiene el registro gráfico del conocimiento y como medio de comunicación a largo plazo. En el primer caso encontramos al bibliotecario como guardián de libros y, en el segundo, como su organizador, proveedor y facilitador, por consiguiente, como profundo conocedor de sus contenidos, dando como resultado dos extremos entre los que oscila el oficio: el bibliotecario inquisidor y el erudito. No obstante, con la invención de la imprenta en el siglo XV unida a las conquistas civiles del siglo XVIII y con los logros técnicos iniciados desde el siglo XIX, para finales de ese mismo siglo y principios del XX, se produce una explosión bibliográfica de gran magnitud que exigió el refinamiento de las técnicas de almacenamiento y recuperación de la información contenida en los libros y de su manejo. Ubicamos ya a los bibliotecarios, en la acepción contemporánea, en las grandes bibliotecas públicas y académicas, principalmente en Estados Unidos y en Europa, como técnicos de la información, proveedores de servicios y administradores de recursos en calidad de profesionales de la información. Con todo, siendo estas actividades altamente sistematizadas, seguían siendo casi totalmente manuales, lo que exigía la utilización de inmensos ficheros para manejar no sólo la información referente a los libros, sino la de los usuarios, el personal y las entidades asociadas. Así como complicados procesos para el manejo de correspondencia con los proveedores, asociaciones, etc. Estas condiciones profesionales se mantienen más o menos estables a lo largo del siglo XX, aunque la información en muchos casos empieza a sobrepasar cualquier capacidad de manejo manual. Por su parte, la ingeniería militar de la Segunda Guerra Mundial había dado origen a las inmensas calculadoras o computadoras, que al irse refinando, y con la ayuda de otras disciplinas científicas, dieron origen a la cibernética, a la ingeniería de sistemas y a la electrónica, cuyo extraordinario producto ha sido el computador. Sin embargo, hasta los años 60 y 70 los computadores seguían siendo una tecnología demasiado costosa y complicada para ser utilizada en otras áreas diferentes de la industria militar y civil. Así las cosas, hasta la aplicación de los microchips que abrieron la posibilidad a los computadores personales y su consecuente producción masiva, en convergencia con el desarrollo de una infraestructura de las telecomunicaciones basada en la electrónica, en sólo un par de décadas, de forma vertiginosa, se revolucionaron los métodos de almacenar, recuperar, gestionar y transmitir la información. Hoy, los bibliotecarios siguen allí, en las bibliotecas, que en muchos casos han dado un viraje para convertirse en centros referenciales (sólo intermediarios de la información), de tal manera que, en especialidades como la de referencia, empiezan a desaparecer los libros impresos para dar paso a las obras digitales, principalmente en CD-ROM o en DVD que con la multimedia sobrepasan en mucho a las costosas y complicadas enciclopedias impresas. Por su parte, los ficheros fueron los primeros en sucumbir ante la flexibilidad y capacidad de respuesta de las bases de datos, y la consulta en línea y el correo electrónico modificaron profundamente el préstamo interbibliotecario, la diseminación de información y el manejo de correspondencia. De este punto en adelante es sólo cuestión de tiempo para ver transformarse todos los procedimientos bibliotecarios y el bibliotecólogo formado hace una o dos décadas se ha visto llamado a confrontar y modificar los métodos aprendidos durante todo un siglo, con el agravante de que los nuevos aprendizajes sólo prometen poca permanencia en la vertiginosa carrera tecnológica-comercial. Ante esta situación, el nombre mismo de bibliotecario empieza a quedarse corto ante el más prestigioso de profesional de información que engloba además a documentalistas y archivistas, en situación semejante a la del bibliotecario. Sin embargo, su función permanece como administrador, organizador y difusor de la información, pero en un ambiente que se parece muy poco al de hace veinte años. Como parece normal, esta avalancha de cambios ha generado una gran crisis en la formación y el desempeño de los profesionales de la información, misma que tiene que ser enfrentada por las instituciones educativas y por las asociaciones profesionales. Un caso que es importante mencionar es el Congreso de la FID de 1994 realizado en Tokio. En éste se proclama una revolución sobre las actuaciones y el papel de los profesionales de la información ante las tecnologías, la información como bien económico y social, la formación permanente de los profesionales, los principios éticos que deben regular su práctica y la promoción de la investigación en su área de conocimientos, lo cual se lograría teniendo en cuenta las siguientes pautas:

  • Identificar los problemas comunes en la gestión y utilización de la información.
  • Asegurar que los profesionales de la información tomen parte activa en los estudios sobre aspectos futuros del quehacer humano.
  • Asegurar que el desarrollo y la aplicación de las tecnologías de la información contribuya eficazmente a satisfacer las necesidades de los usuarios.
  • Asegurar que los profesionales de la información a través de una formación continuada mantengan y desarrollen sus capacidades y aptitudes para hacer frente a los cambios.
  • Asegurar que al desarrollar políticas, programas, sistemas y servicios de información, se reconozca el costo y valor económico y social de la misma.
  • Fomentar la discusión de los principios éticos que han de regir en la sociedad de la información, así como la aplicación de dichos principios en relación con las responsabilidades de los profesionales de la información.
  • Promover enfoques globales y locales coordinados y coherentes sobre las necesidades de investigación en el campo de la bibliotecología y de la ciencia de la información.

Estos son lo retos que hoy se plantean no sólo a los bibliotecólogos en tanto que actores sociales y promotores de la cultura, sino a los docentes y estudiantes de bibliotecología de esta parte del mundo, la región latinoamericana, que en una situación dramática y convulsionada es objeto de lo que podría llamarse un experimento de ingeniería social en el que los países capitalistas ensayan las políticas del neoliberalismo y consolidan el dominio del mundo con base en la industria y el comercio tecnológico.

Función del bibliotecario

Las fuentes accesibles mediante Internet, como sistema de información estructurado, da origen a oportunidades para el profesional de la información. "El rápido avance de la ciencia genera nuevas disciplinas que obligan a tener una visión futurista. [...] Todo esto nos hace más fuertes, pues nos inserta en nuevas formas de búsqueda y distribución de la información, acentuando nuestro imprescindible papel, pero de alguna manera nos hace débiles también, ya que estamos sujetos a constantes cambios y exigencias donde lo fundamental es mantener la actualización." Luego de la Segunda Guerra Mundial, cuando la denominada explosión de la información tiene un marcado despegue y su crecimiento es exponencial, la gran crisis en las Ciencias de la información ha consistido en cómo lidiar con el enorme volumen de información disponible, utilizando los mecanismos y tecnologías accesibles. "En aquella época, la interacción entre el receptor y las fuentes disponibles de información contaba siempre con la mediación de un profesional de la información [ ...] ; el flujo de información era unidireccional, el receptor tenía acceso a una fuente cada vez y evaluaba la relevancia de su búsqueda en cada fuente orientado siempre por el intermediario". Ya desde aquella época el acceso a la información no ha sido el problema para los profesionales de la información. El principal problema de la bibliotecología, la representación de contenidos y la convergencia de criterios entre las personas que analizan información y las que pretenden encontrar esa información (la normalización en la clasificación y catalogación de la información, teoría de la recuperación, etc.) sigue hoy sin resolverse. Es más, Internet sólo ha hecho crecer el problema Al profesional de la información le corresponde especializarse en hacer búsquedas eficientes en Internet y dominar todas las posibilidades que ofrecen los índices o motores de búsqueda. "La catalogación, clasificación e indización de los documentos, que son reglas que han resistido el paso de los siglos porque han cumplido funciones básicas de organización y recuperación de los documentos impresos, deben ser adaptadas al mundo electrónico porque siguen constituyendo una necesidad." Mientras las tecnologías de la información ansían posibilitar el mayor y mejor acceso a la información disponible, la Ciencia de la información interviene para calificar ese acceso en los términos de las competencias requeridas para la asimilación de la información.

Los bibliotecarios de formación clásica y su interacción con las nuevas tecnologías

Las nuevas tecnologías están imponiendo nuevos y diferentes roles a los bibliotecarios a medida que se implementan nuevos servicios. El recurso humano es esencial para el éxito de cualquier servicio basado en tecnología, el cual requiere de una formación especialmente entrenada en su uso. Sin embargo, esto no significa necesariamente que los nuevos roles del bibliotecario desplacen a los ya existentes. Lancaster sostiene que aunque actualmente se da una enorme importancia a la tecnología, no hay que olvidar los elementos sustanciales de nuestra profesión, a ser: la filosofía del servicio público, la ética, la necesidad para un bibliotecario de poseer entendimiento de la realidad del mundo que lo rodea. Los bibliotecarios de formación clásica, con su conocimiento de la historia organizacional, cumplen una importante función en ubicar a la tecnología en perspectiva dentro de los patrones de servicio tradicionales. Los bibliotecarios experimentados pueden ser vistos como poco flexibles, pero después de haber pasado extensos periodos de tiempo en una posición, pueden responder positivamente al desafío de asumir las responsabilidades que implican los nuevos roles creados por la tecnología. Los nuevos puestos de trabajo que involucran a las nuevas tecnologías es así que resultan motivadores para los bibliotecarios con una formación clásica y un excelente medio para evitar su estancamiento. Los bibliotecarios "tradicionales" también pueden cumplir una importante función como tutores cuando nuevos bibliotecarios se unen al plantel. Por lo tanto la clave de una buena organización en una unidad de información en nuestra época y hacia el futuro, es la combinación e interacción de los distintos tipos de profesionales; aquellos que poseen una formación clásica y los que tienen una marcada preparación en las nuevas tecnologías de información.

La demanda del mercado laboral

Creemos que el mercado laboral en nuestra profesión está atravesando un proceso de cambio, guiado por la implementación de las nuevas tecnologías para añadir valor a los servicios que se ofrecen al usuario. Ese cambio implica: la modificación de roles existentes y la aparición de nuevos roles, pero no necesariamente el desplazamiento de las funciones sustanciales del quehacer bibliotecario. A medida que se producen los cambios, debe mantenerse un balance entre cambio y estabilidad para asegurar el mejor diseño de los servicios. Cada una de las tareas y responsabilidades que desempeña una biblioteca está siendo modificada por la tecnología, con lo cual la biblioteca se ve ante la necesidad de enfrentar el creciente número de desafíos tecnológicos con recursos humanos limitados. El rediseño de las funciones tradicionales de cada puesto, el reclutamiento de nuevo personal (o formación del ya existente) con habilidades en el manejo de tecnologías, y una supervisión y liderazgo creativo puede ayudar a las bibliotecas a desarrollar soluciones a los problemas actuales, manteniendo la flexibilidad para la adaptación a los cambios futuros. Consideramos que el mercado laboral se enriquece con las nuevas tecnologías, siempre y cuando permanezcamos abiertos y flexibles a los cambios, puesto que como hemos visto, la estabilidad y predictibilidad no parecen ser parte del futuro de las bibliotecas.

El profesional bibliotecario en la formación del profesorado

El bibliotecólogo cumple un rol social muy importante en esta denominada sociedad de la información y del conocimiento, la cual es reducir de alguna forma la brecha entre los inforicos e infopobres; es decir, facilitar la información, que dispone en su centro o biblioteca a la mayor cantidad de usuarios posibles, no sólo a su comunidad educativa, sino a todos, principalmente a los que están mas desplazados del acceso a la tecnología. Además el profesional de la información debe crear en sus usuarios la iniciativa por la búsqueda de información, promoviendo el espíritu crítico y reflexivo ante los documentos que se le presentan, para que cada usuario transforme esa información en un conocimiento que puede llegar a ser útil para el y que lo pueda volcar a la sociedad en general. Algunos estudiosos se animan a decir, que más que un facilitador o mediador de la información, es un gestor de la información, ya que genera nuevo documentos e instrumentos de recuperación de la información a partir de los que le llegan a su centro, siendo una especie de "alquimista", en donde transforma a la materia prima que es la información, en nuevos instrumentos de búsquedas y recuperación, es decir la información que ingresa a la biblioteca a través de los distintos documentos, se convierte de esta forma en documentos secundarios. El B.P en el contexto educativo y en el proceso enseñanza-aprendizaje, "deja de ser un acomodador de libros y de enciclopedias" convirtiéndose en un facilitador y co-gestor de la información y del conocimiento. En la actualidad se vive en un mundo dominado por la información en todas las esferas de la vida humana, siendo cada vez mas necesario, que la biblioteca del profesorado dentro de este contexto se transforme en un centro de información, que brinde documentos en forma real o virtual, y que nos contacte con otras bibliotecas o unidades de información en donde podemos encontrar el documento que necesitamos. Hoy se habla los consorcios de bibliotecas, estos serían grupos de bibliotecas que se reúnen y crean convenios para intercambiar información y documentos entre sí, de acuerdo a un marco o norma, de esta forma potencian y multiplican sus acciones en beneficio de sus usuarios.

Funciones que efectúa el bibliotecario del profesorado

A decir del Costarricense Pablo Eduarte: "los profesionales del nuevo siglo no pueden quedarse esperando que los estudiantes lleguen a pedir información, sino que ellos mismos deben mostrarles el sentido de la información como un medio creativo de enseñanza y como una forma de aprender construir ellos mismos su propio conocimiento… Además tiene una función no sólo técnica sino también docente, ya que debe educar y formar a sus usuarios (comunidad educativa) a buscar y recuperar mediante estrategias la información necesaria para sus actividades escolares y recreativas, que permitan el desarrollo integral del educando. Sin contar la importante tarea de promoción de la lectura que este profesional tiene que realizar en dichos centros educativos. "El bibliotecario escolar no puede perder de vista que el es un docente y cómo docente debe enseñar a la población que tiene a su alrededor, siguiendo las características de un buen artista que conoce su disciplina, ama el arte de enseñar desde la biblioteca, promueve progreso y trabaja encaminado a la excelencia" Es además un promotor de cultura impulsando en sus usuarios a través de la lectura la libertad de pensamiento, en donde predomine la pluralidad de ideas sin prejuicios ni sectarismos de ninguna índole. También incentiva en su centro la formación continua a los docentes, poniendo a disposición y dando difusión todo el material nuevo y actualizado que llega a la biblioteca. Este profesional que se desempeña en bibliotecas del profesorado superior necesita una formación sólida acorde a la realidad tan cambiante que se presenta, con la incorporación de las nuevas tecnologías de la información y de los distintos soportes en donde se presenta la información. El B.P, debe procesar toda la información, generar nuevos instrumentos de recuperación de la misma para que la comunidad educativa pueda aprovechar los recursos de estos centros. Es el profesional más indicado en la búsqueda de información independientemente del soporte en donde se encuentre, siendo de real importancia la difusión de los servicios que realiza la biblioteca, para que sus usuarios saquen el mayor provecho de la misma. El manifiesto de la UNESCO/IFLA de bibliotecas escolares se refiere en este sentido cuando dice: "En un entorno cada vez más conectado en red, los bibliotecarios escolares han de ser competentes en la planificación y la enseñanza de diferentes técnicas de utilización de la información, tanto a docentes como a estudiantes. Por tanto, deben mantenerse continuamente al día y perfeccionar su formación" Hoy más que nunca el alumnado y personal docente de enseñanza superior necesita que se lo oriente en la búsqueda de información para que satisfaga sus necesidades curriculares, es por demás conocido y podemos comprobarlo por nosotros mismos la cantidad de información que se registra en documentos de todo tipo, ya sean estos libros, CD, Internet, publicaciones periódicas. Que hacer ante esta maraña informativa, que nos inunda nos preguntamos. Es fundamental ante esta explosión de la información, seleccionar los recursos bibliográficos y de Internet, pero se plantea un problema desde el punto de vista de la calidad en los contenidos de los documentos; el documentalista juntamente con los docentes deberán evaluar los contenidos de la información a los que se acceden virtualmente, ya que localizamos en la red documentos que no cumplen los mínimos requisitos de calidad. La red de redes con su carácter democrático y lineal, no sigue procesos clásicos de evaluación, no existiendo comités de selección para publicar o "colgar" documentos u artículos, como en los casos de las publicaciones especializadas ya sean estas electrónicas o impresas. La biblioteca del profesorado es el medio y lugar adecuado donde el docente del puede planificar sus actividades, debido que tiene el material a su disposición o por que el bibliotecólogo puede ofrecerle al docente algún documento que el conozca. "La Biblioteca es el lugar donde mejor se pueden fraguar las ideas, proyectos, anhelos de búsqueda, etc. de los docentes. Porque es un ámbito donde los estímulos están "a flor de piel", los interrogantes ocasionales que surgen mientras se van programando ideas o acciones, pueden ser respondidos casi al instante, tanto por alguna referencia que el bibliotecario aporta, como por la disposición inmediata de muchísimos materiales". El B.P. no trabaja aislado, interactúa con otros agentes educativos, formando parte del programa institucional y siguiendo las políticas de cada instituto en donde se desempeña. Es importante que el coordinador de cada biblioteca pueda reunirse con los docentes y establecer políticas para que se trabaje en un mismo sentido, por ejemplo en nuestro caso, con los docentes de la materia de metodología de estrategias de aprendizaje, que es asignatura del profesorado de psicopedagogía de 1er año, se establecieron visitas a la biblioteca con los alumnos, para que se enseñara las diferentes estrategias de búsquedas para recuperar la información en las bases de datos de nuestra biblioteca. Esto fue muy útil, porque nos sirvió también a nosotros como formación de usuarios, ya que eran alumnos de 1er año y no están familiarizados con el uso de la biblioteca, de esta forma centramos la formación en un punto específico, que es la búsqueda de información en algunas de nuestras bases de datos de nuestra unidad de información, además se aprovechó a explicar el funcionamiento general de nuestra biblioteca. La función social del bibliotecólogo del profesorado lo lleva a tratar de alguna forma a reducir la brecha que se encuentra el alumnado de una institución pública, en el caso del conocimiento del uso de las nuevas tecnologías, como en el caso de la red Internet, en donde se observa que por una razón económica se ha hecho poco accesible a muchos alumnos en la forma de acceder a las fuentes de información electrónicas y virtual. Debemos poner las nuevas tecnologías de la [[información|información]] a la mayor cantidad de usuarios, dando hincapié en facilitar más información y dedicación, a los usuarios que tienen más carencias económicas y cognitivas. Resumiendo, el rol del bibliotecario del profesorado debe trascender las paredes de su centro de información, romper barreras físicas, las nuevas tecnologías se instalan en las bibliotecas en donde nos permite comunicarnos virtualmente con otras bibliotecas, centros culturales y redes de información, para que se utilice en forma creativa las nuevas tecnologías de la comunicación, generando nuevos instrumentos y herramientas para facilitar al usuario la [[información|información]] que tanto necesita para sus actividades y reducir de esta forma la brecha entre los que están más informados y los que no tienen acceso a la [[información|información]].

Fuentes