Bolsa nasofaríngea
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Bolsa nasofaríngea. También conocida como quistes nasofaríngeos, corresponden mayoritariamente a malformaciones congénitas. Generalmente se presentan de manera asintomática, siendo diagnosticados durante la adolescencia o la adultez, como resultado de un hallazgo imagenológico o endoscópico durante el estudio radiológico del cráneo.
No todos requieren un manejo quirúrgico, siendo suficiente en la gran mayoría un seguimiento clínico-radiológico de las lesiones. Quistes voluminosos, que determinan compromiso obstructivo a nivel de la vía aérea, trompa de eustaquio, dolor, hemorragia o compromiso de pares craneanos, son subsidiarios de un manejo quirúrgico.
Etiología
La bolsa o saco nasofaríngeo parece formarse a partir de una bolsa embrionaria. Se admite que el segmento faríngeo de la notocorda permanece unido con el endodermo faríngeo.
Anatomía patológica
El saco y su conducto, extendidos hasta la mucosa faríngea, están situados por debajo del adenoides o de sus restos. El saco se extiende hacia atrás y arriba hasta el periostio del hueso occipital.
Síntomas
Los síntomas que por lo común se observan con secreción postnasal, resfriados frecuentes, estornudos, ronquera, aliento fétido y tos. Pueden presentarse otros síntomas, como cefalea o dolores en diversas partes de la cabeza y del cuello, sobre todo en la parte posterior de la cabeza, inmediatamente por debajo del hueso occipital, obstrucción nasal, dolor de garganta, voz nasal y adenitis cervical. Cabe que haya síntomas relacionados con el oído, tales como vértigo, zumbidos en los oídos, otalgia y sordera.
El conducto puede explorarse utilizando un espejo de garganta o el espéculo directo de Yankauer. Si existe un absceso, se observa una pequeña depresión en la superficie de la tumefacción. Puede pasarse hacia arriba una sonda hasta su interior.
Tratamiento
Se introduce en el conducto la hoja de una tijera faríngea curva y se secciona la mitad de la masa adenoidea. A continuación se introduce la hoja opuesta de la tijera en forma semejante para la otra mitad y se secciona esta porción. Las partes restantes del tejido adenoideo pueden extirparse en la forma usual. Se debe legrar con cuidado la porción restante posterior de la pared del conducto o del quiste, con objeto de eliminar todo resto de membrana.
Fuentes
- John Jacob Ballenger. Enfermedades de la nariz, garganta y oído (en línea). Tomo 1 Pág. 290. Edición Revolucionaria. La Habana. Cuba. 1981.
- Información sobre Bolsa nasofaríngea (en línea). Consultado: 09 de julio de 2014. Disponible en: www.definicion-de.es
- Información sobre Bolsa nasofaríngea (en línea). Consultado: 09 de julio de 2014. Disponible en: www.scielo.cl
