Burren

Burren
Información sobre la plantilla
Mapa de Irlanda.JPG
Burren región de Irlanda

Burren. Región situada en Irlanda y que su nombre significa literalmente "lugar pedregoso", es una zona de peculiar paisaje kárstico. La zona mide 300 kilómetros cuadrados.

Ubicación

Burren es una región que se encuentra en el extremo occidental de Europa, en la costa de Irlanda, ente los mundialmente famosos acantilados de Moher al sur y la Bahía de Galway al norte.

Antecedentes

Al igual que aquellos primeros colonos, las generaciones sucesivas han dejado su impronta por doquier.

Dolmen de Poulnabrone

Hay multitud de tumbas magalíticas, entre ellas el famoso dolmen de Poulnabrone, construido mucho antes del nacimiento de Cristo, hoy solo se conserva la estructura básica de la sepultura, las grandes losas de piedra que utilizaron los antiguos constructores para levantar este monumento en memoria de sus muertos mas ilustres. Según los entendidos tenía un gran recubrimiento de piedras y tierra.

Las comunidades posteriores eligieron un sinnúmero de cercos de piedra o tierra para proteger sus haciendas, más tarde se levantaron muchas iglesias, monasterios y castillos. Esta región es rica en restos históricos y arqueológicos.

Descripción

Muchos de los acantilados de Burren, en especial los que miran al mar, son populares entre los escaladores. También los aficionados a la espeleología pueden disfrutar de cuevas debidamente cartografiadas. El Burren es rocoso, pero no es un desierto. Ofrece un magnífico reflejo de hermosura y diversidad. Ciertamente despierta el intelecto, aviva los sentidos y excita la imaginación y eleva el espíritu.

Las piedras están omnipresentes. Expuestas por algún capricho por la geología. Se extienden hasta el horizonte grandes lajas de caliza gris salpicadas de enormes rocas, de hecho, toda la región es un extenso depósito calcáreo de unas 1.300 kilómetros cuadrados. En buena parte de este paisaje lunar de inquietante misterio parece no haber tierra alguna. Hasta el subsuelo del Burren es apasionante. El agua ha penetrado a gran profundidad por la porosa caliza para producir uno de los mundos subterráneos más interesantes de toda Irlanda. La piedra contiene múltiples cuevas, muchas de las cuales siguen activas, o lo que es lo mismo atravesadas aún por corrientes, ríos y cascadas. La caverna de Poll an Ionain tienes la mayor estalactita colgante de Europa, mas de 9 metros de largo.

Dado que muchas grutas son peligrosas, el turista cauteloso se limita a recorrer una relativamente segura, la única abierta al público: la cueva de Aillwee

Cueva

En ella pueden verse rastros de un animal que lleva más de mil años extinto en el país: el oso pardo. Por lo visto hibernaba en la caverna cuya temperatura se mantenía todo el año a 10 grados. En las entrañas de la elevación de caliza nos maravillamos de las sugerentes formas de las estalactitas y otras singulares formas rocosas.

Flora

Praderas

Este lugar es conocido por su excepcional flora incluye riberas, cerros, praderas y bosques. Además alberga centenares de valles cerrados, formados hace varios miles de años al derrumbarse las cuevas, así como extraños lagos que se secan y se cubren de pasto en los meses de verano al bajar el nivel freático. Sobre las lajas se extienden cercas de piedra que rodean hasta las más pequeñas parcela donde brota hierba.

Aportan todavía más diversidad a este habitad las grietas y hendiduras de las lajas, fisuras de hasta dos metros de profundidad donde en ocasiones hay tierra en las que crecen resguardadas plantas de todo tipo. Se dan especies vegetales raras y llamativas. Aunque este sea el lugar de más de mil especies, su rasgo distintivo no es la variedad ni la abundancia de la flora, sino la extraña mezcla existente. Las hermosas flores azules de la genciana de primavera llegan a estar presentes incluso hasta el nivel del mar. Allí conviven con plantas árticas como las adrias o subtropicales como el adiantro. Además se han observado mas de 20 especies de orquídeas, así como abundancia de tormillo serpol, acederillas, geranios rojos, armerías de mar y muchas más. Sin dudas, el Burren hace honor a su calificativo de “metrópolis botánica”

Enlaces Externos

Fuentes

  • Revista Despertar. Edición Julio 2002