Cabeza de Buda de Borobudur

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Cabeza de Buda de Borobudur
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Cabeza de piedra de Buda, procedente de Java, Indonesia, 780-840 n. e.

Cabeza de Buda de Borobudur . Es una Cabeza de piedra de Buda, procedente de Java, Indonesia, 780-840 n. e. Esta pieza permite trazar una extensa red de conexiones a través del mar de China y el océano Índico por las que se intercambiaron bienes, ideas, lenguas y religiones entre los pueblos del sudeste de Asia. Procede de Borobudur, en la isla indonesia de Java, a sólo unos grados al sur del ecuador.

Descripción

Borobudur es uno de los mayores monumentos budistas del mundo y uno de los grandes logros culturales de la humanidad. Se trata de una pirámide enorme, cuadrada y escalonada, que representa la visión budista del cosmos en piedra, decorada con más de mil relieves y poblada de cientos de estatuas de Buda.

Por medio de esta cabeza de piedra de Buda se traza una extensa red de conexiones a través del mar de China y el océano Índico por las que se intercambiaron bienes, ideas, lenguas y religiones entre los pueblos del sudeste de Asia.

Cuando los peregrinos suben por ella, siguen un camino físico que refleja un viaje espiritual y que transporta simbólicamente al caminante de este mundo a un plano más elevado del ser. En la rica y estratégicamente importante isla de Java, en el monumento de Borobudur, se da el ejemplo supremo de cómo la red del comercio marítimo permitió al budismo difundirse más allá de las fronteras de su tierra natal para convertirse en una religión mundial.

Borobudur, que domina una llanura volcánica en la parte central de la isla, es una pirámide construida con más de un millón y medio de bloques de piedra hacia el año 800. Consta de siete plataformas superpuestas que van disminuyendo de tamaño conforme avanzan en altura: cuatro plataformas cuadradas debajo y tres circulares encima. En lo alto de toda la estructura se alza una gran stupa abovedada.

Cuando se asciende por los distintos niveles, sigue un camino material que lleva a una iluminación espiritual. En el nivel inferior, los relieves escultóricos presentan las ilusiones y decepciones de la vida corriente, con todos sus problemas y defectos, muestran los castigos impuestos a los adúlteros, asesinos y ladrones, en una visión dantesca del pecado y su inevitable castigo.

Más arriba, los relieves muestran la vida del propio Buda histórico superando este mundo imperfecto, pasando de su principesco nacimiento y las riquezas de su familia a la renuncia y, finalmente, la iluminación.

A continuación vienen las estatuas de Buda, meditando y predicando, mostrando a los peregrinos cómo proseguir su viaje de renuncia hacia los reinos del espíritu.

Cuando el islam se convirtió en la religión dominante en Java, en el siglo XVI, Borobudur, como santuario budista, fue abandonado, y durante siglos permaneció cubierto de maleza y casi invisible. Tres siglos más tarde, en 1814, fue redescubierto por el primer visitante moderno que lo describió, el administrador, erudito y militar británico sir Thomas Stamford Raffles.

El monumento había sufrido graves daños por terremotos y se hallaba enterrado en gran parte bajo cenizas volcánicas. Todavía hoy pueden verse numerosos fragmentos de piedra dispuestos en hileras en torno al monumento, rodeados de hierba y de flores. Pese a ello, Raffles quedó sorprendido supo de inmediato que lo que contemplaba representaba un supremo logro arquitectónico y cultural, y se llevó dos de las cabezas de piedra de Buda que habían caído al suelo.

El redescubrimiento de Borobudur por parte de Raffles, junto con su posterior hallazgo de varios monumentos hindúes importantes en la isla Java había abrazado tanto el hinduismo como el budismo, condujeron a un replanteamiento esencial de la historia javanesa. Raffles quiso convencer a los europeos de que la de Java era, de hecho, una gran civilización.

Cabeza de Buda de Borobudur

Esta es una de las cabezas de Buda de piedra que Raffles encontró caídas en el suelo en las ruinas de Borobudur y se halla hoy en la sección dedicada a Java de la Galería de AsiaOriental del museo. Es ligeramente superior al tamaño natural, y representa a Buda con los párpados caídos en un estado de pacífica contemplación interior.

La boca muestra la clásica media sonrisa serena, tiene el cabello muy rizado y los lóbulos de las orejas alargados, con lo que se pretende sugerir que pasó largos años llevando pesados pendientes de oro, un signo de su vida como príncipe antes de alcanzar la iluminación. De inmediato nos recuerda a las primeras imágenes humanas de Buda elaboradas unos 500 años antes, en el noroeste de la India. Raffles conocía muy bien la India, y para él estaba claro que las estatuas de Borobudur y, de hecho, una gran parte de la cultura javanesa debían mucho a los constantes y prolongados contactos con la India.

Fuente