Calendario egipcio

Calendario egipcio
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Concepto:El calendario egipcio era ante todo un calendario agrícola. Desde la antigüedad los egipcios conocían la desviación del calendario civil de 365 días, pero nunca lo aplicaron.

Calendario egipcio. Es el más complejo exacto y de los calendarios primitivos, se estima su existía hacia el año 4241 a.n.e. Estaba basado en las observaciones de Sirio, la estrella más brillante de todo el firmamento. Constaba de 365 días dividido en 12 meses de 30 días, más 5 días festivos.

Era ¼ de días más corto que el calendario solar; así una determinada fecha se aproximaba cada cuatro años. Uno de los más grandes legados de Egipto a la humanidad fue la confección de este calendario.

Historia

El pueblo egipcio era esencialmente agrícola, muy pendiente de la inundación anual del Nilo, pero, el calendario egipcio no es apto para propósitos agrícolas. En cualquier caso lo que sí parece cierto es que el origen del calendario no fue astronómico sino agrícola. Mientras otros pueblos como el babilónico se interesaron por la observación astronómica, fijando la duración de un año según los astros, el pueblo egipcio lo hizo fijándola según la inundación, su fuente de vida.

El calendario constaba de 365 días divididos en 12 meses de 30 días cada uno, a los que añadían cinco más, conocidos como epagómenos. Estos 5 días, en egipcio eran los dedicados a los nacimientos de Osiris, Horus, Seth, Isis y Neftis, por ser los días en los que la diosa Nut pudo dar a luz a sus hijos, después de la maldición de Ra.

Los meses se agrupaban en estaciones, cada una de las cuales constaba de 4 meses, de 3 semanas de 10 días cada uno. Estas semanas denominadas décadas, tp-rˁ-mḏ, eran llamadas primera, mediana y última. Las estaciones eran: inundación Ajet (ȝḫt), el invierno o germinación Peret (prt) y el verano o cosecha Shemu (šmw), también conocida como estación de la deficiencia por la falta de agua en el Nilo. Los egipcios no empleaban el nombre de los meses en sus escritos, sino que solían usar el número de mes: día 7 del tercer mes de la inundación.

Calendario Egipcio

A estos meses se les añadían, tras el último día de Mesore, los 5 días epagómenos. Este era el calendario impreciso o civil. Comenzaba con el amanecer helíaco de Sotis. Sotis fue el nombre dado a la estrella Sirio. Así el año empezaba cuando Sirio aparecía por el horizonte en el momento de la salida del sol. Este fenómeno, conocido como salida helíaca de Sotis, se producía en torno al inicio de la inundación anual, y equivale aproximadamente, en la latitud de Menfis, al 19 de julio del año del calendario juliano o en torno al 20 de junio del calendario gregoriano.

Error del calendario

Se debe tener en cuenta que el año egipcio de 365 días frente al juliano de 365.25 días se produce un error de 1 día cada 4 años, es decir el principio del año oficial se retrasaba un día cada 4 años. El año sótico, o año alejandrino, no coincide con el solar exactamente, sino que es algunos minutos mayor, por lo que un periodo sótico tenía 1460 años sóticos y 1461 civiles o imprecisos. Este es un error importante, al cabo de 400 años el inicio oficial y el calendarios solar estarían desviados 100 días y sólo cada 1461 años coincidirían ambos principios de año.

Lógicamente los egipcios observaron este desplazamiento que provocaba que el verano comenzase a mitad de la estación, Peret invierno. Y aquí es donde surgía el problema agrícola. Los egipcios, o al menos los sacerdotes, conocían esta desviación perfectamente, ya que no es difícil observarla, y se puede ajustar con mayor precisión cuanto mayor es el tiempo de observación. Pero el calendario civil no se corregía, sino que acumulaba el error.

En el reverso del papiro médico, Ebers, aparece un calendario en el que se aprecia claramente el registro del desfase entre el año civil y el astronómico y se sitúa el inicio del año en el mes tres de la estación de shemu frente al primer mes de la estación ajet.

Si la fecha de la inundación era el acontecimiento más importante del año, era necesario calcular y hacer saber a los encargados de las labores agrícolas en qué momento se produciría, puesto que empleando el calendario habría años en los que el día de la inundación caería en plena estación de la cosecha. Es posiblemente en este punto donde los sacerdotes utilizaban su poder. Eran ellos quienes calculaban, a través de un calendario religioso, basado en observaciones astronómicas, las fechas religiosas y principalmente la de la inundación. Por esta razón el calendario no era cambiado, la necesidad de calcular no sólo la fecha de la inundación sino también ciertas festividades religiosas. Una modificación al calendario supondría perdida de poder para el sacerdote. Era un secreto que el pueblo no debía conocer.

El resultado inmediato del uso de este calendario religioso es que algunas fiestas se celebraban el mismo día del mismo mes y otras se desplazaban anualmente. En la estela de Tanis, escrita en jeroglífico, demótico y griego.

En el año 238 a.c., durante el reinado de Ptolomeo III, el decreto de Canopus impuso el llamado calendario alejandrino que establecía un sexto día epagómeno cada 4 años. Más tarde Julio César, en el 45 a.n.e., por sugerencia de Sosísgenes de Alejandría, transformó la duración del año en 365.25 días. Pero a pesar de todas estas imposiciones extranjeras, los egipcios siguieron reacios a modificar su calendario , y no fue hasta el año 8 a.c., por imposición del emperador Augusto, que tuvieron que adoptarlo de forma oficial.

Medición del tiempo

Cada día se dividía en 24 intervalos, que equivalían a las 24 horas, y más comúnmente. El día, considerando por día el tiempo de luz natural, se dividía en 12 partes iguales, y la noche en otras 12. Lógicamente las horas diurnas eran de duración diferente a las nocturnas y además cada intervalo diurno y nocturno variaba según la época del año.

Las horas diurnas eran de mayor duración durante el verano que durante el invierno. Existía además una palabra, at, que podía designar el concepto de instante. No existía una duración definida para el término, aunque en algunos textos se ha traducido este símbolo por minuto erróneamente, o al menos no debe entenderse como 1 minuto por 60 segundos de una hora. Cada hora diurna y nocturna tenía un nombre, pero a efectos religiosos parece que sólo as 12 horas nocturnas reflejaban las 12 regiones del Duat, las regiones que atravesaba la barca solar en su viaje nocturno por el mundo del más allá.

La medición se realizaba, fundamentalmente, mediante el uso de relojes de sol o gnomos en las horas de luz natural y con listas de posiciones estelares durante la noche. Además se empleaba la clepsidra, un gran vaso de piedra en cuyo interior se grababan unas marcas que reflejaban una escala horaria. Solían estar decorados exteriormente con escenas que representaban a diferentes divinidades. En el vaso, que se llenaba con agua, se hacían perforaciones de diferentes diámetros, de manera que el agua pudiese escapar con mayor o menor caudal dependiendo de las horas que se quisiesen regular. No se sabe que antigüedad tiene la clepsidra, aunque tenemos constancia que durante el Reino Nuevo ya se empleaban. Durante el reinado de Amenhotep I, en el siglo XVIII, un personaje llamado Amenemes inventó, para gloria del faraón, una clepsidra que funcionaba con un único agujero, según se refleja en una inscripción.

Fuentes