Campaña de Antonio Maceo en Minas de Matahambre

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Campaña de Antonio Maceo en Minas de Matahambre
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AntoniMac.jpg
Fecha:1895
Lugar:Minas de Matahambre, Pinar del Río, Bandera de Cuba Cuba
Líderes:
Antonio Maceo

Campaña de Antonio Maceo en Minas de Matahambre. Acción encabezada por Antonio Maceo en el territorio minero, cuyo objetivo principal era extender la guerra hacia la región más occidental de la Isla de Pino, donde se agrupaba una gran riqueza azucarera y tabacalera, así como fuente de recursos con que España ofrecía resistencia a la insurrección.

Hechos

El Ejército Libertador, al mando de Gómez y Maceo durante la Invasión de Oriente a Occidente, salió de Mangos de Baraguá el 22 de octubre de 1895. Llegaron a Mantua el 22 de enero de 1896, solo se necesitaron 92 días para invadir las regiones de toda la Isla, frente a un ejército español muy superior en número, en armas y dotado de las técnicas sólidas de las academias militares españolas, muy semejante al ejército rebelde en relación de la tiranía batistiana.

Esta contienda considerada como uno de los acontecimientos más extraordinarios del siglo XIX, no solamente aseguraba el triunfo de la Revolución, con la participación de los cubanos de todos los rincones de la Patria, sino también, que les mermaba las fuentes de ingreso de los españoles en las provincias occidentales. Maceo en la invasión, había recorrido 424 leguas, 27 combates, 22 pueblos ocupados, 2 120 fusiles, 82 000 cartuchos.

El 22 de enero de 1896, en Guane designa Antonio Maceo al Coronel Pedro Vargas, para que se trasladara hacia diferentes puntos del municipio Guane y de la zona sur del actual municipio de Minas de Matahambre para que operara en Luís Lazo, San Carlos, Sumidero, Cabezas e Isabel María. Con esta táctica Maceo trataba de garantizar el retorno hacia la parte oriental de la Provincia. Maceo le había ordenado que en Isabel María se detuviera y se enfrentara al enemigo si se le presentaba, y en una marcha lenta, continuar hacia Viñales. Maceo trataba de desconcertar al enemigo, que preparaba las condiciones para acorraralarlo, y así los obligaba a que se dispersaran sus columnas.

Otra de las tácticas concebidas por Maceo, dentro de todo su plan estratégico militar fue cuando los días 20 y 21 de enero de 1896 en Guane, estableció los prefectos para los poblados de la Región, incluido los de este Territorio, no en balde Maceo haya sido reconocido hasta por sus propios enemigos, como un gran estratega en las artes militares, sin necesidad de haber cursado academia alguna.

Algunos pasajes de la guerra en el territorio minero en 1896 durante la campaña de Antonio Maceo en Vuelta

El día 24 de enero de 1896, partió Maceo de Mantua, con la tropa mambisa, y después de 10 leguas de fatigosa jornada entraban en el caserío de Macurijes. De allí salieron temprano en la mañana del 25 de enero y llegaron, después de media jornada de marcha, al caserío de Baja. El destacamento de voluntarios que lo guarnecía, al conocer de la presencia del Ejército Libertador había huido a la manigua y estaba ocupado por una fracción pinareña de soldados mambises. Todavía en Macurijes, ese mismo día, 25 de enero El Titán de Bronce designó a Rafael Herrera Cárdenas para la causa que ordenó instruir al Comandante Antonio Betancourt y al Teniente Rafael Torres, por haber tolerado el saqueo de un establecimiento durante la marcha del día 24, cuyos hechos Maceo no estaba dispuesto a consentir de ninguna manera, ya que con ello se restaban simpatías a la Revolución, entre los pequeños comerciantes y agricultores de la comarca.

Ese mismo día, algunas mujeres de Baja, cuyos maridos eran integristas y voluntarios, y habían huido del poblado, les pidieron a Maceo que les perdonara, y el Titán de Bronce, entonces, se dirigió al cura de la localidad el presbítero Ramón Lorenzo y le entregó a éste un documento, en el cual lo autorizaba, para manifestar a los voluntarios ausentes, que regresen a sus hogares, con la garantía de que no serían molestados por las tropas mambisas.

Maceo fue recibido en Baja con grandes muestras de simpatías, por parte de la población. Es precisamente en este lugar, donde le confirman la noticia de la salida definitiva de Cuba, de Arsenio Martínez Campo. Ese mismo día, continuó Maceo con su ejército rumbo a Santa Lucía, y esa noche acampó en el batey del Ingenio “Nuestra Señora de Las Nieves”, donde hoy se encuentra el Caserío de Sarmientos. Pero próximo a este lugar, se encontraba una columna enemiga, bajo las órdenes del General Echagüe.

Al siguiente día 26 de enero de 1896, al amanecer, las avanzadas cubanas tirotearon el enemigo que intentaba moverse sobre el campamento. La Caballería de Bermúdez, maniobró para detenerlo, y Maceo colocó convenientemente sus tropas en las alturas cercanas que Echagüe se limitó a bombardear con una batería de obuses. Unas cuantas docenas de descargas cerradas le parecieron suficientes al General hispano, que se replegó hacia sus primitivas posiciones, mientras tanto, las cornetas mambisas tocaban marcha y siguió Maceo su ruta, sin más contratiempo. Si bien el combate de Santa Lucía, no fue sangriento, debido a que el ejército español, se replegó y se retiró del teatro de operaciones, sin embargo, se puede considerar el mismo como el bautismo de fuego, que tuvo el Titán de Bronce con su ejército mambí, en tierras del actual municipio de Minas de Matahambre, fue sin duda el primer combate efectuado en este territorio.

El día antes, ya había tocado suelo del territorio minero, por primera vez. La marcha invasora del día 26 de enero de 1896, en terreno minero fue ruda, cruzaron ríos, desfiladeros, bosques y maniguales para llegar a Quemados de Pineda y sale del territorio minero ese mismo día, continúa su avance hacia Santo Tomás, aquí organiza militarmente a la provincia: El 5to. Cuerpo en 2 brigadas al frente de la primera el Coronel Pedro Vargas Sotomayor y al frente de la segunda, el Coronel Roberto Bermúdez.

Mientras tanto el 27 de enero el General Español Luque, salió de Pinar del Río al mando de su ejército, que se encontraba acantonado en este lugar, en dirección hacia la Sierra de los Organos y acampó en El Mulo, y al día siguiente, el 28 marchó hacia Luís Lazo, y no pudo encontrarse con las tropas mambisas, entonces finalmente, Luque decidió dirigirse hacia San Juan y Martínez, a enfrentarse con las fuerzas de Varona, que ocupaban este lugar. Maceo, por su parte, continuaba hacia la parte oriental de la provincia.

Mientras tanto, Valeriano Weyler hacía entrada en La Habana, el 10 de febrero de 1896. Después de Maceo, tener una reunión con Gómez en La Habana, entra de nuevo en la Provincia, el 17 de marzo. Maceo reorganiza el mando militar: Confirmando Pedro Díaz en la División de la Provincia, Juan Lorente, para la brigada occidental y Varona como segundo, el General Juan E. Ducasse para la brigada Sur, relevado Bermúdez e incorporado al Cuartel General. El Coronel Vidal Ducasse, para la brigada norte, y sustituido el Coronel Pedro Vargas Sotomayor. Sancionó al General Dionisio Gil; por falta de ejemplaridad militar, que introdujo en las filas, con su conducta.

Mientras Antonio Maceo se encontraba fuera del territorio actual del municipio minero, una unidad del Ejército Libertador, radicado en la zona el 11 de marzo de 1896, había reducido a cenizas el pueblo de Baja, y dos días antes quemaron varias casas en Biajaca, de defensores de España, también entraron en Río del Medio, alrededor de 25 hombres y quemaron el almacén y varias casas y entre ellas, la del Teniente Coronel de Voluntarios nombrado José Braña. Manuel A. Cifuentes, que se encontraba en el almacén, le quitaron el revólver y le dispararon un tiro sin que le causaran daño alguno.

En todos los casos se trataba de defensores del Gobierno Colonial. Maceo a finales de mayo, efectuó una entrevista con el General Díaz, para darle instrucciones sobre un nuevo plan que se proponía poner en ejecución. El General Díaz saldría de inmediato con la Brigada Norte, para efectuar reconocimientos en Consolación del Sur, Pinar del Río, Los Cerros de Guane (se incluye algunas zonas montañosas del sur del municipio de Minas), remontar la Sierra de los Organos hasta Pan de Azúcar, y entrar en la zona de Viñales para desafiar la trocha que el enemigo había levantado allí. Mientras Maceo se encontraba fuera del territorio minero.

Es importante resaltar la expedición llevada a cabo desde Yaksonville, Estados Unidos, a nuestra Isla, al mando del Coronel Francisco Leyte Vidal, que después del desembarco en Las Canas, por la zona de La Coloma, provincia de Pinar del Río, recorrió tierras pinareñas, en busca del reencuentro con Maceo, entre los meses de junio y julio de 1896, parte del material de guerra desembarcado, del total de 200 fusiles máuser, 35 tercerolas, 300 000 tiros, 10 cajas de dinamita, bombas y otros pertrechos de guerra, bajo aguaceros torrenciales cruzaron el Municipio actual de Minas de Matahambre a través del itinerario de La Majagua, Los Jobos, Peña Blanca, Pan de Azúcar, hasta su encuentro con Maceo el 19 de julio fuera del territorio minero. Hay que destacar en este recorrido que durante este difícil trayecto, fueron festejados por las tropas mambisas del territorio, así como por las familias pacíficas de la zona minera, todos cooperaban y muchos ingresaron en sus filas, lo que no ha podido ser posible la cantidad de combatientes incorporados. No hubo enfrentamientos con los españoles, pues estos no se decidían a atacar, sino en formaciones de miles de hombres.

El 15 de julio de 1896 los expedicionarios, con el Coronel Leyte Vidal al frente, que eran en total 45,. Avanzaba, los cuales cruzaron por los sitios de Peña Blanca y Pan de Azúcar, por el lugar nombrado Vega del Isleño.

El día 12 de julio, a las 10:30 de la mañana, llegaron a La Manaja, acamparon esa noche y al día siguiente permanecieron allí. El día 14 de julio a las 4:30 de la tarde llegaron a Los Jobos y acamparon esa noche. Finalmente y fuera del territorio minero, logra unirse a Maceo, para hacer entrada nuevamente en este territorio.

Maceo, después de un largo recorrido por la Región Occidental de la Isla, el 29 de agosto a las 6:00 de la tarde llegaron a Pan de Azúcar y acamparon hasta las 12 de la noche. Salieron rumbo a la zona de Viñales y al amanecer del 30 de agosto, avanza con su ejército, junto a Bermúdez, Sotomayor, Nuñez y Leyte Vidal, con 300 hombres de combate, a los que además había agregado, hacía pocos días en las diferentes comarcas del territorio más occidental, alrededor de 200 campesinos que conducían las reses.

Al entrar por las vegas de Isabel María, con muchas precauciones, las zonas más difíciles y peligrosas de la travesía, Maceo efectúa el recorrido entre 4 fuertes españoles, colocados a 200 metros uno de otro, a la vista de la infantería española apostada, que apenas intentó oponerse. Los mambises atravesaron la trocha, sin perder ni una sola de las reses que conducían los campesinos desarmados. Solamente la retaguardia tuvo que combatir, que experimentó 5 heridos entre ellos el Coronel Leyte Vidal.

Este sería el segundo combate de la tropa de Maceo en tierras mineras, no obstante, queremos señalar, que por la división política-administrativa, una parte de esta zona corresponde en la actualidad al municipio de Viñales y otra al municipio de Matahambre, por lo que ambos municipios les corresponde recoger este acontecimiento, sin caer en regionalismo alguno. Desde luego que en aquel entonces Isabel María, pertenecía a Pinar del Río.

Continuaron las tropas de Maceo su avance hasta llegar a Peña Blanca, y ese mismo día 30 de agosto en esta zona se produce otro ligero tiroteo, correspondiente al tercer pequeño combate del Titán de Bronce en territorio minero. Los españoles que se encontraban en esta zona, una vez más intentaron oponerse a la marcha triunfal de Maceo, pero todo fue inútil, porque fueron obligados a retroceder. Esa noche acamparon a una legua de la prefectura de Peña Blanca. A las 4 AM del día 31 reanudaron la marcha a las 8 AM, Maceo decide que lleven a Leyte Vidal hacia la prefectura de Ceja de la Mina, en camilla, que lo traían desde Isabel María todo ese trayecto, dada su situación de gravedad, Maceo ordenó que el Coronel fuera llevado hasta un lugar seguro y con su asistente y viejo amigo Charles Simón, el practicante Manuel García y el Subprefecto de Peña Blanca Víctor Piñeiro, lo condujeron hasta la prefectura de la Ceja de la Mina. Maceo continuó su rumbo.

En Ceja de la Mina, establecieron el campamento y entonces comenzó para Leyte Vidal, un largo período de grandes sufrimientos físicos y morales, las condiciones no podían ser más duras. Ceja de la Mina, en ese entonces estaba azotada por plagas de mosquitos y jejenes, apenas contaban con medicamentos, los escasos alimentos no eran los más adecuados para la recuperación del herido, llovía mucho y la humedad era inmensa. Al principio, Leyte tuvo complicaciones renales que fue necesario combatir con infusiones y yerbas a falta de medicamentos.

Atormentado por la fiebre y agudos dolores que le causaba la herida, sufría agotadores excesos de tos que no le dejaban conciliar el sueño, a pesar de que se le administraban pastillas de morfina, sumamente debilitado perdió el apetito y cayó en un estado de profundo abatimiento. Creía morirse, y más de una vez, llamó a sus compañeros para darles su última disposición, el frío húmedo del monte agravaba su malestar. A veces los dolores eran tan intensos que ni siquiera la morfina le proporcionaba el menor alivio y para empeorar las cosas, en dos o tres ocasiones un tiroteo cercano obligó al herido a refugiarse en un rincón más apartado del monte.

Por su parte Maceo recibía noticias de su estado de salud y en una o dos ocasiones éste le envió medicamentos, pero aún así la herida no mejoraba, continuaba supurando, la fiebre no cesaba, el día 25 de septiembre de 1896 se le presentó una gran inflamación en todo el pecho y que solo se pudo combatir con ungüentos y fricciones, apenas podía respirar, sin embargo Leyte Vidal superó aquella crisis. Lentamente la fiebre y la tos disminuyeron y el Coronel pudo dormir sin tomar calmantes. Poco a poco recobró el apetito y comenzó a ganar fuerzas. La herida finalmente dejó de supurar y cicatrizó. Después de una convalecencia de 70 días, el Coronel Leyte Vidal pudo abandonar el campamento de la Ceja de la Mina, el 11 de noviembre de 1896.

Mientras Leyte Vidal, permanecía en Ceja de la Mina, después de su separación en Peña Blanca el día 31 a las 8 AM, el Ejército Libertador con su guía el Titán de Bronce, siempre al frente de la tropa, continuaron el avance y después de dos penosas caminatas llegaron el 31 de agosto a Los Jobos, donde alcanzaron a las fuerzas de Delgado y Castillo que custodiaban una impedimenta de 400 campesinos desarmados, los cuales fueron reclutados por el Lugar Teniente General, para conducir las reses que servían de alimentación a la tropa y para cargar el material de guerra de la expedición y trasladarlo al punto de partida, donde estaba el centro de operaciones de los mambises en Pinar del Río. Es de suponer que la mayoría de estos reclutados eran del territorio. Continuó viaje la tropa del Titán de Bronce, en dirección a Ceja Francisco, en este intervalo se produjeron ligeros encuentros de patrullas.

Desde la Manaja, el 1 de septiembre, envió Maceo, correos al General Díaz y Coroneles Juan Eligio y Vidal Ducasse, en las que les comunicaba, que él se dirigía con rapidez hacia el encuentro con ellos, y que le enviaran noticias acerca de la expedición de Rius Rivera y sus pormenores. Estos lugares del territorio minero, eran muy difíciles, debido a la existencia de manigua y pedregales de las montañas. El General Maceo tuvo que montar un mulo para esas travesías, un animal de buenas condiciones, trepador y de mucho aguante, llevaba además una mula de reserva, llamada la Gobernadora, de color castaño y de parecidas condiciones, un caballo especial seguía al mulo. Inquieto Maceo por no tener información del desembarco de Rius Rivera y su valioso cargamento, pues según lo previsto, debía desembarcar el 25 de agosto como fecha máxima, decide continuar la marcha hasta Tumbas de Estorino, fuera del territorio minero, en ese lugar, el 8 de septiembre establece el Cuartel General, y por la Orden General No. 421, nuevamente reorganiza la brigada de Occidente, que contaría con 2 regimientos: Goulet y Varona, aquí son ascendidos entre otros altos Jefes, por méritos adquiridos en campaña, a Antonio Tarafa, al cargo de Teniente Coronel. Ambos regimientos se componían de 2 escuadrones y 10 compañías.

El primer regimiento, al mando del Coronel Bernardo Camacho, los 2 escuadrones, al mando de los tenientes coroneles Antonio Tarafa, hijo de este territorio y Miguel Lores. El segundo regimiento al mando del Teniente Coronel Manuel Lazo y al mando de los 2 escuadrones los Tenientes Coroneles Julián Gallo y Luís Pérez. Es bueno señalar que ninguno de esos cuerpos militares tenía el número de plazas reglamentarias, es decir las cifras de soldados no estaban completas. El día 9 de septiembre, o sea al siguiente día traslada su campamento a Ceja Francisco, nuevamente hace entrada en territorio minero. Al enterarse Maceo del desembarco de la expedición de Rius Rivera, se retira de Francisco y por tanto, sale del territorio minero y se dirige en su búsqueda.

Entre tanto, desde la Prefectura de la Ceja de la Mina, el 1 de septiembre se escucharon descargas de armas que hacían suponer un combate entre las fuerzas mambisas y las del enemigo.

El día 4 de septiembre en horas de la tarde, fuerzas de caballería e infantería española, se habían posesionado de la prefectura de Peña Blanca y quemaron una casa. Pero antes, el centinela de la prefectura, disparó contra ellos, y mató a uno de los guerrilleros defensores de España. Al día siguiente el enemigo se retiró en dirección a Gramales.

El día 9 de septiembre, llegó a Ceja de la Mina, el Prefecto de Cantajorra y el Capitán Tomás Sardá, quienes informaron de que los mambises habían macheteado al enemigo en Dimas, que era un lugar muy bien fortificado, por el ejército español.

El día 10 de septiembre conocieron la noticia de que Maceo se encontraba en Francisco el día antes.

El día 17 de septiembre varios combatientes de la prefectura de Ceja de la Mina, salieron en busca de viandas, cerca de Gramales y tuvieron que emprender un tiroteo contra el enemigo que duró bastante tiempo.

El día 22 de septiembre, en horas de la tarde, se efectuó un tiroteo hacia el sur, y hacia Gramales, también se produjeron algunos tiros. El día 25 de septiembre, Leyte Vidal recibió noticias del Titán de Bronce, por el Prefecto de Cantajorra Gabriel Hernández.

El día 26 de septiembre de 1896, una columna enemiga, en Peña Blanca, destruyeron y quemaron el Campamento y la Prefectura; más tarde el enemigo avanzó hacia Gramales y Ceja de Francisco. Ese mismo día, y parte de la noche, se produjo un encuentro, en Francisco y Gramales, entre las fuerzas mambisas y españolas, con descargas y tiros de cañones.

El día 28 de septiembre, cerca de Francisco, se efectuaron disparos continuados.

El 30 de septiembre se escucharon descargas de tiros, cerca de Ceja Francisco.

Entre tanto, el Teniente Coronel Lores recibió instrucciones de ponerse al frente de los hombres que ordenó reunir a los Prefectos de Francisco y Cantajorra, para marchar hacia Dimas, y esperar nuevas instrucciones, también Maceo le ordenó el 22 de septiembre al Comandante Higinio Cumbá se incorporara con su tropa, de Francisco, lugar donde se encontraba, hacia Tumbas de Estorino, Maceo, con la expedición de Rius Rivera, contó a partir de entonces con un cañón neumático, primero de su clase que se fabricó en el mundo; y Cuba el primer país donde se usó y con éxito.

Mientras se desarrollaban los acontecimientos de la Batalla de Montezuelo, en el Municipio de Mantua, 2 columnas españolas, bajo el mando superior del General Melquizo, esperaban apostados estratégicamente, para impedirle a Maceo el avance hacia el este de la Provincia. En Ceja Francisco, centro del territorio y de la sierra, estaba situado el General Español, con una de las 2 columnas, y la otra columna situada en La Manaja, al frente del Coronel Francés, ambas columnas formaban parte del plan general combinado contra Maceo. Informado éste de las intenciones enemigas, estableció una línea de posiciones, amparadas en los accidentes topográficos del lugar, que cubría los caminos de Dimas a La Manaja, de Guane a Francisco, y otros.

En horas tempranas del día 27 de septiembre, las tropas de Maceo estaban listas sobre las armas, y la columna española de Melquizo había partido de Francisco, para tratar de invadir el campamento de Maceo en Tumbas de Estorino. Poco después, se escucharon descargas en dirección a La Manaja, donde los destacamentos cubanos dejados por Maceo en su marcha al oeste trataban de resistir el avance de la columna del Coronel Francés.

Mientras en Tumbas de Estorino entablaban combate entre ambas fuerzas, Maceo, sin descuidar el campo de La Manaja, envió el regimiento nombrado Gómez, puesto que, en este lugar, se entablaba otro combate reñido entre la columna del Coronel Español Francés y dos Compañías de Infantería Cubana bajo las órdenes del Comandante Fleites. El plan de Melquizo consistía en obligar a los mambises que defendían Tumbas de Estorino, avanzar hacia La Manaja, y obligarlos a que cayeran en medio de las dos fuerzas españolas, pero el plan fue fracasado y los españoles se vieron obligados a huir hacia la Sierra de Francisco, hostilizados por los mambises, hasta las 5 PM, en que un aguacero torrencial impidió la continuación de la persecución y batida al enemigo.

El Coronel Francés, Jefe de la columna española acantonada en La Manaja, hubo de suponer erróneamente, que la tropa cubana que entraba en fuego, venía huyendo de Tumbas de Estorino, la cual se encontraba batida y derrotada por los batallones de Melquizo, del ejército español, pero en realidad eran las fuerzas de refuerzo que había enviado, Maceo al mando del Coronel del Ejército Invasor, Juan E. Ducasse, la misma entró en fuego para unirse con la compañía de infantería veterana que Maceo había destacado en La Manaja. Al llegar Ducasse con su tropa, avanzó con resolución sobre las emboscadas tendidas en el camino, por el General Francés. Este último bajo la presunción de que los cubanos venían huyendo, se lanzó por la misma ruta de los supuestos derrotados. La vanguardia española fue materialmente diezmada, por los certeros disparos de la infantería cubana.

El Coronel Francés ordenó una maniobra de caballería, pero los mambises del Regimiento Gómez se tendieron sobre la tierra, para ofrecer menos blanco a la agresión enemiga, y en esa posición le causaron a los españoles, grandes bajas. De pronto, un Comandante Español, en un alarde de temeridad, avanzó en dirección a la tropa mambisa, y pudo matar a 2 combatientes cubanos, que en ese instante ambos se erguían con sus firmes machetes en mano, para hacerle frente, pero ello no determinó el empuje y el arrojo de los mambises, porque se plantaron más firmes y rodilla en tierra, defendieron la margen del río, que hoy sirve de límite o divisoria entre el municipio de Minas de Matahambre y Guane, por lo que esta batalla, que consideramos fue la más potente ocurrida en territorio minero, corresponde geográficamente, a ambos municipios.

Los mambises apuntaron y dispararon con tal precisión, que los españoles no pudieron, a partir de entonces, adelantar un paso más. Cayeron caballos y jinetes en buen número, revuelto con los peones que apoyaban el avance, por uno de los costados de la bajada del río, que seguían al valeroso jefe español, que con tanto denuedo se abalanzó sobre nuestros tiradores. Este mismo oficial quedó fuera de combate. El aguacero fue torrencial también, creció el río Manaja, hasta no dar paso en varias horas, y en esas condiciones fue imposible de franquear, y de esta forma, dieron fin al combate. El Coronel Francés, confesó en un parte oficial, que, en el combate de la Manaja, había tenido 100 bajas. En cambio, los cubanos, en los 2 combates tuvieron 95, entre muertos y heridos. El General Maceo siguió el rastro de Melquizo con su columna y emprendió la marcha rumbo a Francisco, donde estableció el campamento, allí esperó Maceo la incorporación de los destacamentos que habían perseguido a las derrotadas columnas españolas. Juan Eligio Ducasse y Maceo, sus tropas, escribieron una brillante página de la historia mambisa, en tierras de la Manaja, y del Municipio Minero; esta batalla arrojó al Ejército Libertador, 27 bajas.

Los días 29 y 30 de septiembre, las tropas cubanas descansaron en Francisco y el 1 de octubre continuaron la marcha, y al frente, de la columna, la figura erguida del Titán de Bronce en dirección este, ya con anterioridad, Maceo le había ordenado a los Prefectos de Francisco y Cantajorra, que reunieran 100 hombres cada uno, de sus respectivas comarcas, y se dirigieron hacia Dimas, que estaba muy fortalecida por el mando español. Mientras tanto Maceo, de Francisco se dirige a Peña blanca, aquí reunió 800 hombres listos para combatir, bien armados, a razón de 100 balas por soldado.

El 2 de octubre, salió Maceo de Peña Blanca, pasó por Quemados de Pineda, llegó a Cabezas, aquí sostuvo una ligera escaramuza, con los voluntarios de este barrio, y acampó a la vista de sus fuertes. Los voluntarios dieron la voz de alarma, con un vivo tiroteo y causó algunas bajas, Maceo contestó con el fuego de su fusilería, acompañado con disparos de cañones, estruendo que sirvió de aviso a todos los defensores del reino español, en la zona de Viñales para que se pusieran sobre las armas.

La hostilidad enemiga se acrecentó en las primeras horas de la noche y resultaron víctimas algunas infelices mujeres que venían en la columna invasora, por lo que se ordenó reducir a cenizas todos los bohíos deshabitados, ya que era de pensar que sus dueños eran los propios voluntarios que se hallaban en función de guerra, a pesar de esta medida, el tiroteo continuó hasta las 12 de la noche, el caserío y la comarca quedaron arrasadas, pero no se humilló la altivez de los iracundos voluntarios de Cabezas. Mientras los insurrectos quemaban los bohíos, queman uno cerrado que se conocía que se trataba de un español que estaba en la línea de combate, y un niño de 9 años se encontraba dentro, el cual murió abrasado, doloroso espectáculo que afligió considerablemente a la Columna del Ejército Invasor que se encontraba allí, aún cuando sabían que el padre se encontraba en la trinchera de combate contra ellos.

Al amanecer del día 3 de octubre, Maceo se dirigió a los pinares de Sumidero. La vanguardia cubana sostuvo fuego con los guerrilleros y voluntarios de Isabel María. El día 4 a las 6 AM reanudó la marcha rumbo al camino de Pinar del Río a Viñales (18), y así dejaba atrás al actual municipio minero, esta vez para siempre.

Entre tanto en Ceja de la Mina con anterioridad, el 1 de octubre, salieron algunos a explorar la zona y cerca de los Jobos en dirección a Peña Blanca, avanzaban las fuerzas mambisas, al frente del Lugarteniente General Antonio Maceo y esa noche recibió comunicación Leyte Vidal, del General y además le envió medicinas. El día 3 de octubre, Leyte Vidal y sus hombres, escucharon tiros a diferentes horas y en diferentes parajes. Ese mismo día a las 2 PM salió de Gramales en dirección a Peña Blanca, una columna enemiga, y al día siguiente, a las 8 AM continuaron rumbo a Santo Tomás.

El día 12 de octubre de 1896, en el lugar conocido por el Punto, camino hacia Pan de Azúcar, una guerrilla de 20 hombres españoles, sorprendió la casa del Manila, donde había un grupo de insurrectos, los cuales mataron a la esposa de Manila, éste desapareció, los españoles se llevaron 2 tercerolas, 1 remington, 1 revólver, otras armas, un capitán insurrecto y 2 morenos.

El día 16 de octubre se escucharon descargas de disparos, desde Ceja de la Mina, hacia la zona de Ceja Francisco, lo que supusieron que eran tropas mambisas, que peleaban con los españoles.

El 18 de octubre, en el camino de Peña Blanca un grupo de 11 ó 12 enfermos se trasladaban de la Prefectura de Peña Blanca hacia la prefectura de Cantajorra.

El día 20 de octubre, un grupo de exploradores del Ejército Libertador, tirotearon a los guerrilleros de Gramales, quienes tuvieron algunas bajas.

El día 25 de octubre, de 5 AM a 10 AM, hubo un fuerte y nutrido tiroteo de fusiles y cañonazos, en Cabezas e Isabel María.

El día 29 de octubre, llegó al campamento de la Ceja de la Mina un americano nombrado John Francés Conroy, que venía por vía de Cantajorra, procedente de Ceja de Francisco, el cual quedó en este campamento, para irse al Cuartel General, en la primera oportunidad que se presentara. Este americano vino en la última expedición, con Rius Rivera.

El día 4 de noviembre se envió una comunicación, de Ceja de la Mina, al Comandante Veloz en Pan de Azúcar, para que viniera, con sus oficiales y soldados mambises, con vistas a salir de conjunto, en dirección a Ceja de Francisco y unirse allí, con las fuerzas cubanas, de los Coroneles Núñez y Camacho.

El día 6 de noviembre llegaron a Ceja de la Mina, el comandante Veloz, un Capitán, un Alférez y 7 combatientes más, quienes convinieron con el Coronel Leyte Vidal, en volver a Pan de azúcar, para recoger a todos los combatientes existentes allí y regresar el día 11 de noviembre, para seguir juntos, al Campamento del Coronel Núñez. El día 7 salió el Comandante Veloz hacia Pan de Azúcar y regresó el día 9 de noviembre con 40 hombres y 10 armas, hacia Ceja de la Mina y acamparon ahí.

El día 11 de noviembre salieron de Ceja de la Mina a las 7:30 AM y llegaron a las 10:00 AM a Cantajorra, donde acamparon ese día y la noche, allí contactaron con el Coronel Lores.

El día 12 de noviembre, a las seis y media de la mañana salieron y llegaron al Yayal a las 10:00 AM y a Francisco a las 5 PM, allí se encontraron con el Brigadier Lorente, el Coronel Camacho, el Teniente Coronel Gallo Garzón, etc. Acamparon esa noche, junto con ellos. Allí permanecieron hasta el día 18, a las 12 del día, que fueron al campamento del Coronel Núñez y el 20 salieron para Ulloa.

Mientras tanto, y ya con anterioridad, en el Occidente operaba el Coronel Miguel Lores, quien mantuvo en jaque a las fuerzas españolas en San Carlos, Gramales, Ceja de Francisco y Caliente, en este período fue quemado el caserío de San Carlos (en Las Dos Ceibas). Por este entonces, en Caliente hubo un cementerio, debido al exceso de fallecidos, a causa de las epidemias como consecuencia de la guerra, así como un hospital para los mambises heridos.

Por su parte, Weyler, con las derrotas sufridas en Tumbas de Estorino y en La Manaja, dicta el 21 de octubre, el (bando de reconcentración) contra los campesinos de Pinar del Río. El cubano que no abandone el campo y se (reconcentre) en las zonas fortificadas españolas será pasado por las armas, no importa el sexo y la edad. El asesinato de los campesinos con sus mujeres e hijos, era la nueva táctica Weyleriana contra Maceo.

El 7 de diciembre, en San Pedro caen, en combate Antonio Maceo y Panchito Gómez Toro; para la causa, fue un golpe durísimo, esta pérdida conmovió profundamente a aquel ejército que él había sabido conducir, en una victoria tras otra, pero a pesar de eso, la campaña, de Occidente siguió adelante, con un ímpetu arrollador.

La muerte de Maceo fue la segunda catástrofe política experimentada por la Revolución. La ausencia de José Martí y Antonio Maceo, en el escenario de la guerra, afectó sensiblemente el pensamiento radical de la Revolución y privó al proceso de Liberación Nacional Cubano de dos líderes genuinos que sostenían los principios fundamentales, bajo los cuales se había convocado la Revolución.

En Costa Rica, llora María Cabrales desconsolada, mientras leía la carta que le ha escrito Gómez... “ pierde Ud. El dulce compañero de su vida, pierdo yo al más ilustre y al más bravo de mis amigos. Y pierde el ejército Libertador a la figura más excelsa de la Revolución.

Antonio Maceo, en total, acampó ocho noches en el municipio de Minas de Matahambre, en lugares distintos, una noche en Pan de Azúcar, una noche en Baja, tres noches en Francisco, una noche en Peña Blanca, una noche en Cabezas y una noche en Santa Lucía.

Maceo participó en el territorio minero en 6 combates, Santa Lucía, Isabel María en dos oportunidades, Peña Blanca, La Manaja y Cabezas. Además, durante el año de 1896 hemos registrado 13 combates o enfrentamientos entre el Ejército Invasor y Español, en el municipio actual de Matahambre, en los que Maceo no participó. Estos 19 combates ocurridos en ese año, si bien no tuvieron gran trascendencia nacional, sí fueron indudablemente, de gran trascendencia local.

Esposa y familia de Maceo

Maceo se había casado con María, el 16 de febrero de 1866, en Morón, sus nombres completos eran Antonio María Maceo Grajales y María Magdalena Cabrales Isaac. Maceo tuvo como medios hermanos a Felipe, Fermín y Justo, y como hermanos carnales, José Rafael, Miguel, Tomás, Marcos.

Los padres de Mariana Grajales eran dominicanos. El padre de Antonio Maceo, Marcos, era Venezolano, en Cuba, éste poseía buena posición económica, con 3 fincas. Su hermano Justo fue el primero que cayó fusilado por el enemigo, primer muerto de la legión de leones amamantados por Mariana Grajales, todos ellos fueron bisoños del arte militar, por la independencia de Cuba.

A Maceo, le faltaba a Pinar del Río, poner a prueba sus energías bélicas, y ha inmortalizado sus montes y sus llanos con sus épicas hazañas. Maceo, si bien se ciñó moralmente con la corona de laurel y recibió la guirnalda de la victoria, pero nada ocupó su corazón como la satisfacción del deber cumplido.

Fuentes

  • Artículo Algunos pasajes de la guerra en 1896, en territorio minero durante la campaña de Antonio Maceo en Vuelta Abajo Disponible en ¨www.monografias.com¨ Consultado el 18 feberero 2020
  • J. De la Riva Pérez, El barracón y otros ensayos, Edic. Ciencias Sociales, Habana, 1975, pp. 232, 270, 271 y 205, Biblioteca Provincial Pinar del Río.
  • Fernando Portuondo, Historia de Cuba, 1492-1898, Edic. Pueblo y Educación, 1965, pp. 381, Biblioteca Personal.
  • María del Carmen Barcia y otros, Historia de Cuba, las luchas por la independencia nacional y las transformaciones estructurales, 1868-1898, Edic. Política, Habana, 1996, pp. 548, Archivo Provincial Estatal de Historia, Pinar del Río.
  • Antonio Núñez Jiménez, Geografía de Cuba, 3ra. Edición, Edit. Pedagógica, Habana, 1963, pp. 165, Biblioteca personal.