Carlos Di Sarli
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Carlos Di Sarli. Pianista, director y compositor argentino.
Síntesis biográfica
Carlos Di Sarli nace el 7 de enero de 1903 en Bahía Blanca, Argentina director de orquesta, compositor y pianista argentino,considerado una importante figura dentro de la música de tango.Es apodado "El Señor del Tango",un talentoso ejecutante de piano. Desde su instrumento dirigía la orquesta dominando la sincronía y la ejecución del conjunto.En el estilo de Di Sarli no había solos de instrumentos,la fila de bandoneones canta por momentos la melodía,tiene un papel esencialmente rítmico y milonguero.
Su padre Miguel di Sarli, italiano, tiene tres hijos, Ana María y Antonio , de un primer matrimonio. Cuando enviuda emigra a Uruguay, luego a Argentina. Se casa con Serafina Russomano, que es hermana del tenor Tito Russomano, con la cual tiene otros seis hijos: José , Miguel , Nicolás , Domingo , Cayetano y Roque, estos dos últimos nacen en la ciudad de Bahía Blanca, donde se instala con la familia.
La música está presente en la familia: su hermano Domingo es profesor en el conservatorio Williams de Bahía Blanca, Nicolás llega a ser un renombrado barítono y Roque, el menor, pianista al igual que Carlos.
En el conservatorio donde enseña su hermano, Carlos Di Sarli estudia música y se familiariza con los clásicos. Le gusta tocar el piano y tiene desde chico el propósito de viajar a Buenos Aires. Los tangos los escucha en el fonógrafo a bocina y en cafés de la ciudad, en los que a veces se presta a utilizar sus dotes de pianista clásico para tocarlos él mismo.
Trayectoria
A los 13 años se hace una escapada incorporándose a una compañía de zarzuelas con la que hace una gira por varias provincias ejecutando música popular, incluyendo tangos. Más adelante toca el piano en un cine acompañando películas mudas y en una confitería de la ciudad de Santa Rosa, provincia de La Pampa, ambas de propiedad de Mario Manara, connacional y amigo de su padre, lo que hace durante unos dos años. Tiempo después debuta como solista en un biógrafo (cine) y en una confitería de la ciudad de Santa Rosa, provincia de La Pampa, ambos de propiedad de un amigo de la familia,Mario Manara unItaliano como su padre.
Nadie como él combina la cadencia rítmica del tango con una estructura armónica,en apariencia sencilla, llena de matices y sutilezas.No esta enrolado en ninguna de las dos vertientes de su época.No es una orquesta tradicional, al estilo Roberto Firpo o Francisco Canaro. Tampoco un seguidor de la renovación decareana. Es un pianista talentoso, quizás uno de los más importantes, que dirige su orquesta desde el instrumento,con el que domina la sincronía y la ejecución del conjunto.
Di Sarli impone un sello propio, un perfil musical diferente que se mantiene inalterable en toda su prolongada trayectoria. En los comienzos, su sexteto nos revela la influencia de Osvaldo Fresedo,es cierto, opina que no hubiera habido un Di Sarli si no hubiese existido un Fresedo.Pero,sólo como antecedente necesario de un estilo que, con el tiempo,se convierte en un modelo puro, de naturaleza propia y diferenciada.
Di Sarli en su esquema orquestal no existe solos de instrumentos, la fila de bandoneones canta por momentos la melodía, tiene un papel esencialmente rítmico y milonguero. Únicamente el violín se destaca de un modo extremadamente delicado, en algún solo breve o en un contra canto.
El piano manda de una forma sugerente, con un bordoneo que se hace marca registrada del maestro, encadenando los compases de la obra y acentuando un ritmo delicado y elegante, especial para la danza.
“Milonguero viejo (Fresedo)”, el tango que dedica a Fresedo, su referente y admirado amigo, es curiosamente el lapsus paradójico que retrata su propio modelo musical.
En 1919 arma su primera orquesta para tocar en una confitería de su ciudad natal, Bahía Blanca, principio de su dilatada carrera artística.
En 1923 llega con su hermano Roque Di Sarli a la ciudad de Buenos Aires, ahí se vincula con el músico Alberico Spatola, director de la banda de la policía de Buenos Aires y pariente de los Di Sarli, quien lo contacta con el bandoneonista Anselmo Aieta para integrar su conjunto, pasa a las filas de una formación muy popular que comandaba el violinista Juan Pedro Castillo, El Rey del Pizzicato.
Integra el trío de Alejandro Scarpino, el consagrado autor del tango “Canaro en París”, acompaña en las grabaciones para el sello Electra a la actriz y cantante Olinda Bozán, prima de Sofía Bozán.
Debuta con un sexteto en el Cabaret Chantecler, donde dura poco tiempo a raíz de una pelea con el propietario. Es en épocas duras, había mucha competencia y muy difícil conseguir trabajo. A través del violinista José Pécora se vincula con Osvaldo Fresedo y actúa en su orquesta inaugurando el Teatro Fénix del barrio de Flores.
En 1927 forma su primer sexteto con José Pécora y David Abramsky, en los violines; César Ginzo y Tito Landó, en bandoneones y el contrabajo de Adolfo Kraus. Actúa en diferentes confiterías el siguiente año firma su primer contrato con RCA-Victor, donde inicia su labor el 26 de noviembre de 1928.
En algunas de sus grabaciones cuenta con las voces de Santiago Devin,Ernesto Famá y Fernando Díaz, tres excelentes intérpretes a los cuales acompaña en sus actuaciones radiales.
En esta etapa Di Sarli registra 48 temas, partiendo con los tangos “T.B.C.” y “La guitarrita”, para finalizar el 14 de agosto de 1931 con “Una noche de garufa” y “Maldita” con la voz de Ernesto Famá.
En 1932.se incorpora a la orquesta Antonio Rodríguez Lesende quien es su primer cantor estable, años después por motivos no fehacientemente conocidos, se aleja de su orquesta y parte rumbo a Rosario, provincia de Santa Fe donde participa de un pequeño conjunto con el bandoneonista Juan Cambareri. Mientras tanto el sexteto continua actuando sin Di Sarli pero manteniendo su nombre. Luego a raíz de las actuaciones en la Confitería Novelty pasa a llamarse Orquesta Novel.
En 1935 es solicitado por sus ex compañeros para integrar a esta formación, solamente para reemplazar al pianista Ricardo Canataro que estaba enfermo.
A fines de 1938 comienza a organizar nuevamente su orquesta que debuta en Radio El Mundo en [[enero de 1939, conformada de la siguiente manera: piano y dirección Carlos Di Sarli; los violines de Roberto Guisado, Ángel Goicoechea y Adolfo Pérez; en bandoneones Roberto Gyanitelli, Domingo Sánchez y Roberto Mititieri; y Domingo Capurro en el contrabajo; el cantor Ignacio Murillo, luego reemplazado por Roberto Rufino.
El 11 de diciembre de 1939, vuelve a los estudios de grabación en el sello Victor,con los tangos “Corazón”, cantado por Roberto Rufino y “El retirao”.
Es su etapa de gloria, el rubro Di Sarli Rufino constituye una página de oro de nuestro tango. Su registro de “Tristeza marina” es formidable. Luego se incorpora sucesivamente los cantores Carlos Acuña, por muy breve tiempo, Alberto Podestá, Jorge Durán y Oscar Serpa.
El éxito de Di Sarli es apoteósico y genera una adhesión popular que no lo abandona hasta su muerte. Pese a ser un músico fogueado en la década anterior, los años cuarenta lo encuentran en la plenitud de su arte como director y compositor.
En 1949 Di Sarli se retira nuevamente por razones comerciales, para volver recién en 1951. Graba para el sello Music Hall desde noviembre de 1951 hasta abril de 1953 dejando registrados 84 temas y contando con las voces de Oscar Serpa y Mario Pomar.
En junio de 1954 retorna al sello Victor,hasta 1958 siendo sus vocalistas Mario Pomar, Oscar Serpa, Argentino Ledesma,Rodolfo Galé, Roberto Florio y el regreso de Jorge Durán.
Sus últimos registros discográficos, 14 en total, son para el sello Philips en 1958, sus cantante Horacio Casares y Jorge Durán.
El primer tango que compone es “Meditación”, allá por 1919 ,nunca lo graba. Del resto de su obra se destacan sin duda, “Milonguero viejo (Fresedo)”, “Bahía Blanca”, “Nido gaucho”, “Verdemar” y “Otra vez carnaval”, verdaderas joyas del género.
El Señor del Tango es absolutamente respetuoso de la melodía y el espíritu de los compositores de su repertorio, adornando de matices y sutiles detalles la instrumentación orquestal, apartándose de la falsa contradicción que existe entre el tango evocativo tradicional y la corriente vanguardista.
Carlos Di Sarli es la pieza final del rompecabezas del tango del '40, que no hace concesiones a las estridencias, ni a las extravagancias rítmicas y que, sin embargo representa con extrema delicadeza, el paradigma interpretativo del tango milonguero.
Muerte
Carlos Di Sarli fallece en Olivos, Argentina. El 12 de enero de 1960.
