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'''Carlos María Ocantos'''. Fue un [[narrador]] y diplomático argentino, autor de una fecunda [[producción]] narrativa que parte de las técnicas del costumbrismo y las preocupaciones socioeconómicas de la [[población]] argentina de finales del [[siglo XIX]] para acabar inserta en la mejor tradición de los continuadores de los maestros de la [[prosa]] española de dicho período como [[Benito Pérez Galdós]] y [[Juan Valera]]. Está considerado como uno de los máximos representantes de la corriente realista en las letras argentinas.
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'''Carlos María Ocantos'''. Fue un [[narrador]] y diplomático argentino, autor de una fecunda [[producción]] narrativa que parte de las técnicas del costumbrismo y las preocupaciones socioeconómicas de la [[población]] argentina de finales del [[siglo XIX]] para acabar inserta en la mejor [[tradición]] de los continuadores de los maestros de la [[prosa]] española de dicho [[período]] como [[Benito Pérez Galdós]] y [[Juan Valera]]. Está considerado como uno de los máximos representantes de la corriente realista en las letras argentinas.
  
 
==Síntesis biográfica==
 
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===Trayectoria literaria===
 
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Acogida con grandes elogios por parte de críticos y lectores, esta ópera prima del narrador bonaerense le situó de inmediato en la esfera de los grandes novelistas del país austral, al frente de aquellos jóvenes autores que venían a tomar el relevo del destacado grupo generacional anterior, conocido por el marbete de "Generación del 80" (y compuesto, entre otros, por algunos escritores de la talla de Lucio Victorio Mansilla, [[Eduardo Wilde]] o [[Miguel Cané]].
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Acogida con grandes elogios por parte de críticos y lectores, esta [[ópera]] prima del narrador bonaerense le situó de inmediato en la esfera de los grandes novelistas del país austral, al frente de aquellos jóvenes autores que venían a tomar el relevo del destacado grupo generacional anterior, conocido por el marbete de "Generación del 80" (y compuesto, entre otros, por algunos escritores de la talla de Lucio Victorio Mansilla, [[Eduardo Wilde]] o [[Miguel Cané]].
  
 
La fama y el prestigio literario que León Zaldívar proporcionó a Carlos María Ocantos se vieron ampliamente incrementados al cabo de tres años, cuando la aparición de su novela titulada ''Quilito'' ([[1891]]) le incluyó de inmediato en el [[grupo]] de los narradores de los años noventa que dieron lugar al denominado "ciclo la Bolsa", conformado por un amplio número de narraciones cuyo [[núcleo]] temático giraba en torno a la catastrófica quiebra financiera que vivió [[Argentina]] en  [[1890]]. Entre los mejores exponentes de este ciclo narrativo argentino, conviene recordar aquí, además de la espléndida novela de Ocantos, las obras tituladas ''La Bolsa'' ([[1891]]), de [[Julián Martel]] -pseudónimo de José María Miró ([[1867]]-[[1896]])-, y ''Horas de fiebre'' (1891), de Segundo Villafañe.
 
La fama y el prestigio literario que León Zaldívar proporcionó a Carlos María Ocantos se vieron ampliamente incrementados al cabo de tres años, cuando la aparición de su novela titulada ''Quilito'' ([[1891]]) le incluyó de inmediato en el [[grupo]] de los narradores de los años noventa que dieron lugar al denominado "ciclo la Bolsa", conformado por un amplio número de narraciones cuyo [[núcleo]] temático giraba en torno a la catastrófica quiebra financiera que vivió [[Argentina]] en  [[1890]]. Entre los mejores exponentes de este ciclo narrativo argentino, conviene recordar aquí, además de la espléndida novela de Ocantos, las obras tituladas ''La Bolsa'' ([[1891]]), de [[Julián Martel]] -pseudónimo de José María Miró ([[1867]]-[[1896]])-, y ''Horas de fiebre'' (1891), de Segundo Villafañe.
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Con estas y otras narraciones de similar [[calidad]], que sorprendieron tanto en su país de origen como en España, Carlos María Ocantos -que, por su brillante dominio de las técnicas realistas, pronto fue considerado como uno de los mejores seguidores del ya citado Pérez Galdós- fue recompensado en [[1897]] con el ingreso como miembro de [[número]] en la [[Real Academia Española]], apoyado por el susodicho escritor canario, el gran narrador y crítico cordobés Juan Varela y el también destacado novelista cántabro [[José María de Pereda]].  
 
Con estas y otras narraciones de similar [[calidad]], que sorprendieron tanto en su país de origen como en España, Carlos María Ocantos -que, por su brillante dominio de las técnicas realistas, pronto fue considerado como uno de los mejores seguidores del ya citado Pérez Galdós- fue recompensado en [[1897]] con el ingreso como miembro de [[número]] en la [[Real Academia Española]], apoyado por el susodicho escritor canario, el gran narrador y crítico cordobés Juan Varela y el también destacado novelista cántabro [[José María de Pereda]].  
  
El respaldo de estas tres egregias figuras de la prosa española del [[siglo XIX ]]permite ofrecer una idea del estilo vibrante y perspicaz con que Ocantos analizó, primero desde el [[realismo]] y, poco después, desde los más agresivos [[métodos]] de la corriente naturalista, las sociedades argentina y española de su tiempo. Entusiasmado, además, por el paralelismo que, ya en su época, se establecía entre él y el propio Pérez Galdós, en [[1902]] el narrador bonaerense llegó a publicar una novela que, ya desde el privilegiado frontispicio de su título (''Don Perfecto''), venía a rendir homenaje a una de las mejores obras de don Benito (''Doña Perfecta'', de 1876).
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El respaldo de estas tres egregias figuras de la [[prosa]] española del [[siglo XIX ]]permite ofrecer una idea del estilo vibrante y perspicaz con que Ocantos analizó, primero desde el [[realismo]] y, poco después, desde los más agresivos [[métodos]] de la corriente naturalista, las sociedades argentina y española de su tiempo. Entusiasmado, además, por el paralelismo que, ya en su [[época]], se establecía entre él y el propio Pérez Galdós, en [[1902]] el narrador bonaerense llegó a publicar una novela que, ya desde el privilegiado frontispicio de su título (''Don Perfecto''), venía a rendir homenaje a una de las mejores obras de don Benito (''Doña Perfecta'', de [[1876]]).
  
 
Otras novelas suyas de notable interés, escritas cuando aún no había abandonado la carrera diplomática, son las tituladas ''Nebulosa'' ([[1904]]) y ''El peligro'' ([[1911]]). Posteriormente, una vez establecido definitivamente en España (en donde vivió hasta el resto de sus días) y consagrado de lleno a la creación literaria, Carlos María Ocantos dio a la imprenta otras narraciones extensas que gozaron del aprecio de sus coetáneos, como las tituladas La ''Cola de paja'' ([[1923]]), que fue galardonada en el mismo año de su aparición por la [[Real Academia Española]], y Fray Judas ([[1929]]).  
 
Otras novelas suyas de notable interés, escritas cuando aún no había abandonado la carrera diplomática, son las tituladas ''Nebulosa'' ([[1904]]) y ''El peligro'' ([[1911]]). Posteriormente, una vez establecido definitivamente en España (en donde vivió hasta el resto de sus días) y consagrado de lleno a la creación literaria, Carlos María Ocantos dio a la imprenta otras narraciones extensas que gozaron del aprecio de sus coetáneos, como las tituladas La ''Cola de paja'' ([[1923]]), que fue galardonada en el mismo año de su aparición por la [[Real Academia Española]], y Fray Judas ([[1929]]).  

última versión al 09:13 22 may 2019

Carlos María Ocantos
Información sobre la plantilla
Carlos Maria Ocantos.jpg
Escritor y diplomático argentino.
Nacimiento1860
Buenos Aires Bandera de Argentina
Fallecimiento1949
Madrid, Bandera de España .
NacionalidadArgentina
OcupaciónEscritor


Carlos María Ocantos. Fue un narrador y diplomático argentino, autor de una fecunda producción narrativa que parte de las técnicas del costumbrismo y las preocupaciones socioeconómicas de la población argentina de finales del siglo XIX para acabar inserta en la mejor tradición de los continuadores de los maestros de la prosa española de dicho período como Benito Pérez Galdós y Juan Valera. Está considerado como uno de los máximos representantes de la corriente realista en las letras argentinas.

Síntesis biográfica

Nació en Buenos Aires Argentina en 1860.

Trayectoria diplomática

En su faceta de hombre público, emprendió una brillante carrera diplomática que le llevó hasta la Secretaría de la embajada de Argentina en Brasil, de donde pasó a ejercer como ministro plenipotenciario en las legaciones de su país en Noruega y Dinamarca. Pero, hacia finales de la segunda década del siglo XX, abandonó por completo la carrera diplomática para instalarse en España (1918) y consagrase de lleno al cultivo de la creación literaria, parcela en la que ya era bien conocido desde que, tres décadas atrás (cuando contaba con veintiocho años de edad), diera a la imprenta en su país natal su primera novela, titulada León Zaldívar (1888).

Trayectoria literaria

Acogida con grandes elogios por parte de críticos y lectores, esta ópera prima del narrador bonaerense le situó de inmediato en la esfera de los grandes novelistas del país austral, al frente de aquellos jóvenes autores que venían a tomar el relevo del destacado grupo generacional anterior, conocido por el marbete de "Generación del 80" (y compuesto, entre otros, por algunos escritores de la talla de Lucio Victorio Mansilla, Eduardo Wilde o Miguel Cané.

La fama y el prestigio literario que León Zaldívar proporcionó a Carlos María Ocantos se vieron ampliamente incrementados al cabo de tres años, cuando la aparición de su novela titulada Quilito (1891) le incluyó de inmediato en el grupo de los narradores de los años noventa que dieron lugar al denominado "ciclo la Bolsa", conformado por un amplio número de narraciones cuyo núcleo temático giraba en torno a la catastrófica quiebra financiera que vivió Argentina en 1890. Entre los mejores exponentes de este ciclo narrativo argentino, conviene recordar aquí, además de la espléndida novela de Ocantos, las obras tituladas La Bolsa (1891), de Julián Martel -pseudónimo de José María Miró (1867-1896)-, y Horas de fiebre (1891), de Segundo Villafañe.

Con estas y otras narraciones de similar calidad, que sorprendieron tanto en su país de origen como en España, Carlos María Ocantos -que, por su brillante dominio de las técnicas realistas, pronto fue considerado como uno de los mejores seguidores del ya citado Pérez Galdós- fue recompensado en 1897 con el ingreso como miembro de número en la Real Academia Española, apoyado por el susodicho escritor canario, el gran narrador y crítico cordobés Juan Varela y el también destacado novelista cántabro José María de Pereda.

El respaldo de estas tres egregias figuras de la prosa española del siglo XIX permite ofrecer una idea del estilo vibrante y perspicaz con que Ocantos analizó, primero desde el realismo y, poco después, desde los más agresivos métodos de la corriente naturalista, las sociedades argentina y española de su tiempo. Entusiasmado, además, por el paralelismo que, ya en su época, se establecía entre él y el propio Pérez Galdós, en 1902 el narrador bonaerense llegó a publicar una novela que, ya desde el privilegiado frontispicio de su título (Don Perfecto), venía a rendir homenaje a una de las mejores obras de don Benito (Doña Perfecta, de 1876).

Otras novelas suyas de notable interés, escritas cuando aún no había abandonado la carrera diplomática, son las tituladas Nebulosa (1904) y El peligro (1911). Posteriormente, una vez establecido definitivamente en España (en donde vivió hasta el resto de sus días) y consagrado de lleno a la creación literaria, Carlos María Ocantos dio a la imprenta otras narraciones extensas que gozaron del aprecio de sus coetáneos, como las tituladas La Cola de paja (1923), que fue galardonada en el mismo año de su aparición por la Real Academia Española, y Fray Judas (1929).

Ganó también un merecido reconocimiento literario por la maestría de que hizo gala en el cultivo de la narrativa breve, género al que aportó numerosos relatos que quedaron recogidos en diferentes volúmenes publicados a lo largo de su prolongada trayectoria literaria, entre los que cabe citar los titulados Sartal de cuentos (1910) y El camión (1922). Algunos de estos cuentos de Carlos María Ocantos vinieron determinados por las experiencias que vivió en sus distintos destinos diplomáticos (como los seis relatos recopilados en el libro titulado Fru Jenny, todos ellos de ambiente danés).

Muerte

Falleció en Madrid, España en 1949.

Fuentes