Centro Asturiano de La Habana

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Centro Asturiano de La Habana
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Institución con sede en Bandera de Cuba Cuba
Centro Asturiano.jpg
Palacio de los Asturianos, sede social del Centro en una tarjeta postal cubana de la primera mitad del siglo XX
Fundación:2 de mayo de 1886
Disolución:¿?
Tipo de unidad:sociedad de ayuda y socorro mutuo
País:Bandera de Cuba Cuba
Sede:Palacio de los Asturianos
Dirección:La Habana, Bandera de Cuba Cuba

Centro Asturiano de La Habana, conocido como Centro Asturiano. Fundado en 1886 fue una de las asociaciones de socorro y ayuda mutua más importantes de los inmigrantes asturianos en Cuba. Además de su impresionante sede social, el Palacio de los Asturianos, la asociación construyó y administró escuelas en todo el país y construyó la Quinta Covadonga, actual Hospital Salvador Allende, para atender a sus asociados.

Los cambios sociales producidos en Cuba a partir de 1959, dieron lugar a un significativo movimiento migratorio, que en primer lugar afectó a la directiva del Centro, integrada mayoritariamente por industriales y comerciantes y más tarde a no pocos asociados de filas. Lo anterior, unido al cese de la emigración española hacia Latinoamérica, marcó la inevitable declinación de las agrupaciones de este tipo en Cuba.

Historia

Fundación y primeros años

Las fuerzas impulsoras en la constitución del Centro Asturiano fueron la Sociedad Coral Asturiana (Coro Asturiano), la Sociedad de Festejos La Covadonga y el semanario El Heraldo de Asturias. La Coral fue la primera organización en Cuba en ostentar el nombre de Asturias y se integró en 1874 por jóvenes del comercio. Su modesto local se ubicó en un altillo de la bodega La Parra, en Reina y Ángeles. La Sociedad de Festejos La Covadonga, fundada en 1884 y de corta vida, desarrollaba sus actividades en el Circo Teatro Jané. Por último, El Heraldo, fundado en 1885 y dirigido por Lucio Suárez Solís, tenía su oficina en un cuarto interior del tren de lavados El Fénix, en Lamparilla 66.

La colonia asturiana era la más numerosa entre los españoles, dispersa por fábricas de tabacos en los barrios extramuros, almacenes de víveres y tejidos de la ciudad vieja y tiendas, fondas, bodegas y cafés. En la época primaba el criterio, que tanto las sociedades de beneficencia como los centros regionales, eran perjudiciales al Casino Español al restarle membresía. Por similares motivos, la Sociedad Asturiana de Beneficencia no vio con buenos ojos la posibilidad de una institución que invadiera lo que entendía sus competencias. Frente a ello, los trabajadores de pocos recursos agrupados en sociedades de beneficencia o centros regionales, veían al Casino Español y su directiva integrada por altos funcionarios y poderosos señores, como una sucursal del Ministerio de Ultramar de Madrid, con los que muy poco tenían en común.

A principios de 1886 cobró fuerza el proyecto de constituir la entidad regional, alentada y difundida por El Heraldo de Asturias. Movilizados tabaqueros, tenderos y dependientes de cafés, el 2 de mayo se reúnen en la sede de la Coral Asturiana 50 entusiastas, donde se acordó la creación del Centro, eligiendo Directiva poco después. Para efectuar la primera asamblea general solicitan los salones del Casino Español, en San Rafael no. 1, por ser el lugar donde se desarrollaban las reuniones de la Beneficencia y otras. En un impolítico gesto de soberbia, les fue negado el permiso, con la siguiente respuesta:

"No se puede conceder el local, porque aquí no se reúnen descamisados"

La asamblea se llevó a cabo en el Centro Catalán de Prado 123. Fue el primer encontronazo con el Casino Español.

Al cierre de su primer trimestre, la sociedad hizo balance en el Teatro Albisu. El Centro Asturiano, considerado poco antes un absurdo imposible, estaba organizado, con vida propia, sólidamente afincado sobre dos mil afiliados. Ninguna de las sociedades que le precedieron, recibió en sus inicios oposición tan sistemática, pero el Centro Asturiano logró en ese tiempo un número de socios que duplicaba el alcanzado por los centros fundados con anterioridad al cumplir un año de creados. La primera secretaría de la sociedad radicó en Reina 20, pasando después al edificio del restaurante El Louvre, por el fondo, en la calle Consulado. El Heraldo de Asturias, se convirtió en su órgano oficial.

Fachada a San Rafael del Antiguo Centro Asturiano y el Teatro Albisu

Para presidir la Directiva, resultó electo Manuel Valle Fernández, industrial tabaquero llegado a Cuba adolescente en la década de 1860. La labor desplegada por este hombre al frente de los destinos del Centro en los diez años siguientes fue tan destacada, que aún hoy su estatua preside el parque frente al edificio administrativo del Hospital Salvador Allende, antes Quinta Covadonga.

El Centro hasta 1959

El lugar primeramente elegido para edificar el Centro Asturiano, fue la zona del Aplech, nombre por el que se conocían los terrenos de Neptuno entre Zulueta y Monserrate, donde poco después se levantó el Hotel Plaza. Manuel Valle, era apoderado en La Habana de Martín y Anselmo González del Valle, dueños del edificio del Casino Español, quienes le habían encargado venderlo. Hecha la propuesta al Presidente de la institución, éste rehusó, manifestando que la Directiva no quería entrar en compras y menos de aquel desmejorado edificio. Era entonces Presidente del Casino Don Leopoldo Carvajal y Zaldívar, Marqués de Pinar del Río. Inicialmente no se pensó en aquella media manzana ya edificada para el Centro Asturiano, pero al saberlo su Directiva, apreció que el asunto merecía estudiarse y finalmente fue aprobada la compra, aunque en caja no había fondos para enfrentarla. Así fue engavetado el proyecto inicial del Aplech.

Se acordó que Valle escribiera a Martín González del Valle pidiendo precio para otro comprador sin identificar éste, evitando obstrucciones. El asunto era serio, pues si la influyente Directiva del Casino Español llegaba a conocer de la negociación, frustraría la iniciativa. Se abrió una etapa de negociación y esperas. La respuesta de González del Valle fijó la venta en 90 mil pesos oro, libres de impuestos. Los astures cablegrafiaron a Oviedo una contraoferta por 85 mil. La respuesta, aunque demorada, llegó aceptando la oferta.

Mientras la negociación avanzaba, el rumor alcanzó al Casino donde sus personeros se esforzaron en frustrarla, enviando propuestas que elevaban la cifra brindada por los asturianos. González del Valle, sin entusiasmarse ante mejores precios, mantuvo lo acordado. Pero aún la Directiva astur no pisaba terreno firme: el Casino había ofrecido 125 mil pesos oro, libres y puestos en Oviedo y si el dueño firmaba una escritura de venta que se anotara en el Registro de la Propiedad, todo se perdía. Era preciso pagar de inmediato y registrar la compra en La Habana. El costo, incluyendo inmueble, escrituras, derechos reales y de registro, ascendía a 92 mil pesos. Con fondos de la caja y lo prestado al Centro por miembros de la Directiva, se reunieron 45 mil. El resto lo aportó el Tesorero de la Directiva, hipotecándose la finca a su favor.

El Centro Asturiano adquirió legalmente San Rafael no.1 para sede social y allí se instalaría antes o después, según lo permitiera la economía de la institución. Era junio de 1887: así festejó el Centro Asturiano su primer aniversario.

Como el Centro no estaba en condiciones de instalarse de inmediato en el edificio, concedió al Casino un contrato de inquilinato por dos años. A su alcance sólo estuvo arrendar un pequeño local en la planta baja al restaurant El Casino, donde instaló la Secretaría en junio de 1887. El arrendamiento otorgado al Casino, venció en agosto de 1889 cuando ya el Centro estaba listo para ocupar San Rafael no.1, pero el Casino Español no quería abandonarlo.

Los astures se mostraron dispuestos a esperar un tiempo, mientras los otros buscaran una sede; luego se analizaron fórmulas para compartir el edificio, sin lograr acuerdo. Finalmente, ante la negativa del Casino a solicitar una prórroga para permanecer en el local y no ofreciendo fecha para abandonarlo, se presentó demanda de desahucio en el Juzgado del Distrito de Belén. El fallo a su favor se dictó en noviembre de 1889. Mas el Casino presentó recurso de apelación en el Juzgado de Primera Instancia del Este, obteniendo fallo revocatorio para asombro de la judicatura habanera, ante la violación del Código Civil que ello representaba. Interpuesto recurso ante el Tribunal Supremo del Reino, se dictó fallo en casación en enero de 1890 anulando la sentencia de revocación del Juzgado del Este. Perdido el pleito en tribunales, la obstinación de la Directiva del Casino demoró la entrega del edificio hasta diciembre de 1890. La Secretaría del Centro se trasladó de inmediato al mismo.

Poco después, comenzaron las obras de remozamiento, que iniciadas por el entresuelo, continuaron en la planta alta, transformándola en los mejores salones de La Habana de entonces. El edificio restaurado se inauguró en diciembre de 1892; la institución contaba seis años de existencia y 7 mil asociados.

La Quinta Covadonga, hoy Hospital Salvador Allende, principal obra social del Centro Asturiano

En 1914 se adquirió la mitad restante de la manzana compartida con el Teatro Albisu, el que fue demolido, construyendo en su lugar el teatro Campoamor. El 24 de octubre de 1918 un voraz incendio redujo a cenizas el edificio social, pero no afectó al teatro Campoamor. No obstante, al proyectarse la edificación del nuevo palacio, este fue derruido para levantar la instalación en la manzana completa. Desde el devastador incendio, hasta la terminación de las obras del nuevo edificio en octubre de 1927, el Centro Asturiano tuvo su domicilio en el palacio construido en 1914 en la acera opuesta del Parque Central por el Muy Ilustre Centro Gallego de La Habana.

El más importante logro del Centro Asturiano lo constituyó la creación de la casa de salud, la Quinta Covadonga, inaugurada en marzo de 1897. Menos conocida, fue la labor de instrucción y difusión cultural iniciada entre los asociados desde los primeros tiempos, con la apertura de cursos nocturnos que permitieron elevar la escolaridad de sus miembros y de los hijos de éstos. Instaladas en el edificio social, se mantuvieron abiertas escuelas para niñas y varones en horario diurno y en nocturno en niveles elemental y superior de comercio. Ya por los años treinta del siglo xx, en el plantel Jovellanos, recibían instrucción más de 2 mil alumnos.

La sociedad llegó a contar con 130 delegaciones en las principales poblaciones de Cuba y tres en los Estados Unidos: en Tampa, Cayo Hueso y Nueva York. De estas, la primera disponía de 3 mil asociados, moderno edificio y un sanatorio, también denominado Covadonga. Asimismo, existían delegaciones en Santo Domingo, capital de República Dominicana y en Oviedo, Asturias. En 1930, la cifra de asociados ascendió a 60 mil, que para fines de los años 50 del siglo xx alcanzó los 80 mil, con nuevas delegaciones abiertas en Gijón y Avilés. Para esta fecha, el plantel Jovellanos se había trasladado a la finca San José o Trujillo en un magnífico edificio con frente a la calzada de Buenos Aires, en comunicación con la Quinta Covadonga. En esa edificación funcionó asimismo el Hogar de Ancianos del Centro Asturiano. En estos años finales, el presupuesto de la entidad alcanzó los dos millones setecientos mil pesos, de los cuales se destinaba un millón novecientos mil para la Quinta Covadonga y ciento ocho mil para las escuelas Jovellanos.

Últimos años

Los cambios sociales producidos en Cuba a partir de 1959, dieron lugar a un significativo movimiento migratorio, que en primer lugar afectó a la directiva del Centro, integrada mayoritariamente por industriales y comerciantes y más tarde a no pocos asociados de filas. Lo anterior, unido al cese de la emigración española hacia Latinoamérica, marcó la inevitable declinación de las agrupaciones de este tipo en Cuba.

El inmueble de la sede social, el Palacio de los Asturianos, sería incautado y convertido en la sede de la Asociación de Amistad Cubano-Española. Luego sería el Palacio Nacional de Pioneros y la sede del Tribunal Supremo. Finalmente desde el año 200, sirve de sede a las colecciones de arte universal del Museo Nacional de Bellas Artes.

Fuentes