Diferencia entre revisiones de «Chivo Perico»
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Revisión del 13:38 7 abr 2013
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El Chivo Perico es una curiosa historia del que fue Mascota de los Trabajadores del transporte de San Miguel del Padrón durantes varios años.
Historia
Un chivo con historia; mascota de los trabajadores del transporte de San Miguel del Padrón El chivo "Perico", bautizado así por su talento, nació en la Loma de Zapotes, Jacomino, el 20 de septiembre de 1925, regalado a María La Grande, personaje de la localidad cuyo oficio era la práctica de la santería.
Vida como mascota
Ya de adolescente acostumbraba a deambular por las calles como cualquier muchacho del vecindario, convirtiéndose en una mascota de la barriada donde nació. Su dieta no fue común entre los animales de su clase, pues desayunaba en el paradero de la Ruta 10 café con leche y pan con mantequilla, así como a la hora del almuerzo y comida que ingería frijoles negros, arroz y bistec con papas fritas, además se deleitaba bebiéndose una cerveza fría y mascando un tabaco. Adoptado por los guagueros, tomó como residencia las naves donde se estacionaban los ómnibus.
Los trabajadores sindicales del transporte comenzaron a utilizarlo como mascota política, pues en el argot cubano de la politiquería un "chivo" ha sido siempre sinónimo de robo y fraude, utilizándolo entonces en numerosas ocasiones en manifestaciones obreras para denunciar la corrupción ó simplemente ridiculizar la política en uso, como un instrumento de propaganda.
Muerte
En septiembre de 1944 fue detenido por la policía durante una manifestación frente al Palacio Presidencial, propinándole una severa paliza que lo enfermó gravemente. Los trabajadores del transporte de la Ruta 10 lograron rescatarlo y devolverlo al paradero, pero este no se recuperó nunca más, a pesar de los medicamentos utilizados para restaurarle la salud, muriendo el 13 de septiembre de este año. Tal fue el cariño hacia el animal que se efectuó una colecta de dinero para embalsamarlo.
De este modo el histórico cadáver de Perico se mantuvo durante muchos años en las oficinas de éste paradero. Más tarde fue a parar al Museo de Guanabacoa, donde se exponía como muestra de ritual de santería y luego fue cedido al Museo Municipal de San Miguel del Padrón, desde donde entonces revive la historia de su barrio y para que esta sea conocida por futuras generaciones.
Fuentes
